Hay ciertos temas en los que pareciera estar llenos de expertos, siempre a la espera de que se les consulte por su opinión. A veces ni siquiera esperan, sino que llegan y lanzan sus consejos y juicios como si estuvieran regalando pan relleno de sabiduría. Se da en el fútbol —con el mundial afloran— pero también en la cocina —cada cual tiene la receta para hacer el mejor huevo revuelto o el asado más tierno— y hasta con el cuidado de los pisos de madera, una materia que está tan llena de mitos como de creyentes.
Échale cera roja, dirá un “especialista”. No, es mejor la amarilla, sugerirá otro. Pero al piso de parquet, en realidad, no se le debe echar ningún tipo de cera —como veremos después—, a menos que se quiera estropearlo. Si ese es tu maléfico plan, primero deberías saber algunos datos acerca de tu víctima, los suficientes como para que dimensiones el nivel del crimen que estás por cometer.
¿Cuáles son las ventajas del piso parquet?
Lo primero que se suele destacar de un objeto es lo que salta a la vista. En este caso, el piso de parquet es un muy decorativo y ofrece una estética particular, la que en diferentes etapas de la historia se ha considerado de lujo. Muchos de los amplios —y no tanto— departamentos construidos en las décadas del 60 y 70 en Chile aún mantienen ese suelo característico, hecho en base a tablas que, unidas, conforman bloques cuadriculados con figuras cuidadosamente enrevesadas. Un “lujo” que tiene raíces de varios siglos atrás.
Ya en la arquitectura renacentista es posible rastrear la valoración que la monarquía y las clases nobles de la época le daban al parquet: entre otros, los pisos de los palacios de Versalles y Chantilly, en Francia, y el de Arenberg, en Bélgica, están decorados con este trabajo en madera, que cinco siglos después se continúan exhibiendo como piezas de arte.
Pero no siempre fue así: antes, en los siglos medievales e incluso de la antigüedad, los suelos de las élites eran de granito y mármol, materiales de lujo pero que implicaban un gran trabajo de limpieza y aportaban un ambiente frío, difícil de soportar en el inclemente invierno europeo. Por eso es que se termina optando por el piso de parquet, que además de atractivo es un excelente aislante térmico, capaz de proveer una temperatura templada y agradable.
A estas cualidades estéticas y térmicas se suman sus propiedades acústicas, que permiten absorber y aislar el ruido, proveniente tanto desde el exterior como del interior de la casa. Preciso para una vecindad en armonía.
Con todas estas características no es de extrañar que la restauración de pisos de parquet sea una tendencia mundial en el ambiente del interiorismo. Así lo destaca la diseñadora Tamara Schwarz: “Su calidez, atenuación acústica y de temperaturas, y la sensación térmica al caminar sobre ellos descalzos” son parte de “sus valiosas virtudes”. También lo son los beneficios higiénicos que se le acreditan, por su “fácil y eficiente limpieza”.
El valor ecológico
Desde 2018, Tamara es parte de Schwarz-Haus, la empresa que su familia fundó hace más de 60 años para dedicarse a la producción y restauración de elementos de madera para interiores, como puertas, ventanas y suelos de parquet. “He estado relacionada de una u otra forma a más de 250 proyectos de restauración o instalación de pisos de madera”, cuenta.
Una de las motivaciones que dice tener Schwarz en este trabajo es que el parquet ofrece diseños únicos. Y esto se debe a que los nudos y vetas de la madera natural son irrepetibles como las huellas dactilares, lo que propicia “dibujos” decorativos únicos. Además, este material aporta una “solución superior en cuanto al aporte ecológico”.
“La madera es el único material de construcción cuyo uso ayuda a reducir el dióxido de carbono de la atmósfera. Esto la convierte en la alternativa de construcción con la más baja huella de carbono, y por ende, en una solución más ecológica. Más aún considerando que los pisos de madera pueden ser restaurados en el tiempo”, explica.
