Hay personas que piensan que lavar loza es entretenido o terapéutico, pero me atrevería a pensar que para una población importante esta es una tarea que más bien provoca hastío. Es cosa de imaginarse de aquella vez en la que te tocó lavar una acumulación de platos importante, como después de Navidad o cuando tienes invitados a casa, y se usaron copas, vasos, ollas, fuentes, sartenes y hasta los platos que no sabías que tenías.
Llegar a la cocina después de comer y ver esa torre de loza puede ser desmoralizante, pero es un deber al que todos nos tenemos que afrontar. En Práctico sabemos que no es fácil y por lo mismo estuvimos investigando algunas técnicas que podrían hacer el proceso más llevadero y, por qué no, incluso placentero.
La técnica del chef Paco Almeida
A través de una serie de tweets, el cocinero y periodista argentino Paco Almeida comenta que no es necesario comprar un lavavajillas para limpiar con eficiencia, ya que solo necesitas saber el proceso adecuado para que esta no sea una labor tediosa. Su técnica evolucionó “luego de más de 15 años en cocinas alrededor del mundo”.
“Observé que el lavado de platos es una problemática global, donde se derrocha mucha agua y se vierten litros de contaminantes a las cloacas innecesariamente”, explica.
Paso 1: Identificar
El chef comienza diciendo que en primera instancia “hay que entender dos cosas: saber diferenciar tipos de suciedad en la vajilla (grasa/residuos orgánicos/suciedad superficial) y no mezclarlos”.
Es decir, si se hace carne al horno, el resultado es una fuente con mucha grasa y platos sucios con ella. Almeida explica que no puedes tirar eso al lavaplatos y juntarlo con la ensaladera, los cubiertos y los vasos, porque sino todo se va a engrasar y por ende será más difícil de lavar. Tal como el reciclaje, aquí “hay que separar en origen”.
Paso 2: Desengrasar en el tacho de basura
El segundo movimiento que propone el chef es desgrasar al máximo en el tacho de basura no reciclable. Una buena forma de hacerlo sería usando servilletas de papel, mejor aún si son las que ya están usadas, para así no desperdiciar. “Simplemente refregamos la fuente y los platos y absorbemos toda la grasa posible. Así evitamos contaminar otros cubiertos o vajilla con grasa o aceite, que suele ser lo más difícil de limpiar y exige gastar mucha agua caliente, detergentes y desengrasantes. Este es un paso fundamental para un correcto lavado de loza”, afirma.
Paso 3: Diluir el detergente
Como mencionamos antes, Almeida es consciente de la crisis ambiental y por lo mismo hace un llamado a diluir una porción de lavalozas en cuatro de agua. Esto es por dos razones: uno, porque mucho detergente hace mal a las manos (y a él no le gusta usar guantes), y la segunda tiene que ver con que “si el lavalozas es bueno, diluido con agua rinde igual”.
En Práctico, después de probar siete marcas masivas de detergente, recomendamos usar Magistral, ya que es el lavalozas más efectivo, eficiente y poderoso, sobre todo para desengrasar. Es algo más caro, pero rinde más y, si se siguen estos pasos, sale a cuenta.
“Si hay mucha grasa o suciedad”, sigue Almeida, “se le agrega un extra, pero para la mugre superficial es más que suficiente. Además, el detergente y el desengrasante son terribles para el medio ambiente. Un poco de conciencia ambiental no viene mal”.
Paso 4: La técnica
En total son siete los movimientos que propone el chef en esta técnica:
1. Agrupamos por nivel de suciedad.
2. Despejamos el lavaplatos y el secador de platos.
3. Abrimos un hilo de agua caliente.
4. Remojamos todo y con la esponja aplicamos detergente a cada pieza. Así se gana tiempo de efecto.
5. Momento de enjuagar (es clave tener el secador de platos despejado para poder agrupar).
6. Se enjuaga y va al secador de platos.
7. Siempre lo más sucio se guarda para el final, sean fuentes de horno, ollas o platos.
Con destreza, el chef asegura que este proceso puede demorar 10 minutos, por lo que ahora depende netamente de ti.
