10 formas de aprovechar las naranjas este invierno

Al momento de comprar y elegir naranjas, hay que tener en cuenta que en Chile se cultivan al menos media docena de variedades. Sin embargo, más allá de los distintos nombres y otros enredos, es bueno saber que hay naranjas de mesa y otras de jugo. Las primeras se aprovechan mejor para comer de manera directa y las segundas, como dice su nombre, para hacer jugo.

Por lo general, en ferias y supermercados se agrupan bajo esa misma clasificación, aunque hay algunas variedades de mesa, como la Thompson, que muchas veces se muestra con su nombre propio. Como sea, es bueno tener claro lo que uno quiere hacer en la cocina antes de adquirir las naranjas. Porque mientras la naranja de mesa eventualmente también puede servir para hacer jugo —aunque será menos provechosa—, la llamada de jugo es demasiado ácida, semilluda y —por supuesto— jugosa como para comerla directamente.

¿Un secreto para distinguirlas? Mientras más grandes y más gruesa sea la cáscara de las naranjas, más probable es que sean de mesa. A continuación, diez maneras de aprovecharlas.

Es cierto, la receta más clásica es la del pato a la naranja, pero conseguir esta carne no es fácil ni barato, por lo que mejor les dejo una receta más simple: pollo a la naranja.

Pollo a la naranja (para cuatro personas)

—1 pollo entero

—2 dientes de ajo pelados y cortados bien fino

—1 cebolla pelada y cortada en pluma

—1 pimiento verde limpio y cortado en tiras

—1 zanahoria cortada en bastones

—4 naranjas

—1 vaso de vino blanco

—Sal, pimienta y aceite de oliva

—Maizena

Encender el horno a media potencia (unos 180º). En una fuente, poner como base los vegetales picados y encima el pollo entero. En su interior, agregar dos de las naranjas desgajadas. Condimentar todo con sal y pimienta a gusto, más un toque de aceite de oliva, y bañarlo luego con el vino blanco y el jugo de una naranja.

Llevar el pollo al horno por unos cuarenta minutos o hasta que esté dorado y cocido. Sacarlo, colar todo el jugo que se haya juntado en la fuente de horno y pasarlo a una olla, mientras se deja al pollo reposar cubierto con papel de aluminio. A la olla agregarle un poco de maicena para que los jugos espesen y se vuelvan una salsa. Cuando esté lista, trozar el pollo y bañarlo con ella. Decorar con los gajos de la cuarta naranja y servir inmediatamente.

No contiene nada más que jugo de naranja recién exprimida. Es decir, no se le agrega agua ni azúcar, y tampoco se cuela. Para hacerlo, lo único que se necesita son buenas naranjas y un buen exprimidor. ¿Algo más? Sí, hay que beberla rápido antes que decante y todo se vaya al fondo del vaso. Demás está decir que el resultado es superior a cualquier jugo ya listo que se pueda comprar en el comercio.

La ralladura de la piel de las naranjas se puede utilizar en casi todo: mezclada con pimienta para aliñar un pollo al horno, para darle un toque cítrico a alguna masa, para decorar una ensalada o darle un toque y una textura diferente a un filete de pescado. Así, suma y sigue.

Conseguirla es muy fácil: solo se necesita una naranja bien lavada y un rallador confiable. Como siempre, lo mejor es rallar solo lo que vayas a necesitar al momento y nada más, porque los aceites esenciales de la cáscara se evaporan muy rápido y sin éstos la ralladura no vale la pena, además de que se pone dura.

Si bien acostumbramos a comer los pescados con unas gotitas de jugo de limón al momento de servirlos, la verdad es que la naranja también se lleva bien con los productos del mar. Mal que mal también es un cítrico, por lo que su característico toque ácido —aunque más dulce que el limón— le viene muy bien a los pescados, sobre todo a los de carne blanca.

Merluza austral a la plancha con naranjas (para cuatro personas)

—4 filetes de merluza

—2 naranjas

—1/2 vaso de vino blanco

—Sal, pimienta, ciboulette y aceite de oliva

Salpimentar por ambas caras los filetes de merluza y luego cocinarlos en un sartén con un poco de aceite de oliva, unos cuatro minutos por lado. Después, agregar el vino blanco y el jugo de una naranja y dejar cocinar por unos minutos, hasta que se evapore el alcohol. Finalmente, cortar una naranja en rodajas y agregarlas al sartén. Una vez que éstas se temperen, servir los filetes bañados en la salsa que se formó y decorar con las rodajas salteadas de naranja y un poco de ciboulette recién picado.

Si les sobran naranjas, estas se pueden aprovechar también en la preparación de queques para disfrutar en casa o para que los niños lleven de colación al colegio. Se preparan prácticamente igual que los tradicionales, solo que con un leve gusto a naranja y un tono obviamente anaranjado.

