La noche del cuatro de mayo de 1993 no solo fue el debut de Metallica en Chile. Horas antes, un adolescente llamado Daslav Harasic salía de una multitienda cargando una enorme caja, la que contenía un sueño cumplido: su primera guitarra eléctrica. "Era una Maxtone, roja furiosa. No recuerdo bien, pero creo que me costó como 50 ó 70 lucas", recuerda el hoy músico y sesionista.
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La pala de una guitarra maxtone.[/caption]
A los doce años, Daslav se inició en el aprendizaje de las seis cuerdas. "Quería imitar a mis idolos, me interesaban las canciones de los Guns N' Roses, de AC/DC, de Ozzy, entonces ahí empecé".
Pero le faltaba un instrumento. Por ello el joven empezó un plan de ahorro casi espartano. "Me daban plata para almorzar. Pero yo no almorzaba. Así junté muchas mesadas y me compré una". Horas más tarde, casi como una celebración por su logro, sería uno de los que agitarían la cabeza en el Velódromo del Estadio Nacional, siguiendo los cañonazos de distorsión del conjunto de Hetfield y compañía.
https://www.youtube.com/watch?v=BLbkOZ9_t1U
Sin embargo, dominar a su nueva adquisición no fue fácil. "No la agarré muy en serio, aunque tenía muchas ganas de tocar. Conté con el apoyo de mi viejo, quien me suscribió a un par de revistas porque me encantaban, pero ya después me di cuenta que no iba a avanzar mucho si no me metía a clases. O sea, estuve como un año para que me sonara bien 'Sweet Child O'Mine'", recuerda.
Mamá, quiero tocar guitarra
Estudios desarrollados en los últimos veinte años por investigadores como Marilyn Pflederer Zimmerman, Lori Gooding y Jayne Standley, en el campo de la psicología y la pedagogía, han establecido que entre la gama de habilidades musicales que se pueden estimular en la infancia, hay cuatro que se desarrollan de manera considerable entre los seis y los diez años: la discriminación de tono, la discriminación rítmica, la sincronización rítmica y el canto.
Por ello, para quien se inicia en el aprendizaje de la guitarra, el contar con un guía es clave. Así lo piensan quienes trabajan en la formación de músicos. "Siempre va a ser mejor la opción de tomar clases con un profesor. Es mejor hacerlo guiado para que sea más efectivo y el niño tenga un descubrimiento más hermoso de la música", explica a Práctico la intérprete, compositora y Académica del Departamento de Música de la Facultad de Artes de la Universidad de Chile, Ximena Matamoros, quien ha preparado a sucesivas generaciones desde 1985.
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Ximena Matamoros y alumnos.[/caption]
A pesar de que en plataformas como YouTube es posible encontrar tutoriales para aprender acordes y patrones basicos de rasgueo, tal parece que la opción de recibir la instrucción de un maestro en forma presencial, es mucho mejor. "Todos esos cursos de Internet son estandarizados, pero no todos tienen las mismas necesidades ni las mismas dudas. A la hora de tener un problema, que no te lo explican en video, un profe es el único que te puede ayudar a resolverlo", explica Cristián Verdugo, músico que es parte de las bandas Madvanna, Triciclo Parlante y Kudai, quien imparte clases de guitarra en la Academia Jazz and Rock la que ofrece cursos para las variedades eléctrica, acústica y además talleres de iniciación musical para niños.
Precisamente, a menudo son los pequeños quienes por iniciativa propia o por deseo de sus padres, se apuntan en clases para aprender a tocar. ¿Cuál es la edad óptima? La profesora Matamoros explica que se deben tener en cuenta un par de detalles. "Hay que diferenciar si uno quiere ser intérprete profesional, o si quiere tocar sin un interés mayor. Cualquier persona, a cualquier edad puede tocar guitarra. Si quiere ser profesional lo ideal es que no empiece más allá de los catorce-quince años a todo dar. Lo ideal sería partir como a los once, diría yo".
