El calentamiento global, como ya se sabe, está provocando consecuencias preocupantes. Una de las más evidentes es el aumento de las olas de calor, las que han evolucionado de forma progresiva en la última década, algo que ya hemos comprobado en Chile.

“La frecuencia se ha triplicado en estos cuarenta años. Incluso, durante la última década se registraron más de seis olas de calor en promedio por año, y en 2020 se rompieron todos los récords, registrándose la insólita marca de 16 olas de calor”, declaró hace un tiempo Raúl Cordero, climatólogo de la Universidad de Santiago, a Qué Pasa.

Pero eso no es todo, ya que a medida que avance este siglo, las olas de calor seguirán haciéndose cada vez más frecuentes “y podrían aumentar en un 200% o 300% de aquí al 2050”, agregó Cordero.

Con esta información, debemos tener en cuenta que no solo tenemos que protegernos a nosotros y a nuestras mascotas. Existe una responsabilidad de cuidado también con ellas, los seres que embellecen nuestros rincones. Sí, estamos hablando de las plantas, que se pueden ver muy afectadas con estas temperaturas intensas.

¿Cómo podemos identificar cuando una planta necesita agua? Ese probablemente es el dilema de varios, sobre todo si son primerizos en el arte del cuidado de vegetales. No hay que olvidar que estamos cultivando una vida, por lo que echarle agua de forma indiscriminada solo la terminará ahogando y pudriendo. Para no caer en este gran pecado botánico, conversamos con dos especialistas en plantas, quienes nos entregan sus mejores consejos para que no le fallemos a nuestras verdes amigas.

1. Saber su nombre

“No me gusta caer en consejos que sean poco ‘técnicos’”, dice Wilma Borchers, ingeniera en Medio Ambiente y Recursos Naturales, fundadora de El Jardín de Irene. Por lo que la primera recomendación que entrega es “averiguar el correcto nombre de su planta (si se puede el científico, mejor) y buscar su requerimiento hídrico”.

“En primavera y verano, con el alza de las temperaturas, el agua de riego se evapora más rápido del sustrato (el suelo), por lo que debemos reconocer las plantas que realmente requieren de más humedad”, explica.

Es lógico que con el calor uno aumente la frecuencia de riego, pero es un error creer que todas las plantas necesitan la misma cantidad de agua y con la misma periodicidad. Conocer bien cuáles son las especies que tienes en casa, e investigar sus necesidades de agua, hará más eficiente el riego y además mejorará la salud de ellas. “Hay plantas de riego escaso, medio y abundante por lo que debemos respetarlo incluso en temporada estival”, añade Borchers.

2. El factor drenaje

Daniela Maldonado, paisajista y fundadora de El Jardinista, apunta a tener en cuenta no solo la cantidad de agua que suministramos a la maceta, “sino también el tipo de maceta y el tipo de sustrato”.

Es decir, “si la maceta tiene drenaje o despiche —por donde se va el exceso de agua—, hacemos un riego profundo, esperamos que vote el agua y ahí volvemos a regar cuando el sustrato esté seco”.

Esos orificios al fondo de la maceta son el drenaje o despiche.

En el caso de que la planta tenga un sustrato mejorado, con gravilla y buenos nutrientes, será capaz de retener más agua y “eso nos ayudará a distanciar los riegos. Pero cuando tenemos un mal sustrato, tenemos que regar más seguido”.

¿Qué pasa si la maceta no tiene drenaje? Entonces el riego hay que realizarlo con más cuidado, fijándose muy bien de que su suelo no esté demasiado húmedo antes de agregar más agua. Aunque siempre depende del tipo de planta, en general en estos casos conviene realizar riegos de menor cantidad —¡jamás inundar ni en profundidad!— pero con mayor frecuencia.

3. ¿Cuándo?

¿Cuál es el mejor momento del día para regar una planta? Borchers sugiere regar al amanecer o atardecer. “Por la mañana es cuando hay mayor actividad metabólica, por lo que nuestras plantas podrán aprovechar de mejor manera el agua”, dice. Ojalá lo más temprano posible, porque si no “se pierde gran parte del riego al mediodía a causa del calor y la evaporación”.

Si prefieres regar al anochecer, “el sustrato o el suelo tiene mucho más tiempo para absorber el agua, manteniéndose húmedo por más tiempo”.