Datos extra del chef
Si tu fuente del horno queda con muchos residuos, lo primero que debes hacer es pasar la espátula y tirar a la basura los desechos. Luego pasar el papel absorbente y ahí recién pasar al proceso de lavado.
La grasa y la suciedad, si no se limpian rápido, tienden a deshidratarse y endurecerse. Si te pasó esto con una lasaña, por ejemplo, debes dejar la fuente en remojo con agua y un chorrito de detergente o desengrasante.
Las sugerencias de un docente en gastronomía
Cristián Marcelo González, docente de la Carrera de Gastronomía, sede Padre Alonso de Ovalle de Duoc UC, también comparte algunos datos que puedes ser útiles en esta labor:
-Cuando llevamos los platos a la cocina lo ideal es tener organizado el sector donde dejamos la loza. Por ejemplo, “dejar los cubiertos sucios en un recipiente con detergente o simplemente con agua y unas gotas de cloro, mientras se realiza otra acción antes de lavarlos”.
-Si tienes doble lavadero, “sería ideal elegir uno de ellos para dejar con abundante agua y detergente, lavando ahí la loza y los cubiertos. El otro espacio dejarlo para enjuague”.
-Para quienes tengan un solo lavadero, “sería importante ordenar todo lo que se ocupó en el mesón de cocina y mantener el lavadero lo más despejado posible”.
-Para este docente, el lavado debería comenzar siempre con los cubiertos. “Aplicar detergente, restregar, luego enjuagar y dejar estilar, ideal en un recipiente donde pueda escurrir el agua”, dice. “Eso hará que sea más fácil secar para luego simplemente ir guardando”.
-El segundo paso serían los platos, a los cuales hay que “retirarles los restos de comida de la loza antes de llevar al agua con detergente. Así evitamos que se tape el desagüe”.
-”Otra acción importante es lavar todas las copas y vasos de vidrios por separado, para evitar accidentes”, explica. Un corte en la mano con una copa quebrada puede provocar una hemorragia difícil de detener.
-En último lugar quedan los utensilios que se ocuparon para preparar o cocinar, como fuentes, sartenes y ollas. “Se les debe retirar los restos de comida y lavar en lo posible con agua caliente y por separado, ya que casi siempre tiene más grasa que la loza”, apunta.
Sus seleccionados en limpieza
Para cada tarea hay que tener los productos de limpieza adecuados. Estos son los predilectos de González:
1. Un desengrasante, para aplicar a las ollas como también a la cocina, los filtros de la campana y los azulejos.
2. Aunque algo más caros, los detergentes concentrados también son una buena opción por su rendimiento y calidad.
3. El cloro siempre es una alternativa de desinfección, tanto para limpiar la cocina y los utencilios como para desinfectar frutas y verduras.
4. Los limpiadores en crema también son útiles para lavar fondos, ollas o fuentes muy sucias, ya que sus micro pulverizadores desengrasan y limpian en profundidad pero sin rayar.
“La cocina es un espacio muy importante, y de su limpieza e higiene depende que no se produzcan enfermedades asociadas, ya sea por los procesos mal elaborados o por la falta de sanitización”, afirma. Da como ejemplo la contaminación cruzada, que ocurre cuando las bacterias o microorganismos de un alimento que será cocinado —como el pollo o la carne— se traspasan a otro que se comerá crudo —como las verduras—, causando intoxicaciones graves como la listeria o la E. coli.
Otra sugerencia que hace es leer “las indicaciones del fabricante del producto de limpieza, que muchas veces aconseja utilizar elementos de protección, como por ejemplo guantes, antiparras o mascarilla”.
