Actualizado el 12 de mayo de 2023.
A veces no hace falta rebuscarse demasiado para darle vida a un día especial —sea el de los Enamorados, el de la Madre o un aniversario. Con un regalo sofisticado o demasiado pensado se corre el riesgo de fallar —que no le guste lo que compraste o hiciste—, de que no llegue a tiempo o de que sea muy caro o elaborado en comparación al que te darán a ti.
Recurrir a clásicas estrategias es un terreno seguro que no tiene por qué ser sinónimo de monotonía. Aunque una caja de chocolates nunca será mal recibida, es el viejo y querido ramo de flores, algunas veces injustamente menospreciado, el que podría cambiar cualquier celebración con sus olores, colores y formas, renovando o acelerando el estado de tu relación.
“En general, la persona que regala flores es alguien que lo hace siempre”, dice Daniela Galdames, dueña y florista de Nos Gustan Las Flores. “Ellas suelen regalar ramos delicados, y lo hacen porque alegran a quienes los reciben, son un detalle bonito y llena mucho un espacio”.
Si nunca has regalado flores, este puede ser el momento ideal para hacerlo por primera vez. Tres especialistas dan sus recomendaciones.
1. Rosa rosa tan maravillosa
Aunque es la opción más obvia, por algo las rosas no pasan de moda y se siguen regalando todos los años. “Así como en Navidad la reina de los regalos es la bicicleta, para el 14 de febrero lo es la rosa”, dice José Maturana, de la Florería Rosalinda, que vende ramos de distintos tipos pero cuya especialidad es esta flor, proveniente del Ecuador.
“Es la estrella durante esa fecha”, agrega Javiera Valenzuela, de Flores en Santiago. Según ella, sus clientes siguen eligiendo rosas rojas “porque estas demuestran un sentimiento sin decir una palabra. Al regalar un ramo de rosas, uno automáticamente piensa en un ‘te quiero” o, dependiendo de la relación, en algo más profundo, como un ‘te amo’”.
La mayoría del tiempo conviene eludir los clichés, ya que estos le quitan originalidad a la vida. Pero si uno quiere celebrar fechas como esta, que de por sí están llenas de lugares comunes, es mejor dejarse llevar por ellos, decir lo que hay que decir y regalar lo que hay que regalar, que en este caso son las rosas.
“Además”, dice Galdames, “el rojo siempre ha sido el color del amor”. Y no hay otra flor que lo posea con tanta potencia como la rosa. “Aunque los tonos pasteles también son bien recibidos, especialmente por las mujeres”. Ahí se abre la puerta para que ingresen en el ramo rosas rosadas, blancas y violetas.
2. Otros colores, otros olores
Si regalar rosas te parece poco sorpresivo, Daniela Galdames sugiere aventurarse con flores de temporada, como las dalias, las hortensias, los nardos y las lisianthus, que están mejor adaptadas al sol y a las altas temperaturas.
“Aconsejo siempre preguntar por las flores de estación, ya que no todas las que se venden son de esta época”, y por lo tanto pueden durar menos tiempo o no estar tan bonitas como uno espera.
Después de las rosas, Javiera Valenzuela dice que las flores más populares para estas fechas son los girasoles y los lirios, “que pueden durar entre 7 a 10 días”.
Ante alguien indeciso, José Maturana recomienda las orquídeas, “un producto difícil de obtener”, pero que para él es una muy buena alternativa, porque además de ser “muy bonita”, lo que se regala no es una flor cortada sino que una planta completa, que con los cuidados correspondientes puede durar mucho tiempo. “Esto le puede dar un significado mayor, ya que luego de recibir el obsequio hay que cuidarlo”. Para qué más clara la metáfora.
“Nosotras sugerimos ramos mixtos”, dice la dueña de Nos Gustan Las Flores, que incluyan estas flores de estación que mencionábamos. Esta variedad le dará mayor vida al regalo, haciéndolo permanecer por más tiempo.
Y para quien busque algo más rebuscado, pensando también en flores nativas, Maturana sugiere preguntar por maules, astromelias, gerberas nacionales y hortensias. “Aunque no es mucha la gente que consulta por ellas”.
3. Sombra, agüita y corte
Después de regalar, viene cuidar. Si le vas a obsequiar flores a alguien que no tiene idea de cómo mantenerlas, sería bueno que le agregaras al ramo unas instrucciones. No son complicadas, pero sí hay que seguirlas al pie de la letra para no terminar en pocos días con pétalos marchitos y tallos podridos.
Con las rosas, dice Maturana, de Rosalinda, “lo primero que hay que tener claro es que son un producto cortado, y por lo tanto tienen fecha de término, No hay vuelta atrás”. Más temprano que tarde dejarán de brillar, eso hay que saberlo, pero esos días de color y fragancia se pueden extender si uno hace lo correcto.
“Lo primero”, explica, “es no someterlas a altas temperaturas. Un golpe de calor a un arreglo floral le va a quitar tiempo de vida”. Por lo tanto, mantenerlas siempre en un lugar fresco y sin exposición directa al sol.
Luego viene el agua, a la que deben tener contacto apenas se reciba el ramo, y “que se debe cambiar en forma diaria, con una gota de cloro”, dice Javiera Valenzuela, de Flores en Santiago. Lo mismo opina Daniela Galdames, aunque la renovación del agua, según ella, puede ser cada dos días.
“Si se trata de un ramo muy arreglado”, agrega Maturana, “no es llegar y desarmarlo para cambiarle el agua, ya que eso fue hecho por un profesional y difícilmente una persona común podrá volver a componerlo de la misma forma”. Para esto él aconseja tomar el florero, ponerlo en una superficie que se pueda mojar y, sin sacar el ramo, llenarlo de agua hasta que rebalse por un minuto. Luego sacar el exceso, “y así tendrás su hidratación renovada”.
Por último, también hay que cortar las puntas de los tallos por las bases. “La mantención de las flores se hace de abajo hacia arriba”, explica Maturana, “ya que allí se presenta primero el deterioro”. Para eso, como dice Javiera Valenzuela, “a medida que pasan los días hay que cortar estas puntas en diagonal, a unos 45°”. Esto hace que se renueve la entrada del agua hacia las flores, “y que ellas se puedan hidratar de mejor forma”, apunta Galdames.
En otro contexto, a lo mejor, regalar flores no parecía muy interesante, pero encerrados como seguimos, recibir la llegada de algo nuevo, colorido, fragante, que hay que cuidar y que nos puede acompañar unos días, cambiando además la apariencia de nuestros espacios, seguro será un gran obsequio.