Tras 74 días de confinamiento, las comunas de Colina, La Reina, Las Condes, Lo Barnechea, Ñuñoa, Tiltíl y Vitacura, en la Región Metropolitana, se encuentran en la etapa de transición, junto a los habitantes de San Antonio y San Felipe, en la Región de Valparaíso. Por otro lado, las regiones de La Araucanía, Los Ríos y Aysén se encuentran ya en fase 4.

Son noticias esperanzadoras, pero no significan que volveremos a nuestras vidas normales, sobre todo mientras aún no aparezca una vacuna. Con alta afluencia de personas y autos en las calles, el proceso de cuarentena transitoria ha sido interpretado de formas distintas. Por eso, Práctico conversó con tres médicos especialistas para entender en qué consiste este trayecto a la nueva normalidad, además de consejos para poder afrontarla.

También conversamos con tres chilenos que se encuentran en Nueva Zelanda, Australia y España sobre cómo han vivido sus procesos de transición al desconfinamiento.

En qué consiste la transición

El 19 de julio, el Ministerio de Salud anunció el Plan Paso a Paso, que consta de cinco fases: cuarentena, transición, preparación, apertura inicial y apertura avanzada. Si actualmente resides en una comuna que se encuentra en fase de transición, esto es lo que tienes permitido, según lo publicado en el sitio oficial del gobierno:

-De lunes a viernes,está permitido el desplazamiento, sin necesidad de permisos, en y entre las comunas que estén en la misma fase. Los sábados, domingos y festivos se mantiene la cuarentena total.

- Actividades deportivas permitidas en parques urbanos, áreas silvestres protegidas y similares, y lugares abiertos de libre acceso al público. Deportes colectivos con máximo 10 personas y sin público.

-Eventos, actividades sociales y recreativas permitidas con máximo 5 personas en lugares cerrados (adicionales a quienes viven en la misma residencia) y 10 personas en lugares abiertos.

-Sigue vigente el toque de queda —entre las 22:00 y las 5:00 horas—, como también el cumplimiento de aduanas y cordones sanitarios, y la prohibición de traslado a la segunda vivienda.

-Los mayores de 75 años siguen en cuarentena obligatoria pero tienen la posibilidad de salir a caminar lunes, jueves y sábados por 60 min en dos rangos de horario.

“Este paso de cuarentena total a cuarentena de transición no implica libertad total”, explica el Luis Herrada, urgenciólogo de Clínica Las Condes, sorprendido por la cantidad de gente que ha visto en las calles desde que se pasó a esta nueva fase. “Lo que asegura esto es un poco más de movilidad”, dice, pero un aspecto que destaca es que este reglamento habla de la posibilidad de reunión pero no lo sugiere, al igual que las actividades deportivas en grupo.

Si pensaste en reunirte con amigos a hacer un asado, es lo más contraproducente que podrías hacer —para ti y para el resto—, sobre todo por la responsabilidad social que conlleva este proceso de transición. “Esta fase de transición no es libre”, apunta Herrada. “Si no es necesario, no salgan; pero si salen, háganlo respetando las medidas”.

La triada de esenciales

“Hasta que no haya un control completo de la pandemia, se deben mantener las medidas básicas de distanciamiento social —de mínimo 1,5 metros entre una persona y otra—, además del lavado de manos continuo y el uso de mascarilla”, comenta Ángel Ricardo Arenas, médico residente de UPC y epidemiólogo clínico de Clínica Indisa.

Un aspecto importante sobre el uso de mascarilla es que si se usa por un periodo prolongado, pierde efectividad. “Es ideal andar con una mascarilla de recambio por si la que estoy ocupando se rompe, se deteriora, moja o humedece”, dice Ignacio Silva, infectólogo y académico de posgrado en la Universidad de Santiago. “Cuando la mascarilla se humedece, pierde su efecto de filtro”. En caso de optar por mascarillas reutilizabes, les sugerimos leer este artículo sobre las medidas de sanitización de este tipo de protección.

