Como veíamos en un artículo publicado en julio, los alimentos industriales para perros —los famosos pellets— no siempre consiguen nutrir bien a las mascotas. Mucho carbohidrato, pocas proteínas y un mínimo porcentaje de humedad no ayudan demasiado en su salud, provocando problemas renales, sobrepeso y un pelaje deficiente.
Ahí, veterinarios y especialistas dieron sus consejos para elegir el mejor producto posible: fijarse en los ingredientes —los cuatro primeros de la lista son los más predominantes—, en el origen de la proteína —ojalá animal y no vegetal— y que tenga la menor cantidad de granos posibles.
“Los productos que encontramos en el supermercado son de dos tipos: el comercial, que cumple con los requisitos mínimos pero que es muy básico, alto en carbohidratos y bajo en proteínas; y el premium, que es un poco mejor, más biodisponible, pero también bajo en proteínas”, explica Daniela Muñoz, veterinaria y diplomada en Nutrición Animal.
Pero los pellets no son la única manera de alimentar a nuestros perros. Es la más conveniente y a veces la más económica, pero en la última década ha crecido mucho la tendencia por darle a las mascotas comida lo más fresca posible.
“Comenzó con fuerza hace unos diez años en Europa, y hace unos cuatro que existen en Chile empresas que comercializan o hacen alimento natural”, dice Rodolfo Alcayaga, médico veterinario y asesor nutricional, cocreador de Nutrición Natural Mascotas. “El mercado ha crecido bastante, en el último año y medio yo diría que se ha duplicado la oferta. Nuestro país está en la vanguardia de Sudamérica”.
¿Se trata de volver a darles a los perros las sobras de lo que comían los humanos, como hasta hace algunas décadas se hacía en Chile? No, dice Alcayaga. “Si bien darles eso es mejor a que coman malos pellets, tampoco es lo indicado, ya que consumirían mucha sal, muchos carbohidratos y no tanta proteína”.
Consiste, más bien, en volver a hacer más natural un proceso que se volvió demasiado sintético, con muchos aditivos y subproductos, y que está teniendo consecuencias en la salud de las mascotas. Así es como se han masificado los alimentos súper premium, que se caracterizan justamente por sus ingredientes, naturales en un alto porcentaje, y su importante contenido en proteínas de origen animal.
Pero también se han popularizado otro tipo de dietas, basadas en alimentos con muy poco procesamiento, que van desde comida cocida y deshidratada hasta productos crudos, estos últimos englobados en la dieta BARF, sigla en inglés que significa Alimentación Cruda Biológicamente Adecuada. A estas alturas es casi un movimiento, que tiene intensos seguidores y también detractores, cuya conclusión es que los perros, como también los gatos, no evolucionaron para comer pellets, y que lo que sus cuerpos necesitan son huesos carnudos —entre un 60 y un 80%— y frutas y verduras —entre un 20 y un 40%—, todos crudos.
“Yo no estoy muy a favor de la dieta BARF”, dice Muñoz. “Para ciertos pacientes puede servir, pero a otros les puede provocar complicaciones. Normalmente hay que complementarla con suplementos vitamínicos y minerales, ya que suelen poseer todos los nutrientes necesarios, y al ser cruda, además, su manipulación es riesgosa: si se corta la cadena de frío se echa a perder, pueden aparecer parásitos o contaminación cruzada”.
Alcayaga está de acuerdo con los riesgos, pero agrega que el SAG, el servicio que regula la producción de alimentos para animales, “es bien riguroso, tiene muchas exigencias en cuanto a la trazabilidad de los ingredientes y las condiciones en que se producen. Eso es bueno, porque así solo prevalecerán las empresas que hagan bien su trabajo”.
Beneficios y desventajas
“Son muchos”, dice Rodolfo Alcayaga sobre las mejoras en la salud y el bienestar del perro una vez que comienza a alimentarse de forma más natural. “Se notan primero en el pelaje, que se vuelve más firme y brillante. También mejoran las funcionalidades de todos los órganos, se regula el peso, se controlan las enzimas hepáticas y, al diversificarse la flora bacteriana, mejora el ánimo y la conducta”.
