¿Cuándo vale la pena restaurar una vieja tornamesa?
¿Encontraste un olvidado tocadiscos de tu abuelo? ¿Cómo saber si es posible darle otra vida y que vuelva a girar y sonar? Tres especialistas en reparación explican cuándo se puede arreglar y cuándo no.
Intruseando en el patio de la casa de sus padres, Felipe Mednik encontró lo que no sabía que buscaba. En la maletera de un auto en desuso, aparcado desde hace más de una década en el lugar, como un tesoro esperando a ser descubierto, se ocultaba una vieja tornamesa Sansui FR-D35.
“Es de mi papá”, cuenta Mednik, técnico en energías renovables. “La compró hace mucho tiempo y venía con un equipo de sonido grande.
Tras una revisión más en detalle, Felipe pudo observar que a la tornamesa le faltaban piezas básicas, como la cápsula y la aguja. Otras, como el contra peso —un elemento esencial en su funcionamiento—, las encontró sueltas dentro de la maleta del auto.
Pese al polvo, los años en el olvido y los objetos perdidos, pudo constatar que la tornamesa se enciende al conectarla a la corriente. Es más, el plato gira al pulsar el botón que inicia la reproducción. Estos fueron indicios suficientes para que en él creciera el impulso por restaurarla. Sin embargo, una pregunta esencial se puso rápidamente por delante de su entusiasmo: ¿cuáles son los pasos a seguir para arreglar un viejo tocadiscos?
Una tarea no tan sencilla
Restaurar una tornamesa es una tarea que, a priori, asoma nada sencilla: no se recomienda hacerla por cuenta propia, menos si no se tiene conocimiento respecto a la mecánica, electrónica y logística de los tocadiscos. Algunos de estos son verdaderas piezas de relojería, por lo que meter las manos es como meter las patas.
Tampoco es que abunden los servicios técnicos especializados en el país. Incluso el cuasi infalible Google falla a la hora de hacer una búsqueda de nombres de empresas o técnicos que se dediquen a ello.
Lo cierto es que los técnicos especializados se mantienen ajenos a las vitrinas digitales. En cambio, muchos aguardan en antiguas galerías, dentro de locales cuyos letreros entregan señales ambiguas y genéricas. “Parlantes”, se lee en uno ubicado en la Interprovidencias, en la avenida y comuna del mismo nombre, entre las calles Ricardo Lyon y Guardia Vieja.
Allí, durante 35 años, Agustín Díaz se ha dedicado a la reparación de equipos análogos de música, como decks, altavoces y también tocadiscos. “Debería cambiarle el nombre a Tornamesas”, acota medio en broma, medio en serio, el hombre de 70 años.
Medio en serio porque, según dice, la gran mayoría de sus trabajos tienen que ver con la reparación de tornamesas. Pero no se aproblema, porque publicidad no le falta, asegura, ni tampoco clientes. “Tengo de todas partes; algunos venían en los brazos de los papás y ahora llegan solitos”, comenta. La recomendación boca a boca sigue siendo el fuerte de ADF Electrónica y Vinilos, la razón social por la que se le puede encontrar en la web.
Díaz aprendió el oficio siendo un niño. Su padre tenía un local en el que reparaba radios y televisores. “Ahí jugaba y me mandaba mis condoritos”, dice entre risas. Ahora se encarga de arreglar los condoros de los demás. Recientemente reparó una IRT Stereovox, hecha en Chile, en la década del sesenta, cuando aún la dictadura no borraba del mapa a la fábrica nacional. “El dueño dejó el tocadiscos al alcance del perro y éste le comió el brazo; hubo que reemplazarlo”, detalla sobre el trabajo.
Díaz se reconoce como “un bicho raro” en medio de la tecnología digital. Pero sabe que no es el único. Fabián Morales es otro. En el ambiente vinilero es conocido por el emprendimiento que inició hace 20 años, llamado “Sonidos del ayer”.
“Empecé cuando el vinilo estaba en retirada. Tenía colegas que estaban dejando el rubro, porque no había trabajo. Después, desde 2009, el vinilo volvió muy fuerte. Ahí vi una oportunidad porque no había mucha gente que se dedicara a reparar tornamesas”, cuenta.
Una vez llegó a sus manos un tocadiscos DeWalt, del año 47. Se trata de una marca originaria de Estados Unidos que hace décadas cambió las tornamesas por la fabricación de herramientas industriales. “No fue un trabajo tan complejo, pero estaba muy oxidada. Había que restaurarla”, recuerda Morales.
Sabiendo todo esto, cabe la reflexión: ¿Vale realmente la pena rescatar una vieja tornamesa cuando en el mercado hay muchos nuevos modelos y clásicos en versiones actualizadas?
Sentimentalismo y durabilidad
De acuerdo a sitios especializados como VinylEngine y Reverb, la Sansui FR-D35 que encontró Felipe Mednik es una tornamesa japonesa de tracción directa, fabricada en 1980. Actualmente se encuentra descontinuada, por lo que alcanzó el misterioso estatus de “rareza”. En foros, sus usuarios la califican con cuatro de cinco estrellas, y en los comentarios se repiten descripciones como “sonido impecable” y “uso sencillo”.