Otra recomendación de estos tres especialistas es tener siempre a mano una botella de alcohol gel para higienizar nuestras manos en caso de necesitarlo. “Sobre todo al tener contacto con otras personas, después de comprar productos o utilizar transporte público”, afirma Silva. Herrada agrega que “ojalá que cada 3 o 4 veces que usemos alcohol gel, nos lavemos las manos con agua y jabón”.

Protocolo de salidas a comprar

La transición va a ser un gran camino, y por lo mismo es clave poder mantener los protocolos al momento de comprar o salir que ya adquirimos en el proceso de cuarentena absoluta.

Herrada plantea que en el caso de habitar departamentos, hay que tener cuidado con pulsar los botones del ascensor al igual que tocar los pasamanos de las escaleras, porque pueden ser “potenciales focos de contagio”. Su sugerencia es “tocar los botones con el codo, porque uno no sabe quién pudo haber estado en ese ascensor”, y los pasamanos ojalá no tocarlos.

En cuanto a las filas, hay que hacerlas manteniendo la distancia social, “que ojalá esté demarcada”. “Idealmente, los lugares que atiendan clientes deben tener una barrera —de mica o acrílico— o una línea sobre el mostrador que indique dónde se tiene que parar esa persona y no cruzar la barrera”, complementa Herrada.

¿Es necesario desinfectar los productos que vengan del exterior? Si crees que es mejor prevenir que arriesgar, hazlo. Luis Herrada sugiere que con 20 cc de cloro en un litro de agua se puede hacer una solución desinfectante accesible para todos los bolsillos. Esta se puede pulverizar o pasar con una toalla absorbente desechable sobre las compras en el lugar designado de la entrada de tu casa. “Son medidas extremas, pero vale la pena detallarlas para que la gente tome conciencia”, apunta.

Transición y dimensión trabajo

Durante estos días es probable que muchos trabajadores, que vivan y trabajen en comunas en transición, vuelvan a sus puestos presenciales. “Se deben garantizar medidas de seguridad suficientes para que los empleados puedan mantener el distanciamiento”, explica Ángel Ricardo Arenas. “Según distintas publicaciones científicas, el riesgo de transmisión aumenta en recintos cerrados en más de diez veces que en recintos abiertos”, comenta.

Arenas afirma que el gran riesgo es que “por el momento todavía no podemos detectar a los contagiados asintomáticos, que igual tienen la capacidad de transmitir la infección”. Por eso, los cuidados que se ejecuten durante este periodo de transición deben ser claves.

El infectólogo Ignacio Silva coincide en que lo primordial es que cuando el empleador haga el llamado de reincorporación, el empleado pueda “exigir que se cumplan las medidas de seguridad sanitaria”, sobre todo si hablamos de oficinas donde los puestos de trabajo difícilmente están separados con 2 metros de distancia. “Asimismo, que haya espacios adecuados para el lavado de manos y ojalá puestos con alcohol gel distribuidos en los distintos sitios de la empresa”.

Sobre transitar en transporte público y cumplir con la norma de distancia social, se debe cumplir con la normativa de uso de mascarilla además de portar el alcohol gel, sobre todo si nos afirmamos en pasamos.

Al llegar a tu espacio de trabajo, lo más importante es realizar una buena desinfección tanto del escritorio como de los artículos que estés tocando constantemente, como el computador o el teléfono, por nombrar algunos. Herrada sugiere que los artículos electrónicos no hay que desinfectarlos con cloro porque se pueden descomponer. “Lo recomendable es limpiar con alcohol al 70% en un paño que esté suavemente embebido en alcohol y que lo podamos limpiar de una pasada con un implemento desechable”. No hay que empaparlo de alcohol porque el dispositivo electrónico puede quemarse o generar algún accidente.

“El resto de las superficies se pueden limpiar con cloro al 5% –el cloro que suelen vender en el supermercado– con 20 cc o. cuatro cucharaditas en un litro de agua”, recomienda Herrada. “Es lo más barato y accesible para todos”.