“Ciertamente, tendrá más palatabilidad, es decir, será más sabrosa y al perro le darán más ganas de comerla”, explica Daniela Muñoz. “Además tendrá más agua, lo que siempre será beneficioso en la dieta y mejora los problemas renales. Y el pelaje se verá más brillante y firme”.
Todos estos beneficios, eso sí, vienen de la mano de un alto costo. Un perro de diez kilos, por ejemplo, necesitará comer más de siete kilos de alimento fresco al mes, una cantidad que puede llegar a costar $40 mil, casi cinco veces más de lo que cuesta el alimento corriente.
“¿Por qué es tan cara?”, se pregunta Alcayaga. “Porque su fuente proteica es natural, tienen carne, interiores o huesos carnosos. La proteína del pellet, en cambio, viene de subproductos, como la harina de carne, cuya calidad nutricional es muy baja. De hecho, si se compra un alimento natural barato, habría que sospechar. Es trascendental que la carne tenga una trazabilidad, que la cadena de frío se mantenga, y todo eso también lo encarece”.
El asesor nutricional reconoce que es una opción restrictiva, que no todos se pueden permitir —mucho menos quienes tienen perros grandes—, pero existen maneras de mejorar la dieta de un perro sin tener que gastar demasiado.
“Para alguien con presupuesto reducido, recomiendo agregar dos fuentes de proteína a la semana, como patas de pollo, interiores, huesos o menudencias. Esto no solo les aportará proteínas sino también agua, algo que los pellets no tienen y que produce enfermedades renales tempranas y crónicas”.
Alcayaga advierte que no es llegar y darles carne cruda a las mascotas. “Cuando inicias una dieta natural, siempre es necesaria una transición”, dice. “La flora bacteriana que se requiere para digerirla no está, por lo tanto hay que ir de a poco para evitar problemas gástricos. Aconsejo partir dándole carne sellada o cocida, y de a poco, según la vaya asimilando, ir bajando su cocción”.
Daniela Muñoz es un poco más cuidadosa. “Claro que se puede cocinar en casa, pero hay que fijarse en el equilibrio, ya que hay muchos minerales que no son tan fáciles de agregar. Si se va a hacer, recomiendo que sea con asesoría de un nutricionista y con suplementos. Hay libros con recetas para perros, que incluyen carnes de conejo o cordero, solo lo recomiendo para tutores mega responsables”.
Alimento Virbac HPM para perros adultos esterilizados de razas medianas y grandes 3kg
Recomendado por Muñoz, este producto tiene un 35% de proteínas —de las cuales el 89% proviene de animales— y solo un 26% de carbohidratos. Contiene proteínas de cerdo y de aves deshidratadas, y veinte vitaminas y minerales añadidos.
Menú Entreperros de carne de vacuno 4 kg
Basado en la dieta BARF, usando alimentos crudos, contiene hueso carnoso de pollo, carne de vacuno (tapapecho), hígado de pollo, riñón de cerdo, espinaca, zapallitos, betarraga, zanahoria y manzana roja, además de yogurt natural, espirulina, cúrcuma y pimienta negra.
Menú Primitive de pollo 3 kg
También crudo, su menú trata de parecerse lo más posible “a la dieta evolutiva en estado silvestre”. Este contiene agua, hueso carnoso fresco de pollo, pechuga fresca entera de pollo, hígado fresco de pollo, riñones frescos de vacuno, acelga, apio, manzana, plátano y zanahoria.
Menú AMA de pollo con arroz y verduras 4 kg
A diferencia de los anteriores, este es un alimento cocido y luego congelado, que contiene pechuga de pollo con piel, arroz, hueso carnoso de pollo, hígado de pollo, huevo entero, atún, espinaca, zanahoria, manzana, aceite de oliva, aceite de maravilla y cúrcuma
*Los precios de los productos que aparecen en este artículo están actualizados al 1 de octubre de 2020. Los valores y disponibilidad pueden cambiar.