Cuidados: errores, mitos y aciertos
Pero existe la errada idea de que los pisos de parquet —y de madera, en general— son frágiles y difíciles de mantener. Esto, dice Schwarz, lleva a que mucha gente opte por eliminarlos. Por más lejanos que sean, el ejemplo del Palacio de Versalles es evidencia suficiente para demostrar la durabilidad que puede tener un pavimento de esta materialidad.
“Un piso de madera puede largamente exceder en vida útil a cualquier otro tipo de piso, ya que es reparable con mayor facilidad”, asegura la diseñadora. Otros pisos, como los flotantes, las baldosas, la cerámica o los porcelanatos, tienen canterías y pequeñas separaciones entre sus piezas que sirven de receptáculo de residuos que se van acumulando. No sólo son difíciles de sacar, sino que muchas veces es una labor imposible, lo que genera un deterioro que se hace cada vez más notorio.
Los pisos industriales y los fotolaminados también tienden a acumular materia orgánica con la capacidad de descomponerlo desde la superficie. “No es el caso de un piso de madera, el que recibe al menos tres capas de vitrificación de muro a muro”, sostiene Tamara.
Por supuesto que el parquet necesita de ciertos cuidados, pero estos son más sencillos de lo que crees. Por ejemplo: para evitar rayones por fricción, basta con ponerle topes a las patas de silla y mesas.
Pack de fieltros para sillas y mesas
Olvídate de la cera y de otros químicos
¿Cera roja o amarilla? La respuesta es “¡ninguna!”. Alexis Estrada, fundador de Dr. Pisos, cuenta que uno de los principales errores que ha visto en sus más de 20 años de experiencia es la aplicación de abrillantadores de cera o mantenedores en el piso de parquet. “Es un error fatal”, sentencia. ¿Por qué?
Según Alexis, a la gente en sus hogares les “encanta” el brillo que estos productos dan al piso en sus primeras aplicaciones. “Lo que no saben es que con el tiempo estos químicos se vuelven de un color oscuro que se raya fácil, dado que no cristaliza —es decir, “no endurece”—, y finalmente queda horrible, porque se empieza a descascarar fácilmente”.
Otros productos químicos que puede provocar un daño difícil de reparar en el piso de parquet son los denominados “mantenedores”, ya que son derivados de la cera. Tampoco se recomiendan, en general, los “limpiadores detergentes”.
“Siempre le digo a los clientes que es lo mismo que aplicar pasta de zapatos a un mocasín: lógicamente es un despropósito y un daño. Y los limpiadores detergentes se quedan pegados en el piso. Cuando alguien lava con detergente la loza, después enjuaga, pero en el piso de madera no se puede hacer eso”, explica Alexis.
Entonces, ¿cómo se limpia el parquet?
Según los especialistas, para limpiar el parquet sólo basta con barrer o aspirar y luego, pasar un paño humedecido: se recomienda que éste sea una mopa de microfibra. Sin embargo, hay que cuidar dos aspectos:
- Que el paño esté limpio: la idea es quitar la suciedad del piso, no esparcir la que está adherida justamente a la mopa de microfibra. Por eso mismo, Alexis Estrada recomienda volver a limpiar el artículo de limpieza cada 20 metros cuadrados de uso. “Con esto tendremos un piso reluciente por muchos años”.
- No tanta agua: el exceso de agua puede ser tanto o más dañino para la madera que un químico mal utilizado. Por un lado, puede provocar que las tablas se hinchen hasta deformarse. Por otro lado, la humedad genera un ambiente propicio para la proliferación de microorganismos y hongos que pueden terminar por pudrir el material.
En esa línea, Tamara Schwarz llama a cuidar el parquet del agua sobrante en el riego de plantas, o del que emerge de las filtraciones de radieres “mal aislados”, así como las roturas de cañerías, entre otras situaciones que pudieran significar la humedad de la madera. “Pueden generar putrefacción desde abajo o la deformación por hinchamiento”, afirma.
Mopa de microfibra Virutex
Restauración y reemplazo
Un parquet deteriorado, debido a un mal cuidado —ya sea por golpes, rayones, humedad o exceso de sol—, puede tener solución. Aunque requiere del apoyo profesional para ello. “He recuperado pisos de 60 años y quedan como nuevos”, asegura el Dr. Pisos.
