Mejoran las cifras de contagios, hospitalizaciones y muertes asociadas al covid-19 en el país. Buena parte del país ha logrado salir de la cuarentena y hoy son 8.872.132 personas las que se han vacunado, 7.374.467 con dos dosis. Sin embargo, aún se está lejos de tener un escenario alentador. En ese sentido, se mantiene la preocupación, entre otros temas, por la salud mental de la población.

Dicen los especialistas que encontrar actividades que despierten el interés y la motivación –para hacer de ellas algo continuo– podría ayudar a enfrentar el estrés, la angustia y los altos niveles de ansiedad que se suelen registrar en situaciones de tensión, como la que vivimos a propósito de la pandemia, la crisis económica y política.

“La idea es siempre pensar en cómo reducir la sintomatología o pensar en gestionarla de la forma más óptima. Esto de tomar actividades extraprogramáticas ayudan a que uno pueda trabajar la prevención”, dice el psicólogo y psicoanalista en formación del ICHPA Christian Ovalle.

Lo importante, agrega, es pensar “en qué actividades nos pueden ayudar a hacer algo que esté fuera de este foco de amenaza que vendría siendo la pandemia”. En esa línea, el ocio, tantas veces vilipendiado y criticado, aparece como un inesperado salvavidas. “Es el que en algunos casos ha ayudado a que la gente se mantenga al margen de lo que está pasando. Incluso los videojuegos”, dice Ovalle.

Mientras la rutina nos sumerge en las obligaciones, el ocio nos permite salir de ellas y darnos espacios para desarrollar actividades que pueden sacarnos también del estado de estrés. “Te permite relajarte, desconectarte de la rutina diaria y así, a la vez, reiniciar”, apunta el psicólogo.

A modo de recomendación, te dejamos acá cuatro talleres de actividades que se desarrollarán próximamente, de manera que puedas revisar si alguno de ellos despierta tu interés. Quien sabe si este tiempo te permite explorar nuevas vetas o retomar algunas que quedaron en el camino.

Taller de cerámica

“La cerámica tiene una cualidad muy especial, es un material que nos enseña del tiempo y sus pausas”, dice Catalina Ramírez, una de las fundadoras de Cacharreando Cerámica, junto a Sabrina Ávila y Catalina Miranda. Tres licenciadas en Arte de la Universidad Católica unidas por la idea de relevar el proceso por sobre el resultado.

“Nos juntamos para formar el Cacharreando Cerámica con la intención de generar instancias de trabajo colectivo, poniendo la importancia en los aprendizajes que se desarrollan en la compañía de otros y otras”, afirma Ramírez.

A partir del 5 de junio, el colectivo ofrecerá el Taller de Modelado en Cerámica Básico, dirigido a principiantes o personas sin conocimientos previos en cerámica. El curso comprende cuatro sesiones online –a través de Zoom– de tres horas cada una, los días sábado, entre las 16 y las 19 horas.

En las clases se revisarán contenidos prácticos, que contemplan técnicas constructivas básicas como el modelado por pellizco, placas y lulos, preparación de barbotina, marmoleados, aplicación de engobe y tratamientos de superficie. “En el taller de modelado básico trabajamos objetos libres, de forma simple, como contenedores, cuencos, recipientes y objetos decorativos”, explica Ramírez.

El curso está dirigido a quienes recién se inician en el trabajo de la cerámica, para que cada participante “se encuentre física y concretamente con la materia que trabajamos que es el barro. Sentir a través de las manos la humedad, lo blando y la maleabilidad que nos ofrece este material para explorar la elaboración de objetos – cacharros – que nos permitan desarrollar la creatividad, la expresión y habilidades motrices”.

Para Ramírez, estos momentos en que “todas las preocupaciones están mezcladas y concentradas en un mismo espacio físico, creemos que el hacer cerámico es, independiente del resultado, una lección y un regalo de ritmos lentos y experiencias táctiles”.

El Taller de Modelado en Cerámica Básico tiene un valor de $60.000, incluyen la entrega de material pedagógico digital diseñado y creado por las artistas: videos tutoriales, guías ilustradas y bibliografía. “Si bien estos talleres se estructuran a través de actividades orientadas a que cada participante pueda conocer, comprender y aplicar los contenidos técnicos del modelado en cerámica, siempre reservamos y cuidamos un espacio de libertad en el cual las y los estudiantes puedan proponer y ahondar en las imágenes, inquietudes e intereses creativos personales que les rondan e impulsan a tomar talleres como estos”, profundiza Ramírez.

