Política

Tomás de Rementería, futuro senador PS: “Isabel Allende quiere que su legado parlamentario termine conmigo”

El diputado se prepara para debutar en la Cámara Alta en el cupo que dejó la destituida senadora. En su primera entrevista aborda la polémica relativa a su nombramiento, que llegó a poner en duda la permanencia de la hija de Allende en el PS.

FOTO: DEDVI MISSENE Dedvi Missene

Ayer por la noche el actual diputado Tomás de Rementería fue ratificado por la comisión política del Partido Socialista (PS) como el reemplazo de Isabel Allende en el Senado, tras su destitución. Las horas previas a la nominación fueron un verdadero caos al interior de la colectividad. Sin ir más lejos, él se había bajado de la carrera y la hija de Salvador Allende puso en duda la continuidad de su militancia por la discusión que se desató por quién debía sucederla.

En su primera entrevista tras ser nominado, afirma que confía en que la decisión del partido lograra reparar el “agravio” contra Allende. Dice que la polémica se generó por un error administrativo y por terceros que intentaron abrir una discusión sobre quién debía quedarse con el escaño.

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En 24 horas pasó de un “no” rotundo a aceptar ser el reemplazo de Allende. ¿Qué pasó?

Se dio un malentendido, se ingresa un oficio, yo estaba esperando para ser citado a jurar. Después se retira ese oficio y hay muchos malentendidos entremedio. Me entero por un senador de la situación de este retiro del oficio.

¿Por quién?

No voy a decir, pero por un senador. Me entero de esto y luego se dan una seria de conversaciones, donde yo estaba un poco perdido, porque yo no busqué ser senador, no hice ningún tipo de lobby, sino que acepté la solicitud de una persona que para mí es muy importante, Isabel Allende. Me llama en la mañana (del miércoles) la presidenta Paulina Vodanovic, me explica bien lo que pasó. Ella logró que esto se solucionara de buena forma y logramos posicionarnos nuevamente.

¿Se enteró por un senador y no por la directiva?

Sí, pero exculpo a la presidenta, porque era un trámite administrativo. Probablemente desde el Senado se filtra a la prensa y empieza a haber discusiones, trascendidos. Yo ahí dije: “Si esta va a ser la situación y se va a poner en entredicho, vamos a tener que ver el tema en una comisión política, donde vamos a ir a la pelea por designar a alguien, yo no estaba disponible”.

La directiva intentó explicar que todo fue un error administrativo. ¿Fue solo eso? Porque en su carta para bajarse acusó “decisiones centralistas” e “intentos de imponer nombres ajenos a la región”.

Aquí hubo un problema administrativo que Paulina Vodanovic subsanó de muy buena forma. Pero hubo personas, que no voy a mencionar, que empezaron a hacer circular que se podía dar comisión política donde hubiera una discusión de otros nombres, y yo sentí que no estaba disponible para aquello, porque yo no busqué ser senador. Yo no quería hacer una campaña de convencer gente de la comisión política. En tal caso, cuando la presidenta me dice que se va a respetar la decisión, que ella misma va a proponer mi nombre, yo me sentí muy satisfecho.

¿Fue un error reaccionar en caliente al sacar una declaración pública si se trataba de un error administrativo? Lo propio hizo Allende. Es raro pensar que se molestaran tanto, que incluso usted se bajara, por un error administrativo.

Algunas personas decían que esto iba a ser una discusión entre distintos nombres, y yo no estaba disponible para aquello. Como no se dio así, revertí mi decisión.

Fidel Espinoza cuestionó su designación, dijo que era algo antidemocrático. ¿Cómo se toma esa crítica? ¿Fue error permitirle a la senadora escoger sin pasar por un debate partidario primero?

Yo no voy a entrar en discusiones con Fidel Espinoza. Él es un colega y lo respeto, tuvo palabras elogiosas hacia mí. Yo la verdad es que no elegí el mecanismo, no busqué ese cargo. No me puedo hacer cargo del mecanismo, de cómo surge mi nombre. Sí me puedo hacer cargo de la función que voy a cumplir y de que estoy muy bien capacitado para ser un muy buen senador, creo yo.

¿Qué significa para usted reemplazar a la hija de Salvador Allende en el Senado?

En este escaño también estuvo Salvador Allende. Tiene una carga emocional importante para el PS. Además, con cómo se dio, con la injusticia que se dio contra la senadora Allende, creo que yo no pude más que decir que sí, a pesar de que estaba reacio. Cuando una persona tan importante para la historia del socialismo chileno, como Isabel Allende, en el momento que estaba viviendo, me dice que quiere que su legado parlamentario se termine conmigo representándola, yo me siento muy honrado, con una altísima responsabilidad, con una vara muy alta que deja Isabel.

¿Cuánto daño hubiera hecho al partido la renuncia de Allende a la colectividad?

Isabel Allende no es solo la hija de Salvador Allende: fue presidenta del partido, del Senado, de la Cámara. Ha sido parte de la historia del socialismo chileno desde el retorno a la democracia. Habría sido un golpe mortal a nuestra historia que la hija de Salvador Allende, por lo que representa ella en sí misma, se fuera. Pero nunca me puse en esa situación.

¿Quedó tranquila cuando su nombre fue ratificado? Imagino que pudo hablar con ella después.

Ella valoraba mucho que yo haya decidido reponer mi nombre, valoró mucho la aprobación, hemos estado conversando. Espero que esto calme el agravio que ella sintió ante estos malentendidos.

¿Ella le pidió que repusiera su nombre?

Sí, lo conversamos cuando yo le dije que no, nada más. Después me dijo que, dada la situación, lo más conveniente era que volviera al plan original y yo asumiera su espacio en el Senado.

¿El partido le debe una disculpa a Isabel Allende?

Más que disculpas, se arreglaron las cosas. Lo que tenemos que hacer ahora es rescatar la trayectoria de Isabel Allende, también su visión.

¿Está dispuesto a ir a la elección? Tendría que competir conta su pareja, Karol Cariola (PC). Algo inédito en la política chilena.

Esta es una discusión larga. Yo ahora fui electo para reemplazar a Isabel Allende en el Senado, voy a representar a Valparaíso. Las decisiones las tomaremos con el partido en su momento. Ahora la discusión es cómo las ideas del PS funcionan en el Senado y la elección presidencial. En agosto se hablará del tema.

¿Cómo quedaron sus relaciones con los senadores? Ayer protagonizó un desencuentro con De Urresti. Otros advertían que usted no garantizaba ir a la elección.

Hoy hablé con él, del trabajo legislativo. Converso mucho con Insulza, con Saavedra, tengo muy buena relación con Juan Luis Castro. Espinoza, a pesar de la discusión sobre el mecanismo, habló elogios de mí. La bancada PS es bastante cohesionada y creo poder trabajar con ellos de la mejor forma. Tengo cariño por De Urresti, que usted me menciona. No tengo problemas con nadie.

¿Puso alguna condición sobre la mesa para aceptar? Cupos parlamentarios, por ejemplo...

Yo le dije a la presidenta del partido que estaba disponible para lo que ella determinara.

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