Cómo elegir el mejor desodorante según tu tipo de piel

A la hora de seducirte para que escojas un determinado producto y no otro, se sabe que la publicidad apela mucho más a la emoción que a la razón. Y cuando se trata de artículos de aseo personal, lo que intentan es despertarte la vanidad, mientras al mismo tiempo, como en un ying-yang perfecto, el avisaje hace acupuntura con tus inseguridades.

Por ejemplo, con los desodorantes: los comerciales te hacen creer que si no usas ese antitranspirante en particular, olerás pésimo, tu ropa se va a mojar o manchar cuando haga calor y las personas te mirarán feo.

Desde la adolescencia en adelante, los artículos para la higiene axilar se transforman en productos de primerísima necesidad. Al menos para la sana convivencia en la casa, el colegio o el trabajo. Sin embargo, no todos nos preocupamos realmente de qué tipo de desodorante y/o antitranspirante —que no es lo mismo— es el más adecuado para usar de acuerdo a nuestro tipo de piel.

En primer lugar, ¿usted sabía que lo que causa el mal olor ni siquiera es la transpiración? Sobre esto, y otras preguntas relacionadas a cómo elegir mejor el desodorante, conversamos con tres especialistas en el tema.

“Hay que partir de la base de que desodorante y antitranspirante son dos cosas distintas”, explica el dermatólogo Matías Gompertz. “El primero es el producto que camufla o oculta el mal olor que aparece en la axila. El segundo es un producto que, con mayor o menor duración, logra disminuir la sudoración de las glándulas sudoríparas”.

Por lo tanto, antes de elegir una barra o un aerosol por sus colores o aromas, lo primero es fijarse si lo que estás comprando es un antitranspirante o un desodorante.

¿Cuál es la gran diferencia, pensarás tú, si lo que quiero es evitar el mal olor y para lograrlo debo reducir la transpiración? No es tan simple, cerebrito. El cuerpo humano transpira para regular su temperatura, en un proceso llamado termorregulación. Ya sea porque hace mucho calor afuera, porque estás haciendo ejercicio o porque estás teniendo una rabieta, cuando tu espalda, pecho, axilas o todo el resto de tu humanidad se humedece o incluso gotea, lo hace para enfriarse. El cerebro envía una señal a 3 millones de glándulas repartidas por todo el cuerpo para que produzcan y liberen el sudor, un líquido compuesto de agua, sales y proteínas.

Cuando la transpiración se seca —o evapora, para ser exactos—, la temperatura corporal baja. Esto viene a probar científicamente que cuando tu mamá te decía que te cambiaras la ropa transpirada porque te “puedes enfriar” era 100% cierto.

Además del calor, el cuerpo tiende a liberar transpiración en respuesta a la actividad física, pero también a diferentes emociones, como la excitación o el estrés, la comida muy caliente o picante, como efecto colateral de algunos remedios, algunas enfermedades y también cambios de tipo hormonal.

“El sudor en sí no tiene mal olor, no huele a nada”, explica Gompertz. ¿Cómo se origina, entonces, ese terrible hedor que sale de todas mis cavidades cuando juego pádel? “Aparece por la degradación de las bacterias de estas zonas del cuerpo, que se mezclan con las sustancias que contiene en el sudor y quedan depositadas en la piel”.

Cuando la piel se moja, aumentan ciertas bacterias que necesitan de la humedad y el calor para reproducirse. Una axila sudada, oscura y poco ventilada, es el lugar perfecto para ellas.

“La gente que suda más tiene mayor tendencia a la bromhidrosis, que es el nombre que recibe este mal olor. En casos más intensos, se recomienda ir al dermatólogo ya que para combatirlo se requiere un antibiótico con receta”, aporta la dermatóloga Claudia Moreno.

También hay una condición llamada hiperhidrosis, que es cuando las personas sudan en exceso y quedan empapadas ante la más mínima actividad o aumento de temperatura. Marlene Rubio, dermatóloga de Clínica Isamédica, explica que ellas necesitan de productos especiales para contener su sudoración, porque un antitranspirante corriente no es efectivo.

Cuando llega el momento de elegir el desodorante, que por alguna razón casi siempre ocurre al final de nuestra compra en el supermercado, cuando ya estamos cansados y apurados, hay que tener claro qué necesitamos.

¿Un intenso aroma hipermasculino que nos reafirme la identidad sexual (aunque de paso espante a casi la mitad de quienes se nos acerquen)? ¿O una barra que realmente reduzca el sudor axilar?

Esa profunda pregunta existencial es ineludible para Gompertz. “Y luego es importante ver qué tan sensible es nuestra piel”, dice. De eso dependerá el formato que iremos a elegir: si roll-on —con esa clásica bolita húmeda—, barra —que puede ser seca o en gel— o crema.

“En crema son ideales”, sugiere, “pero están poco masificados. Lo segundo, si nuestra piel axilar es irritable, es chequear que no tengan base alcohólica ni perfume. Ahí el riesgo de irritación es menor”.

¿Qué pasa con los sensuales desodorantes en aerosol? El dermatólogo dice que son muy poco recomendables para personas de pieles sensibles, porque casi siempre cuentan con una base de alcohol que resulta muy irritante. “En esa línea, tampoco conviene usar desodorante con perfume. Es mejor en estos casos usar desodorante en crema, roll-on o barra, siempre sin alcohol”.

Esto también puede afectar a las personas con dermatitis atópica, que según Marlene Rubio pueden sufrir de resequedad, picazón o ver activada su enfermedad con productos de base alcohólica.

Ahora, si no tienes ninguno de estos problemas, entonces no debería haber inconvenientes en que cada mañana inundes tu cuerpo desnudo en una nube de desodorante en espray. De hecho, para las personas que buscan un efecto desodorante más potente, Gompertz reconoce que los en aerosol son los que tienen el perfume más fuerte.

Si tu duda está entre elegir un desodorante con formato roll-on o en barra, Gompertz señala que ahí ya es una cosa de gustos: el único inconveniente es que algunos manchan la ropa, pero no existe contraindicación dermatológica con este tipo de productos. Algunos en barra consiguen ser invisibles y entregar suficiente perfume para opacar el que proviene de la sudoración.

Moreno concluye que da un poco lo mismo el formato del producto. Lo que importa, indica, es la concentración que tenga y la tolerancia de los emolientes. “Eso es lo que va determinar la capacidad que tenga la piel de lidiar con él. La gente sensible o alérgica puede tener reacciones a los colorantes o los perfumes, pero en realidad no depende tanto de si es en barra, roll-on o aerosol”.

Como sea, el camino de descubrir el mejor desodorante para uno mismo es muy personal y puede ser bastante largo. Ojalá que no, por el bien de tu entorno.

*Los precios de los productos en este artículo están actualizados al 22 de octubre de 2024. Los valores y su disponibilidad pueden cambiar.