Sergio Giacaman (Ind.-UDI) versus Alejandro Navarro (Ind.): la disputa por la Gobernación del Biobío

Ingeniero comercial (45) de la Universidad del Desarrollo (UDD). Ejerció como intendente del Biobío bajo el segundo gobierno de Sebastián Piñera y previamente -bajo su primera administración- lo hizo como seremi de Desarrollo Social.

Para el exintendente, “la seguridad es la base para el desarrollo y la calidad de vida”. En ese sentido, si bien reconoce que los gobernadores no tienen atribuciones directas en la materia, agrega que pueden liderar estrategias de coordinación entre municipios, empresas, parlamentarios y otras instituciones públicas, “fortaleciendo la prevención, la inteligencia y la reacción frente al delito”.

En esa línea, asegura que como candidato siempre ha mantenido un compromiso fuerte con Carabineros, “mientras algunos intentaron debilitar a la institución y hoy buscan aprovechar la preocupación ciudadana”. Por lo mismo, dice que es clave lograr legitimar y robustecer a las fuerzas de orden con el objetivo de enfrentar la crisis de seguridad. “Carabineros necesita el respaldo de la autoridad para cumplir su misión”, asegura.

Para ello, entre las medidas que buscará aplicar de llegar al gobierno regional está dotar de más y mejor infraestructura y equipamiento policial, para así garantizar que las fuerzas de orden cuenten con las herramientas necesarias para reaccionar con rapidez y eficacia. Así también buscará implementar una red de monitoreo integrada, con cámaras y pórticos conectados a centros ubicados en cada comuna de la región lo que -explica- permitirá una vigilancia eficiente y coordinada.

Por último, se considera instaurar apoyo financiero a Carabineros, “impulsando proyectos que fortalezcan a las policías y mejoren su capacidad operativa. Estrategias preventivas, reduciendo las oportunidades para el crimen y fomentando espacios seguros en nuestras comunidades”.

“La Región del Biobío enfrenta una crisis multidimensional que afecta profundamente su desarrollo y calidad de vida”, plantea Giacaman. En primer lugar, dice que la crisis de seguridad se ha expandido en la región. Reflejo de eso -explica- es el terrorismo en la provincia de Arauco y el avance del crimen organizado y el narcotráfico en algunos sectores estratégicos de las comunas de la zona, “acompañado de un alarmante aumento de la violencia y la delincuencia común. Un clima de inseguridad que socava la libertad y desincentiva la inversión, la base para el progreso”.

A lo anterior, asegura que se suma la desindustrialización en la región con el cierre de Huachipato, junto con aserraderos, Fanaloza y otras empresas relevantes. Al respecto, afirma que existe una falta de articulación entre la academia, la industria y el Estado “para liderar e impulsar la transformación productiva que responda a las demandas del mercado actual. La región ha quedado rezagada perdiendo oportunidades de innovación y empleo”.

Por otra parte, apunta también a que existe una crisis de infraestructura que se observa en la incapacidad de resolver la congestión vial, que ha afectado la calidad de vida de los vecinos y alejado nuevas inversiones.

Por último, dice que lo más alarmante es la crisis de probidad y confianza pública, que asegura “ha dañado profundamente la descentralización y debilitado la legitimidad del Gobierno Regional. Los escándalos y la falta de transparencia han generado desconfianza ciudadana y frenado el desarrollo de políticas que prioricen a las personas por sobre intereses particulares”.

El candidato de Chile Vamos explica que, de llegar a la gobernación, su primera medida será ordenar una auditoría externa para esclarecer el uso y destino de los recursos regionales durante los últimos años. La idea -dice- es hacer esos resultados públicos y accesibles para toda la ciudadanía con el objetivo de dar a conocer la situación financiera del gobierno regional. “No seré cómplice de las irregularidades o “desprolijidades administrativas” de la administración saliente. Mi compromiso es con la verdad y la probidad”, plantea Giacaman.

En ese sentido, agrega que es urgente avanzar hacia un modelo que ponga la transparencia en el centro, para lo que junto a un equipo de expertos elaboró una serie de medidas en la materia. Entre estas, prohibir la contratación de familiares directos del gobernador y su equipo; generar un visor ciudadano con el detalle de los fondos utilizados por la gobernación; terminar con las asignaciones directas; e impulsar proyectos que tengan un impacto real en la región.

Exdiputado y senador (66). Estudió Pedagogía en Filosofía en la Universidad de Concepción.

Según explica Navarro, para enfrentar la crisis de seguridad su gestión tendrá en consideración tres grandes medidas. Por una parte, se buscará fortalecer la vigilancia con drones adquiriendo una flota que permita monitorear la región 24/7. “Estos dispositivos nos permitirán monitorear en tiempo real los puntos críticos, detectar actividad sospechosa y tomar decisiones rápidas para actuar de manera disuasiva o coactiva, cuando corresponda”, asegura el exsenador.

En esa línea, también buscará reforzar la formación de carabineros en la región. Al respecto, dice que “además de la tecnología, es esencial que invirtamos en el capital humano”. Por lo mismo, agrega, buscarán fundar la escuela de formación de Carabineros más grande del país, con el objetivo de aumentar la presencia policial y mejorar su preparación.

Por último, de llegar al gobierno regional espera instalar un centro de cámaras de seguridad integrado con el final de mejorar la coordinación y eficiencia de la vigilancia en la región. La idea -dice- es que ese centro sea “el corazón de la vigilancia, centralizando sistemas de monitoreo y alertas en tiempo real. Con esto, responderemos de manera más eficiente a emergencias, optimizando recursos y coordinando con autoridades locales y otros organismos de seguridad”.

Para Navarro, la Región del Biobío se ha transformado en “una tierra de enormes posibilidades, pero también de profundas heridas”. Al respecto, afirma que problemas como la corrupción y la mala gestión pública han frenado el desarrollo de la zona, desviando recursos clave y perpetuando las desigualdades para sus vecinos.

Por lo mismo, dice que es importante enfrentar los problemas que ha dejado la mala administración de la región. Entre ellos, la falta de planificación urbana, el colapso del sistema de salud, la degradación ambiental y las brechas en el sistema educativo.

“Es hora de cambiar el rumbo. Propongo un enfoque centrado en la transparencia, la eficiencia administrativa y la justicia social. Un enfoque que priorice a los sectores más vulnerables y garantice un desarrollo sostenible y equitativo. No más corrupción. No más abandono estatal. Es hora de trabajar juntos para construir una Región del Biobío que sea justa, equitativa y próspera para todos”, plantea Navarro.

Respecto al principal proyecto que implementará de llegar a dirigir el gobierno regional, asegura que buscará instaurar un sistema Blockchain en la administración de la gobernación. Ese sistema, explica, permitirá garantizar que cada peso, cada contrato y cada uno de los movimientos financieros queden registrados, sin alterar y de forma pública para todos, en tiempo real.

Sobre esto, Navarro destaca que “no habrá secretos, no habrá manera de esconder nada. Los recursos públicos estarán completamente a la vista de la ciudadanía, sin filtros ni intermediarios. Recuperar la credibilidad y la transparencia será nuestra prioridad. Biobío necesita, Biobío merece que su gente vuelva a creer”.