Cómo organizar y mantener ordenado tu refrigerador
Cocinar a diario, varias veces al día, puede tener a tu cocina convertida en un caos. Aquí las recomendaciones de un chef para mantener tus alimentos frescos, ordenados y en buen estado durante el confinamiento, además de algunos productos para conseguirlo.
Artículo actualizado el 24 de mayo de 2022.
Cocinar cada día, dos veces al día y todos los días, no solo debe tener tus manos como huesillos de tanto lavar loza —o tu piso con una costra de suciedad que reaparece cada tarde como un fantasma—, sino que seguramente ha transformado el interior de tu refrigerador en una cueva sobrepoblada de frascos y tápers con misteriosos contenidos. Restos de salsas, conchos de bebidas, sobras de carnes, trozos de quesos y verduras frescas confundidas con verduras maduras y verduras descompuestas conviven hacinados en el frío, sin ley ni orden.
Combatir ese caos requiere de mucha voluntad, tanto por la tarea que implica ordenar y limpiar el refrigerador como por la certeza de que, más temprano que tarde, la segunda ley de la termodinámica hará lo suyo y la entropía se instalará nuevamente en tu electrodoméstico.
Pero el mito de Sísifo, lo hemos comprobado a la fuerza desde la pandemia —y lo siguen viviendo quienes trabajan de forma remota—, está más vigente que nunca: cada día, al igual que el anterior, hay que cargar con la roca del teletrabajo, la cocina y el orden, para luego, en la jornada siguiente, verla de nuevo en el punto de origen y volver a empezar. Es como hacer la cama: se sacude y estira a diario sabiendo que mañana habrá que sacudirla y estirarla nuevamente.
“No queda de otra”, dice el chef Nicolás Gárate, director y fundador de la Academia Gastronómica Internacional Chile y asesor de Oster. “Para no desperdiciar comida, para saber lo que tenemos y para no comer cosas en mal estado, es necesario tener el refrigerador bien organizado”.
Conoce tu refri
Antes de respirar hondo y sumergirse en sus profundidades, Gárate recomienda entender y conocer las distintas partes del refrigerador, saber el rol que cumplen y qué productos conviene ubicar en cada una.
“La parte de abajo y del fondo son las más frías”, explica, “las de más arriba tienen un poco más de temperatura y la puerta es la zona menos fría”. Por lo tanto, esta última parte es ideal para colocar alimentos que se consumen rápido, que “entran y salen”, o que no requieren de tanto frío, como bebidas, jugos o mermeladas.
“En las zonas más altas”, dice el chef, “conviene poner productos menos delicados o que se vayan a usar pronto, como yogures, quesos, fiambres o comidas envasadas, frutas o verduras listas para comer, y platos preparados”.
Y en la parte más baja, donde típicamente los refris tienen cajones, hay que dejar vegetales que no usaremos en varios días más —como zanahorias, zapallos italianos, pimentones o berenjenas— y carnes —bien selladas, ojalá al vacío— que se cocinarán ese día o al siguiente.
La palabra clave, según Nicolás Gárate, es planificar. “Tener una idea de cuánto tiempo estarán las cosas en el refrigerador ayudará a mantenerlo más ordenado y reducirá los desperdicios”.
Cómo organizar el refrigerador
Pero si tu refri vive en la anomia y no tienes mucha idea de qué es lo que hay en él, el chef Gárate opina que no hay más opción que sacarlo todo. “Que no quede nada dentro para limpiarlo y desinfectarlo muy bien con agua y cloro”. También para revisar qué cosas hibernaban en él, cuáles aún pueden vivir y a cuáles no les queda otro destino que el basurero.
Con las bandejas y repisas relucientes y vacías, como sugieren en este artículo de Wirecutter, lo más conveniente es designar áreas del refrigerador para distintos productos, eligiendo el lugar según la cantidad de frío que necesitan. Y se pueden crear más espacios usando pequeñas bandejas para hornear —que se pueden sacar fácilmente, sin tener que escarbar entre frascos y tápers— o separadores diseñados especialmente para eso.
Bandeja antiadherente de acero Casaideas 41,5x32cm
“Una de las reglas cardinales de cualquier refrigerador de restaurant”, dicen en el artículo, “es que los productos nuevos vayan al fondo y los viejos queden al comienzo, para que así se usen primero (...) Así, en vez de estar abriendo tapas buscando el frasco con la salsa de tomates, tendrás los alimentos que necesitan ser usados al alcance de tus dedos”.
