Cuando comencé una dieta vegetariana, una de las cosas que más extrañaba era la comida rápida. Y aunque existen pizzas sin pepperoni y pude seguir comiendo papas fritas, para mí no hay nada más rico que unos nuggets de pollo. Una confesión que puedo hacer sin culpa, porque mi transición al vegetarianismo comenzó con un compromiso con el medioambiente más que por un activismo animal. Hoy, afortunadamente, han aparecido sucedáneos sin carne de esta preparación, los que se pueden encontrar en casi cualquier comercio o supermercado.
Para encontrar el más recomendado, pusimos a prueba cuatro marcas y cinco variedades distintas, cocinándolos en la sartén, al horno o en la freidora de aire, para ver si cumplen con la promesa de crocancia, suavidad y, por supuesto, de sabor a pollo.
Pero antes hay unas preguntas importantes que responder: ¿cuál es su aporte nutricional? ¿La producción de un sucedáneo, al no haber sacrificio animal de por medio, realmente aporta al medio ambiente o solo se trata de marketing verde?
Cecilia Sepúlveda, presidenta del Colegio de Nutricionistas, dice que hay estudios que avalan la dieta veggie como una que previene de ciertas enfermedades crónicas no transmisibles, como la diabetes, la hipertensión y el cáncer colorrectal, entre otras. Y agrega lo positivo que resulta para el medio ambiente.
“Efectivamente, un sucedáneo vegano, comparado con la carne, tiene notables diferencias en costo de gasto de agua: en términos generales, se usa cerca de 160 veces menos que en un producto animal”, dice la especialista.
Donde hay que poner el ojo es en el punto de vista nutricional. “Normalmente, estos nuggets están hechos a base de proteínas de legumbres, por lo tanto en términos de proteína cubren esas necesidades”, agrega. “Pero en términos de micronutrientes, si tú no te suplementas puedes generar un déficit”.
“Por su naturaleza, los sucedáneos vegetarianos o veganos no tienen vitamina B12 ni hierro, que es lo que te entrega la carne”, dice. “A pesar de que los fabricantes le agregan estos nutrientes, la mayoría de estos no están enriquecidos”.
Es importante decir que son mucho más que un snack, ya que no son capaces de reemplazar el aporte nutricional de un plato de legumbres. “No hay que olvidar que no dejan de ser productos procesados, y si bien son libres de sufrimiento animal, es mejor consumir directamente la legumbre o el poroto de soya. Es una alternativa para imitar la carne, pero no se asemeja en calidad”, concluye la experta.
Sabiendo eso, pusimos a prueba cuatro sucedáneos de nuggets, tanto para compararlos en sabor y textura como en su versatilidad en el horno, el sartén y la airfryer. El que resultó tener la mejor relación precio-calidad fueron los Chicken Free Nuggets, de La Crianza.
Elección Práctico: Chicken Free Nuggets de La Crianza
El sabor de estos nuggets es simplemente alucinante. Efectivamente, es como comer pollo. Probándolos, me acordé de mi época universitaria, cuando íbamos en patota a un McDonald’s a bajonear nuggets con ketchup y papas fritas: el mejor recuerdo de mi juventud.
En el paquete vienen doce unidades (300 g en total) y funcionan perfectamente en cualquiera de los tres formatos; eso sí, al sartén o la airfryer quedan más ricos. De todos los de la lista, son los que más rápido se hacen. Excelente versatilidad y además es un producto local, hecho en Chile.
Sus principales componentes son agua, harina de trigo, aceite de maravilla y proteína aislada de soya. Por cada porción de 100 gramos hay casi 10 gramos de proteína. Su valor en varios locales no sobrepasa los $3.000, y en ese sentido, por su relación precio-calidad, los Chicken Free van a la delantera.
No tienen nada que envidiarle a los más caros o afuerinos. Su tamaño, además, es el de los nuggets originales. Es impresionante cómo se siente esa textura membranosa, que emula al pollo, pero aquí no murió ni sufrió ninguno, así que punto a favor. Sí o sí es posible engañar a un carnívoro con esta alternativa.