"Yo creo que no hay edad para empezar", opina Verdugo quien tiene seis años de experiencia estable enseñando a niños. "Sí hay gente que se le da más fácil. He tenido alumnos de cinco años que pueden tomar súper bien la guitarra, y otros que tienen las mismas ganas, pero que les cuesta más", detalla.
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Cristián Verdugo. Foto: Mariellymc fotografía.[/caption]
Por cierto, además del ánimo, es necesario contar con un instrumento apropiado. En ese sentido, los expertos explican a Práctico los detalles que se deben tener en cuenta a la hora de comprar una guitarra para los críos. "Considerar la edad del niño para que sea del tamaño de sus manos. Hay guitarras de distintos tamaños, entonces es importante tener en cuenta eso. Idealmente hay que ir con el niño a comprar la guitarra para que la pruebe. Lo ideal es partir con algo económico que suene bien", recomienda Ximena Matamoros.
En tiendas del rubro, como Casa Amarilla o Audiomusica, es posible adquirir instrumentos especiales desde los 25.000 pesos. Es decir, tal como en las versiones estándar de adulto, el mercado ofrece varias opciones de precios. Sin embargo, hay que tener en cuenta algunos aspectos. "Hay guitarras baratas y buenas, y guitarras baratas y malas", advierte Verdugo. "Las que no son buenas duele al tocarlas. Es decir, haces una postura y después mueves la mano hacia adelante para hacer otra; si los trastes te raspan, es mala. También hay que fijarse en las terminaciones, que no se sienta incómoda", aconseja.
La maestra Matamoros aporta con otros tips al momento de probar a la "delgada línea pura de corazón sonoro", como la describió Neruda en una de sus Odas elementales. "Uno debe probar nota por nota en el diapasón y ver que afine bien. Se puede encontrar instrumentos aceptables que suenan bien y ya se puede partir con posturas, acordes sencillos, haciendo pequeños rasgueos o con tablaturas que encuentran en Internet", detalla.
https://www.latercera.com/practico/noticia/primera-bateria-tips-no-equivocarse/805668/
Disciplina y sensibilidad
Cuando se decidió, Daslav tomó clases en un instituto en Providencia. "Estuve como un año", recuerda. "Me aburrí un poco porque era con guitarra de palo y me enseñaban temas de los Enanitos Verdes, la escala de Do Mayor, era como típico. Entonces como a los quince empecé a tomar cursos en la Escuela Moderna", recuerda. Pero hace una salvedad. "Yo era pendejo y pese a que eran clases particulares, era como muy de conservatorio, entonces es súper distinto".
Por ello, la profesora Ximena Matamoros explica que el régimen de estudios para un aspirante a intérprete profesional requiere de un rigor muy diferente a quien solo desea aprender para tocar con amigos, lucirse en la fogata con temas de Soda Stereo, o rockear con oficinistas panzones un sábado por la mañana. "En conservatorio, alguien de 11 años supongamos, tiene que estudiar todos los días. Una hora al día, o 45 minutos sería como lo mínimo, de lunes a domingo. Idealmente un poco más. En el caso de una persona aficionada, si el profesor le da una tarea lo ideal es que se la cumpla de una clase a otra, puede ser un rato al día".
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La profesora Matamoros y sus estudiantes.[/caption]
Respecto al método de trabajo un factor decisivo es la edad. Por desarrollo físico y neurológico, los expertos coinciden en que no es lo mismo enseñar a niños de cinco años a otros de diez o más. "Mientras más joven se es, más difícil es poder enseñarle. Por eso el profesor necesita adaptar su lenguaje y sus conocimientos a la edad del niño y sin duda, es más difícil. Por eso, se requiere mucha paciencia y también un repertorio muy adaptado a los niños", explica la intérprete y jefa de la carrera de guitarra y arpa de la Casa de Bello.
