¿Hay algo más desagradable que la congestión nasal? Cuando la nariz se siente tapada, para mucha gente es como estar funcionando a medias. Respirar, lo sabemos, es una de nuestras funciones vitales, y si no se puede realizar con la naturalidad de siempre, la vida se siente cuesta arriba: entra menos oxígeno, hay que inhalar más seguido y nos cansamos más rápido.

Lo peor de todo es que, aunque te suenes con todas tus fuerzas, la nariz seguirá sintiéndose tapada, como si un muro de mucosidad se hubiese construido en sus cavidades. ¿Hay una forma efectiva para descongestionarla y volver a respirar?

Cómo funcionan las fosas nasales (y por qué se tapan)

“La nariz es un órgano que prepara y filtra el aire antes de que ingrese directamente a los pulmones”, explica Santiago Ibacache, jefe de Otorrinolaringología de Clínica Santa María. “Cuánto y cómo tiene que trabajar la nariz dependerá mucho de las condiciones ambientales”.

El mejor aire para que nuestra nariz funcione bien, según describe el especialista, es húmedo, limpio y, ojalá, relativamente tibio. “Lo peor es el aire sucio, seco y frío, porque es cuando la nariz más debe trabajar”, señala.

¿Cuál es, exactamente, la pega que tienen las fosas nasales? Su labor es humidificar el aire que ingresa por ellas antes de que llegue a la región nasal posterior y luego a su destino final, que son los pulmones.

En específico, Ibacache dice que las fosas logran añadir hasta un 90 por ciento de humedad al aire que respiramos y calentarlo casi a 37 grados celsius, que es lo ideal para el pulmón. “Si las condiciones físicas ambientales son más difíciles —como mucho frío o demasiada sequedad—, la nariz se congestionará para poder lograr este objetivo”, advierte.

Según plantea el especialista, hay otras condiciones que inciden directamente en las condiciones de la mucosa nasal. La más frecuente son los resfríos. “Una rinitis de tipo viral va a inflamar y congestionar a la nariz”, dice Ibacache.

Cualquier virus con síntomas respiratorios, como los rinovirus, que son los resfriados más comunes, es capaz de desnudar las células nasales de sus pelillos, incluso antes de que nosotros tengamos la sensación de síntomas.

“Cada célula nasal tiene pequeños pelillos en la superficie, que hacen un batido de alta frecuencia y que botan el moco hacia la región posterior para hacer el deglutido; eso es lo normal. Pero apenas el virus ingresa, estos hilos se pierden y el moco se estanca en la nariz”, cuenta el médico. El estado inflamatorio producto de la respuesta inmunológica también produce más mucosidad, “por lo tanto la nariz se llena de mocos, lo que nos puede llevar a un riesgo de una sobreinfección mayor, una congestión e incluso rinosinusitis”.

Una historia diferente es lo que sucede con la rinitis alérgica, el segundo caso más común, que se caracteriza por un estado inflamatorio producto de una respuesta inmunológica a algún agente alérgeno.

“Los agentes más frecuentes son el polvo o el polen. Si uno no los trata adecuadamente, se agrega una condición extra que facilitará la congestión, la producción y estancamiento de mucosidad, y secundariamente, una eventual infección”, ahonda.

Otras posibles causas de congestión son la contaminación ambiental, la suciedad ambiental, el tabaquismo o las noxas ambientales, “que obviamente también facilitan un estado inflamatorio crónico de la mucosa nasal”, dice Ibacache.

Cómo podemos destapar las fosas nasales

Gente congestionada del mundo: no todo está perdido. Hay varias cosas que se pueden hacer para prevenir o aliviar este malestar.

Pero antes de ir con el siguiente listado, el médico Mauricio Bonilla, especialista en salud pública de plataforma Saluta, dice que si la congestión nasal es severa o persistente (que impide respirar por periodos extendidos de tiempo), o si está acompañada de otros síntomas como fiebre, dolor facial o dificultad para respirar, es importante consultar a un médico para descartar otras patologías.

Si la situación no es tan grave pero de todas formas molestosa y desagradable, acá hay una lista con acciones que podrían aliviarla.

