Sin importar si has tenido mascota toda la vida o es la primera vez que adoptas, vivir con un perro es siempre una decisión importante. Basta un simple descuido, tan sencillo como salir al parque durante los primeros días de vida de un cachorro, para poner en riesgo su joven vida.

El libro Solo necesito un perro: guía para entender, amar y cuidar a tu perro (Planeta), de Isadora Díaz-Valdés y la ilustradora Catalina Bu, es una guía pensada para elegir de manera informada a tu acompañante animal.

El Toldo y la Mini

Desde que tengo conciencia de lo terrible que es que existan tantos perros abandonados, decidí que mis próximos perros serían rescatados. Hubo un tiempo en que viví con un pololo y con dos perros: el Toldo y la Mini Bilz. Un mestizo galgo-podenco y una galgo. Ahora solo vivo con Mini Bilz, porque nos dividimos los perros.

Al Toldo en realidad lo adoptó mi ex (pero me encanta recalcar que yo fui la que lo eligió, para sentir que también soy su humana), un perrito que llegó cuando era muy cachorro y que nunca imaginamos que iba a terminar siendo una mezcla gigante de galgo (galgo con algo y acercándose también a un podenco). Toldo viene de Rinconada, Maipú, un sector rural donde está el vertedero de Santiago Poniente, un infierno en vida para los perros y el paraíso para los maltratadores de animales. Miles de perros han sido abandonados allá en las peores condiciones y por lo bajo hay cincuenta que sobreviven (porque estar ahí no es vida, es supervivencia) gracias a los cuidados de Gabriela Jarpa, conocida por muchos como Gaviota. La Gaviota es la encargada de la Agrupación Perritos Rinconada y se hace cargo de todos los perros y gatos abandonados de ese sector, construye casas, los esteriliza, vacuna, cura de enfermedades y les va a dejar agua y comida mínimo tres veces a la semana, también cuida a las mascotas de los vecinos del sector, llevándolos a esterilizar o ayudándolos con remedios si están enfermos. Para mí ella es un ejemplo a seguir, me imagino en un par de años más y me gustaría poder dedicarle todo mi amor y pasión a los perros como lo hace ella. Ella fue la que encontró al Toldo y a sus cinco hermanos en una cajita de cartón. Tenían apenas unos dos meses. A uno lo encontraron en el camino atropellado, otro murió rápido de parvovirus y solo sobrevivieron tres.

Cuando empezamos a ser más amigos con mi ex, él ya tenía ganas de adoptar un perrito, pero no estaba muy seguro: pocos meses antes había perdido a su cocker de once años y no se sentía muy preparado para tener otro. Como a veces ayudo a la Gaviota en voluntariados, un sábado me levanté temprano para ir a una jornada de adopción en la Plaza de Maipú y le mandé por WhatsApp fotos de los perritos solo para que los viera. Me contestó con un "si hay un cachorro, elige uno". No sé cómo explicar la felicidad que sentí, en ese momento empezó a sonar "I belieeeve I can fly" y explotaron fuegos artificiales mientras caían papeles picados del cielo y me sentí como ese meme de Mr. Burns en una pradera con los brazos abiertos.

En un corral había tres cachorros hermanos: uno café atigrado, uno blanco con negro y uno negro. El Toldo era el atigrado y lo elegí porque lo encontraba muy raro. Pensé que cuando grande sería horrible o hermoso y la segunda opción ganó por lejos.

El Toldo ahora tiene tres años, pesa veinticinco kilos y es muy único y distinguido de presencia; mucha gente nos paraba en la calle para decirnos que era muy lindo o para preguntar su raza. Siempre contesté con mucho orgullo que es un quiltro, que tiene algo de galgo pero que no lo es realmente, que LO RECOGIMOS DE LA CALLE, SÍ, DE LA CALLE, Y LO DIGO ASÍ CON MAYÚSCULAS: NO TODOS LOS PERROS BONITOS SE COMPRAN. Es cuática la reacción de la gente, muchos trataban de convencernos de que no podía ser mezcla, como si no existiesen quiltros bonitos, o cuando decía que era quiltro me contestaban "ah, pero es bonito igual". ¿"IGUAL"? Amigos, les cuento, el Toldo es mezcla, como muchos otros perros tan "lindos" y que cuestan como quinientas lucas.

El Toldo recién tiene tres años y está en algo así como "la edad del pavo": todavía no se da cuenta de las proporciones de su cuerpo, es como un cachorro en el cuerpo de un gigante. También es muy zen, yo lo llamo "el Dalai Lama de los perros", porque no conoce el odio ni las malas intenciones, solo ataca a las polillas y moscas que chocan con la ventana y jura que los gatos son sus amigos y no entiende por qué se escapan.