Desde su punto de vista, Verdugo sostiene que la ventaja de los niños es que pueden retener los contenidos mucho más rápido y mejor. "A esa edad, es muy fácil enseñarles algo porque están en pleno proceso de aprendizaje, están agarrando cosas de todos lados y aprenden mucho más rápido la guitarra. Lo difícil es direccionarlos, darle un norte, porque un cabro chico no tiene tan claro sus gustos, a diferencia de los más grandes que te dicen 'yo quiero tocar metal' o lo que sea. Pero el adulto ya es más duro de cabeza".
Pero hay casos en que las cosas están más claras. "La gente que quiere estudiar, lo más probable es que le guste un tipo de música específica. Ahora, no siempre se puede, si pensamos en Metallica, por ejemplo, eso es difícil o si alguien escuchó el 'Concierto de Aranjuez' y lo quiere tocar va a tener que esperar unos buenos años para hacerlo, pero son intenciones y sueños legítimos", explica Matamoros. "Hay que ir despacito y disfrutar el proceso, creo que la juventud y los niños ahora son más proactivos, les gusta tomar un poco la iniciativa", agrega.
Por ello, en más de una ocasión Cristián Verdugo ha debido enseñar repertorio muy específico, pero acorde a la edad del menor. "Hay niños, por ejemplo, que les gusta el rock. Entonces se puede trabajar con canciones que tienen tres acordes, sencillas. Y con eso ellos se sienten rockeros, aunque en el pop es más fácil encontrar temas así. Pero con ese tipo de material les muestro que pueden avanzar rápido y ellos se van sintiendo bacán, porque eso los motiva para seguir aprendiendo, el ver pequeños resultados luego", explica. ¿Un ejemplo? "'Knockin' on Heaven's Door', de Bob Dylan, son cuatro acordes con combinaciones de tres, varía uno por frase. Entonces después les pones la versión de Guns N' Roses y alucinan", explica el músico.
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Ximena Matamoros coincide en que a diferencia de lo que ocurría hace algunas décadas, la niñez actual hace más patente sus preferencias. "Las nuevas generaciones tienen muy claros sus gustos, tengo esa impresión. Pero si no fuera así, las canciones folclóricas chilenas son muy sencillas de aprender porque son tres o cuatro posturas, pero sí necesitan cantar. Entonces uno tiene las posturas, las letras y puede enseñar canciones a los niños, sean folclóricas, alguna canción popular sencilla. También algunos punteos de canciones simples como el 'Cumpleaños felíz', 'Noche de paz', villancicos de navidad, y ese tipo de música".
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Daslav Harasic.[/caption]
Con los años, ya convertido en guitarrista profesional, con estudios en Estados Unidos y larga experiencia tocando con artistas como Myriam Hernández, Daslav comenzó a dar clases. Hoy, dedicado a la enseñanza particular casi a tiempo completo, entre sus estudiantes, justamente, ha tenido niños. "A mí me hubiera encantado tener un profe que me hubiese ido guiando, que hubiera cachado que me gustaba el rock y me hubiera enseñado, no sé, 'Back in Black', 'Smoke on the Water', 'Highway to Hell'. Entonces eso es lo que traté de hacer cuando me tocaba enseñarle a niños. Buscar temas que les fueran conocidos, y enseñarles las melodías. Como en general les cuesta más concentrarse, me he ido adecuando a lo que quieren".
https://www.youtube.com/watch?v=9vWNauaZAgg
¿Qué le puede aportar a un niño el aprender un instrumento musical? "Es algo maravilloso en la vida para disfrutar y compartir, siempre es un momento hermoso cuando uno hace música. Enseña a fijarse más en los detalles de las cosas, a tener una opinión y un espíritu crítico", explica la maestra Matamoros. "También contribuye a la disciplina personal, a tener un orden mental. Da una estructura que permite aplicarla a otras cosas, por ejemplo, en las matemáticas y el lenguaje. También desarrolla la sensibilidad de las personas. El arte humaniza al ser humano. Y eso, en esta época, es muy importante".
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Sobre el autor:
Periodista de Culto y creador de Yakaranda Magazine.