Quequitos de naranja (para doce unidades)

—3 tazas de harina integral

—¼ taza de aceite de maravilla

—4 huevos

—3 cucharaditas de polvos de hornear

—1 taza de leche

—½ taza de miel

—¼ taza de jugo de naranja

—Ralladura de ½ naranja

Encender el horno a temperatura media (180º). En un bol lo suficientemente grande para que quepan todos los ingredientes, ir agregándolos en el mismo orden en que aparecen en el listado. Con la ayuda de un batidor eléctrico, revolver muy bien cada vez que se añade un nuevo ingrediente, de manera que al final tengamos una mezcla bien homogénea.

Luego, batir hasta que la mezcla quede suave, húmeda y libre de grumos. A continuación, untar con aceite de maravilla —y la ayuda de una brocha pequeña— una bandeja de doce moldes individuales y vaciar en ellos la mezcla preparada. Finalmente, llevar al horno por unos 35 o 40 minutos, o hasta que los queques estén bien cocidos. Esto se puede comprobar clavando un mondadientes en la masa: si el palillo sale completamente limpio, sin masa pegada, es que el queque está listo. Esperar a que se enfríe y desmoldar. Para conservarlos, envolver en film plástico y guardarlos en un lugar fresco y seco, donde podrán durar varios días.

La naranja también puede ir en una ensalada, y la verdad es que queda muy bien. Como por ejemplo, en la receta a continuación, donde acompaña a unas invernales betarragas.

Ensalada de betarragas con queso de cabra y gajos de naranja (para cuatro personas)

—4 betarragas

—100 grs de queso de cabra

—1 naranja

—Sal, pimienta, aceite de oliva y vinagre balsámico

Encender el horno a media intensidad (180º). Pelar las betarragas y ponerlas en una fuente con sal, pimienta y aceite de oliva. Taparlas con papel de aluminio y cocinar por treinta minutos. Luego, sacarlas y dejarlas enfriar. Finalmente, cortar las betarragas en rodajas finas y disponerlas en un plato. Ponerle encima trozos pequeños de queso de cabra y los gajos de una naranja. Aliñar con sal, pimienta, aceite de oliva y vinagre balsámico. Servir inmediatamente.

Para los que ya pasamos los cuarenta años, lo más probable es que asociemos el vodka naranja como un trago que venía en botellas muy baratas y de dudosa procedencia que en el pasado se vendían en algunas botillerías. Su contenido era realmente malo —peor aún sus resacas— y le hacían una pésima fama a esta preparación que es muy buena.

¿Cómo se prepara un vodka naranja? Muy fácil. En un vaso largo se ponen tres hielos, se agrega vodka en la cantidad deseada y luego se termina de rellenar con un jugo de naranja recién exprimido. Se revuelve un poco y listo. ¡Nada que ver con esas antiguas botellas noventeras!

Esta es otra ensalada en la que podemos aprovechar la abundancia de dos productos muy invernales: las naranjas y las achicorias. Como esta hoja es amarga, mezclada con el dulzor de la fruta funciona muy bien.

Ensalada de achicoria con naranjas y nueces (para 4 personas)

—1 achicoria pequeña

—2 naranjas

—1 taza de nueces

—Sal, pimienta y aceite de oliva

Desarmar la achicoria, lavarla bien y dejarla secar. Luego, cortarla en bocados pequeños (con la mano) y ponerla en un bol. Agregar las nueces y una naranja cortada en gajos. Aliñar con sal, pimienta, aceite de oliva y el jugo de la otra naranja. Revolver bien y servir.

Se sabe que el chancho, con algunos toques dulces, siempre queda bien. Así las cosas, ¿por qué no cocinarlo con un poco de naranja? Aquí un ejemplo fácil y rico.

Solomillo de chancho con naranja y salvia (para cuatro personas)

—800 grs de solomillo de chancho

—2 naranjas

—Sal, pimienta, salvia y aceite de oliva

En un bol, poner los cortes de solomillo y condimentar con sal, pimienta, salvia, un toque de aceite de oliva, el jugo de una naranja y un poco de la ralladura de su piel. Revolver bien para que los aliños se impregnen en la carne y dejar marinar a temperatura ambiente por dos horas.

Encender el horno a media intensidad (200º). Vaciar todo el contenido del bol en una fuente y cocinar en el horno por media hora o hasta que los solomillos estén bien cocidos. Dejar reposar unos minutos y luego servirlo cortado en finas láminas.

Y aunque parezca una obviedad, como buena fruta las naranjas son también un estupendo postre. Y si queremos hacer algo entretenido, sobre todo para los niños, nada mejor que picar trozos de naranja, kiwi y plátano para luego clavarlos en brochetas que bañaremos en jugo de naranja. Muy fácil y, sobre todo, muy rico.

*Los precios de los productos en este artículo están actualizados al 26 de julio de 2022. Los valores y su disponibilidad pueden cambiar.