Cacharreando ofrece también otros cursos más avanzados, que están destinados a la construcción de objetos escultóricos, como el que se llevará a cabo en julio.

Taller de pintura japonesa

Como un pretexto para traspasar todo el conocimiento que en casi una década de carrera ha acumulado, la artista nacional Pía Cárdenas, conocida también como Pitzi, ofrece este curso de pintura japonesa, dirigido a “cualquier persona mayor de 18 años con ganas de pintar lo esencial de las cosas desde el corazón”. Por lo tanto, no es requisito tener conocimientos previos.

Pitzi, conocida por sus retratos en acuarela, basados en “personajes famosos”, a los que baña de un aura de misticismo cósmico –en un juego que va en el retratar lo “irretratable”, desde la trascendentalidad – , mezclando el humor, la poesía y la metafísica; busca, en este caso, entregar una introducción teórica y, sobre todo, práctica a quienes quieren iniciarse en la pintura.

“Siempre pasando desde la perspectiva oriental, que cambia de la occidental en el sentido de entender la experiencia creativa como algo que trasciende el mundo tangible y que explora lo inefable”, explica.

El curso se divide en 4 etapas con dos módulos cada una, de aproximadamente 3 horas. Las clases son individuales, personalizadas y presenciales –en el taller de Cárdenas, en Ñuñoa–. Estos comienzan en el trabajo del sumi-e –una técnica ancestral china y japonesa, se dibujo monocromático de un solo trazo–; pasando por el aprendizaje del desarrollo del color, el movimiento; la composición de escenas y atmósferas. También se imparten algunos principios del budismo zen como la impermanencia, trascendencia y el sentido del humor, como base para conseguir “representar lo intangible”. El curso finaliza con la creación de una obra propia, en una pintura de gran formato o una serie, mezclando los elementos aprendidos durante los módulos anteriores.

En cada módulo, además, se toman, a modo de base inspiradora, reflexiones de otras disciplinas, como la literatura de Goethe, los haikus de Kobayashi Issa y Yosa Buson, la poesía de Charles Baudelaire, Safo de Mitilene y Gabriela Mistral, entre otros maestros.

Pitzi aprendió el oficio artístico de sus colegas el reconocido pintor nacional Rodrigo Vega y el argentino, radicado en Chile, Elías Santis. Ha expuesto en el GAM, en el Planetario y en galerías independientes. En 2018 realizó un viaje de investigación a Japón, desde donde se trajo diversos materiales y el conocimiento que hoy busca traspasar a nuevos interesados en el arte oriental y general.

“El arte japonés no conquista a la naturaleza de forma rigurosa, en su lugar, trata de incorporar a la naturaleza e incorporarse en la naturaleza. Cuando silenciamos la mente de todo juicio encontramos una unidad entre el afuera y el adentro y podemos percibir un profundo y misterioso sentido de la belleza del universo”, describe la artista y maestra.

El curso tiene un valor de $150.000, el que incluye la entrega de materiales.

Taller de canto

La cantante nacional de indie pop electrónico Alex June tiene más de 15 años en el ruedo –en una carrera que se ha repartido entre Chile y Francia–. Ha pisado los escenarios de Lollapalooza (SCL), Festival Villette Sonique (FR), Festival Cuernavaca (MX), SIM Sao Paulo (BRA), y desde 2019, tiene su propia academia de canto, llamada Academia Alejandra Felmer (su verdadero nombre).

“Después de la revuelta, la pega de los músicos decayó mucho, así que armé esta academia. Quería tener un espacio físico pero, por la pandemia, decidí que las clases se hicieran por Zoom y han resultado súper bien”, cuenta Alex June, quien recientemente se presentó vía streaming en Matucana 100, interpretando su EP Clepsidra, editado por el sello francés Lentonia Records.

Alex June tiene formación como cantante lírica de la Universidad de Chile, desde ese prisma, ofrece sus conocimientos tanto para potenciar las carreras de cantantes profesionales, como para principiantes y a personas que “simplemente les gusta cantar a modo de hobby”.

