Puede ser fácil que los confundamos con las pulgas, mas no son lo mismo. Al ojo humano, la diferencia entre estos insectos puede no notarse, pero en realidad son muy distintos entre sí como también las consecuencias de su presencia para los humanos.
Los chinches (Cimex lectularius) son pequeños, ovalados, de color marrón y normalmente son hematófogos. Es decir, se alimentan de la sangre de animales o humanos.
“Son hemípteros”, comenta el entomólogo Alfredo Ugarte, “un orden de insectos que se caracteriza por tener un aparato picador chupador”. Mientras unas especies lo ocupan para alimentarse de la savia de las plantas, otras la usan para succionar fluidos de animales, como la sangre. “Entre ellos están la vinchuca, más común en las zonas rurales del norte, y el chinche de cama”, explica.
Según cuenta Ugarte, el chinche no solo aparece en el campo: es incluso más fácil de encontrar en las zonas urbanas y está muy relacionado a espacios con poca higiene o que no se habitan con regularidad.
Si bien no vuelan, pueden moverse rápidamente sobre pisos, paredes y techos. A su vez, las hembras pueden poner cientos de huevos, cada uno del tamaño de una mota de polvo. Bajo condiciones favorables, los insectos pueden desarrollarse completamente en tan solo un mes y producir tres o más generaciones por año.
¿Cuál es el problema con los chinches? Que les encanta la sangre humana, y por eso se pueden instalar en tu colchón o cerca de tu cama para picarte mientras duermes. Atraídos por el calor corporal y el dióxido de carbono que exhalamos al respirar, suben hasta el techo, se dejan caer sobre las personas y las pican con los dos tubos de su aparato picador: con uno extrae la sangre y con el otro inyecta su saliva, que contiene anticoagulantes y anestésicos naturales. Eso cierra la herida e impide que duela y pique inmediatamente, lo que le permite al chinche volver a su guarida. Cuando nos empieza a irritar, el chinche ya está hace rato durmiendo con su panza llena de nuestra sangre.
Escondite
Para que te los imagines, los chinches son tan chiquitos como una semilla de manzana. Por lo tanto, es muy difícil darse cuenta de su presencia. Muchas veces, incluso, somos nosotros mismos quienes los llevamos a nuestras casas, metidos en maletas o ropas después de algún viaje.
Su refugio lo encuentran en las habitaciones y suelen elegir colchones, sofás, paredes, ropa, bajo el papel mural o guardapolvos, entre otros espacios, para esconderse en grupo. “Lo que hacen es atacar en la noche, cuando uno está quieto”, explica Ugarte. “Prefieren estos lugares porque están cerca de sus presas, que pueden ser animales o personas”.
Otra cosa que destaca el entomólogo es que los chinches de cama pueden picarte a través de la sábana, algo que las diferencia de la vinchuca y las pulgas. “Cuando te das cuenta de que fuiste picado por un chinche, tienes que buscar dónde pueden estar. El primer lugar que hay que revisar es el colchón o sus costuras”.
Otro escenario en el que se debe tener cuidado con el acarreo de chinches es cuando se recogen muebles de la calle para reacondicionar. “Muchas veces pueden venir con chinches, pero como son tan chiquitos, no se ven hasta que pican”,
Cómo identificar la picadura de un chinche
“Normalmente, la picadura de un chinche de cama no representa un riesgo grave para la salud”, afirma Francisco Peñaloza, dermatólogo de Clínica RedSalud Santiago. Aunque nunca es grato recibir una picadura, tampoco hay que tenerle tanto miedo: a menos que uno sea alérgico, la molestia y la marca desaparecerá en unos días.
En eso se diferencia a la picadura de un zancudo, que tiende a desvanecerse mucho más rápido. También se distingue de las picaduras de pulga porque en su centro no hay un punto rojo. En muchas personas, incluso, la picadura de chinche no les deja ninguna marca y en otras se demora algunos días en aparecer, por lo tanto se hace más difícil identificar su causa.
