Llega el verano y no, las manos no estarán donde dice el viral: las manos estarán cerrando cortinas y persianas, prendiendo ventiladores, sacando hielo, mojando la cara y tratando como sea de eludir el siniestro calor que caerá desde temprano hasta la tarde.
Pero hay días, incluso noches —y cada año son más—, en los que ningún esfuerzo por refrescarse al interior de una casa parece suficiente. La única solución real es una que hace poco resultaba exclusiva para la élite o las oficinas, un sistema que solo se podían permitir millonarios, empresas, centros comerciales o salas de cine: el glorioso aire acondicionado.
El tiempo y la tecnología han bajado los precios, y aunque sigue siendo caro adquirir e instalar uno para la casa, ya no es una inversión inalcanzable. Es más: sacando las cuentas y calculando gastos, en el mediano plazo podría ser incluso rentable, puesto que algunos de estos aparatos también funcionan como calefactores en invierno.
Pero la oferta es amplia y los valores muy distintos —desde los $300 mil que cuesta uno Khone hasta el millón de pesos de uno Airolite, sin contar los portátiles ni los enfriadores—, además de que las potencias y cualidades entre ellos son muy diferentes. Para orientarse en este huracán de aire frío, dos expertos en climatización y eficiencia energética explican cómo funcionan, cuáles son sus distinciones y qué tanto pueden ayudarnos a salir felices y frescos del infierno que se avecina.
Enfriar el calor
¿Cómo sucede la magia de acondicionar el aire? ¿De dónde viene esa agradable brisa helada —a veces muy helada, es cierto— que aparece como un milagro cuando afuera, en el hostil cemento, hacen 32 ardientes grados a la sombra?
“Viene del mismo interior del recinto”, responde Ricardo Hermosilla, docente de la escuela de Mecánica de la Universidad Tecnológica Metropolitana. ¿Cómo? ¿Del mismo living que hace dos horas era una sofocante caldera?
Así es: lo que hacen los sistemas de aire acondicionado conocidos como split —que se llaman así por estar divididos en una parte dentro de la habitación y otra afuera— no es tirar aire frío sino extraer el calor. Cuando se abren sus compuertas, por un lado absorben el aire del lugar y lo expulsan hacia afuera y por el otro lo devuelven pero más frío, ya que hubo un intercambio de energía provocado por un líquido refrigerante y un complejo sistema de termodinámica.
“Básicamente, esto funciona a través de la evaporación y condensación de ese líquido”, dice Hermosilla. El condensador se ubica en la parte externa, esa gran caja que permanece fuera de las casas, oficinas o departamentos, cuya misión es desalojar el calor. El evaporador, en cambio, está en la parte interna, y además de recibir el calor del lugar es también el que incorpora aire frío.
Eso como una descripción gruesa, puesto que el proceso tiene muchas fases y componentes, la mayoría nada sencillos de explicar. Quienes quieran entenderlo al detalle, en el siguiente video lo diseccionan con claridad.
Inverter o no inverter
Entre los equipos de aire acondicionado (AC) split hay unos llamados inverter, puesto que además de reducir la temperatura de un lugar son también capaces de aumentarla cuando haga frío. De ahí su nombre, ya que pueden invertir su función.
Como es obvio, que puedan ser útiles tanto en verano como en invierno los hace ser más convenientes, aunque también más caros. Pero según María Luisa del Campo, académica y directora del centro tecnológico Kipus, de la Universidad de Talca —especializado en eficiencia energética—, los AC inverter también son más eficientes. “El compresor que tienen funciona con menos energía, por lo que a la larga tendrías más horas de refrigeración por el mismo consumo de electricidad”.
Además, como ya hemos dicho en Práctico, los AC split inverter son el método más eficiente y menos contaminante a la hora de calefaccionar un lugar. Requieren de un gasto inicial mayor —pagar no solo por el aparato sino también por la instalación— pero en el mediano plazo resultan más rentables que las estufas a gas o parafina, como también mucho menos dañinos para la salud.
