A partir de las 11.00 de este miércoles, el Presidente Gabriel Boric dio cuenta de su gestión ante el Congreso Nacional en Valparaíso, en un discurso -de poco más de dos horas- en el que proyectó las acciones que marcarán sus cuatro años al mando del país.

Derechos sociales, mejor democracia, justicia y seguridad, derechos inclusivos y medioambiente, fueron los cinco ejes y capítulos del texto de 32 páginas que leyó. Aquí diez frases que marcaron su alocución:

El Presidente abordó la situación económica global y detalló una serie de medidas que se implementarán para hacer frente a la crisis asociada a la inflación por la guerra en Ucrania y la pandemia de coronavirus. En esa línea, señaló que se debe ser responsables y “junto con fortalecer la resiliencia de la economía y las finanzas públicas que nos permita responder a emergencias, sin que ello desriele recursos y atención del camino de transformaciones de largo plazo”.

“La historia nos enseña que las transformaciones profundas requieren convicción y persistencia, que no existen atajos. En los últimos años todos hemos estado tentados en algún momento a seguir este camino, cediendo a la presión de las redes sociales, al populismo o a la arrogancia de reinventar todo. Reunir evidencia, decir la verdad, trabajar duro y construir consensos, sin embargo, es la única forma de responder a las aspiraciones de nuestro pueblo y estar a la altura de este momento histórico”, expuso en una argumentación que definió las ideas que planteó ante el Congreso pleno.

El Presidente hizo también un análisis de las últimas décadas y los avances en el país. Sostuvo que muchos chilenos “quedaron desplazados de las oportunidades del crecimiento” y que “la política institucional no se hizo cargo de ese legítimo malestar”.

“Se fue consolidando un Chile fragmentado social, cultural y territorialmente. Chilenas y chilenos, esta fragmentación es hoy una dolorosa fractura. No podemos desconocerla ni seguir profundizándola”, advirtió.

Boric también hizo un reconocimiento al manejo de la pandemia por el coronavirus que lideró el gobierno de su antecesor, el exmandatario Sebastián Piñera.

“Reconozco también la labor, dedicación y los aprendizajes de las autoridades del Ministerio de Salud del gobierno de mi predecesor Sebastián Piñera. Para nadie era fácil ni obvio cómo había que abordarlo y si en algún momento fuimos injustos en las críticas quiero reconocer que lo hicimos de buena fe y que entendemos las dificultades de enfrentar algo tan complejo como una pandemia desconocida para el mundo”, señaló.

Durante el discurso, el jefe de Estado se refirió también al proceso constituyente y reconoció que “ha habido tropiezos, errores, y también muchos aprendizajes en el camino”.

“Pero si hoy lo podemos evaluar es justamente porque en el momento más crítico de nuestra historia reciente optamos por resolver nuestras diferencias con más democracia y no con menos”, enfatizó, señalando que el 4 de septiembre “nos vamos a enfrentar a una decisión trascendental”.

También anunció urgencia en la tramitación del proyecto de ley que establece el derecho a la eutanasia.

En esa línea, precisó que la iniciativa considerará “un proceso de consentimiento expreso, libre e informado, respetando a quienes están enfermos”.

“Estamos comprometidos con el derecho a los cuidados paliativos y a una muerte digna”, sostuvo.

Otra de las intervenciones más comentadas del Presidente -junto con la urgencia a la iniciativa relativa a la eutanasia- fue su compromiso para que “cada habitante de nuestra patria” mayor a 65 años tendrá derecho a una pensión básica garantizada por el Estado de al menos $250 mil.

“El rascarse con las propias uñas es bastante común. Llevamos décadas debatiendo sobre un cambio en el sistema de AFP y llegó el momento de construir un verdadero sistema de seguridad social, en donde nuestras legítimas ideologías no entrampen la necesidad de los chilenos y chilenas de tener una pensión digna”, señaló, entre aplausos de los asistentes a la ceremonia.

“Me entristece decir que no nos merecemos tantos aplausos, porque el déficit de viviendas es mucho más grande. No podemos prometer cosas que no vamos a poder cumplir. El déficit de vivienda en Chile es de 650 mil viviendas, decía que quizás esto no se había visto antes”, reconoció Boric, tras dar cuenta del plan para reducir en 10% el déficit aludido en una primera etapa.

El Presidente dijo que partirán construyendo 65 mil “viviendas dignas”, para llegar a un total de 260 mil viviendas de aquí a fines del gobierno.

“No me olvido de todas las familias víctimas de delincuencia que he conocido en mi caminar por Chile. Sepan que no las dejaremos solas, que perseguiremos incansablemente la justicia y que a quienes han optado por el camino de la delincuencia, atacando a familias vulnerables, familias indefensas, no les vamos a permitir que sigan actuando con la impunidad que se ha hecho hasta ahora”, señaló el Mandatario en uno de los puntos más esperados de su alocución, respecto a los temas de seguridad.

El Presidente informó también que presentará indicaciones al proyecto de ley que crea el Ministerio de Seguridad Pública, Protección Civil y Convivencia Ciudadana y anunció 12 nuevos cuarteles policiales y recursos por $ 5.500 millones para equipos de Carabineros.

La invitación transversal que hizo el Mandatario por la reforma tributaria que pretende presentar este mes fue también uno de los puntos que mayor interés generó de su discurso.

“Un país que está fracturado socialmente no puede crecer, por lo que una distribución más justa de la renta es condición necesaria para que retomemos el camino del desarrollo. Por ello hoy los quiero invitar a que juntos, trabajadores, empresarios, Congreso y Gobierno avancemos hacia un gran pacto tributario y productivo que permita llevarnos al camino de un crecimiento justo, inclusivo y sustentable”, planteó el jefe de Estado.

El Presidente abordó también lo ocurrido en el marco de las protestas tras el 18 de octubre de 2019. Nombró a Manuel Rebolledo, joven que murió arrollado por un carro de la Armada en Talcahuano; Álex Núñez, que falleció en la ex Posta Central, dos días después de haber recibido una golpiza policial en Maipú; Romario Veloz, joven de 26 años muerto tras ser baleado por efectivos del Ejército el domingo 20 de octubre de 2019 en La Serena; y a Cristián Valdebenito, que falleció el 7 de marzo de 2020 en medio de una protesta en Plaza Baquedano por el presunto impacto de una bomba lacrimógena de Carabineros.

“Nos obligaron a recordar que en nuestro país hay ocasiones en que protestar se termina pagando con la vida. Y no lo podemos seguir permitiendo. Verdad, justicia, memoria, reparación y no repetición son nuestros compromisos como gobierno”, afirmó el jefe de Estado.