Wilma menciona que es importante “contar con un suelo de buen drenaje, para que el agua pueda bajar hasta las raíces”. Para eso es importante empapar bien el sustrato.

¿Qué pasa con la baja temperatura de la noche? ¿No le hará mal el agua fría? “En esta época no hay problema con la amplitud térmica”, explica. “Las temperaturas mínimas no son tan dañinas como las de invierno”.

4. Recuerda pulverizar

“Como está haciendo harto calor, nosotros estamos pulverizando casi todos los días las plantas de la tienda”, comenta la fundadora de El Jardinista, por lo que sugiere hacer esto diariamente. Si somos olvidadizos o nuestra casa no es tan calurosa, “ojalá dos veces a la semana pero mínimo una vez cada siete días”.

Eso sí, no hay que confundir pulverizar con regar. Son dos actividades complementarias, pero ninguna reemplaza a la otra. “Pulverizar es humedecer, no es un riego profundo”, dice Maldonado. “Al pulverizar lo que hacemos es mantener la humedad en el follaje, mitigando un poco la temperatura elevada”, señala. No hay que olvidar que buena parte de las plantas de interior provienen de climas tropicales, donde no reciben sol directo y sí mucha humedad.

Un rociador siempre será muy útil para regar.

5. Cómo saber que falta humedad

Si quieres irte a la segura, Borchers recomienda guiarse con un termómetro/higrómetro, herramienta que “indicará las condiciones de temperatura y humedad ambiental de las casas. Así podrán detectar periodos críticos en que los que la humedad ambiental esté siendo baja y la temperatura alta”.

En caso de no contar con este instrumento, se puede chequear a simple vista en las plantas, ya que “el primer indicador de falta de humedad ambiental —sobre todo en las especies tropicales— son las puntas de las hojas, que se secan por pérdida de elasticidad en el tejido vegetal”.

Otro método para saber si el sustrato esta húmedo o seco es enterrando en él una varilla o brocheta limpia, tal como cuando uno cocina un queque. Si el palillo sale sucio o húmedo, es porque la frecuencia de riego está siendo correcta. Pero si sale seco, entonces se necesita urgente algo de agua.

“Hay varios métodos para regar y mantener la humedad ambiente”, dice Maldonado. Entre ellas figuran los humidificadores. “Las tiendas de growshop tienen este tipo de productos”, datea. Eso sí, “no hay que confundirlo con el que tira aroma, porque esas cositas no sirven para humidificar el ambiente”.

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6. Riego personalizado y en abundancia (sin derrochar)

“No todas las plantas necesitan la misma cantidad de agua ni la misma periodicidad de riego”, explica Borchers. “Es un grave error generalizar”. No solo porque cada especie es diferente, como vimos al principio, sino también porque cada casa o vivienda es distinta. No es lo mismo un departamento con orientación norponiente en Santiago —calurosa y seca— que una casa en Puerto Montt —más fría— o una cabaña frente al mar en Los Vilos —muy húmeda.

“No hay una regla general”, agrega, “solo recomiendo observar y respetar el requerimiento hídrico de cada especie. Lo más importante es regar de manera abundante y con menor frecuencia, más que muchas veces por semana y con poca agua”. En su cuenta de Instagram entrega consejos sobre los cuidados que debes dar a algunas plantas de interior.

Tampoco tienes que dejarlas chapoteando, mucho menos si tienen flores. “Los pétalos son sensibles y susceptibles a contraer hongos. En cuanto a las hojas, el agua puede provocar un efecto ‘lupa’, haciendo rebotar la luz y el calor, y provocarles quemaduras”, puntualiza.

Como el agua es un recurso que hay que proteger, si estás pensando en comprarte plantas conviene “preferir las de bajo requerimiento hídrico”, dice la ingeniera.

7. Si te vas de casa unos días, recuerda dejar regado

Si tienes la fortuna de poder salir de tu casa por unos días, no olvides regar tus plantas antes de abandonar tu morada. “Se pueden ayudar colocando platos con agua bajo la maceta”, recomienda Maldonado. En El Jardinista cuentan con un hidrohuevo, “una bolita de cerámica que rellenas con agua y que la va suministrando lentamente”. De esta forma, “si tienes una escapada y no te pueden regar las plantas, puedes dejarlo puesto”.


*Los precios de los productos en este artículo están actualizados al 4 de noveimbre de 2024. Los valores y su disponibilidad pueden cambiar.