Esta nueva lavadora-secadora con IA puede detectar el tipo de tela y qué tan sucia está la ropa
El último modelo de Samsung, que se lanzó en IFA-Berlín, ya está disponible en Chile. Con aplicaciones como esta, que reducen el gasto de recursos y aumentan el tiempo libre, es cuando la inteligencia artificial realmente parece tener sentido.
En la IFA-Berlín, la feria tecnológica más grande, antigua e importante de Europa, todos buscan asombrar. No es fácil conseguirlo cuando 1.800 empresas o exhibidores lo intentan al mismo tiempo, en un inmenso recinto de 130 mil metros cuadrados —cinco veces más grande que Espacio Riesco—, saturado de estímulos, promotores y pantallas pero sobre todo de productos: miles y miles de artefactos que se exhiben en pedestales como joyas de un museo, solo que aquí, en este gran evento alemán, las reliquias se pueden tocar y manipular.
Aparte de las estadounidenses Apple y Amazon, casi todas las principales marcas tecnológicas de consumo masivo estuvieron presentes: incluso Google, en un moderado espacio en el segundo piso, mostró las últimas versiones de su línea Pixel, que incluye teléfonos —como el 9 Pro Fold, un móvil que se suma al carro de los plegables—, tablets, relojes y audífonos.
Si bien las estrellas acá son los aparatos —pequeños como un anillo inteligente o inmensos como un refrigerador de dos puertas—, la competencia por el asombro es tan feroz que las empresas intentaron que el protagonista de sus pabellones no fueran tanto los productos como su relato. Es decir, que más allá de las novedades, las que cada vez son más específicas, lo que resalte sea la narrativa tras ellas, el estilo de vida que se quiere promover. Y eso, durante la IFA que se realizó en septiembre, ninguna marca lo consiguió mejor que Samsung.
Con el mayor showroom de toda la feria, equivalente en tamaño a dos canchas del Movistar Arena, Samsung demostró por qué es el líder mundial en ventas de varios productos esenciales —como televisores y smartphones— así como cuáles son sus planes para el futuro próximo. Su sala de exhibición era en realidad un paseo, algo más parecido a la experiencia de un parque de atracciones, lleno de luces, imágenes e innovaciones con las que se podía interactuar, que al stand de una empresa.
El lema de su pabellón, AI for All —inteligencia artificial para todos—, dejó claro el camino que quieren trazar: que cada aparato que produzcan, ya sea un laptop o una aspiradora, tenga IA incorporada, sea capaz de tomar ciertas decisiones —cuánta energía usar, a qué hora encenderse— y se conecte con los demás dispositivos de la casa.
Por ejemplo: que el refrigerador, como el Bespoke AI, sea capaz de detectar por sí solo qué y cuántos ingredientes tiene adentro, y que sugiera, mediante un mensaje al teléfono, las recetas que pueden cocinarse con ellos. O que el aire acondicionado, conectado al calendario familiar, sepa que esta tarde viene de visita la suegra y ajuste la temperatura al gusto de la señora.
Casi todos estos productos, eso sí, Samsung ya los había presentado en otros eventos o lanzamientos, a excepción de uno: la Lavadora-secadora Bespoke AI, una máquina que lava la ropa y también la seca, pero con mucha mayor eficiencia que modelos 2-en-1 anteriores, y por supuesto con inteligencia artificial.
Fue el principal estreno de la marca en cuanto a electrodomésticos y por dos razones: la primera, y más rimbombante, es la inclusión de IA en su funcionamiento. Además de poder programarla, controlarla por el teléfono y mediante la voz —algo que ya podían hacer otros ejemplares de Samsung—, la Bespoke AI tiene sensores que detectan el tipo de tela que se está lavando y también el nivel de suciedad de la ropa, por lo que ajusta automáticamente las cantidades de detergente y agua, además de regular el tiempo de lavado y secado.
Más que la automatización, el principal beneficio de la IA en esta lava-secadora está en su eficiencia, pues necesita menos recursos para hacer un mejor trabajo. Según Samsung, al identificar el material y la cantidad de mugre, esta máquina usa un 25 por ciento menos de energía que otros combos de la marca, y puede llegar a generar hasta un 70 por ciento de ahorro general en la cuenta de la luz. No es poco, dada el alza actual de las tarifas.
Además tiene un depósito de detergente que alcanza para unos 17 lavados, que la máquina dosifica según el peso, la tela y suciedad de la ropa. Pero si además se usa el estanque de suavizante, que está justo al lado, el rendimiento puede aumentar hasta 40 ciclos sin tener que volver a rellenarlo. Cuando le está quedando poco detergente, la Bespoke AI manda un mensaje al celular advirtiendo de que es tiempo de recargarlo. Otro sensor también mide el nivel de humedad de la carga y así calibra la duración y la temperatura del secado.
La otra gran innovación está en su hardware: la bomba de calor de la secadora, que es la pieza más grande y compleja de estos aparatos, es en este caso mucho más pequeña y está situada en la parte superior de la máquina. Ayudada por unos conductos, el aire caliente fluye con más volumen y reduce así el tiempo de secado: dice la marca que una carga puede salir completamente seca en solo 70 minutos, mientras que un ciclo completo de lavado y secado rápido puede estar listo en 98 minutos. Entre que empieza y termina un partido de fútbol, uno podría volver a ponerse la ropa que hace un rato estaba sucia.
Como dicta la tendencia, la lavadora-secadora Bespoke AI, con una enorme capacidad de 25 kilos para lavar y 15 para secar, tiene una importante pantalla táctil de 7 pulgadas, que sirve tanto para elegir los programas de lavado como también para pasar el rato: incluye aplicaciones como YouTube y Spotify, por si alguien necesita quedarse cerca de la máquina mientras esta hace su trabajo. Obviamente, tiene el sistema de control de voz de Samsung, Bixby, que a su vez se conecta al sistema SmartThings: así, todos los dispositivos de la marca pueden encenderse, apagarse o programarse hablándole al teléfono.
En productos como este es cuando el discurso de la inteligencia artificial cobra más sentido y coherencia. ¿Realmente nos mejorará la vida generar imágenes falsas, redactar correos automáticos o que nos cuente chistes una voz virtual? Son herramientas tan espectaculares como inútiles. Pero en un aparato como una lava-secadora, en cambio, donde efectivamente la IA puede mejorar el rendimiento, reducir el gasto energético, cuidar la ropa y ahorrarnos tiempo, parece justificarse el optimismo que hoy reina en la industria hacia esta tecnología.
La Bespoke AI Laundry Combo ya está disponible en Chile. Su precio, en el sitio de Samsung, es de 2.349.990 pesos. ¿Cara? No tanto si consideramos la oferta que tienen por estos días: al comprar la lavadora-secadora, de regalo se incluye un televisor Samsung The Frame de 55 pulgadas —cuyo precio actual es de 750 mil pesos— y un año de detergente Ariel y de suavizante Downy, además de que la instalación y el despacho son completamente gratuitos.
Siendo así, su precio es alto pero no mucho más que comprar ambos productos por separado —que cuestan, los de última generación y máxima capacidad, algo más que un millón cada uno. Y el ahorro en espacio y tiempo que genera parece realmente invaluable.
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