Cuáles son las herramientas indispensables para jardinear

Para quien por fin vive en una casa con patio, o para quien por fin quiere hacerse cargo del patio en el que vive, serán necesarios algunos utensilios —si es que cuenta con tierra, plantas y eventualmente pasto—, para mantener, cuidar y mejorar ese espacio.

Normalmente, los kits de jardinería que venden en las multitiendas cuentan con una o dos palas y un rastrillo cultivador, pero según Patricia Dufflocq, dueña y creadora de Tu Huerto y Jardín —donde asesora y diseña jardines, además de hacer talleres y clases, todo desde Puerto Varas—, las más importantes son otras dos: una tijera podadora y un azadón.

“Si tuviera que elegir solo dos, serían esas”, dice Dufflocq, criada en el campo, donde abundaban las herramientas para trabajar la tierra y las plantas, pero que no necesitaba más ese que ese par para mantener sus flores y cultivar sus especies.

“Unas tijeras podadoras son muy útiles y versátiles”, cuenta. “Sirven para todo: desde cortar ramas de arbustos hasta brotes más pequeños, tallos o espinas”. Para ella, no es necesario invertir en una demasiado cara y sofisticada: una de rango medio, “que no sea muy barata ni con mucho plástico, ya que se traban y se rompen”, puede cumplir su cometido con eficiencia y por muchos años.

Lo ideal es que tengan sus mecanismos de movimiento de metal, y que ojalá sus hojas sean curvadas, “como pico de loro”, dice, ya que así los cortes son más precisos y fuertes. “Hay que diferenciar las tijeras podadoras con las para cortar flores, que sirven para la florería pero no para otras plantas”.

La segunda herramienta fundamental es el azadón. Con un mango largo, que permita usarlo de pie, se puede mover la tierra, hacer hoyos, desmalezar, hacer surcos y muchas cosas más. “Lo ideal es que tenga el azadón por un lado —recto y ancho, de acero para que dure mucho tiempo— y por el otro una punta”, dice Dufflocq.

Esto no significa, eso sí, que el resto de las herramientas sean prescindibles. “Una pala cuadrada, por ejemplo, es muy importante para hacer hoyos o transportar tierra”, dice. No hay que confundirlas con las palas con punta de huevo, que se venden en las tiendas de jardinería, pero para Dufflocq “sirven para que los maestros revuelvan el cemento”, y no tanto para el jardín. “Las cuadradas son más firmes, no se doblan tan fácil. Hay que fijarse de que sea lo más gruesa posible”.

Si el patio es muy pequeño, o el espacio para jardinear más acotado, una buena palita será necesaria para hacer trasplantes y cavar hoyos. “De nuevo, lo más importante es que no sean de lata, ya que se doblan al poco uso, sino que lo más gruesas y firmes”. El acero, más que el aluminio, es el material más confiable.

Para desmalezar, hay varias herramientas disponibles. La más cómoda, pero también más cara, es un desmalezador de pie, que permite sacar hierbas indeseadas del pasto sin necesidad de agacharse ni gatear por todo el patio. El de la marca Fiskars es manual y sencillo de usar, aunque no hace un trabajo tan fino.

“El clásico desmalezador corto, con punta en V, sigue siendo súper bueno”, dice la creadora de Tu Huerto y Jardín. Requiere de más paciencia y técnica, además de una espalda firme, pero conseguirá sacar las malezas más escondidas e imperceptibles, sin dañar al pasto o las plantas del rededor.

El rastrillo, dice Patricia Dufflocq, no solo sirve en otoño para sacar las hojas. “Es muy útil cuando desmalezamos, podamos o cortamos el pasto, ya que de otra forma es muy difícil barrer el jardín”. Recomienda siempre conseguir uno metálico, ya que los de plástico duran poco y se rompen fácil.

“Yo soy de campo y tengo manos resistentes, pero siempre es mejor usar guantes”, sugiere Dufflocq. “Sino te echas a perder las manos muy rápido. Hay unos que tienen la palma de goma, que son botados de baratos pero son excelentes. Se pegan a la mano, se adaptan bien y te permiten transpirar. Los de cuero, en cambio, son más duros y torpes”.

Por último, para regar flores o plantas más delicadas, o para aplicar insecticidas orgánicos o preparados caseros, ella sugiere usar pulverizadores a presión, con capacidad para más de un litro. “Esos funcionan muy bien, se los puedes aplicar a la tierra, a las flores o a las plantas, y al tener presión tiene siempre una buena cantidad de agua”.

Si se tiene un pulverizador más pequeño y tradicional, Dufflocq aconseja pasar siempre los preparados que uno haga previamente por un filtro de café. “Sino les entra un pedacito de ajo o de lo que sea, se tapan y no hay cómo destaparlos”.