Ningún proyecto con madera queda listo sin antes recibir una mano de lija. A través de ella, puedes lograr un acabado que marcará la diferencia: el lijado, cuando está bien usado —sin exagerar pero tampoco quedándose cortos—, da forma, suavidad y perfección al producto final. No falta quien quiera saltarse este paso, por ser muy sucio y agotador, pero es esencial para que el resultado sea óptimo y duradero.
Si estás por ejecutar una idea hazlo-tú-mismo de carpintería, aquí van algunos consejos de especialistas y creadores para lijar correctamente.
1. La importancia de lijar
“Lijar una superficie sirve para emparejar y atenuar imperfecciones o para remover productos anteriores y así prepararla para un sellado con algún producto especial”, explica Ricardo Dachelet, creador de Hey Wood, un emprendimiento creado el 2016 con el que confecciona muebles, en su mayoría en madera nativa. Su consigna es que sean “muebles eternos y heredables”.
Según describe Dachelet, existen lijas especiales para cada tipo de superficie y forma de lijado. Hay algunas especiales para madera, metal o cerámica, y cada una también tiene distintas asperezas —o granos— que la hacen más o menos abrasiva frente al material.
Lija de madera Norton A-257 Nº 120 - 22,5 x 27,5 cm
Hace poco más de 3 años, Juan José Zarzar decidió echar andar Bodo Muebles, proyecto donde producen muebles de líneas simples y tonos claros. Una de sus primeras consideraciones es que solo hay que lijar madera maciza, “ya que al hacerlo en maderas enchapadas, pierden la cobertura y la madera aglomerada del interior queda al descubierto”.
2. Lijas de madera vs. al agua
Hay dos grandes tipos de lijas en el mercado: las de madera o de agua. No es que una provenga de un árbol y la otra del líquido, sino que se definen así por los usos que se les dan. Aunque son fáciles de diferenciar, es importante no confundirlas, sino los resultados pueden estar lejos de ser los esperados.
“La lija de madera es la más común, es como de cartón”, detalla Zarzar. Es más suave y blanda, características que, como dice su nombre, están pensadas para trabajar en la madera. Entre más alto sea su número de grano, significa que más separados están ellos entre sí, por lo tanto más preciso y menos agresivo será el lijado.
La al agua, en cambio, tiene este nombre porque es resistente a la humedad y muchas veces se recomienda mojarlas antes de usarlas “Dependiendo del grano que tenga, se usa para lijar metal, plásticos o sacar pintura de las paredes”. Ambas son de óxido de aluminio, “pero las al agua son más duras, además de venir en un papel más resistente,entonces no se rompe tan fácilmente”.
Lija al agua Norton N° 100 - 22,5 x 27,5 cm
3. Las sucesiones de lijado
“Es muy importante no saltarse los proceso de lijado”, advierte Alejandro Morales, carpintero y creador de contenido. Es ingeniero civil industrial pero hace algunos años cambió los sistemas por las maderas. A través de su cuenta y canal @carpinterodeldesierto se ha posicionado como un referente en esta materia.
“A veces uno se impacienta un poco, pero hay que entender que el proceso de lijado es fundamental, algo así como el 50% del acabado”, afirma. “Si uno quiere tener una buena terminación, en especial según la pintura, el barniz o el tinte que quiera colocar, lo importante es no dejar marcas ni ralladuras en el material”.
Para que tu proyecto de madera quede suave y parejo, todos los entrevistados coinciden en que se deben pasar distintas lijas con distinto nivel de grano.
“Los granos de número más bajo son los más gruesos y los de números más altos son los más finos y precisos”, comenta Sebastián Chacón, creador y fundador de Martillazo Carpintería. La regla de oro para un buen lijado, según él, es la siguiente: hay que partir con un grano grueso y terminar con uno fino.
Para Chacón, la importancia del orden de lijado es vital para que así “no quede rayada la madera”. “Mientras más grueso sea el grano, podemos utilizarlo para comenzar el lijado y eliminar irregularidades”, complementa Dachelet. “Así hasta llegar a granos más finos que permiten mejores acabados”
La idea es empezar con una lija de 80, para alisar y emparejar la superficie, eliminando irregularidades; luego seguir con una de 100 o 120, y así sacar los residuos del cortado y otras imperfecciones, dejándola lisa al tacto; y terminar con una de 180 o más.
Con respecto al proceso en específico, recomienda “siempre comenzar el lijado con granos, más gruesos para eliminar irregularidades de la superficie”, es decir, grano 60 a 80. “Luego de eso, utilizamos granos más finos para emparejar la superficie y dejarla lisa al tacto”, por lo que sugiere preferir las de 120 a 180. El tercer paso contempla una lija ultrafina de entre 220, 240 o superior para “acabados finales o entre capas de protección”.
Lija de madera Inoxcrom Nº220 (50 Hojas)
“Las lijas más finas por lo general se usan para pulir pinturas y barnices, y se utilizan con agua”, comenta Chacón. Por ejemplo, para pulir un barniz y que no quede con textura, él utiliza “lijas desde el grano 400 hasta el 800, siempre mojando la superficie para lograr el acabo deseado”.