¿Cómo se ve una picadura común de chinche? “Los síntomas son similares a los de otros insectos y sarpullidos: manchas inflamadas, a menudo con un centro más oscuro; pruriginosas (provocan picor) y dispuestas en una línea irregular o en racimo, en la cara, cuello, brazos y manos”, describe.
Si te picaron unos chinches, el especialista asegura que la picadura debería desaparecer sin tratamiento en una o dos semanas. “Sin embargo, en caso de presentar reacciones alérgicas o reacciones cutáneas graves, es importante consultar a un especialista para recibir tratamiento profesional”, apunta.
Estos síntomas más graves pueden ser urticaria, ampollas o una picazón mucho más intensa, que casi siempre se debe a una reacción alérgica a la saliva que los chinches inyectan al picar.
“Las picaduras pueden ser tratadas sintomáticamente, por ejemplo con corticoides tópicos o antihistamínicos sistémicos, según sea necesario”, asegura, aunque siempre según el diagnóstico de un especialista.
Desinfección y limpieza
Lamentablemente, cuando los chinches comienzan a actuar también toca hacer un aseo muy profundo de tu habitación. Como dicen el sitio de Clínica Mayo, estos insectos no necesariamente se instalan en lugares sucios: un espacio limpio también puede ser su hogar, aunque si se limpia con frecuencia tienen menos posibilidades de aparecer.
Pero una vez que llegaron, lo más conveniente es desinfectar. “No es necesario botar el colchón, la ropa u otras cosas: solo hace falta una buena desinfección realizada por profesionales”, aconseja Ugarte .
Dejar la desinfección en manos de un experto certificado te entrega la certeza de que los productos químicos que se empleen para eliminar a los chinches serán aplicados en las cantidades y tiempos adecuados. Los fumigadores también conocen bien las precauciones que hay que tener una vez realizada la desinfección, para evitar accidentes con los productos tóxicos.
No confundir chinche de cama con vinchuca
La vinchuca es un insecto heteróptero de la familia Reduviidae, que también es hematófago. Como se alimenta de sangre y deja una picadura similar, se lo suele confundir con el chinche. Pero son insectos bien diferentes, y en lo que respecta a las consecuencias de su presencia en los humanos, su mayor contraste está en que la vinchuca es uno de los vectores responsables de la transmisión de la enfermedad de Chagas, uno de los problemas de salud más importantes de América del Sur, según la OMS.
Si bien puede ser avistada desde Arica a Puerto Montt, la vinchuca está muy bien controlada en territorio nacional. En otras partes de Sudamérica es conocida como chinche gaucha, chinche besucona, chupadora, pito o barbeiros, en Brasil, debido a que a través de su aparato picador succiona la sangre de su víctima, que pueden ser animales o personas.
Comparada con el chinche, la vinchuca es mucho más grande, ya que aproximadamente puede llegar a medir hasta 3 cm cuando son adultos. Se desenvuelve mejor en hábitats cálidos y secos, principalmente rurales.
“No todas las vinchucas están infectadas con chagas”, afirma Ugarte. “La vinchuca suele nacer libre de Chagas, pero una vez que pican a un mamífero que está contaminado con la enfermedad, se convierten en un diseminador protozoario”. Es decir, en un vector de transmisión.
“La enfermedad de Chagas es una infección causada por un parásito denominado Tripanosoma cruzi, que en los humanos se contrae principalmente a través de la picadura de una vinchuca, insecto que es más frecuente en la zona norte de Chile”, complementa el dermatólogo Peñaloza. Además de succionar la sangre de su presa, “pone sus deposiciones en el lugar de la picada, donde eliminan el parásito y éste a su vez entra al torrente sanguíneo”.
“La fase aguda se manifiesta habitualmente por un edema en el sitio de la picadura. Luego, mientras el parásito se reproduce internamente, el paciente queda asintomático durante años. Una vez que se manifiestan los síntomas, estos ya están en un fase crónica”, dice el médico. Entre las complicaciones que pueden aparecer son insuficiencia cardíaca, arritmias y aumento del tamaño del esófago y el colon. “Allí radica la importancia de evitar este tipo de picaduras”, apunta.