Para muchos, las papas fritas son el aperitivo o acompañamiento favorito. Son ricas para picotear, y se las puede comer a destajo sin aburrirse, pero todos podemos afirmar que tienen un pequeño problema: el aceite con el que quedan empapados los dedos. Y es una pena, porque este ligero detalle es lo que aleja a la papita de la perfección suprema.
Cualquier fritura, sean papas, empanadas, nuggets, aros de cebollas —y cualquier otra grasosa delicia que sea tu debilidad—, puede convertirse en un leve dolor de cabeza cuando se cae en la ropa o, sin darte cuenta, te limpias las manos en el pantalón y luego te queda una mancha oscura, grasosa y determinada a impregnarse para siempre en el textil.
Esta es una batalla un poco más compleja de la que hablamos hace un tiempo, pero no por eso imposible. La mancha de aceite se hace la difícil, pero investigando sobre el tema nos dimos cuenta de que no todo está perdido: haciendo lo correcto, actuando con inmediatez y usando los productos adecuados, esa oscura y aceitosa medalla puede desaparecer.
Entendiendo la mancha
En una publicación sobre manchas de aceite del sitio Apartment Therapy, la experta Laura Goodman, una científica senior de Procter & Gamble, explica que “la mayoría de las grasas y aceites son semisólidos o sólidos a temperatura ambiente, lo que significa que para eliminarlos se requiere de agua tibia o caliente”. El agua fría, en cambio, en vez de ayudar a removerlos puede provocar el efecto contrario, y fijarlos aún más en la tela.
El tipo de tela también es un dato relevante según Goodman, quien asegura que “las fibras sintéticas, como el poliéster o el nailon, son especialmente difíciles de tratar, porque atraen la grasa y el aceite”.
Si te manchas con aceite, seguramente lo primero que atinarás a hacer es echarle lavalozas, cosa que no está mal, pero antes conviene hacer algo más: secar el exceso de aceite con una toalla absorbente antes. Eso es lo que recomienda en ese artículo Patric Richardson, dueño de Mona Williams, una lavandería boutique de Minneapolis, Estados Unidos.
“Es mucho más fácil trabajar en una tela seca, porque el aceite y el agua no se mezclan”, explica Richardson. “Cuando mojas la tela, lo que sucede es que el agua cubre toda la tela alrededor del aceite, pero no penetra en la mancha, por lo que no tienes lugar hacia donde sacar el aceite”.
Cómo nos deshacemos de una mancha de aceite
¿Estaban buenas las sopaipillas recién hechas? ¿Tanto que quedaste todo manchado? Entonces manos a la obra. La mancha de aceite es compleja, como sabemos, pero no invencible y existen varios caminos para hacerla desaparecer.
Según un tutorial del canal Arte y Costura TV —conducido por Óscar Cereceda, químico orgánico y textil—, son varios los pasos y materiales que se requieren para eliminar una mancha de aceite de una polera o camiseta. El resultado, eso sí, vale 100% la pena, según lo que se puede apreciar en ambas pruebas.
Materiales
- Lavalozas líquido
- Talco en polvo
- Bicarbonato de sodio
- Limón
- Cepillo de dientes viejo (que no ocupes para tu higiene personal)
- Secador de pelo
El procedimiento es riguroso, pero no difícil.
- En primer lugar, debes secar la mancha con secador de pelo por algunos segundos.
- El paso siguiente es echar talco a la mancha y presionar el polvo con una cuchara de forma circular, hasta que cubra completamente la mancha y el talco se encuentre compacto.
- Posterior a esto, debes retirar el talco, sacudiéndolo o aspirándolo. Ahora es cuando hay que aplicar el lavalozas con movimientos circulares sobre la mancha.
- Luego, hay que echar bicarbonato sobre la mancha y repartirlo por toda superficie, al igual como lo hiciste con el talco.
- Ahora viene un pequeño momento Walter White: aprieta el limón sobre la mancha con bicarbonato. A estas alturas, podrás ver una pequeña reacción química: aparece una especie de espuma que debes cepillar con el cepillo de dientes —la que uses, por supuesto, para limpiar cosas que no sea tu boca.
- El proceso culmina con el lavado, ya sea a lavadora o a mano. Después de eso, voilá, las manchas tuvieron que haber desaparecido después de semejante tortura.
A continuación, puedes ver al mismísimo Óscar Cereceda en acción:
El infalible vinagre
Como lo hemos comprobado en distintos artículos, en ningún hogar que se precie de tal puede faltar el vinagre ni el bicarbonato. Ambos, además de ser útiles en la cocina —para aliñar o encurtir alimentos el primero; para darle aire y volumen a las masas el otro—, son especialmente eficaces contra la suciedad. Además de no ser tóxicos ni dañinos para la piel —al menos no en cantidades bajas—, son económicos, limpios y muy efectivos.
Para el caso de las manchas de aceite o grasa, conviene usar vinagre si es que el accidente ocurrió recientemente. Solo es necesario poner una buena cantidad sobre la mancha —tampoco se trata de darle un baño— y dejarla actuar durante unos 30 minutos. Transcurrido ese tiempo, lava la prenda con agua caliente y jabón de ropa o detergente, y la tela debería quedar como si nada jamás hubiera sucedido.
Nuestro amigo el limón
Al igual que el vinagre, el ácido cítrico del limón también es capaz de remover ciertas manchas, dependiendo siempre del tiempo que haya transcurrido y de la profundidad que haya dejado la marca. Eso sí, no se recomienda usar este método en ropa oscura, puesto que el jugo del limón tiene un efecto blanqueador que puede arruinar el color de la prenda.
Lo que debemos hacer es exprimir medio limón —o uno entero, si son varias manchas o es muy grande—, y frotar su zumo en la zona afectada. Hay que dejarlo ahí por al menos durante 10 minutos y luego dejar la ropa en remojo con agua caliente. Tras una hora, aproximadamente, lava la prenda en la lavadora y la mancha ya debería estar bastante lejos.
Tiza para los cocineros
Otra fórmula que recomienda Patric Richardson, en Apartment Therapy, incluye un sorpresivo ingrediente: la tiza. Este es un life hack ideal para remover manchas con aceite recién hechas, tanto al cocinar como al comer, ya que tiene un efecto parecido al del talco o el bicarbonato —que son las primeras opciones a utilizar—, y que puede reemplazarlos bastante bien sino contamos con ninguno de los dos.
En primer lugar, debes remover todo exceso de grasa con una toalla de papel. El paso a seguir es cubrir la mancha con polvo de tiza blanca —que puedes moler con una lima u otra superficie rugosa— y esperar algunos minutos, hasta que notes que la tiza absorbió el aceite. Luego, hay que lavar rápidamente la prenda con un lavalozas.