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Ilustraciones: Catalina Bu.[/caption]

La Mini Bilz es completamente distinta, es una galgo normal blanca con café que fue abandonada en Curicó, una ciudad donde la caza y las carreras de galgo son muy comunes. Estaba abandonada en la calle y no se podía levantar de lo deshidratada y desnutrida que estaba, tenía tiña y las patas heridas y todavía tiene unas cuñas chuecas que me imagino están así de tanto que tuvo que correr. Hace un tiempo tenía ganas de adoptar a otro perro para que acompañara al Toldo y cuando vi a la Mini en una publicación en Facebook sentí que sería una buena compañía por su tamaño y porque serían dos amantes de la velocidad.

Como la Mini Bilz probablemente nunca tuvo mucha interacción humana, la empecé a educar desde cero. Tardamos meses en comunicarnos, porque para ella era igual felicitarla, retarla o hacerle cariño. Odia profundamente a los gatos por su espíritu cazador y todavía asalta bolsas de basura, tiene un magíster en robar comida. La Mini tendría mucho éxito como lanza internacional, así que no descarto la opción de irme a vivir a Europa y mantenerme con sus robos hormiga.

Saliendo a la calle con un galgo notoriamente galgo, me ha llamado la atención cómo cambia la reacción de la gente al ver a un perro de raza. Me ofrecen cruzarla y hasta me han preguntado a cuánto la vendo, lo que siempre termina haciéndome enojar y contestando de mala manera que no está en venta.

Viviendo con dos perros rescatados he podido notar lo agradecidos que están por poder llevar una vida tranquila y llena de amor. Cuando veo a la Mini Bilz acostada en el sillón y la imagino tirada en la calle, a punto de morir, no me nace nada más que ir a abrazarla y hacerle cariño. Me pasa lo mismo con el Toldo: me imagino el momento en que, siendo un perrito indefenso, lo metieron a esa caja en la que fue encontrado y me angustia saber que hay muchos perros pasando por lo mismo y que no tendrán el mismo destino que el Toldo y la Mini.

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Ilustraciones: Catalina Bu.[/caption]

¿Cómo elegirlo?

Si hace unos años lo usual era comprar un perro, generalmente cachorro y de raza, hoy la norma parece ser adoptar y no solamente a recién nacidos.

Cuando elegimos a la Branca, mi primera perra familiar, no había mucha cultura de tenencia responsable ni de adoptar perros callejeros. Por lo menos a mis doce años no era tan común, para mí los perros de casa eran de raza y los callejeros eran de la calle no más. Lo común era comprar un perro, normalmente cachorro. Actualmente no lo haría y jamás lo fomentaría, siento que comprar un perro es muy poco amigable con el mundo, como dejar corriendo el agua de la ducha todo el día o botar papeles a la calle.

Antes de pensar en lo bacán que será para ti tener un perro, piensa en si puedes darle los cuidados necesarios y si te conviene un cachorro o un perro adulto.

Entonces, tienes tres opciones:

1- Comprar un cachorro. (¡Buuu!)

2- Adoptar un cachorro (¡Eeehh!)

3- Adoptar un perro adulto (¡Eeeeeehh!)

Adoptar un cachorro

Lo bueno:

-Son tiernos, hermosos y lo vas a querer apretar todo el día.

-Si conoces a los papás, puedes elegir el tipo de perro que más te guste.

-Puedes educarlo como tú quieras y es bacán ver cómo aprenden.

-Lo puedes tener por mucho más tiempo y eres partícipe de todas las etapas de su vida.

Lo malo:

-Los primeros meses necesitas dedicarle casi tiempo completo. Hasta que no tengan todas las vacunas, no pueden salir a la calle ni ver a otros perros.

-Necesitas invertir mucho tiempo para educarlo: enseñarle a hacer pipí donde quieras que haga, que no muerda tus cosas, enseñarle a socializar con otros perros.

-Debes tener paciencia para soportar los puntos de arriba, se hará caca y pipí en muchas partes (más de una vez vas a pisar una sorpresa, estando sin calcetines) y fijo algo con mucho valor para ti aparecerá roto en su cama o en su boca; si tienes alfombra: mándale saludos, porque alguna manchita de pipí o vómito tendrá.

Adoptar un perro adulto

Lo bueno:

-Puedes saber si el perrito puede adaptarse a tu estilo de vida y elegir el correcto.

-No te vas a sorprender con su porte, ya sabes cómo es.

-Muchos ya saben dónde hacer caca o pipí y, si no, enseñarles es mucho más rápido.

-Son más tranquilos y requieren menos atención que un cachorro.

-Le darás la vida que merece a un perrito con pocas oportunidades de tener un hogar.

Lo malo:

-Algunos pudieron haber tenido alguna experiencia muy traumática y pueden tener un carácter difícil o poco sociable con algunas personas u otros perros.