“Doy libertad a que los alumnos elijan lo que quieran desarrollar como voz. Si quieren canto popular, soul, jazz, indagamos por ahí y hacemos ejercicios pensados en esos estilos. O si quieren irse por el lado de la ópera, el canto lírico, también podemos meternos ahí. Prefiero desarrollar al máximo las aptitudes que tienen y lo que ellos quieren desarrollar”, explica Felmer.

Las cuatro clases de una hora semanal tienen un valor de $50.000. En ellas, se trabajan técnicas para afinar, proyectar la voz, respiración, desplante escénico, e incluso, se realizan ciertos ejercicios de fonoaudiología.

“No es que vaya a terminar cantando virtuosamente, pero la persona que no canta bien se puede desarrollar y harto, porque recordemos que esto es físico y, por ende, se puede trabajar. Tengo técnicas para afinar, también para proyectar la voz, para aprender a respirar. Además hago trabajo fisiológico para corregir la emisión cuando está dañada, para prevenir nódulos, para trabajar el cansancio vocal; por último, hago coaching escénico para profesionales y para quienes quieren aprender a enfrentarse a un público”, describe.

Aclara, eso sí, que “no es fonoaudióloga”, por lo que los ejercicios relacionados a ello no sirven como tratamiento. “En caso de que detecte algo importante, derivo a mis alumnos a profesionales”.

Alex June, también ofrece clases a niños mayores de 10 años.

Curso de industria textil

¿Sabías que después de la agrícola, la textil es la industria más grande y la que emplea a más personas en el mundo? ¿Sabías que Chile tiene una rica historia como fabricante textil, que poco a poco se fue apagando y hoy se lucha por rescatarla? ¿O que Chile importa más de 59 mil toneladas de materia textil de segunda mano y desecha 39 mil toneladas de ellas, generando vertederos ilegales, y otros conflictos socioambientales?

Historia, futuro, sustentabilidad, el impacto social y ambiental que genera la industria textil a nivel nacional e internacional son parte de los diversos cursos que ofrece la socióloga, investigadora y consultora en la materia, Beatriz O’Brien.

“Mi especialidad es el cómo funciona la industria textil y mi discurso es sobre la potencialidad que tiene ésta para generar trabajo y mejorar las condiciones de vida de las mujeres y de la gente en general, así como también la capacidad de innovación, tecnología y de impactar en la economía”, explica la investigadora, que imparte estos cursos de forma independiente y, también, desde la Corporación Cultural de la Universidad de Santiago (USACH).

Durante julio impartirá dos cursos. El primero es un seminario titulado “Moda en positivo: historia social de las fibras textiles”, en el que O’Brien repasará la historia de la relación humana con la producción y manufactura de fibras textiles de origen natural y sintético. Este se realizará el 5 y 6 de julio, entre las 19 y 21 horas, a través de la Corporación Cultural de la USACH. Tiene un costo de inscripción de $20.000 y quienes estén interesados se pueden inscribir escribiendo a corporacion.cultural@usach.cl.

El 8 de julio será la primera de las cuatro clases que realizará la socióloga durante el mes, en el marco del curso “Historia de la industria textil y del vestuario en Chile siglo XIX y XX”,

en el que se profundiza respecto a la industrialización, el desarrollo y el auge que tuvieron fábricas como Bellavista Oveja Tomé, fundada en 1865 en la comuna de la VIII Región, que llegó a ser la más grande e importante a nivel latinoamericano.

Las otras tres clases del curso se dictarán el 15, 22 y 29 de julio, entre las 19 y 21 horas. La inscripción tiene un valor de $40.000 y para hacerlo, se debe escribir a beatrizobrien99@gmail.com.

Ambos cursos están dirigidos a todo público, mayor de 16 años, que tenga interés en el área textil.

Beatriz tiene, además, una plataforma denominada Bien Común, dedicada a nuevas economías, sustentabilidad y cultura textil. También es miembro del colectivo Costureras a toda máquina, con el que repartieron más de 12 mil mascarillas –diseñadas por la agrupación– en centros de salud, durante el año pasado.


*Este artículo está actualizado al 14 de mayo de 2021. La disponibilidad de cupos podría variar.