Las verrugas, esos pequeños bultos que aparecen en la piel y que muchas veces molestan o producen incomodidad, son lesiones que manifiestan la presencia del virus papiloma humano (VPH).

“El VPH es un amplio grupo de virus: se han detectado más de cien variedades distintas”, explica Irene Araya, dermatóloga de Clínica Santa María. Cuando uno de ellos coloniza la piel, desarrollan lesiones pseudotumorales benignas. Es decir, “no es cáncer”, aunque comprometen la piel y las mucosas”.

La gran pregunta es: ¿por qué aparecen? Según Araya, normalmente generan mediante una infección por contacto directo entre una persona infectada —que no necesariamente tiene verrugas o lesiones— y otra que no, mediante la piel o las mucosas.

“A veces el VPH está presente en alguien pero no se manifiesta en forma de verruga. Entonces, cuando esa persona toma contacto con otra mediante su piel o mucosa, la puede contagiar. Esa es la mayor causa de por qué aparecen las verrugas”, afirma.

Cuando eso ocurre, las células de la piel crecen más rápido de lo normal, lo que generará este exceso en forma de volumen. Suelen desarrollarse en la epidermis, la capa superior de la piel, y una verruga típica tiene una superficie rugosa y elevada, aunque también pueden ser lisas y más planas. En algunos casos, según describen en una publicación de Harvard Health, el centro de una verruga puede estar salpicado de puntos oscuros; estos son capilares que le suministran sangre.

Cómo identificar una verruga

Si bien el diagnóstico certero siempre lo entrega un médico —ojalá dermatólogo—, no es difícil identificar cuándo una lesión en la piel se trata de una verruga. Por lo general, comenta Araya, tienen una superficie rugosa y aparecen con más frecuencia en las manos. Sin embargo, las verrugas varían, “hay distintos tipos, producidas por distintas familias de virus según donde se ubiquen”.

Andrés Lehman, dermatólogo de Clínica Dávila, explica lo mismo: las diferencias de las verrugas se deben a que las causan distintos integrantes de la familia de virus papiloma. “Algunos causan verrugas vulgares, que las observamos en las manos, codos o dedos; otra variante causa las verrugas planas, que están en el dorso de las manos y en la cara, que son más pequeñas; otras las que provocan la verruga plantar, que es una dureza dolorosa en la planta del pie; y otra la que produce las verrugas genitales, habitualmente en zona ano-genital”, analiza.

“En dermatología las clasificamos según la ubicación, porque el pronóstico y los tratamientos van a ser distintos”, ahonda Araya. Las genitales, por ejemplo, que son las que más preocupan, reciben el nombre de condilomas acuminados. Se les considera enfermedad de transmisión sexual “pero, en general, son lesiones benignas, producidas habitualmente por ciertos serotipos de virus, generalmente el 6 y el 11″, destaca la profesional.

Hay distintos tipos de verrugas, dependiendo de la zona del cuerpo en la que aparecen.

Pero también existen las identificadas como de alto riesgo, “en las que la mucosa es colonizada por otra serología de virus, como el 16 y el 18, que son más agresivos. Además de generar la verruga, pueden desencadenar la producción de algún cáncer genital. El más común es el cáncer cérvico uterino, que produce una gran mortalidad en Chile”, profundiza.

Otro tipo que se distingue comúnmente son las verrugas planas, que se tienden a localizar en pieles más delgadas, como la cara o el dorso de las manos. Las verrugas palmares y plantares, en cambio, “se caracterizan porque son más aplanadas y dan un aspecto distinto en relación con otros tipos de verruga”, dice Araya.

Otro tipo de verrugas son las peringuiales, las que define como “de bastante difícil manejo, porque tienden a contaminar o extenderse hacia debajo de la uña; ahí hay que hacer un procedimiento distinto”. Mientras que las verrugas filiformes son aquellas como un hilito, “bien finitas, que tienden a ubicarse en el cuello, en alguna superficie de pieles más bien delgadas”.

¿Cómo deshacerse de una verruga?

“Muchas veces, el sistema inmune es capaz de eliminarlas en forma espontánea”, asegura Lehman. Pero cuando esto no ocurre, se usan mecanismos físicos, como el nitrógeno líquido, la cirugía o la electrocoagulación.

“Hay medicamentos, como cremas, que inducen a que el propio cuerpo las elimine, aunque no siempre es efectivo”, comenta. Es importante que el médico elija el método más adecuado y evitar automedicarse. “Se trata de una infección por virus, por eso es importante no postergar el tratamiento y así prevenir el contagio a otras personas y a uno mismo, presentando más lesiones”, señala.

“El tratamiento va a ser distinto dependiendo del paciente y el sector en el que se ubique la verruga”, asegura Araya. No es lo mismo tratar una persona sana que a un paciente inmunosuprimido.

Respecto a la resolución espontánea de estas lesiones, esto puede darse porque “muchas veces el paciente está estresado, está ansioso, se rasca las verrugas; pero apenas sale de vacaciones, espontáneamente puede haber una mejora. Cuando el sistema inmune mejora, muchas veces se genera una curación de las lesiones”, cuenta.

¿Y si la verruga no se va? “Si son plantares, suelen ser lesiones más profundas, que requieren varios tratamientos. Los más utilizados son nitrógeno líquido y productos cáusticos, que sacan la verruga capa por capa. Esos son los más usados, los más cómodos, pero hay que ser constante porque existe una demora en la respuesta”, puntualiza Araya.

Mito o realidad: ¿son contagiosas las verrugas?

“No es un mito: las verrugas sí son contagiosas”, advierte tajantemente Araya. Al tocar la lesión, “las partículas virales se introducen a la piel, sobre todo en aquellas zonas las que tenemos mucosas, pequeñas laceraciones o micro heridas”, explica.

Por esto es que cuando los pies tienen pequeñas fisuras en el verano, y se deambula por sectores de alto tránsito —como una piscina o la ducha de un gimnasio— se está más expuesto a contraerlas. Lo mismo con las manos: “cuando uno lava mucho, se produce una maceración de la piel, lo que significa una posible puerta de entrada para las verrugas si uno entra en contacto con alguien contagiado”.

Son tan contagiosas “que uno mismo puede contagiarse las lesiones si es que se toca el propio cuerpo”, enfatiza Araya. Por eso la importancia de tratarlas rápido, en particular las de las manos, con las que uno toca todo.

Prevención

Prevenir las verrugas implica evitar el contacto directo con personas infectadas, no compartir objetos personales y cuidar las lesiones cutáneas para evitar la entrada del VPH. Por eso mismo, la dermatóloga señala que en casa, cuando una persona tenga verrugas, “es importante desinfectar las zonas donde ha estado la otra persona: limpiar las tinas con cloro, que es capaz de inactivar este tipo de partículas, o que la persona con verrugas no ande a pie descalzo, porque obviamente va a contaminar toda la superficie por donde pise”, señala Araya. Una vez que son tratadas por un profesional, las verrugas suelen ser erradicadas y por ende no reaparecen.

Una solución que plantea Lehman para lugares públicos, como piscinas y duchas de gimnasios, es el uso de sandalias. De esta forma el pie no está expuesto directamente a una superficie que potencialmente podría estar contaminada. Si tú eres quien porta la verruga, evitas propagar estas células en las superficies húmedas.

“Andar con chalas, sobre todo en estas duchas que hay en las piscinas, donde mucha gente pisa el mismo lugar, es muy importante. En cualquier lugar donde otra persona haya puesto el pie conviene siempre pisar con sandalias o algo que proteja”, recomienda Araya.