Mientras estés en tu lugar de trabajo, debes hacer uso de la mascarilla. En el caso del uso de escudos faciales, Herrada explica que este es un complemento, pero que no reemplaza a la mascarilla. “Lo que busca este es que uno no toque las superficies y se lleve las manos a la cara, para que uno no se contagia a través de la mucosa ocular o mucosa nasal”, dice el urgenciólogo de Clínica Las Condes.

La hora de almuerzo –en los tiempos precovid– era el momento donde se echaba la talla en la oficina y lamentablemente estamos a años luz de esta realidad. Atrás quedaron los tiempos de las mesas compartidas, ya que los tres especialistas comentaron que lo mejor es hacer un sistema de turnos para que los trabajadores pudiesen comer sin mascarilla en un espacio con distancia social. “No es fácil, porque no todas las organizaciones tienen los espacios para este tipo de redistribuciones, pero hay que intentarlo”, dice Arenas.

Para los entusiastas del copucheo cigarrero, hay malas noticias. El llamado siempre es a no fumar, por las complicaciones respiratorias que ocasiona el virus, pero si es que fumas “no hay ninguna opción de compartir el cigarro”, puntualiza el Herrada.

Hablemos de salidas

Repetimos: la transición no es chipe libre. Que tengamos posibilidad de movilizarnos no significa que tengamos que hacerlo. “Si me cruzo con una persona, y ésta estornuda o habla fuerte, pueden saltar gotitas infectantes, pero también nuestras secreciones se depositan en las superficies y eso tiene riesgo de contagio”, comenta Ignacio Silva, académico de Usach.

En esta nueva normativa de transición dice que se pueden practicar “deportes colectivos con máximo 10 personas”, pero esta actividad debe “ser con distanciamiento, con uso de mascarilla y lavado de manos al ir y volver”, cometa Luis Herrada.

Los abuelos deben echar de menos a sus nietos —y viceversa— pero lo más importante es cuidar a los adultos mayores, quienes son más propensos a esta enfermedad. “Tenemos que tener puesta nuestra mascarilla continuamente”, dice Herrada y “jamás saludar de beso”. Por el momento, y hasta que se tenga control de la pandemia, hay que preferir los saludos visuales o simbólicos.

“Sabemos que la transmisibilidad del virus se da en una mayor proporción en aquellos eventos donde se realizan cantos, alegorías o se habla muy fuerte, porque se expulsa a una mayor distancia el virus a través de gotitas”, explica Arenas. Por esto es esencial que en el caso de una salida, sea la visita a la puerta de algún adulto mayor, caminar, practicar algún deporte o sacar al perro, siempre se debe contar con una mascarilla de recambio y alcohol gel.

Experiencias de chilenos desconfinados en el extranjero

Nueva Zelanda

Hace siete años que Susana González vive con su pareja en Nueva Zelanda. Él es esquilador y abandonaron Magallanes por mayores oportunidades laborales en su oficio. Nueva Zelanda ha sido el país estrella en cuanto a ejecución de medidas contra el coronavirus, y la erradicación de la enfermedad se logró a través de un esfuerzo sostenido entre las autoridades y la ciudadanía.

“Respondieron muy rápido y yo no esperaba que se cerrara el país y el funcionamiento de la industria”, cuenta Susana. Precisamente ella cree que este escenario se gestó gracias a la información. “Fueron muy claros y sirvió para que la gente no tuviera miedo. Como es fuera de lo común, es muy fácil caer en el terror”, analiza.

Otro aspecto que le llamó la atención fueron los beneficios a las empresas. Mientras se encontraban en la fase cuatro de la pandemia, “sacaron un subsidio para todas las empresas, para que pudieran pagarles a sus trabajadores mientras estuviéramos encerrados. Lo pagaron de forma inmediata”, comenta Susana y puntualiza que “quizás en otros países hubieran perdido el tiempo revisando las condiciones” de cada subsidiado.

Australia

Hace años que jóvenes chilenos están optando por las visas de working holiday a Australia, en búsqueda de nuevas experiencias culturales y laborales. Domingo Ovalle es uno de ellos, este es su segundo año de residencia y justamente le tocó la pandemia allá.

