“Los que votamos Apruebo demandamos también seriedad y templanza a la hora de repensar nuestra institucionalidad”. Así, la presidenta del Senado, Ximena Rincón (DC), se refirió al acuerdo alcanzado por la mayoría de los miembros de la Comisión de Sistema Político de la Convención Constitucional (CC), que si bien decidió conservar un Congreso bicameral, pone fin al Senado y lo reemplaza por un Consejo Territorial.
“No creo que una generación pueda arrogarse la potestad de refundar la República construida entre muchas generaciones por más de 200 años”, añadió la legisladora, rechazando la idea del grupo de convencionales.
Si bien en su exposición en diciembre del año pasado ante la Comisión de Sistema Político de la CC -desde donde nació el acuerdo en cuestión- recalcó la necesidad de perfeccionar el actual sistema bicameral, evitando “la repetición idéntica de funciones” entre ambas cámaras, Rincón es férrea opositora de la eliminación del Senado.
“La Convención es soberana para decidir lo que estime, pero es nuestro deber representar que la eliminación del Senado es un error para el funcionamiento de la democracia”, asevera la representante de la Cámara Alta.
El acuerdo: ¿Se eliminaría el Senado?
Miembros de la Convención Constitucional (CC) acordaron que el Senado -lo que debe ser ratificado aún por el pleno de la instancia- sea reemplazado por un órgano denominado Consejo Territorial, que no tendrá las atribuciones de revisar todo proyecto de ley, como la actual Cámara Alta. Sus competencias se limitarán a normas de presupuestos y materias que afecten a las regiones.
Además, se acordó traer de vuelta la propuesta de las asambleas regionales, que funcionarían como un “Parlamento” de cada zona. Esta idea había sido rechazada previamente en la votación en particular del informe de la Comisión Formas de Estado, en el plenario.
Con este cambio, los consejeros territoriales formarían parte de las asambleas regionales, que cooperarían con el nuevo Congreso Plurinacional, que se compondrá solamente por los diputados y deberá garantizar la representación indígena. En ese contexto, se incluiría un nuevo cargo nombrado por el Presidente, denominado “ministro de gobierno”, quien coordinaría las relaciones entre La Moneda y el Congreso.
A pesar del apoyo transversal en la CC, surgieron divisiones dentro de las mismas colectividades que firmaron la propuesta. En una entrevista con Pauta.cl, el convencional Ricardo Montero dijo representar al Partido Socialista con su voto a favor para la eliminación del Senado. “El Colectivo Socialista, que es el representante del partido en la Convención Constitucional, ha adherido a este acuerdo transversal: ya no hay una Cámara de Diputados como la conocemos y tampoco hay un Senado como lo conocemos”, afirmó.
Sin embargo, el senador Rabindranath Quinteros (PS), consultado por La Tercera sobre los dichos del constituyente, aseveró que su partido “no está a favor de eliminar el Senado. En la bancada jamás hemos hablado de eso. ¿Quién es Montero?”.
Reacciones en la Cámara Alta
El acuerdo por el Consejo Territorial se suma a la preocupación que ya existía dentro del Senado por el unicameralismo, una idea que logró fuerza hace algunas semanas dentro de la Convención Constitucional, pero que fue descartada luego de no lograr los dos tercios necesarios para su avance.
No obstante, la nueva propuesta del Consejo Territorial también genera tensión en la Cámara Alta. Hay diversas reacciones, pero priman las negativas.
En ese sentido, el diputado y senador electo Matías Walker (DC) señala que es “una mala propuesta, porque hubo un retroceso en materia de desconcentración y descentralización del poder. Lo que está saliendo de la Convención es un presidencialismo con un unicameralismo atenuado, eso significa menos poder para las regiones, más concentración de poder en favor de mayorías circunstanciales”.
Sobre el riesgo del avance de esta propuesta para el plebiscito de salida, Walker agrega que “si a esto uno le suma que vamos a tener un Sistema de Justicia y no un Poder Judicial, vamos a disminuir, en definitiva, la fortaleza de los contrapesos democráticos, que tienen bien a nuestro Estado de Derecho. Estamos viendo retrocesos que claramente son preocupantes”.
El senador Juan Antonio Coloma (UDI) concuerda con Walker y menciona que “esta eliminación del Senado real, sumado al ostensible debilitamiento del Poder Judicial, son muy malas señales respecto de cómo se espera funcione el principio de separación de poderes en la democracia chilena, no solo respecto de su función desde hace 200 años, sino que particularmente en momentos en que la reciente elección legislativa le dio a este órgano legislativo un muy importante rol de equilibrio y contrapeso al Poder Ejecutivo”.
El presidente de RN, Francisco Chahuán, rechazó la propuesta, catalogó al bicameralismo como “una de las bases esenciales de nuestra democracia” y acusó a la izquierda de estar “legislando con un cálculo electoral por un Senado empatado”.
“Hacemos el llamado a la ultraizquierda y a la izquierda a reflexionar respecto de este intento de reemplazo del Senado por este consejo territorial que tendrá escasas funciones y que elegirá sus miembros de manera indirecta, que también es un retroceso respecto a la elección de los representantes a través de la elección directa de los ciudadanos”, argumentó el senador RN.
Jacqueline van Rysselberghe (UDI) también coincide con sus pares. “Es un error gigantesco, porque tradicionalmente el Senado ha sido el lugar donde se han encontrado acuerdos y estabilidad para el país. Eliminarlo va en la dirección totalmente opuesta. Se podrán perfeccionar sus mecanismos, pero creo que es necesaria una Cámara revisora”, expresa.
Por su parte, el senador Jorge Pizarro (DC) dice que es muy pronto para opinar, pero pide que los convencionales “busquen una propuesta equilibrada en términos de lo que es la función legislativa, la función de fiscalización, la función de representación política territorial y que las decisiones de ambas instancias sigan siendo vinculantes”. Esto, porque considera que sumado a “las modificaciones al sistema presidencial que se están planteando, se podrían generar más problemas de los que se quieren corregir”.
Mientras tanto, el socialista Rabindranath Quinteros menciona que es “partidario del Congreso bicameral con las atribuciones del Senado”, porque considera que “es un error quitarle atribuciones al Senado, que es la Cámara revisora”.
En cambio, el senador Juan Ignacio Latorre (RD) -parte de la coalición del presidente electo, Gabriel Boric-, asegura que esta propuesta de Congreso bicameral le “parece bien, inicialmente, porque se estaría optando por un Senado con funciones distintas a la Cámara de Diputados, con una función más territorial. Y el actual bicameralismo, con las atribuciones que hoy tiene el Senado, no es pertinente para los desafíos de la democracia del siglo XXI”.
Para Iván Moreira (UDI), sin embargo, “la Convención Constitucional está demostrando en 15 días que fueron capaces de demoler el Poder Judicial, el Estado unitario y el Senado. Un Senado que daba garantías democráticas en el país y es un contrapeso al poder político”.
El parlamentario gremialista categorizó que este es “un atentado contra la democracia, porque fuimos recién elegidos senadores, por ocho años”. “Esta es una actitud arbitraria, totalitaria, de una izquierda radicalizada que se apoderó de todo el liderazgo en el sector de la izquierda, porque la centroizquierda no se atreve a hablar”.