Por una diferencia de dos votos -26 contra 24- la oposición (Chile Vamos, Partido Social Cristiano y Demócratas) controla el Senado de la República.

Es en base a esa mayoría es que entre los legisladores de la Cámara Alta existe la idea de hacerla valer -nuevamente- para seguir controlando la presidencia de dicha rama del Congreso. Actualmente, el presidente es José García (RN), mientras que el vicepresidente es Matías Walker (Demócratas).

Según el acuerdo de gobernabilidad suscrito entre las fuerzas políticas -del cual se acusan mutuamente de romperlo- para el último periodo de legislatura le corresponde encabezar la mesa a Evópoli, por lo que Felipe Kast -actualmente presidente de la comisión de Hacienda- es el nombre que esa colectividad acordó promover para asumir la presidencia.

Sin embargo, entre las fuerzas de oposición han asomado dudas respecto de la mantención de ese cupo. Según transmiten en la UDI y RN, el acuerdo por el cual Kast presidiría la Cámara Alta se rompió en el momento de la elección de la actual mesa. Por lo mismo, de acuerdo a las mismas versiones, los representantes de oposición deben pactar una nueva fórmula para definir la próxima mesa.

Entre los críticos se encuentra el senador Iván Moreira (UDI), quien incluso es de la idea que el nuevo acuerdo debe quedar cerrado a finales de este mes y no en marzo, cuando empiece el último año de la actual legislación.

“El pacto se rompió con el oficialismo cuando Chile Vamos decidió votar por el senador García como presidente y por Walker para vicepresidente”, sostuvo el senador gremialista.

Un elemento adicional a la negociación en la que se encuentran las fuerzas de oposición es la recriminación que existe al interior de Chile Vamos. En Renovación Nacional, por ejemplo, apuntan a la UDI de haber echado por la borda el acuerdo de gobernabilidad. El jefe de la bancada de senadores de RN, Manuel José Ossandón, indicó que “el acuerdo no existe porque lo rompió la UDI cuando negoció con la izquierda”.

Y añadió: “Nosotros como Chile Vamos teníamos un acuerdo, pero se deshizo con la elección de esta mesa”.

Desde esa coalición, en privado, hay quienes tienen dudas respecto de que sea Evópoli quien controle la mesa, argumentando dos razones. En primer lugar, hay quienes no les convence el estilo de Kast, por lo que le bajarían el pulgar al exministro para que sea el mandamás de la Cámara Alta.

Junto con ello, entre los reacios se argumenta que se le podría conferir dicho cargo a un partido que tiene solo dos senadores -además de Kast, está Luciano Cruz-Coke.

El puzzle que deben armar los senadores de oposición contempla, además, la vicepresidencia de la Cámara Alta.

En ese sentido, desde esas filas apuestan a controlar la mesa completa, tal como ocurrió con la elección de la actual directiva. Con esa idea en mente, es que desde la bancada de senadores de la UDI transmiten que para la vicepresidencia el candidato mejor aspectado es el senador Moreira, de ahí que, de acuerdo a conocedores de las tratativas, el senador por Los Lagos estaría presionando y argumentando que el pacto original estaría roto.

Desde RN si bien no han deslizado nombres para dicho cargo, sí reafirman que la idea de la oposición es controlar la mesa. “Tenemos 27 senadores”, afirman desde la bancada.

Por el lado del oficialismo, si bien observan el tema con un dejo de resignación dada la correlación de fuerzas políticas, recuerdan, con una buena valoración el periodo en que la Cámara Alta estuvo conducida por el actual ministro de la Secretaría General de la Presidencia, Álvaro Elizalde (PS) y Luz Ebensperger (UDI), en la presidencia y vicepresidencia, respectivamente.

Por lo mismo, aunque de manera soterrada, abrigan la esperanza de que puedan optar a ese segundo cargo del Senado.

El problema se originó en 2022, porque RN solo suscribió una parte del acuerdo administrativo: exclusivamente la rotación de cargos en comisiones legislativas. Sin embargo, a diferencia de la UDI y Evópoli, la bancada de Renovación Nacional no apoyó la elección de Álvaro Elizalde (PS) como presidente del Senado en 2022, lo que dejó a sus integrantes fuera de la repartición de asientos en la testera (presidencia y vicepresidencia).

Con un pie de RN adentro y otro afuera del pacto, después de Elizalde, en 2023, la presidencia recayó en Coloma. Y, si es que el acuerdo se hubiera mantenido, en la actual legislatura, la conducción de la Cámara Alta le correspondía al comité PPD-Independiente, desde donde propusieron a Pedro Araya.

No obstante, RN metió mayor presión a sus socios de coalición, especialmente a la UDI. El propio presidente de Renovación, el senador Rodrigo Galilea, señaló que sería “incompresible” que los legisladores de derecha no apoyaran la candidatura de José García. Si bien estas presiones no eran nuevas, ahora RN tenía una herramienta coercitiva: la negociación que se dio entre los partidos de oposición para las pasadas elecciones municipales y de gobernadores regionales, que incluyeron a Demócratas.

Por ello, en el debate que se dio para la elección de la actual mesa, varios legisladores del oficialismo hicieron ver que detrás de la ruptura del pacto administrativo de parte de la derecha también había un interés electoral.