Aire acondicionado split inverter Splendid 9000 BTU
Pero si el frío no es problema en invierno, entonces lo que conviene es elegir un AC split. Hermosilla, eso sí, recomienda fijarse tanto en el costo de compra e instalación como en el de operación. “Hay que poner en la balanza lo que preferimos: si adquirir un equipo más caro, pero con un consumo energético medio-bajo; o uno más barato, pero con consumo alto”.
¿Cómo saber eso? Hay dos indicadores. Uno es la letra de eficiencia energética —que va, en orden decreciente, desde la A hasta la D—, y que aparece en las cajas o catálogos de los productos. El otro, más oculto pero muy útil, es el Índice de Eficiencia Energética (IEER), que va del 1 al 5. Entre más alto sea, más eficiente es el aparato.
“Este índice indica cuánto multiplica un producto los kilowatts hora que consume”, explica Del Campo. “Un equipo ineficiente, con un índice 1, entrega en energía lo mismo que consume. En cambio uno 4, multiplica cuatro veces lo que consume y por lo tanto es más eficiente”.
La académica dice que, en general, los AC split inverter tienen un índice de 3,5, mientras que los que solo son split van por el 2,8. “Si se puede, y para que la compra sea lo más provechosa posible, lo ideal es adquirir un equipo inverter y que tenga un índice sobre 3″.
Qué significa BTU
Si uno vitrinea por el retail online, uno de los indicadores principales que caracterizan a cada modelo de aire acondicionado es el BTU, sigla para British Termal Unit (Unidad térmica británica). Unos tienen 9000 BTU, otros 12000 y algunos llegan hasta los 24000.
“Los BTU son la cantidad máxima de calor o frío que un equipo puede generar”, explica Del Campo. “Mientras más BTU, significa que está preparado para un recinto de mayor volumen”.
O sea, un equipo de 9000 BTU no significa que sea débil o que enfríe poco, sino que está pensado para habitaciones o espacios más estrechos. Para calcular cuál es el BTU indicado para el lugar que estás pensando acondicionar, la investigadora propone una fórmula que puede entregar una cifra aproximada: calcular el volumen de la habitación (ancho por largo por alto), dividirlo por dos y multiplicarlo por mil.
Si tiene 3 metros de largo, 4 de ancho y 2,5 de alto, su volumen sería de 30 m3. Dividido por dos es 15 y multiplicado por mil es 15.000. Ese sería un BTU aproximado para ese lugar, aunque a eso hay que sumarle cuánta gente circulará en él y cuántas muebles o cosas hay: un espacio vacío de objetos es mucho más difícil de refrigerar que uno con hartas cosas.
Aire acondicionado split inverter Airolite 18000 BTU
Si se trata de una pieza matrimonial con esas dimensiones, donde tampoco se permanece todo el día, sería suficiente con un equipo de 9000 BTU. “Cuando tengo un equipo potente, básicamente significa que enfriará el espacio de manera más brusca”, dice Hermosilla. “Si afuera hay 30 grados y yo quiero estar a 22, con un equipo de alto BTU me tardaré menos tiempo en llegar a esa temperatura y con uno de menos me demoraré más”.
Para que la temperatura baje rápido se requiere de mucha energía, lo que significa también más gasto de electricidad. “Ahí depende de las necesidades”, dice el docente de la UTEM. “Pero no hace falta tener un equipo muy potente para un espacio estrecho”, de la misma forma que un sistema ligero para un recinto grande terminará siendo un desperdicio.
Cómo funcionan los aire acondicionados portátiles
Hace no tanto tiempo apareció otra variedad de AC: los portátiles. Sin necesidad de instalación ni de romper la pared, estos aparatos prometen tener el mismo aire fresco pero con ruedas, capaz incluso de moverlo entre una pieza y otra.
¿Lo consiguen? Según Hermosilla, más o menos. “Tienen en rigor el mismo funcionamiento que los split, pero su punto débil es el rechazo del calor. Al no tener dividido el sistema, en la parte trasera del equipo queda el condensador, que debe permanecer caliente y por lo tanto será una fuente de calor constante. Ahí se pisa la cola”.
