Consejos para sembrar y cultivar en invierno
Los meses más fríos, oscuros y lluviosos no son los más estériles: dos expertos en huertas entregan sus recomendaciones sobre qué especies plantar durante la época hiemal.
Actualizado el 7 de julio de 2022.
Por muy estériles que parezcan estos días, cortos, fríos, oscuros y repetitivos, en los que lo único que se ve crecer es la inflación y el precio del dólar, para la tierra y la naturaleza este invierno —como todos los inviernos— es solo una temporada más, igual de fértil que todas las otras.
“Mucha gente piensa que como hace frío y hay poca luz, en invierno no se puede cultivar ningún producto”, dice Óscar Contreras, agricultor y fundador del proyecto De Huerta a la Raíz. Pero se equivocan: la época hiemal es la mejor para muchas especies que necesitan de bajas temperaturas y alta humedad para desarrollarse en plenitud.
Hace algunos años, cuando Juan Pablo Benavente comenzó con La Mano Verde, su tienda y comunidad especializada en huertas, casi todos sus clientes plantaban o sembraban solo en primavera. El invierno eran meses muertos. “Hoy eso ha cambiado: más de un tercio de ellos cultiva en esta época”, dice desde su huerta en El Arrayán. “Y eso está muy bien, porque así la tierra se mantiene abonada. Las leguminosas, por ejemplo, que durante esta época se pueden plantar, fijan el nitrógeno en la tierra”.
Ambos nos entregaron sus recomendaciones sobre qué especies cultivar durante estas semanas y qué cuidado tener con ellas. Para aprovechar el tiempo de vacaciones, sí, pero también para comprender los cambios de temporada, observar con atención el ciclo vital de los vegetales y comenzar con lo que Óscar Contreras llama “soberanía alimentaria”: tener poder y autoridad sobre lo que comemos.
Verduras invernistas
Así como el tomate y la albahaca necesitan de mucho y prolongado sol, hay otras verduras y hortalizas a las que el calor les hace mal —provoca que semillen muy rápido— y necesitan del frío para crecer fuertes y nutritivas. Seguramente no eran las más populares en nuestra infancia, pero los beneficios que traen para la salud —nuestra y del suelo— cada vez se hacen más conocidos.
¿Qué se puede cultivar, entonces, bajo este clima frío, lluvioso y ventoso? “Las verduras invernales por excelencia son las brásicas”, responde Juan Pablo Benavente, refiriéndose a un género de plantas muy amplio, el Brassica, en el que se incluye el repollo, el brócoli, la coliflor, la rúcula, el nabo y las mostazas, entre muchísimas otras.
Pero la elección siempre va a estar condicionada, advierte, por el espacio de tierra que tengamos disponible. Si es poco, como una maceta o una pequeña huerta en el balcón o la terraza, él recomienda cultivar variedades de lechuga —”las invernales son la española, la reina de mayo y la marina”—, rúcula, mizuna (o berro japonés), cilantro, orégano y ciboulette.
Óscar Contreras agrega también a la espinaca, la acelga y, si hay algo más de tierra, el rabanito. “Se dan muy bien y crecen rápido: en dos meses te los puedes estar comiendo”.
Para las y los privilegiados que cuentan con un patio y algunos metros de tierra fértil, las posibilidades aumentan: repollo, coliflor, kale, brócoli, pak choi, acelga, cebolla, zanahoria e incluso legumbres. “Aunque con ellas ya estamos atrasados: yo aconsejo conseguir y plantar el almácigo ya germinado”, dice Benavente, de La Mano Verde.
Refiriéndose a las brásicas, cuando están germinadas él recomienda no cultivarlas bajo techo. “A ellas les gusta el frío, se lo bancan muy bien”, dice. “Ellas cuentan con un anticongelante natural: la savia azucarada, que protege a las hojas de las heladas. Las verduras que crecen en invierno y soportan las bajas temperaturas resultan, por lo tanto, más dulces y sabrosas”.
“Nosotros tenemos nuestro huerto en El Arrayán”, sigue Benavente, “y hace unos años, cuando hubo una nevada muy grande, de casi un metro, nuestros repollos y brócolis no solo sobrevivieron debajo de la nieve: con el frío se murieron las plagas y terminó siendo una de las cosechas más sabrosas que hemos tenido”.
Soportando la helada
Pero no todas las verduras son brásicas ni capaces de soportar las heladas, ese frío que baja a primera hora como una sábana de escarcha y que suele quemar a las plantas menos aptas para resistirlas. “Es uno de los mayores problemas del invierno”, dice Óscar Contreras.
Para prevenirlo, él recomienda cubrir de alguna forma los vegetales, ya sea con plástico, mantos térmicos o con túneles: “unos aros de alambre a los que les ponemos un plástico encima. Si tienes un pequeño huerto en tu jardín, lo ideal es cubrirlo con una botella o jarra, sobre todo cuando hay bajo cero. La idea, eso sí, es que la cubierta no esté en contacto con la planta, ya que la planta se quemará o congelará de todos modos”. Cuando la helada pase y la temperatura suba, Contreras aconseja sacar la protección y dejar que el ambiente se ventile.
Si acabas de sembrar, Juan Pablo Benavente sugiere mantenerlo protegido con un papel plástico transparente, pegado a la tierra. “Esto permite mantener la humedad y proteger del frío”, dice. Solo debe sacarse para regar. Cuando la germinación sea exitosa, y se vean los brotes firmes, pueden descubrirse.
Regar o no regar
Pero este año en que la lluvia se dignó a volver, ¿qué se hace con el riego? “Cuando son chicas, recién sembradas o germinadas, las raíces son superficiales, entonces el riego debe ser seguido”, dice Benavente. “Pero cuando la planta está crecida, y se encuentra a la intemperie, si hay una lluvia semanal entonces no hace falta regar”.
“Si estás en la zona central, con lluvias de más de 20 mm, como las que hemos tenido este invierno —que son las más eficientes—, lo más seguro es no regar al menos por dos semanas”, recomienda Contreras. “El mejor indicador siempre va a ser el suelo: si lo escarbo y está seco, significa que hay que regar. Pero debe ser un riego moderado, para mantener la humedad, porque en invierno la evapotranspiración es menor. Y si vives en zonas más lluviosas no es necesario regar en ningún momento”.
Después de la lluvia, para Benavente lo más sabio que podemos hacer es no hacer nada. “Ni siquiera acercarse”, dice. “Dejar todo tal cual, ya que al manipular o mover la tierra mojada, esta se compacta y las raíces se quedan sin aire”.
Comenzar con un huerto o una plantación es siempre la parte más difícil: fracasar es sencillo y frustrarse aún más. Para resolver dudas o buscar apoyo moral, Óscar Contreras recomienda seguir y consultar en cuentas de Instagram tan populares como educativas. “Cosechándola es una muy buena cuenta, con mucha información, como también la de Wini Walbaum, que comparte muy buenos datos para tener una huerta propia y además hace talleres. Y para conseguir semillas, sugiero visitar Semilla_Austral, una cooperativa donde venden semillas libres y con una diversidad maravillosa”.
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