Los tips de Ellen
La periodista y decoradora de interiores Ellen Andara compartió una serie de consejos sobre lavado de platos a través de YouTube. Si bien algunos coinciden con los de Almeida, hay otros que nos parecieron interesantes de compartir.
Utiliza agua caliente
“La suciedad saldrá más rápido y lo que está adherido a los platos y ollas se despegará mas fácilmente”, dice Ellen. “La grasa se ablanda con el calor y podrás deshacerte de ella con menos esfuerzo”.
Para los que no tienen tiempo de lavar pronto
Como cuando tomas desayuno y te vas volando a trabajar, Ellen sugiere llenar el lavaplatos con agua caliente hasta la mitad —o una batea grande donde quepan los platos y tazas—, poner unas gotitas de detergente y sumergir la loza sucia. Luego, cuando llegues, puedes retomar tu labor y lavar sin problemas ni demoras.
Organizar las cosas por orden de suciedad
Así como Almeida propone lavar las cosas que tienen exceso de grasa aparte, Ellen sugiere un orden similar y un poco más estructurado. “Comienzas con las tazas y los vasos, luego pasas a los cubiertos, que suelen ocupar menos restos de comida y grasa, sigues con los platos y terminas con las fuentes de servir, las ollas y los sartenes”. La idea de este orden es que los elementos más sucios estén mayor tiempo en remojo y así evitas manchar con grasa las cosas que no lo están.
No usar cuchillos ni virutillas (de esa forma)
Despegar la suciedad de ollas y fuentes a veces es tarea compleja. Ellen sugiere no usar ni cuchillos ni virutillas para esta tarea, porque pueden sacar la primera capa antiadherente de la olla o sartén. Cuando pasa esto, el material queda expuesto y no es bueno para nosotros.
A continuación puedes ver el video completo:
¿Cómo lavar si un integrante del hogar tiene covid-19?
En tiempos como los que estamos atravesando a nivel mundial, es importante tener este tipo de conocimiento. Si un habitante de tu casa tiene coronavirus y tienen la posibilidad de aislarlo en una pieza con baño, es muy probable que se le deba abastecer por medio de bandejas la comida que necesite durante los días de encierro. Al mismo tiempo, al estar contagiada, esa persona no podrá lavar su propia loza, por lo que otra persona de la casa debe hacerse responsable.
Según los Centros de Control de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos, para limpiar y desinfectar la loza siempre se debe usar guantes desechables o reutilizables, que sean de uso exclusivo para este fin. De preferencia se sugiere usar agua caliente, además de productos desinfectantes.
Hay algunos productos que tienen la certificación contra coronavirus, como por ejemplo Clorox. Puedes llenar el lavaplatos hasta la mitad con agua caliente, añadir unas gotas de lavalozas y una parte —tapita— de cloro, y lavar en esa solución.
Cloro Clorox tradicional 1 L
Otro buen dato es que la loza de la persona permanezca marcada, de forma que se use constantemente el mismo plato, la misma taza, cubiertos y vaso durante los días en que esté aislada.
En el sitio coronapedia se sugiere que “los cubiertos, vasos, platos y demás utensilios reutilizables se laven con agua caliente y jabón, o preferiblemente en lavavajillas”.
Otras herramientas
Guantes con la escobilla de grado alimenticio
Han aparecido buenos aliados que ayudan a la limpieza de platos. Uno de ellos son estos guantes reutilizables de plástico, que tienen pelitos de este mismo material que funcionan como una especie de esponja y escobilla.
Manguera flexible Turbo Flex para lavaplatos
Otra buena herramienta que te puede hacer más llevadera esta experiencia es un adaptador para el lavaplatos. Se trata de una manguera que disparará el agua como una especie de ducha cuando laves la loza, evitando que esta chorree y sacando más eficientemente la suciedad. Previo a la compra, es importante fijarse en que este adaptador sea compatible con tu llave.
*Los precios de los productos en este artículo están actualizados al 22 de noviembre de 2021. Los valores y disponibilidad pueden cambiar.