No tener ánimo para levantarse por las mañanas, llorar durante varios momentos en el día, incluso, llegar a tener sentimientos de incapacidad para poder hacerse cargo del hijo recién nacido. Todas juntas o por separado, pueden ser alertas de que se está sufriendo una depresión postparto (DPP), la cual en palabras más simples, es un trastorno del ánimo que aparece, principalmente, desde un mes posterior al nacimiento del hijo y que se puede extender hasta un año.
Según los últimos estudios de la Subsecretaría de Salud Pública, la depresión postparto se genera en un 15% y 20% de mujeres que han sido madres recientes. Y para poder detectarla existen varios instrumentos, uno de ellos es la Escala de Edimburgo, la cual está validada en nuestro país y que permite identificar ciertos síntomas. "El mejor momento para aplicar esta escala es a las ocho semanas de nacido el hijo, ya que coinciden con el periodo de máxima incidencia de la depresión y, además, con la disminución de los síntomas que son parte de un periodo adaptativo normal", afirma Alejandra Abuhadba, psicóloga clínica. Y agrega, "un problema que se presenta a menudo, es que la detección de mujeres que están sufriendo una depresión postparto, no se traduce necesariamente en que el total de ellas reciban un tratamiento. También ocurre que muchas veces las mujeres se tardan en consultar porque resulta difícil diferenciar entre una depresión postparto de una "disforia postparto", que es normal".
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¡No es nuestra culpa!
Es importante saber que los trastornos de salud mental durante el postparto son más comunes de lo que imaginamos y que se presentan independiente de la situación económica o social. "Nunca está en nuestras manos que aparezca, pero lo que sí se puede hacer es aprender a reconocer los síntomas y pedir ayuda a tiempo. Ese es el primer paso para una recuperación", afirma Abuhadba.
Señales:
- Llorar al menos una vez al día.
- Sentirse triste la mayor parte del tiempo o todo el tiempo.
- No poder concentrarse.
- No disfrutar de cosas que antes solíamos disfrutar.
- Perder el interés en mantener relaciones sexuales.
- Sentirse incompetente en el nuevo rol de madre, todo el tiempo. Es como un sentimiento de fracaso constante.
- Sentir estrés todo el tiempo, además de enojada con la guagua o la pareja.
- No poder dormir cuando la guagua duerme, aunque estemos agotadas.
- Sentirse pesimista o sin esperanza respecto al futuro.
Síntomas físicos:
- Dolores de cabeza.
- Dificultad para respirar.
- Palpitaciones.
- Fatiga.
- Bochornos.
- Ataques de pánico.
- Nauseas, dolor de estómago.
- Agitación extrema.
- Insomnio.
- Pérdida de apetito
- Antojos de azúcar y carbohidratos.
- Escasa concentración.
- Temblores.
- Pesadillas.
Estos síntomas se pueden presentar en la mayoría de quienes han sido madres, pero la diferencia es que las que están en baby blues o disforia postparto, lo sienten de vez en cuando y no todos los días, como es en el caso de mujeres con DPP. Además, en estas últimas, se suma que la expectativa sobre sentirse mejor en un futuro, se desvanece.
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Ilustración: César Mejías.[/caption]
¿Una mujer que tuvo depresión postparto, sufrirá nuevamente lo mismo con un segundo hijo?
El haber sufrido de un episodio depresivo en la etapa postparto con un primer hijo, es un factor importante de riesgo, de hecho, muchos investigadores plantean que es el principal para sufrirlo nuevamente. Sin embargo, es importante saber que se puede prevenir si se planea un segundo embarazo: evaluando el episodio depresivo anterior, las características de su depresión, los factores que contribuyeron a que apareciera, el tratamiento que se llevó a cabo y cuáles fueron los aspectos personales y ambientales protectores que permitieron que saliéramos adelante aquella vez.
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Ilustración: César Mejías.[/caption]
¿Qué aspectos es importante considerar a la hora de quedar embarazada nuevamente?
Primero, conversar abiertamente con nuestra pareja sobre los miedos e inquietudes sobre el embarazo y la llegada de un nuevo hijo. Muchas veces no se comparten los temores y de lo difícil que sería volver a vivir esta etapa. Es posible que la pareja tenga los mismos miedos. Es importante que la decisión sobre un nuevo embarazo sea de los dos, a través de una conversación abierta y sincera, donde ambos se sientan escuchados. Segundo, tener claro que es posible prevenir una segunda depresión si somos precavidas y conscientes de lo que nos está pasando antes y después del nacimiento, además de identificar oportunamente algunos síntomas y así poder pedir ayuda en caso de que sea necesario.
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Alejandra Abuhadba, psicóloga clínica,[/caption]