Política

Umbral suave por una vez: senadores acuerdan atenuar reforma política para elecciones de este año

Para los comicios de noviembre, la Comisión de Constitución que preside la senadora Núñez, acordó rebajar los requisitos partidarios. La norma transitoria plantea que las colectividades que logren al menos un 4% de los votos o tengan 4 parlamentarios puedan tener representación en la Cámara de Diputados. En caso contrario, tendrían que ceder sus escaños a otra tienda.

La Comisión de Constitución del Senado. Claudio Cavalieri

A pesar de que las críticas del senador Rojo Edwards (socialcristiano) tensionaron la discusión este lunes en la mañana, finalmente la Comisión de Constitución del Senado despachó la reforma política que busca combatir la fragmentación del Congreso.

Este cambio a la Constitución, que ya cuenta con un amplio acuerdo político, al menos de parte de los senadores, ya quedó en condiciones de ser votado por la sala de la Cámara Alta.

En lo esencial, esta reforma fija un umbral (un 5% de los votos en la elección de diputados o bien tener 8 parlamentarios) para que los partidos puedan acceder a la representación en la Cámara Baja. Además, establece la causal de cesación del cargo de aquellos legisladores díscolos que renuncien a sus partidos o se cambien de bancada.

Sin embargo, dada la fuerte y transversal resistencia que provoca esta iniciativa en la Cámara de Diputados, inversamente de lo que ocurre en la otra rama del Congreso, la Comisión de Constitución, que preside la senadora Paulina Núñez (RN), aprobó un par de normas transitorias para que el mencionado umbral -el punto más conflictivo de la iniciativa- sea más digerible y se apliquen exigencias atenuadas, solo por una vez, para las elecciones de fin de año.

La fórmula aprobada por unanimidad en la comisión, con los votos de Núñez, Alfonso de Urresti (PS), Luciano Cruz-Coke (Evópoli) y Luz Ebensperger (UDI), establece que transitoriamente, en los comicios del 16 de noviembre, solo se exija a los partidos alcanzar un 4% de los votos a nivel nacional o bien lograr 4 parlamentarios (senadores o diputados) para poder acceder a los escaños en la Cámara.

Si esa norma hubiera estado en vigencia en 2021, casi todas las tiendas políticas tradicionales habrían pasado la valla, salvo el Partido Humanista, que contaba entonces con la militancia de Pamela Jiles, cuya votación permitió elegir a dos diputados más, pero que a nivel nacional solo le ayudó a sumar un poco más del 3% de los votos. Tampoco habría asumido la diputada Sara Concha (exmilitante del Partido Conservador Cristiano, organización que dio paso al Partido Social Cristiano). Igualmente fuera del Parlamento habrían quedado algunos independientes asociados a colectividades de corta vida como Francisco Pulgar (indep- Centro Unido), Héctor Ulloa (indep. Ciudadanos) y Enrique Lee (indep. PRI).

No obstante, la norma transitoria -al igual que el articulado permanente de un 5% de votos y 8 legisladores como mínimo- no afectaría a los candidatos que postulan al Senado, que podrían asumir igualmente, aun cuando su colectividad no haya logrado las condiciones constitucionales.

En caso de que los partidos no alcancen esos requisitos, los escaños que habrían ganado, serían traspasados a otra tienda de su mismo pacto que sí cumple con el umbral.

“Esto lo pudimos trabajar con nuestros asesores previamente y lo revisamos el fin de semana con la propuesta que nos envió la secretaría de la comisión”, explicó Núñez antes de someter a votación esta disposición transitoria.

Además, la comisión, que preside la senadora RN, ya había aprobado otra norma de alcance temporal la semana pasada, que permite a los partidos -que no alcancen el umbral- fusionarse para cumplir el mínimo exigido, siempre y cuando declaren al momento de inscribir sus candidaturas su voluntad de unirse con otra tienda. Esta otra disposición solo se aplicaría por una sola vez.

En el caso de que un parlamentario sufra la disolución de su colectividad (la Ley de Partido hoy exige un 5% de los votos para mantener su existencia legal), podrá afiliarse por única vez a otra tienda. Con ello, no arriesgaría la pérdida del cargo, como plantea la reforma política para evitar el discolaje.

Además del umbral y la fórmula de aplicación gradual, la comisión hizo otro guiño a la izquierda y aprobó eliminar la inhabilidad que impide a un dirigente gremial, sindical o social ser simultáneamente candidato al parlamento.

Tensiones

Pese al piso político que tiene la reforma (con el aval del PS, algunos PPD, la UDI, RN y Evópoli), el tema tensiona al Congreso, ya que el proyecto podría incidir en el resultado de las próximas elecciones.

Una muestra de ello fue el debate de este lunes en la comisión, a la que asistió excepcionalmente el senador Rojo Edwards (PSC). “Este proyecto es grave para la democracia y solo comparable con el primer texto constituyente que se rechazó… Afecta a partidos que buscan con nuevas ideas desafiar a la élite política”, dijo Edwards, quien pidió postergar el despacho la iniciativa, a la espera de que la comisión escuchara a dos ganadores del Premio Nobel, los autores del libro “Por qué fracasan los países”, Daron Acemoğlu y James A. Robinson, quienes, a su juicio, podrían ilustrar a los senadores de los riesgos de esta reforma.

En respuesta, Cruz Coke (Evópoli), le reprochó Edwards que igual era parte de la élite, porque en ningún caso podía sentirse representante de la plebe, de acuerdo a su origen familiar. “Nos hemos devanado los sesos para tratar de sacar algo bueno. Uno puede estar en contra o de acuerdo, pero decir que esto atenta contra la democracia, como si fuéramos unos trúhanes, que defendemos exclusivamente intereses…, pido al senador Edwards que retire sus palabras… me parece inaceptable”.

El senador Juan Antonio Coloma (UDI), quien también concurrió a la sesión, también le contestó a Edwards. “Que compare el proyecto con el proceso constitucional, me parece fuera de lugar”, dijo.

La senadora Claudia Pascual (PC), quien no es integrante de la comisión este año, pero que ha participado semanalmente del debate, insistió en sus reparos técnicos al proyecto. “Estoy absolutamente convencida que es una mala moción”, dijo y reiteró que el mecanismo de umbral se aplica en países con sistemas políticos distintos, donde los distritos eligen más de 10 parlamentarios, a diferencia de Chile.

De Urresti (PS), uno de los autores de la reforma, dijo que “tenemos un diagnóstico común: la fragmentación de la Cámara, no es buena para ningún gobierno”. Y si bien llamó a sus pares a bajar el tono de la discusión, también arremetió contra los críticos de la iniciativa, a quienes calificó como “los nostálgicos intransigentes de siempre que no quieren avanzar”.

“Chile no resiste más caudillismos ni pymes políticas”, añadió, por su parte, la senadora Núñez (RN), tras el despacho de la reforma.

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