Otro Día del Padre que se avecina y otra vez las celebraciones —por más escuetas que puedan ser— estarán marcadas por el encierro, como en un libro de Allan Poe o Paul Auster.
Además de lo decepcionante que puede ser una celebración a distancia, las dificultades para salir de casa también complican la búsqueda de otro tipo de regalos, como por ejemplo algo para el clóset del “viejo prócer”. Y unos chocolates, por buenos que sean, se van rápido. No así un libro, que puede acompañar durante un tiempo más prolongado e, incluso, compartirse y releerse. Un chocolate no se puede comer dos veces, ¿o sí?
En el encierro, además, un libro ofrece la alternativa de un punto de fuga, de escapar a otros tiempos, a otros lugares, conocer otras personas y sus realidades, inmiscuirse en la cabeza de los autores. Es el viaje que la pandemia y las restricciones sanitarias nos tienen vetados. Qué mejor que una buena salida, aunque sea imaginaria, como regalo para el hombre que tuvo la tremenda ocurrencia de regalarnos la existencia.
Y ante el impacto que el contexto pandémico y político-sanitario puede tener sobre la salud mental, la lectura es, también, un buen refugio. Los especialistas aseguran que leer ofrece un descanso frente a la tensión diaria, reduce el estrés y la angustia; activa el cerebro y ayuda a la memoria, así como ofrece un buen tema para variar la conversación de la cena o previa al sueño nocturno.
Tal como hicimos para el Día de la Madre, en que mujeres ligadas al mundo de los libros nos recomendaron sus títulos para la madre de hoy, recurrimos a ávidos lectores que nos entregan sus recomendaciones de novelas y ensayos que parecen buenos puentes para conectar la paternidad con los tiempos que, como diría Bob Dylan, corren y cambian.
Manuel Rojas - Tiempo irremediable (Zig-Zag)
Desde Ciudad literaria, una organización sin fines de lucro que fomenta la lectura en jóvenes y también revaloriza el patrimonio cultural inmaterial urbano (“pensando la ciudad como un libro abierto a ser leído”, como dicen ellos), su director Manuel Ugalde recomienda volver a Manuel Rojas.
“Yo sugeriría la tetralogía de novelas protagonizadas por Aniceto Hevia, una narración que parte con Hijo de ladrón y que termina con Una oscura vida radiante. No sólo por su estilo único, o por la capacidad que Rojas tiene de mostrar la miseria, la vulnerabilidad y la humanidad en amplitud de claroscuros, sino porque la historia de Aniceto permite quitarle la gravedad a ese lugar un poco sacro e ideológico que nuestra sociedad occidental le ha dado al padre como figura varonil, única e irrepetible”, dice Ugalde, que también es psicoanalista.
“Lo que me parece más bello e interesante es que las novelas logran mostrar que la cara del cuidado, del cariño, del aprendizaje y de la enseñanza no se reduce a los designios de la presencia o ausencia de los progenitores, sino que se abre a mostrarla a cada paso en la humanidad de incontables rostros populares, que cobijaron a Aniceto en su proceso de encontrarse a sí mismo”.
Luis Cornejo - Obra reunida (Editorial Hebra)
Hace cuatro años que Carlos Cardani transformó su casa en una bodega de libros raros y poco conocidos. Hoy son pilas y pilas de títulos de los más grandes autores, como también de los que recién buscan abrirse paso, y que llenan los espacios y pasillos de su vivienda. A esta altura, la librería Pedaleo destaca no sólo por su gran catálogo, sino también por su método de reparto: los pedidos que son de Santiago —y que recibe en su popular cuenta de Instagram— los despacha en bicicleta.
“Yo iría por libros que evoquen al lector a un pasado que sepa reconocer y ser parte. Pienso en la Obra reunida de Luis Cornejo, publicado por Editorial Hebra, que junta sus novelas y cuentos en un solo compendio, donde el autor recorre las calles de un Santiago que se fue, de mercados, tranvías y canillitas en las esquinas. El padre que lo lea puede identificarse como niño y habitante de esa ciudad antigua, como también de las primeras migraciones campo-ciudad”.
(Puedes conseguir este libro por $15.000 en el Instagram de Pedaleo).
María José Ferrada - Kramp (Emecé)
Por otro lado, asegura el también escritor, “la literatura actual piensa en estas formas diversas de llevar la relación entre padre e hijos. Kramp, de María José Ferrada, trata sobre la asociación casi cómplice de una niña que evita el colegio con tal de acompañar a su padre al trabajo”.