“Hubo mucha gente a la que se le acabó la pega y tuvieron que devolverse a Chile”, relata. Si bien varios sectores laborales se paralizaron, uno que estuvo en constante rodaje fue el sector de la construcción, donde está empleado. “Todos los días en el trabajo te leían un comunicado sobre el covid-19: lo que pasaba si sentías los síntomas y las precauciones”, comenta. La empresa le da todos los días mascarillas, guantes y alcohol gel. En cuanto a la distancia social durante horario laboral, eso es más complejo porque “se trabaja a la par con el compañero”.

Domingo también habla sobre las bondades del seguro de cesantía australiano. “Mucha gente quedó sin trabajo y el gobierno sí respondía. Les entregaban 600 dólares a la semana y con eso puedes vivir muy bien“. Una gran diferencia con la situación actual de Chile, donde actualmente se aprobó el retiro del 10% de los ahorros previsionales como alternativa, ya que no todos los ciudadanos tienen la posibilidad de optar a bonos y subsidios.

España

“Estuvimos completamente encerrados y sin salir por dos meses”, comenta Eugénie Decarpentries, periodista viñamarina que se encuentra junto a su pareja en España. Sus estudios los hizo durante casi tres meses de forma online y su pololo estuvo con teletrabajo.

Si bien Eugénie comenta que su cuarentena pudo haber sido similar a la que se vivió en Chile, sí recalca que en este país las medidas de seguridad y multas fueron más rigurosas. “Si te encontrabas en la calle sin tu permiso, te sacaban una multa que iban de los 500 mil pesos hasta los 3 millones”. Lo mismo sucedía si intentabas trasladarte en auto hacia otra provincia.

A pesar de que España fue uno de los países con índices de contagio más altos, Eugénie comenta que el sistema de salud jamás colapsó sino que “estuvo a tope”. Uno de los aspectos que la sorprendió en este periodo fue la dureza de las multas ya que “las contabilizaban y daban un reporte diario al igual que las personas que infringían la cuarentena”.

Algo que rescata la viñamarina es que a pesar de que en España son comunidades autónomas, “todas se confinaron al mismo tiempo y con las mismas reglas”, a diferencia de Chile, donde regiones están en procesos distintos. En cuanto al proceso de desconfinamiento, cada comunidad levantó peticiones de su proceso y se evaluó de forma independiente. “Existían franjas horarias para pasear o hacer deporte”, comenta y “si tú pertenecías a cierto rango etario, podías ir; tenían preferencia las personas adultas y los niños”, agrega.

Autocuidado

Durante estos días se va a ver más gente en la calle, pero esta no es una señal de que todo está volviendo a la normalidad y como lo indicaron los especialistas antes: la normalidad solo se va a alcanzar cuando exista una vacuna disponible para la ciudadanía.

Uno de los grandes miedos es el rebrote y su intensidad depende de lo rigurosos que seamos con todas estas medidas de higiene. “Estamos obteniendo resultados positivos en la disminución de número de casos, aquí es donde no hay que bajar la guardia”, analiza el epidemiólogo de Clínica Indisa, Ángel Ricardo Arenas. Agrega que podemos ver las experiencias de otros países, “donde después de disminuir las medidas de contención, hay rebrotes porque hay irresponsabilidad en las personas sobre todo en las conglomeraciones”.

“El principal mensaje es quedarse en casa, aún cuando se levanten las medidas de confinamiento”, dice Ignacio Silva, infectólogo y académico de Posgrados Usach. A medida que ha avanzado esta pandemia, nadie está ajeno a la situación actual y Arenas reflexiona que si bien todos hemos sufrido el aislamiento y confinamiento, cree que “es más tolerable pasar por estas medidas restrictivas complejas que por un duelo por el fallecimiento de un familiar”.

La triada de elementos básicos se ha mencionado una y otra vez: uso de mascarilla, lavado de manos y distanciamiento social. Esa es la clave para retener la propagación mientras esperamos el desarrollo de la vacuna. En ningún caso hay que asumir que esta transición es un relajo. El llamado que hacen los especialistas es al autocuidado y a la conciencia social, donde debemos ser capaces de cuidar a los demás pero partiendo por nosotros.