“Si es una madera natural que solo fue cortada, quizás ahí necesitas comenzar en grano 80”, dice Morales. “Pero si estás trabajando con una madera que fue cepillada, quizás podrías comenzar en grano 120″, analiza.
“Cuando te das cuenta de que no hay ninguna ralladura, ahí subes de grano”, agrega el “Carpintero del desierto”. Teniendo esa lógica en la cabeza, es más posible asegurar un resultado exitoso.
4. Cuando lijas con la mano
“Más que los tipos de lijas, lo importante es la forma en que se usan”, comenta Zarzar. Cuando él lija a mano, por ejemplo, suele plegarla en cuatro lados, poniendo su mano sobre uno de ellos hasta que se termine de gastar. “Así le saco más provecho y la uso completa”, dice. El inconveniente con esta técnica es que “los dedos y tu palma, al no ser regulares, pueden ir dejando huellas marcadas y no será un lijado tan parejo”.
Para que no suceda esto, Zarzar recomienda “pegar una lija a un trozo de madera plano —idealmente del tamaño de un cepillo de ropa— y lijar con él. “Como es plano, siempre va a lijar de manera uniforme”.
5. Lijadoras eléctricas
Más conocida como lijadora de banda, esta es una herramienta que toda persona que trabaje con madera debiese tener. No solo porque economiza esfuerzos y lo hace más parejo, sino que además agiliza el proceso. La fricción que genera la máquina sucede a alta velocidad, de manera que solo hay que maniobrar el aparato —al que debes incorporarle el papel de lija, por supuesto— de manera uniforme por toda la madera que estás trabajando.
Para novatos, es necesario que tengas estos dos modelos en tu radar: las lijadoras orbitales y las de banda. Estas últimas se ocupan para trabajos más grandes y de mayor superficie, como puertas, mesas o paneles de madera, y funciona con un rodillo que va girando la lija a distintas velocidades.
La orbital se diferencia justamente por su movimiento, ya que en vez de tener rodillos que hagan girar la lija, esta máquina hace un movimiento elíptico muy rápido, pensado más para los “acabados finos”, como dicen en el sitio especializado en construcción Martínez Escalada, que para las grandes extensiones. Es muy usada en la carpintería y el bricolaje, ya que es fácil de manipular y muy versátil.
“En los procesos de taller, sea cual sea el rubro, siempre lo más importante es la seguridad. pCada vez que uno realice procesos de lijado, es obligatoria la utilización de elementos de seguridad como guantes, lentes y mascarilla”, afirma Chacón, en esepcial si estás usando máquinas eléctricas como las lijadoras de banda u la orbital, que liberan mucho polvo y aserrín al ambiente.
Lijadora orbital Nappo 150W
6. La meta es ir en dirección de la veta
Toda madera tiene una veta, que es el dibujo que marca la dirección en la que crecieron las fibras del árbol. Normalmente, las vetas van de un lado al otro, por eso, como explica Zarzar, “el lijado tiene que ir en favor de ellas para que la raya que hace la lija sea en su mismo sentido y no se vea tan marcada”. Si se hace contra la veta, las rayas provocadas por el lijado se harán más notorias y la fibra de la madera quedará más levantada. Si se respeta su sentido, el lijado debiera ser exitoso.
7. Cuidado con…
Para que la superficie que estás trabajando no quede rayada, “siempre procura que la superficie a lijar no tenga clavos o irregularidades que puedan dañar la lija o la mano”, advierte Dachelet.
“Si se quiere aplicar barniz, pintura o alguna protección incolora que requiera más de dos manos, debe lijarse con grano fino entre cada una de las capaa”, asegura el creador de Hey Wood. “Cada vez que se aplique la protección, hay que dejar secar y volver a lijar, para así aplicar la última protección”. De esta forma, el acabado quedará parejo y suave, sin irregularidades provocadas por gotas o exceso de pintura o barniz.
8. Inténtalo
Lo más importante para Morales, quien además tiene un curso en Crehana, es que se animen a hacerlo. “Hoy, gracias a las redes sociales, hay harto material con tutoriales e instructivos. La barrera de entrada para usar estas herramientas ya no es tan grande”, señala. Si te encuentras en una fase inicial en cuanto a la carpintería, el bricolaje o la restauración de muebles, “no necesitas comprarte la madera más cara, sino que comprando una lijadora conveniente, ni siquiera de las más caras, puedes obtener buenos resultados”.
“Hay que trabajar con paciencia y cariño”, puntualiza. Según él, lo más “increíble” es que “a veces se puede restaurar un mueble, darle una nueva vida con más carácter o una riqueza más personal”. La mayor recompensa de todo esto es que “si uno se hace o arregla su propio mueble, lo cuidaremos más, no pensaremos en cambiarlo y tendrá un valor mucho mayor que si lo compraras en una tienda”.
*Los precios de los productos en este artículo están actualizados al 18 de octubre de 2021. Los valores y su disponibilidad pueden cambiar.