Calor, sudor y mascarilla: consejos para evitar la irritación de la piel

Mascarilla de cobre
Ilustración: César Mejías.

En estos días calurosos y pandémicos, manejar la transpiración del rostro con la mascarilla puesta no es un asunto fácil. Tres expertos aclaran dudas y entregan recomendaciones para que la piel de tu cara no se vea afectada con estas temperaturas.




Desplazarse y hacer nuestro día a día usando mascarilla ya era complejo. Se olvidaba al salir, se rompía en la mitad de la calle o se humedecía en plena jornada. Pero después de largos y confinados meses, casi todos los ciudadanos se hicieron la idea de vestir este pedazo de tela, que resguarda tanto al individuo como al colectivo de contraer el temido coronavirus.

Sin embargo, las temperaturas elevadas se añaden como un obstáculo más en estos días, sobre todo si nos encontramos en espacios cerrados como el metro, los buses o alguna tienda no acondicionada.

¿Cómo podemos cuidar nuestra piel y al mismo tiempo cumplir con la normativa de uso de mascarilla? Conversamos con tres dermatólogos, quienes nos entregaron consejos para un uso apropiado de este insumo médico al que estamos ligados, por lo menos hasta que exista vacuna.

Mascarilla vs calor

“La mascarilla genera un estado oclusivo; se tapan mucho los poros y las glándulas sebáceas”, explica a través de un video informativo Francisca Daza, dermatóloga de Clínica Alemana. “Además provoca un aumento de temperatura, el que incrementa también la cantidad de grasitud que secreta la piel”.

En ese contexto, la piel comienza a sudar, una humedad que queda atrapada entre tu piel y la mascarilla, “y que puede producir más problemas”, asegura.

Rodrigo Loubies, dermatólogo y académico de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad de Santiago, dice que todo esto “modifica la flora cutánea, además de generar fricción sobre la piel”.

Humectar es mejor que curar

Para que tu piel no sufra entre el calor, el sudor y la mascarilla, debes prepararla. “Siempre mantener una rutina de cuidado de la piel, donde exista limpieza, hidratación, fotoprotección y alguna crema de noche que tenga principios activos, dependiendo de cada tipo de piel”, afirma Amaranta Luzoro, dermatóloga de Clínica Las Condes.

“Previo al uso de mascarilla, las personas deben lavar y humectar el rostro, usando limpiadores y cremas suaves”, especifica Loubies y sugiere “usar descongestionantes y desinflamatorios naturales”.

Las cremas que elijas para humectar deben ser “idealmente neutras, que no tengan olor ni color, y que sean libres de parabenos”, sugiere Luzoro.

“Usar protector solar todos los días” es muy importante para Daza, ya que “podríamos quemar una parte del cuerpo que queda expuesta y otra parte no”.


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No tocar

Hace calor pero no siempre es agradable. La sombra es una grata compañera y el aire acondicionado, bajo estas condiciones, es más que bienvenido. Pero aún así, debemos trasladarnos en todo momento con mascarilla, sobre todo cuando estemos en espacios cerrados o en contacto con más personas. “Durante el periodo de ‘contacto social’, como estar en el metro o en espacios cerrados con más gente, es importante no tocar ni mover la mascarilla”, asevera Luzoro.

Hay momentos en los trayectos en los que no te encuentras rodeado de gente. Esos pueden ser una buena oportunidad para “sacar la mascarilla y permitir que se ventile la cara”, apunta. En estas pequeñas ventanas lo ideal es “aplicar agua termal y dejar que se seque”.

En el caso de que existan lesiones inflamatorias, “se debe hacer un tratamiento específico, indicado por un dermatólogo, con antibióticos y antiparasitarios”.


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Lamentablemente, las gruesas mascarillas reutilizables que usamos durante el invierno no son las mejores para los días de calor. Luzoro sugiere que se utilicen aquellas “de algodón, las quirúrgicas desechables que no son oclusivas”. Si optas por alguna reutilizable, Loubies recomienda que los “materiales sean suaves e hipoalergénicos”, y que al lavarla se haga “con agua caliente y jabón hipoalergénico”.

Ante todo, el dermatólogo explica que “es importante que la mascarilla nos quede bien ajustada, pero no debe ser incomoda de usar”.

Francisca Daza advierte del cuidado que hay que tener con materiales como “el nylon, el poliéster u otros que hagan sudar mucho, porque el sudor se va a mantener en la piel y la va a irritar”. La dermatóloga también hace un llamado tener cuidado con el lavado de las mascarillas de uso diario, ya que “no deben lavarse ni con detergente ni con suavizante”. En el caso de que se ocupen, que sea “muy poco y bien enjuagadas, porque los restos pueden quedar en la mascarilla, y con la transpiración y el calor pueden dañar más la piel y generar irritación”.

Señales de una alergia

“Los signos de dermatitis por el uso de mascarilla suelen ser eritema (enrojecimiento) y prurito (picazón)”, cuenta Luzoro. Estos, generalmente, se pueden ver “en los bordes de apoyo, puente nasal y mejillas, pero también en zonas más extensas, dejando todo el tercio inferior de la cara con signos de irritación”.

Una forma gráfica de notar que algo está mal con nuestra piel es si aparece una “coloración roja y picazón constante al ocupar la mascarilla”, dice Loubies.

Si te encuentras con un cuadro con estas características, el experto sugiere “limpiar y lubricar la piel con productos suaves e hipoalergénicos, intentar ocupar mascarillas de algodón para que la piel se ventile, e intentar tener descansos sin mascarillas durante el día en caso de que se pueda”. Si los síntomas persisten, es necesario que consultes a un dermatólogo.

Mascarilla húmeda: jamás

No existen excusas. “Una mascarilla húmeda —ya sea porque te enfermas, porque llevas mucho rato usándola o hablando con ella (la saliva va impactando la tela), es una mascarilla que se vuelve insegura”, nos comentó Solange Astudillo, enfermera de Clínica Indisa, en un artículo sobre uso de mascarillas.

“Si una mascarilla quirúrgica se humedece, lo primero que se debe hacer es desecharla, porque pierde su efectividad como barrera. En el caso de las mascarillas reutilizables de tela, llegando a la casa hay que lavarla”, expresó en ese entonces. También recomendó que, en el caso de que “esté húmeda, en cualquier circunstancia, hay que dejar de usarla”.

Por lo mismo, la recomendación de Rodrigo Loubies es que “las personas tengan una mascarilla de repuesto cuando viajan en metro o transporte público”.


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Al final del día, hidrata tu piel

Seas del género que seas, la hidratación de la piel es universal, sobre todo en estos momentos donde buena parte del día estamos cubriendo la mitad de la cara. “Es importante que al final del día limpiemos nuestro rostro para eliminar los residuos de crema, maquillaje, contaminantes o bacterias”, explica Rodrigo Loubies.

Tras limpiar con un producto suave y apropiado para tu tipo de piel, “debes lubricarla con una crema suave e hipoalergénica”, fijándote de que sea compatible con tus características.

Como consejo adicional, el Loubies sugiere que “al finalizar el día, apliques agua de manzanilla fría en las zonas más congestionada de la piel”. Un dato natural y que probablemente ejecutaban tus abuelitas.


*Los precios de los productos de este artículo están actualizados al 16 de diciembre de 2020. Los valores y disponibilidad pueden cambiar.

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