No fue en eso en lo que se fijó Felipe cuando decidió hacer el esfuerzo de restaurarla. “Había buenas razones para revivir la tornamesa y escuchar un disco de vinilo que inicialmente solo estaba de adorno en la casa”, se excusa, sin ánimos de revelar mucho más.
Los entendidos sostienen que una de las principales razones que motivan la restauración de viejas tornamesas es el sentimentalismo que despierta el objeto. “Mucha gente adulta-joven llega a este tema por una herencia familiar. Muchos buscan recuperar la tornamesa para darle nueva vida a ese vínculo sentimental y no se fijan tanto si vale la pena técnicamente hacerlo”, expone Morales.
Otras razones de peso hay, también. “Muchas de las tornamesas nuevas son desechables, como esas con forma de maleta, que no las recomiendo para nada. Una tornamesa viejita que esté en condiciones te va a dar lo mismo que una de 500 mil pesos, y te va a durar muchos años más si está bien mantenida”, asegura el dueño de “Sonidos del ayer”.
Agustín Díaz piensa parecido. Sostiene que si una tornamesa de época funcionó durante décadas, puede seguir haciéndolo por varios años más, si es restaurada y mantenida adecuadamente.
Algunos consejos
“Toda tornamesa es factible de ser reparada”, asegura Fabián Morales. Claro, algunas son más complejas de reparar que otras. Eso dependerá de los mecanismos que utilicen y la cantidad de piezas que estos involucren. Los modelos premium suelen representar mayores desafíos, y algunas marcas de antaño, como Denon, Garrard o Dual, se acercan a las causas perdidas. “No todos los repuestos son sencillos de encontrar y los más específicos son tan caros como una tornamesa nueva”, explica.
¿Cuáles son los pasos a seguir cuando se quiere restaurar una tornamesa?
- Toma nota de la marca y modelo del tocadisco y googléalo: muy probablemente puedas encontrar información en internet acerca de sus características y opiniones respecto a su calidad. Eso te dará la noción de si es un buen producto que merece ser restaurado.
- Revisa que no falten piezas: más que nada una revisión externa. Para comparar, puedes apoyarte en las imágenes que encuentres del modelo en internet. Si bien encontrar repuestos es uno de los mayores desafíos en la restauración de un equipo, los servicios técnicos suelen tener algunos de estos o encontrar alternativas. “Se pueden inventar soluciones”, asegura Díaz. Es la gracia de los mecanismos análogos.
- Si falta el contrapeso, es mal indicio: esta pieza es esencial en el funcionamiento de las tornamesas. Cada modelo cuenta con un contrapeso específico, con configuraciones propias, que tienen relación con el peso y forma del brazo, la cápsula y la aguja originales de la tornamesa. “Una tornamesa sin contrapeso es prácticamente inutilizable. Haría pedazo un disco”, dice Morales. Y conseguir un repuesto que emule al original es bastante complejo.
- Chequea que el equipo encienda al conectarlo a la corriente: también, que el plato gire al activar la reproducción. ¿Cambia la velocidad cuando pasas el switch de las 33 ⅓ revoluciones a las 45 o 78? De acuerdo a Díaz, esto último es una de las principales razones por las que llegan clientes a su local pidiendo reparaciones. “Las velocidades se dañan con el tiempo, se suelen poner más lentas. Aunque algunos modelos pueden ponerse más rápidos”, detalla. Como sea, es un problema que tiene arreglo.
- ¿Le faltan cables o están rotos? No te preocupes, porque ellos se pueden reemplazar.
- De todas maneras, la revisión y mantención de tu tornamesa vintage es ineludible: además del chequeo de su funcionamiento, el servicio incluye la limpieza del equipo, sobre todo interna. “Hasta ratones muertos he encontrado”, asegura Morales.
¿Y si falta la cápsula y la aguja?
Es común que las tornamesas que han estado en el olvido por muchos años aparezcan sin estos elementos. O bien, los que trae originalmente estén tan gastados y roídos que necesiten ser reemplazados. Isa Mardones, editora de contenidos de la tienda especializada Needle, aconseja al respecto:
- Si tu deseo es mantener el modelo de la aguja, revisa que aún existan repuestos disponibles: “no todos son universales”, dice. Puedes consultar por la compatibilidad de cápsulas y agujas en Needle u otro servicio técnico amigo.
- Revisa si la tornamesa cuenta con un portacápsulas: eso permite desmontar la cápsula con un destornillador de precisión. “Algunos modelos vienen con las cápsulas pegadas en el brazo, haciendo más difícil la instalación de un reemplazo”, señala.
- Chequea el estado de los cables que salen del brazo: eso es capital si quieres asegurar que la nueva cápsula que compres no tenga problemas posteriores en la reproducción. “Si ves que los cables se encuentran deteriorados, recomendamos que primero le hagas una mantención a la tornamesa antes de pensar en integrar una nueva cápsula”.
Una vez que tengas tu tornamesa restaurada, podrás disfrutar de sus bondades, siempre y cuando cuentes con un preamplificador al cual conectarla antes como intermediaria entre tu ésta y equipo de audio. Pero esto ya lo sabías, ¿cierto?
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