Sebastián Jans, líder de la masonería en Chile y los 50 años del Golpe: “Me preocupa que después de medio siglo tengamos un nivel de confrontación tan alta sobre la interpretación histórica”

SEBASTIAN JANS
Líder de la masonería preocupado por confrontación que genera el golpe de Estado 1973

El Gran Maestro de los masones argumenta que los detenidos desaparecidos son un factor que incide para que "no se dé vuelta la hoja". Él piensa que si el problema se hubiese resuelto bien, "probablemente hoy día (el Golpe) sería un hecho que no provocaría tanta latencia".


Ad portas de una nueva edición de Fraternitas de la República, que pretende hacer una reflexión en torno al entendimiento sobre la base de la razón, el maestro de la Gran Logia, Sebastián Jans, lamenta que se llegue a la conmemoración de los 50 años del Golpe de Estado en un ambiente polarizado, el que, según él, se arrastra desde el estallido social.

¿Cómo ha visto a la administración del Presidente Gabriel Boric? En medio del Caso Convenios, pasa por un momento complejo.

Nosotros consideramos que uno de los aspectos que toda institucionalidad debe preservar es precisamente que no haya situaciones que tiendan a generar corrupción. Me preguntaron cuando estaba partiendo este gobierno qué recomendación les hacía: precisamente que, dado que era una nueva generación, tenían que tener especial preocupación por aquello que fuera propenso a acciones de corrupción.

¿Es decepcionante? Esa generación hablaba de que tenía una escala de valores distinta a los que los precedieron.

No voy a decir si estoy decepcionado o no, pero he visto una realidad que hemos percibido todos los chilenos de que ha habido situaciones anómalas. Lo importante es actuar con medidas concretas para evitar que se vuelva a repetir.

¿Cómo ha visto la organización de la conmemoración de los 50 años por parte del gobierno?

Uno espera que haya una búsqueda permanente de consenso sobre cómo abordar determinados esfuerzos. A mí me preocupa que después de 50 años, de medio siglo, tengamos un nivel de confrontación tan alta sobre la interpretación histórica. Hay un tema que yo creo que ha hecho distinto a estos estos eventos históricos de Chile y tiene que ver fundamentalmente con los detenidos desaparecidos. Eso sigue siendo un factor que incide para que no se resuelva, no se dé vuelta la hoja. Si el tema de los detenidos desaparecidos se hubiera resuelto bien, probablemente hoy día sería un hecho que no provocaría tanta latencia. Todavía hay deudos, personas que no han aparecido. Eso lo hace distinto a otros procesos que han ocurrido en la historia chilena. En la guerra civil de 1891 hubo muchos muertos, fue tremendamente cruel. Pero las personas enterraron a sus deudos. No quedó algo ahí pendiente.

Hace poco la diputada Carmen Hertz (PC) hablaba de que era necesario establecer una verdad histórica en cuanto al Golpe y la dictadura. ¿Se puede?

Es muy difícil establecer una verdad histórica de cualquier evento histórico. Las verdades oficiales ocurren en sistemas donde no hay participación ni concurso en las libertades personales. Es bueno que los estudiantes, cuando estudien qué pasó hace 50 años, se construyan su propia opinión. Cada uno ha tratado de poner su mirada en esto. Lo importante es que entendamos que no vamos a resolver históricamente el problema, es imposible.

Pareciera ser que, lejos de un ambiente de conmemoración, todos están muy polarizados.

El tema del ambiente político está muy polarizado ya hace bastante tiempo. Esto viene desde el estallido social. Cualquier evento genera un nivel de debate exacerbado. Más allá de que este sea uno de los debates que ha marcado la agenda dentro los últimos meses, no es distinto a otros temas que están en discusión.

El lunes habrá un acto de conmemoración en La Moneda, pero la derecha ya adelantó que no va a ir. ¿Se mantiene optimista de lo que pueda resultar?

Uno espera que reconozcamos que algo malo ocurrió con la crisis de la democracia y que saquemos conclusiones de ahí, precisamente para no repetir errores. Uno esperaría que se ponga el acento en aquellas cosas que entregan precisamente lección cívica.

¿Y se puede recoger el aprendizaje o cree que esta conmemoración ya fracasó?

Yo soy un hombre de mucha esperanza. El año pasado todos decían que era imposible que surgiera un nuevo acuerdo constitucional y felizmente hubo la capacidad de entender que el interés superior del país está por sobre los intereses particulares de las organizaciones políticas.

Ustedes históricamente han sido cercanos al Partido Radical. ¿En qué pie está esa relación actualmente?

La masonería nunca ha sido cercana a una organización política. A veces ocurre que hay muchos miembros de la orden que responden a un partido político, o coincide que un presidente pueda ser miembro de la orden. El último ha sido Salvador Allende, quien asumió la Presidencia de la República en calidad de masón.

¿Qué espera de la figura de Salvador Allende en esta conmemoración?

Nosotros valoramos a Allende como masón, no tenemos una opinión política respecto a su gobierno. Sí valoramos que es un ejemplo de civismo en distintos aspectos, una figura muy coherente en relación a los procesos democráticos de nuestro país.

¿Qué tan optimista está del proceso constituyente, en consideración de que recientemente se empezaron a votar la enmiendas?

Lo que nosotros tenemos es una aspiración que tienen todos los chilenos: que la Constitución nos una, que dé calidad a la democracia.

¿Pero va bien encaminado el proceso para ese objetivo?

No voy a opinar sobre eso, porque eso es un tema muy político.

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