Algo que ayuda mucho a mantener ese orden son los contenedores transparentes, donde uno puede tanto acceder como clasificar fácilmente a los alimentos al interior del refrigerador. Por ejemplo, en cada uno de estos recipientes se pueden agrupar las salsas —mayonesa, kétchup o mostaza—, los yogures, algunas conservas, frutas o casi cualquier cosa que entre al refri.
Organizador para refrigerador Interdesign Linus Pullz 8
Gárate advierte sobre las frutas y verduras. “Hay algunas, como la manzana o el plátano, que naturalmente sueltan etileno, un gas que acelera la maduración del resto”. Por eso, si se van a refrigerar, conviene hacerlo en bolsas, para no contaminar a las demás. Las zanahorias, por ejemplo, se mantienen mejor con cierta humedad, por lo que si se las guarda cerradas, y sin sus tallos, pueden durar varias semanas.
Sellar al vacío es una opción que aumenta la durabilidad de los alimentos, sobre todo los que están frescos. “Al quitarles contacto con el oxígeno”, explica el director de AGI Chile, “se retarda el proceso de oxidación, y carnes, frutas y verduras se mantienen por más tiempo. Yo recomiendo porcionar los productos y luego sellarlos, para así solo sacar la cantidad que se va a consumir”.
Selladora al vacío Oster FoodSaver VS1192X01
¿Y qué pasa con la mata de cilantro o perejil, que llega fragante y fresca de la verdulería, pero al otro día ya parece que tuviera una enfermedad terminal? “Esas hierbas, como también la albahaca o la menta, necesitan también de humedad pero poco oxígeno, entonces lo mejor es envolverlas en una toalla de papel, rociada ligeramente con agua, y luego cerrarlas con film plástico, dejando las puntas libres”, dice Gárate. “Así durarán fácil 5 o 6 días en perfecto estado”.
Los huevos, a menos que se consuman con rapidez, no conviene tenerlos en su clásico espacio ubicado en la puerta del refrigerador. Como nos explicaba Daniel Gurkman, chef y dueño de Daniel’s Bakery —café especializado en brunches y desayunos—, en ese lugar quedan expuestos a cambios de temperatura y a que les entre humedad, lo que facilita su descomposición. “Hay que dejarlos al fondo, ojalá en la parte superior, donde tampoco están tan fríos”.
Para eso, mejor que usar la bandeja de cartón es tener un contenedor especial como el de la marca Interdesign, que es transparente y de un resistente plástico, muy fácil de limpiar. Tiene tapa —ideal para evitar accidentes y contaminación cruzada— y espacio para ubicar 14 huevos.
Contenedor de huevos Interdesign
Con los tarros de conserva hay que tener cuidado. “Una vez abiertos, y si quieres refrigerar su contenido, sí o sí debes vaciarlo en un recipiente hermético”, dice el chef. “El metal del tarro, junto al papel que lo envuelve, pueden ser un foco de microorganismos peligroso para el alimento”.
Si aprovechaste el vuelo y cocinaste para más de una comida, revisa bien cuántas porciones más quedaron. “Si te va a sobrar nuevamente, divide y congela, porque unos porotos con rienda, por ejemplo, morirán a los tres días en el refri”. Es crucial en estos casos esperar a que la comida se enfríe antes de ingresarla a la nevera. “Al guardar algo caliente, la temperatura interior del refrigerador subirá y con ello también la del resto de los alimentos, alterando su conservación”.
Pero si eres terco y guardaste todos los porotos en el refri y al otro día, tras calentarlos, de nuevo te sobró una porción, ten ojo. “Ese cambio brusco de temperaturas es dañino para el alimento, le añade mucha carga bacteriana y además pierde sus propiedades nutricionales”, dice Gárate.
¿Dónde conviene guardar las cosas: en tápers de plástico o de vidrio? “No importa mucho la diferencia”, opina el chef. “Lo clave es que sean herméticos y de un material resistente y durable. Los contenedores plásticos baratos suelen ser delgados, y si se trizan o rompen dejan de cumplir su función de proteger el contenido”.
Contenedor hermético de vidrio Kilner Fresh Storage 0,6 litros
“En cuanto a las carnes congeladas, estas deben ser descongeladas en el refrigerador y no afuera”, dice Gárate. “Es común que la gente saque la noche anterior un trozo pollo, vacuno o pescado que quiere cocinar al otro día, y lo dejé en el lavaplatos o sobre un recipiente. En esas doce o más horas, seguramente soltarán líquidos que, al quedarse en contacto con la carne, serán un Lollapalooza para los microorganismos. Lo correcto es pasar del congelador al refri, siempre en un recipiente hermético, y luego a la temperatura ambiente”.
*Los precios de los productos en este artículo están actualizados al 24 de mayo de 2022. Los valores y su disponibilidad pueden cambiar.
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