1. Hidratación

Cuando uno está resfriado o contagiado de algún virus, beber agua siempre ayudará. “Beber abundantes líquidos, especialmente agua, ayuda a fluidificar la mucosidad y facilita su eliminación”, dice Bonilla.

“La hidratación adecuada es beneficiosa para cualquier órgano”, señala Ibacache: tanto para el sistema circulatorio como el pulmonar, neurológico o la piel. La nariz, por supuesto, es otro órgano que también se maneja en base a los fluidos corporales, por lo tanto, “una hidratación sistémica adecuada siempre es beneficiosa”.

2. Lavados nasales

Los lavados nasales es otra de las estrategias que puedes tomar en medio de la congestión, ya que es útil para limpiar las fosas nasales y eliminar el exceso de mucosidad. Se pueden realizar con solución salina fisiológica, disponibles en cualquier farmacia.

Bonilla cuenta que existen algunos kits de lavado nasal que incluyen una boquilla preformada, la que puede facilitar la aplicación de la solución salina.

“En general, en el mercado hay frascos acondicionados para hacer un lavado nasal adecuado algo útil en cualquier condición inflamatoria de nariz, incluso en los resfríos”, complementa Ibacache. Si no se puede acceder a uno de estos productos, es posible hacerlo de forma más casera: debe ser una solución de agua con sal lo más aséptica o limpia posible. La recomendación de Bonilla es que sea un agua cocida llevada a temperatura corporal, “similar al agua que usamos para preparar una mamadera”, analiza.

La nariz tapada puede arruinar un lindo día soleado, como le pasó a esta señorita.

3. Revisa tu postura al dormir

Aunque parezca un poco obvio, nunca está de más repetir que “dormir lo suficiente y descansar adecuadamente ayuda al cuerpo a recuperarse y combatir la infección o alergia que causa la congestión”, dice Bonilla. Para sobrellevar la molestia, aconseja dormir con la cabeza ligeramente elevada, porque ayuda a reducir la hinchazón y la congestión nasal.

La congestión nasal, especialmente durante la noche, depende en gran medida de la posición de la cabeza. Es por eso que estando congestionado duermes en tu posición de siempre (con la cabeza a una altura más bien plana), lo más probable es que despiertes obstruido. La clave es incluir esta inclinación con cojines, para que no te ahogues de noche.

4. Humidifica tu ambiente

Según explica Bonilla, utilizar un humidificador o vaporizador de aire aumenta la humedad en el ambiente, lo que ayuda a fluidificar la mucosidad y aliviar la congestión. “Un ambiente muy seco puede irritar las vías nasales y empeorar la congestión”, explica. Si estás pensando en adquirir una máquina con esta función, es clave considerar el tamaño de la habitación que desea humidificar, además de seguir las instrucciones según cada fabricante.

¿Funcionan las duchas calientes?

La sensación cuando estando resfriados nos metemos a una ducha caliente, con mucho vapor, es simplemente maravillosa. Ibacache explica que esto ocurre porque “al sentir que el aire está húmedo y limpio, disminuyen la congestión nasal y la vasocongestión, de tal forma que liberan un poquito la respiración y dan la sensación de alivio”.

“En un estado agudo, las duchas favorecen, pero en patologías más crónicas son menos efectivas, pues solo disminuyen los síntomas por un periodo breve y no se ataca la raíz, que puede ser una enfermedad inflamatoria”, señala el jefe de Otorrinolaringología de Clínica Santa María.

5. Descansar para recuperarte

Otro punto importante es evitar hacer ejercicio durante los días en que haya congestión, ingerir la medicación según el cuadro diagnosticado y beber muchísima agua.

“Es necesario tener presente que, más allá de un resfrío o rinitis alérgica no tratada, cuando la congestión persiste más allá de 10 a 15 días, o se asocia a otras cosas como dolor de cabeza, dolor de muela, dolor facial, pérdida del olfato o sensación febril, obviamente hay que ir a un servicio médico para descartar una complicación mayor u otras patologías que provocan la congestión”, advierte Ibacache.