Hace un par de décadas, Halloween era una tradición anglosajona que los niños en Chile veían con envidia por la tele, llena de disfraces, dulces y diversión, porque en el país nadie la festejaba. Algo que ya cambió y que toma más fuerza cada año, convirtiéndose en una celebración de la que ya pocos se escapan.
A estas alturas, no solo los supermercados sino que casi cualquier tienda —al igual que las casas de algunos entusiastas— luce decoraciones con telas de arañas, calabazas o fantasmas.
Usualmente, la preocupación de varios padres y madres es cómo hacer que Halloween sea divertido y relajado sin que se transforme en una bacanal de azúcar descontrolada. Para que esto suceda, son los mismos adultos quienes deben tomar otra perspectiva orientada a la autorregulación y creatividad.
¿Se comió muchos dulces? No es tan grave
Como es un día especial, una fecha que se da una vez al año, la nutricionista María Cecilia Benavides, de la Clínica Indisa, dice que “podemos salirnos de los alimentos habituales, pero sin abusar”. Algo con lo que se coincide en el blog de la nutricionista infantil Sarah Remmer. “Uno o dos días de atiborrarse de caramelos no marcarán la menor diferencia en lo que respecta a su estado nutricional, salud dental o comportamiento. Lo prometo”, afirma.
“Puede resultar en dolor de estómago o sentirse mal, lo cual no es algo malo; les enseñará a ser más conscientes la próxima vez”, escribe Remmer. “Esta puede ser la consecuencia natural más poderosa”.
Relajarse para que midan la experiencia
Como decíamos, Halloween se ha convertido en una de las fechas más emocionantes para los niños, porque además de ganar un cuantioso botín de dulces, pueden salir disfrazados junto a su familia y/o amigos, interactuar con otras personas y conocer de otra forma su barrio. Dentro de esa experiencia también está que puedan comer muchas golosinas en su regreso a casa.
“Permitir que los niños vayan por la ciudad para conseguir sus dulces y coman todo lo que quieran en la noche de Halloween será emocionante para ellos, pero también aprenderán que los dulces no fueron tan increíbles como pensaban”, analiza Remmer. Puede ser que el niño se autorregule, coma unos cuantos y luego pierda el interés; otro escenario es que se coma muchos y quede en llamas con el azúcar consumida.
“Cuanto más relajados y tranquilos estemos al respecto, más lo estarán ellos también”, asegura.
En caso de que al niño o niña se le pase la mano con los caramelos y tenga una sobredosis de azúcar, es importante que identifique por qué se siente mal pero sin avergonzarlo ni culparlo. Maritza Bocic, psiquiatra y académica de Medicina en la U. de Santiago, nos expresaba anteriormente que como padres es importante ser más empáticos que recriminatorios. Cuando se le hace sentir avergonzado, esto puede ser “terriblemente dañino para el niño”, en parte porque todo esto “le va a generar más estrés o ansiedad”.
“Pregúnteles por qué creen que se sienten mal o cuál creen que podría ser la mejor manera de evitar eso la próxima vez”, detalla Remmer. De esta manera, ellos serán capaces de interiorizar la experiencia y darse cuenta por sí mismos que comer todos los dulces que puedan no es el mejor camino para disfrutar.
Un aspecto positivo de la autorregulación es que “reduce las posibilidades de que los niños se coman los caramelos a escondidas o se complazcan en exceso cuando usted no está allí”, apunta. Según ella, “una noche de atracones de golosinas no afectará su estado nutricional ni su peso a largo plazo”.
Administración y confianza
Ser la “policía del dulce” no es el mejor oficio del mundo y menos con tus hijos. “Si tú te haces cargo de los dulces y controlas cuándo y cuántos dulces se pueden consumir, estás enviando el mensaje de que no puedes confiar en tus hijos”, comparte Remmer.
Cuando son pequeños —entre los dos y los cuatro años—, claramente los niños y niñas no tienen la edad suficiente para administrarlos los caramelos, por lo que ahí sí corresponde que los ayudes dosificando una cantidad diaria que parezca justa.
Para desde los cuatro años en adelante, ellos sí deberían tener la capacidad de almacenar sus dulces. La idea es negociar previamente la cantidad con el niño, de manera de llegar a un acuerdo. “Darles la oportunidad de administrar sus golosinas les dará la confianza para manejarlas de una manera saludable”.