Nuggets La Crianza Chicken Free 300 g
Ricos, pero caros: Gardein Crispy Golden Chik’n Nuggets
Esta opción, de la marca estadounidense Gardein, es más crocante y el olor que empieza a salir cuando chocan con el aceite hacen que uno comience a salivar inmediatamente. En términos nutricionales, son mejores que el resto: 14 gramos de proteína por porción y solo 190 calorías. La rotulación dice que son Kosher —es decir, aptos para la dieta judía—, libres de colesterol y sin transgénicos.
El secreto de su gran sabor quizá está en la inclusión de extractos de cúrcuma, paprika y cebolla en polvo. Porque son deliciosos y de un color blanquecino muy parecido al del pollo. A pesar de que en reviews en internet tienen nota máxima, insistimos en que los nuggets de La Crianza logran saber a pollo de verdad; estos se acercan, pero no tanto.
Nuggets Gardein Crispy Golden Chick’n 245 g
De la misma marca también probamos los Seven Grain Crispy, que son como nuggets XL, en formato croqueta, pero traen la mitad de las proteínas que el anterior. Sin embargo, son más sabrosos. Dentro de sus componentes hay amaranto, mijo, quinoa, extracto de levadura, ajo deshidratado, saborizante vegetal natural, almidón de papa, sal de mar, azúcar de caña y hasta vinagre blanco. Su crocancia lo hace idéntico a los de origen animal. Excelente servicio.
Nuggets Gardein Seven Grain Crispy 250 g
No saben a pollo, pero son un manjar: Vuggets de Sweetfran
Los Vuggets, de la chilena Francisca Duarte —la mujer tras los restoranes SweetFran—, se pueden pedir preparados desde el local a través de las apps de delivery, pero también venden la caja para hacerlos en casa: 9 unidades por $5.500.
Lo mejor de todo es que sus ingredientes son pocos y no tienen nombres impronunciables; son naturales y sin conservantes. Estos nuggets solo tienen tofu, maní, harina de trigo y panko para la cubierta, sal y ajo. ¿El sabor? No es a pollo, pero de todas formas son muy sabrosos. Aunque están hechos de maní, su presencia no se percibe y las especias se roban la película. Efectivamente son una alternativa vegana a los nuggets de ave, pero que son tan ricos que incluso pueden ser un plato por sí solos. Vale la pena probarlos
¿La textura? No se siente como si tuviera membranas de carne, como sí pasa con los de La Crianza, sin embargo es agradable. Quedan mejor definitivamente al sartén con aceite: salen dorados, crocantes por fuera pero suaves adentro. Y como tienen tanta proteína —por el maní y el tofu— te dejan muy saciado rápidamente. Lo ideal: acompañarlo con una Not Mayo y cilantro o salsa barbecue.
Son redondos, de cubierta firme y más grandes que los nuggets tradicionales de la comida rápida. Por porción (3 vuggets) hay 239 calorías y 9.8 gramos de proteína. Y hacemos énfasis en la composición de sus ingredientes, porque de toda la lista, estos son por lejos los más naturales.
Vuggets congelados SweetFran 285 g (9 unidades)
Buena textura pero un sabor que podría mejorar: Tao Veg Fake Chicken Nugget
Son mis menos favoritos, pero no por eso son malos. Lo bueno: la textura y el color sí se parecen a los del pollo. Y además, quedan bien en cualquier formato: al aceite, horneados o en la freidora de aire. El tamaño es el mismo que el de los nuggets clásicos, sin embargo no consigue saber parecido al pollo. Al estar compuestos de trigo y tofu son saciadores, aunque quizá demasiado.
En el tema nutricional, también van quedando a la cola: en esos cuatro trozos hay 155 calorías pero solo 6.5 gramos de proteína. Recomendación para todos los anteriores, y obviamente aplica para este también: dejarlos descongelar antes de prepararlos. La mejor parte de estos últimos es su cobertura, que es muy crocante, y el secreto puede estar en la tempura y en la preparación artesanal.
Tao Veg Fake Chicken Nugget (12 unidades)
*Los precios de los productos en este artículo están actualizados al 3 de junio de 2021. Los valores y disponibilidad pueden cambiar.