-Puede que esté menos tiempo contigo por la edad (pero nunca olvides que no hay nada más noble que darle dignidad a sus últimos años de vida).

Mi recomendación siempre será adoptar, pero si ya no puedo luchar contra tus enormes ganas de tener un perro de raza (zzzzz), por lo menos preocúpate de:

-Conocer y saber de dónde viene tu nuevo amigo.

-Ver en qué condiciones tienen a sus papás y a los cachorros.

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Ilustraciones: Catalina Bu.[/caption]

Por favor no compres en ferias libres o tiendas de mascotas

Te arriesgas a apoyar mercados ilegales, donde suelen tener a los perros reproductores en pésimas condiciones. Piensa que están obligando a una perrita a quedar preñada y parir sin parar, una y otra vez y, en otros casos, pueden ser perros robados. Las tiendas de mascotas son una crueldad, me parte el corazón ver cachorritos en unas jaulas, con un piso de reja muy incómodo para caminar y donde se acercan personas todo el día a mirarlos y a tratar de tocarlos mientras están en un espacio de 2x1.

Siempre doy como ejemplo esta reflexión: si la gente no comprara perros, nadie los robaría, porque nadie pagaría por ellos.

¿Estás seguro de adoptar?

Antes de adoptar, que créeme que conozco perfectamente la ansiedad que genera ver a un perrito hermoso o cuando te enamoras de uno en la calle, tienes que hacerte un par de preguntas y ser honesto contigo mismo al momento de contestarlas, porque es una responsabilidad que será todos los días y si todo sale bien, por más de diez años.

1- ¿Tengo tiempo, paciencia y energía para dedicarle?

Tener un perro de manera responsable toma mucho tiempo, energía y hay que tener muuuucha paciencia. No es la idea que adoptes un perro si no puedes darle los cuidados necesarios o si no vas a tolerar la frustración de encontrar pelos por todas partes o algunas cosas de tu casa destrozadas. Si trabajas con horario de oficina y el perro pasará muchas horas solo, lo recomendable es que adoptes un perro adulto y no un cachorro. Los perros se adaptan y es bueno que tengan un espacio para estar en soledad, igual que las personas, pero sí o sí tiene que ser tu prioridad. Saliendo de tu trabajo lo primero que tienes que hacer es ir a verlo, darle comida y sacarlo a pasear como mínimo 30 minutos para que gaste energía (lo ideal sería llevarlo a un parque o plaza para que juegue con otros perros). Después de eso, recién puedes pensar en tu vida social post oficina. Los paseos tienen que ser diarios, por lo menos tres veces durante el día y generar una rutina junto a él. Un perro, a diferencia de algunas personas, sin rutina se estresa.

2- ¿Tengo el espacio necesario?

Según el perro que desees adoptar (su personalidad, energía, tamaño), debes estar conciente si tu casa es el lugar adecuado para que viva. Si vives en un departamento de una pieza, sería una mala idea tener un perro como un Siberiano, ya que tienen mucha energía, y tal vez podrías optar por uno más tranquilo.

3- ¿Todos en la casa están de acuerdo en tener un perro?

Es importante que todos en la casa quieran recibir al nuevo integrante, incluso si tienes otra mascota es importante que puedan llevarse bien. Generalmente no recomiendo dar en adopción un perro a una persona menor de edad si no tiene la autorización de adultos. No es la idea que después devuelvan al perro, lo tiren a la calle o que alguien en la familia no tenga una buena relación con el animal y lo maltrate.

4- ¿Tengo los recursos para sus cuidados?

Antes de adoptar tienes que considerar si puedes comprarle un buen alimento y, como cualquier persona, los perros también se enferman o sufren accidentes y es necesario llevarlos al veterinario. Tienes que considerar un presupuesto para sus controles, vacunas anuales, para desparacitarlo y, si es necesario, para la peluquería.

5- Si me voy de vacaciones ¿tengo dónde dejarlo?

¿Tienes una red de apoyo que pueda ayudarte cuidando a tu perro si sales de viaje? Si no es así, ¿tienes los recursos para pagar un hotel canino?

6- ¿Cómo proyecto mi vida a futuro?

A veces es difícil saberlo, pero es importante que sepas que por lo menos en unos diez años más, seguirás teniendo una vida apta para vivir con tu perro o que estés dispuesto a llevarlo contigo. No es la idea que tengas que regalarlo o abandonarlo por tus cambios de planes.

Dónde adoptar

Encuentra en Instagram a:

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Solo necesito un perro, de Isadora Díaz-Valdés.

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Sobre la autora:

Publicista y peluquera canina. Autora de Solo necesito un perro: guía para entender, amar y cuidar a tu perro (2019, Planeta).