Manos a la cocina
Además de aburrido, es poco realista que se repartan manzanas en lugar de dulces, porque para los niños Halloween es la fiesta de los caramelos. Pero algo que sí puedes poner en práctica, según recomienda María Cecilia Benavides, es “tratar de regalar galletas o dulces hechos en casa. Es una buena instancia para cocinar en familia”, por lo que aparte de ser algo más sano es un buen panorama.
Camila Rivera es una popular creadora de contenido de cocina. Ha ganado hartos seguidores en Instagram y en TikTok por ser cercana con su comunidad, además de que sus recetas y recomendaciones son creativas y no muy difíciles de hacer. “La pandemia me hizo llegar a gente que debía cubrir esa necesidad de recetas fáciles y ahí estaba yo, simplificando todo lo máximo posible “, cuenta. En misión de salvataje para este Halloween, tiene algunas propuestas para chicos y grandes.
“Una idea fácil es decorar mandarinas, imitando la clásica calabaza gringa”, dice. Para eso, solo necesitarías las frutas y un plumón para decorarlas.
Plumones de tinta comestible Dripcolor
Otra idea de Rivera es hacer muffins de zapallo con chips de chocolate. “Si es que compramos como decoración, podemos usar el relleno”, agrega, que además le da los característicos color naranjo y negro de esta celebración.
Con el mismo zapallo clásico de Halloween también se puede sacar una pasta de picoteo. Solo tienes que mezclar zapallo asado con queso y condimentos a elección. “Sirve para untar con galletas saladas”, dice, y asegura que “queda mortal”.
Si estás pensando en alguna pasta dulce para acompañar alguna de estas preparaciones, Camila tiene una receta de nutella casera muy fácil y untuosa. Debes tostar u hornear avellanas durante unos cinco minutos, luego se procesan y se les agrega una cucharada de cacao amargo y dos de endulzante o azúcar, según se prefieran. A la mezcla se le va agregando leche hasta que adquiera una consistencia cremosa.
La nutricionista María Cecilia Benavides también tiene propuestas visualmente escalofriantes, ideales para preparar con niños. La que siempre tiene éxito en su casa con los “dedos ensangrentados”, hechos con salchichas y salsa de tomates. El truco para crear la uña es remover un pedazo de la salchicha cruda y después hervirla. Luego decorar con la salsa de tomates, fideos y, si gustas, también puedes añadirle almendras o semillas de zapallo.
Las salchichas son los embutidos favoritos entre los niños. Otra forma de cocinarlas con un look Halloween son las “salchimomias”. El concepto aquí es enrollar la salchicha (cruda) con tiras de masa de wraps, fajitas o de hojaldre. Luego ingresas las salchimomias al horno precalentado (180º) entre 10 a 15 minutos a fuego medio. Los ojos se pueden hacer con la misma masa o con una gotita de mayonesa y un pedacito de aceituna.
Otra opción salada y un poco más saludable son los ataúdes de atún. El procedimiento que debes seguir es el mismo de cuando te haces un sándwich de atún, solo que debes cortar los panes con forma de sarcófago y adornarlos con una cruz, la que puede ser hecha de aceitunas negras, pimentón rojo u vegetal. Para que esto sea más saludable, Benavides aconseja preferir atún al agua, pan de molde integral y en lugar de mayonesa usar una salsa de yogur natural. También puedes añadir “sangre” con salsa de tomates.
Si prefieres las cosas dulces, puedes preparar en familia unas tumbas en flan de chocolate. Para hacerlo rápido, puedes comprar la mezcla de flan de chocolate, que simulará el suelo del cementerio. Una vez cuajado, puedes agregar tumbas de galletas de vino y chocolate para derretir… ¿El resultado? Un camposanto para comer en familia o amigos. También puedes hacerlos en copas individuales.
Otra forma creativa y fácil de que los niños coman fruta en Halloween es haciéndoles cara. Un ejemplo son los plátanos fantasma: solo necesitas partir cada plátano por la mitad y hacerle una cara fantasmal con chips de chocolate.
Como puedes ver, ideas sobran y si googleas vas a encontrar un millón más. Lo importante es darse el tiempo para compartir con los niños, confiar en que se autorregularán —aunque les pueda costar un dolor de estómago— y recordar que además de ir a pedir dulces a otras casas, también puedes hacer tus propias preparaciones escalofriantes.
*Los precios de los productos en este artículo están actualizados al 28 de octubre de 2024. Los valores y disponibilidad pueden cambiar.