Alejandro Zambra - Poeta chileno (Anagrama)
Poeta chileno, de Alejandro Zambra, es otra recomendación de Cardani. “Aborda en su trama una paternidad por rebote, donde un tipo cualquiera pasa de ser primero el pololo y después la pareja de una madre joven, para terminar siendo parte de la crianza de este niño hasta su adolescencia”, adelanta.
Finalmente, sugiere la última obra de la escritora nacional Paulina Flores, ‘Isla Decepción’, en la que ella, “como hija viaja de Santiago a Punta Arenas, para acudir donde su padre que ve poco por una separación hace años. Que, si bien hay quiebres en la relación de padre e hija, el vínculo es fuerte y está presente siempre”.
Paulina Flores - Isla Decepción (Seix Barral)
Jonathan Franzen - Libertad (Salamandra)
Aunque es una de las voces más reconocidas detrás de las noticias musicales de los últimos 30 años, Alfredo Lewin, hoy conductor de radio Sonar FM, guarda una relación especial con los libros. Antes de ser VJ de MTV, se licenció en Literatura Inglesa, y hace no muchos años atrás condujo el programa “Ojo con el libro”, en ARTV.
Para regalar en esta fecha, Lewin recomienda Libertad, la novela del escritor estadounidense Jonathan Franzen. “Más que la de un padre, es la historia de Walter, un medio ambientalista comprometido, marido fiel de Patty, cuya buena fortuna se va al hoyo de manera impresionante. Es el auge y la caída de un matrimonio una vez que se inmiscuyen el dinero, el sexo, las drogas e incluso el rock and roll, pero en la forma de otro hombre, llamado Richard Katz, un músico postpunk que no quiere comprometer de forma alguna su integridad artística y que genera el caos en esta familia”, resume.
Es una buena manera, para él, de “entender Estados Unidos y su tema social de los últimos 30 años. Es como algo recurrente en Franzen, a un nivel súper emocional y por lo demás bien masculino”.
Frederic Beigbeder - Una vida sin fin (Anagrama)
No parece sorpresa que alguien que dedica su tiempo a mejorar las políticas públicas en educación —pero que también reflexiona con frecuencia acerca de la muerte en torno a una mesa de desconocidos—, elija historias existencialistas y de superación para sus recomendaciones. Es el caso de Matías Reeves, presidente de Educación 2020 y fundador de Proyecto Mokita.
Su primera recomendación es la de Una vida sin fin, de Frederic Beigbeder, “una novela que te deja pensando mientras te entretiene. Es un relato existencial provocador, donde el protagonista comienza un viaje para alcanzar la inmortalidad luego de que su hija le preguntara si todas las personas se mueren. Pareciera ciencia-ficción, pero te vas dando cuenta de que podría no serlo, porque juega con el avance tecnológico real que tenemos en la actualidad. A lo largo de la historia puedes viajas por ciudades como Jerusalén, Ginebra, Nueva York y otras, ironizar con la cultura del éxito, pensar sobre cómo va tu vida y actualizarte sobre las últimas tendencias científicas”.
Malala Yousafzi - Yo soy Malala (Alianza Editorial)
Reeves dice que no puede dejar de recomendar Yo Soy Malala, la biografía de Malala Yousafzi, activista pakistaní y premio nobel de la Paz de 2014. “Aquí se reconoce el valor esencial de la educación, y muy en especial cuando no se puede acceder a ella. Justamente hoy, cuando lamentablemente la pandemia ha debido cambiar radicalmente el funcionamiento de las escuelas, toma mucho sentido volver a leer a Malala, su lucha por el derecho a la educación y el crucial apoyo de su padre en esta pelea”.
Erich Fromm - El arte de amar (Paidós)
Finalmente, Reeves recomienda el clásico de Erich Fromm, El arte de amar. “En sus múltiples formas, el amor es algo que pareciera haber desaparecido de la agenda actual. No sé si por la vorágine en que vivimos, por ninguneo o por vergüenza, pero reflexionar sobre el amor puede ayudarnos a nosotros mismos (amor propio), con familiares (amor con hermanos y hermanas o padres), y por supuesto con hijas e hijos. Pero también, lo que Fromm propone, ya en 1956, al igual que Humberto Maturana y varias otras personas, es la consecuencia de la desintegración del amor en las sociedades occidentales, lo que ha llevado a problemas sociales muy oscuros en nuestra historia”, asegura.
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