Lo que se hace, entonces, es evaluar el estado del parquet y el lugar en el cual está instalado. Tamara Schwarz explica que en el diagnóstico “entran a jugar distintas variables, como la ausencia de humedad en la base sobre la que está, la calidad del anclaje, la profundidad de eventuales rayaduras o el grosor que presenta el piso, que muchas veces ya ha sido objeto de sucesivas pulidas en el pasado”.
Si las piezas de madera que conforman el parquet presentan un grosor adecuado, y su adherencia a la base se considera buena, se puede llevar a cabo un trabajo de recuperación. De acuerdo a la diseñadora, este suele ser el caso en departamentos y segundos pisos de casas. Sin embargo, “en los primeros pisos de construcciones más antiguas es frecuente encontrar condiciones de humedad no compatibles”. En esos casos, dice la especialista, es mejor retirar el piso antiguo, aplicar un producto de aislación de humedad en el radier e instalar piso de madera nuevo sobre esa condición.
Para la recuperación, existen dos procesos generales. El más básico y económico es un hidrolavado: “Se usa una máquina con rodillos y unos productos adecuados, los que deberían remover los residuos mejor que una limpieza realizada a mano por uno mismo con mopa”, expone Tamara. Este tratamiento tiene un valor aproximado de 5.000 pesos por metro cuadrado.
Vitrificado y pulido
La segunda alternativa es la más reconocida y también la más costosa: el pulido y vitrificado de piso varía su valor entre los 8 mil y 25 mil pesos el metro cuadrado.
Para pulir también se requiere maquinaria profesional y el uso de lijas específicas que, combinadas de manera específica, permitirán recuperar el color original de la madera. “Con el tratamiento se sacan rayas, manchas, marcas de sol, abrillantadores, etcétera, y queda impecable”, detalla Alexis Estrada. Este es un proceso que el Dr. Pisos recomienda realizar cada cinco o siete años, dependiendo del nivel de cuidado y deterioro del parquet.
Antes de pulir es necesario chequear que todas las piezas estén bien ancladas al suelo. En algunos casos, se encuentran tablas en un estado insalvable, lo que hace necesario su reemplazo. Schwarz explica que si el parquet está fabricado de maderas de “fácil acceso” (como las nacionales, tipo eucaliptus, Raulí o coigüe) es posible una reparación sencilla, mediante la fabricación local y a bajo costo de réplicas de las piezas deterioradas. Por el contrario, cuando el piso es importado, existe la posibilidad de que ya no se encuentren piezas originales o suficientemente parecidas en el mercado. La opción que se da, entonces, es reemplazar el parquet completo para dar la uniformidad que, además, le permite resaltar su valor decorativo.
Solucionado lo anterior, se realiza el pulido de la madera, para rescatar su color original y nivelar el piso. Tras esto, se pasa al vitrificado para lo que se utiliza un barniz vitrificante que se aplica en varias capas —son al menos tres—, para que una vez seco forme una capa suficientemente sólida y resistente que proteja la madera ante la fricción y los golpes que se producen en el día a día.
Dato: “Un piso de madera acepta varias restauraciones si se utilizan las máquinas y operadores adecuados, ya que se busca disminuir el grosor de la madera en el mínimo posible al realizar este proceso”, apunta Tamara Schwarz.
Tras realizar este tratamiento, se debe tener cuidado de no aplicar agua en la limpieza del piso durante el primer mes. Esto, según Alexis Estrada, porque el vitrificado necesita tiempo para “cristalizar”. Aplicar humedad antes de que se consiga puede cortar este proceso y “afectar directamente la vida útil del parquet”.
El pulido y vitrificado da una nueva vida al parquet, un piso noble y de una particular estética que combina el confort, la calidez y una entrañable nostalgia. ¿Cómo no darle los cuidados que necesita?
*Los precios de los productos en este artículo están actualizados al 7 de diciembre de 2022. Los valores y su disponibilidad pueden cambiar.