El calor, de hecho, lo expulsan con un tubo que por un extremo va conectado al equipo y por el otro debe salir hacia el exterior. “Pero como las viviendas no tienen una salida hecha específicamente para eso, entonces hay que abrir una ventana”, dice María Luisa del Campo. Aunque muchos vienen con un adaptador, no es compatible con todas las ventanas y algo del aire caliente de afuera puede entrar. “Por lo tanto, puede llegar a ser un 30% más ineficiente, dependiendo de qué tan mal cerrada quede esa salida”.
Aire acondicionado inverter portátil TCL 12000 BTU
Además hay que hacerse cargo de los líquidos condensados, esa gota que nos suele caer en la cabeza cuando caminamos por el centro de la ciudad. En los portátiles, como no puede ser lanzada hacia afuera, ese líquido se acumula en un recipiente, el cual uno mismo debe evacuar cada cierto tiempo.
“Lamentablemente, terminas compensando los ahorros con estas pérdidas”, agrega Del Campo. A pesar de eso, igual puede valer la pena tener un AC portátil. “Son una buena alternativa cuando uno arrienda o en un departamento donde no se puede instalar una unidad exterior”, cree la académica maulina. “Ahí se justifica su inversión”.
Aislar y ventilar
“Es importante saber que el equipo por sí solo no es la solución final”, advierte Hermosilla. Por muy alta que sea la inversión en un AC, no será la panacea si la casa no está bien aislada térmicamente ni tampoco si se usa incorrectamente.
Antes incluso de pensar en un AC, el ingeniero en mecánica recomienda ver la posibilidad de instalar ventanas de termopaneles, revisar la aislación del techo —donde se pierde y gana mucho calor—, “y que ojalá las paredes cumplan con los requisitos del Serviu”.
Solo recién conviene pensar en un sistema de AC. De lo contrario, “se va a depender mucho del equipo: se tendrá encendido todo el día y, cuando se apague, empezará de nuevo el problema”.
Según Del Campo, las ventanas son el principal foco de entrada de calor. Si están ubicadas al norte o al poniente, mucho peor. “Si se recibe el sol directo toda la tarde, no hay ningún equipo que vaya a resistir”, dice. “Será muy sobreexigido”. Usar persianas exteriores, toldos o sombrillas por el exterior frenará en algo la radiación y mejorará la temperatura interior.
Lo otro es ventilar: tal como pasa cuando uno se sube a un auto que quedó estacionado a todo sol, tratar de enfriar un ambiente caluroso solo con AC será una tortura y un gasto energético muy alto. “Antes de encender el equipo, hay que ventilar. Abrir puertas y ventanas, renovar el aire y prenderlo recién pasados unos cinco o diez minutos”.
Una vez encendido, no exigirlo pidiéndole que enfríe la habitación a 17 grados. Si hace mucho calor, nunca llegará a esa temperatura, se generará una mala distribución y “para quien está al lado será insoportable”, critica Del Campo. “Hay que mantenerlo fijo en 22 o 23 grados, sin bajarlo a 17 para luego apagarlo, volverlo a encender y someterlo a un estrés. Es una ineficiencia tremenda”.
Por último, si ya está decidida la compra de un AC, fijarse bien en el ruido que emite, algo que pocos toman en consideración. “No siempre aparece ese valor, pero hay que pedirlo y ver cuántos decibeles genera”, apunta la académica.
Una conversación normal o el volumen promedio de una TV encendida suele ser de 65 db, mientras que una aspiradora hace 75 db. “Lo que yo recomiendo”, dice, “es que sea menor de 40 db y, si es un dormitorio, ojalá de 25 db”. Porque la idea es refrescarnos pero no sentir que vivimos dentro de un camión.
*Los precios de los productos en este artículo están actualizados al 29 de noviembre de 2024. Los valores y su disponibilidad pueden cambiar.