Exceso de skincare: cuando demasiado “cuidado de la piel” puede pasar la cuenta
Este ritual al que cada vez más personas se someten diariamente —y que hoy inunda las redes sociales y las publicidades— trae indudables beneficios a la piel. Pero atención: si solo se hace basado en la intuición o la moda puede terminar con el rostro más vapuleado y envejecido que antes.
Toda persona que se ha iniciado en el cuidado de la piel puede establecer un antes y un después: de seguro aún persisten oscuros recuerdos de la lejana era A.S (Antes del Skincare), cuando la piel de tu cara estaba en un momento difícil, nada que ver con los actuales, llenos de luminosidad y limpieza.
Pero atención con el skincare, porque demasiado care puede terminar perjudicando a la skin. “Skincare en español significa cuidado de la piel, y existen varias rutinas para mantenerla sana”, afirma Héctor Fuenzalida, dermatólogo y académico de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad de Santiago. El objetivo de esto, dice Francisco Peñaloza, dermatólogo de la Clínica RedSalud Santiago, no es solo verse bien, sino que mantener la salud de la piel, la que se va deteriorando con los años”.
Si la rutina se hace a pura intuición, sin asesoría dermatológica, se corre el riesgo de que provoque el efecto contrario: en vez de mantener la piel más sana, la puede sobrecargar de productos que la harán más irritable y sensible.
Lo básico del engranaje
Para Peñaloza, una rutina de skincare tiene cinco grandes y esenciales pasos, los cuales pueden “subdividirse y adecuarse a cada persona según las necesidades personales, el tiempo y su presupuesto”.
Estas etapas son las siguientes:
1. Limpieza,
2. Hidratación
3. Fotoprotección
4. Limpieza/desmaquillaje nocturnos
5. producto activo y/o hidratación nocturna.
“A grandes rasgos, es importante en el día a día limpiar la piel, ya que habitualmente está expuesta a distintas toxinas y contaminantes ambientales, además de los polvos que están en suspensión”, comenta Fuenzalida. Asimismo, “es necesario en la noche retirar productos como el maquillaje”.
Por eso es que en una rutina de skincare siempre se comienza con la limpieza, etapa en la que “se pueden usar algunos tonificantes y cremas hidratantes”, relata el académico, y se se trata del comienzo del día, “poner protector solar”.
No todas las pieles son iguales
Hay varios tipos de pieles pero muchas veces se desconoce cuál es la propia. Saberlo es sumamente importante para poder encontrar la rutina y los productos adecuados a ella.
Existen pieles grasas, pieles mixtas, y pieles secas, “y ahí uno debe buscar los productos específicos para la que se tenga”, dice Fuenzalida. “Si uso un elemento para piel grasa y mi piel se vuelva seca, voy a terminar dejándola mucho más seca y probablemente con alguna irritación”.
De esta forma, no solo tiene relevancia el producto en sí sino que también el rotulado y la lectura de la información entregada en cada caja. Si existe compatibilidad con el tipo de piel, ahí recién se debe probar el producto.
Frecuencia de lavado
¿Cuántas veces hay que lavarse la cara al día? Fuenzaliza dice que depende tanto de las características de la piel como de las condiciones ambientales. Por lo tanto, si se permanece en un ambiente sucio, de alta polución ambiental o mucha grasitud, hay que limpiarse el cutis “al menos dos o tres veces al día”.
Eso sí, el dermatólogo aconseja no olvidar nunca que al usar productos de limpieza uno también retira los protectores naturales que tiene la piel. “Si yo tengo una piel grasa y me lavo frecuentemente, naturalmente el cuerpo va a querer compensar y producirá más grasa”. La clave es “buscar el justo equilibrio y así mantener estos elementos de la sebosidad de la piel como el pH, que es el grado de acidez que ésta tiene”.
Los peligros del sobre-skincare
Según explica Peñaloza, aplicarse diariamente una rutina de skincare no debería traer riesgos, siempre y cuando se haga con aprobación dermatológica. “Cada cierto tiempo aparecen productos novedosos y modas que muchas veces no tienen sustento científico”, dice. “También hay productos reconocidos pero que al usarse mal usados sí pueden generar efectos perjudiciales en la piel”.
¿Cómo saber si nos estamos excediendo? “Si al realizar una rutina o después de ella la piel me arde, me pica o la siento muy resquebrajada, obviamente es síntoma de un uso extremo o excesivo de estos productos”, sincera Fuenzalida. La piel, como decíamos antes, tiene defensas naturales, “como la sebosidad o el pH natural, que es un elemento protector para la integridad de la superficie”.
Hay que saber que cada vez que limpiamos la piel, en especial si se hace muy seguido, “la voy resecando y pierdo poco a poco la película lipídica que está en la superficie, que además de proteger también es un factor de hidratación natural”. Si se abusa del maquillaje o los productos de limpieza, o si se utilizan de forma inadecuada, puede generar daños difíciles de reparar e incluso “un mayor envejecimiento de la piel”.
Uso de sérums
El sérum es un producto muy de moda entre adultos, ya que promete una hidratación profunda con apenas una leve dosis de este líquido viscoso.
“Un sérum puede usarse dentro de la etapa de hidratación de la piel —que es la segunda—, ya que se caracteriza por tener una alta concentración de componentes activos y una textura que favorece una rápida absorción”, comenta el dermatólogo de Red Salud. Dice que se puede utilizar a diario, “aunque no siempre es necesario”.
Se recomienda incorporarlo a la rutina solo una vez que haya terminado la adolescencia, entre los 20 y los 25 años, pero no hacerlo antes.
Para qué sirven los exfoliantes químicos
Su función “es sacar de la superficie de la piel material orgánico, como células muertas que están con mucho pigmento o muy envejecidas”, cuenta Fuenzalida. Al ser un producto abrasivo, se recomienda usarlo de noche, “para que no intervenga la radiación ultravioleta”.
Lo ideal es aplicarlo noche por medio y luego ir postergando su uso. “Desgasta bastante la piel y puede producir irritaciones”. Peñaloza, eso sí, dice que la frecuencia con la cual deben utilizarse depende de cada persona, tipo de piel o incluso de la edad. Lo importante en este caso es siempre tener prudencia y consultar con un especialista antes de usarlo, puesto que mal aplicado puede llegar a ser perjudicial.
Siempre y por siempre protector solar
El protector solar es y debe ser la estrella de nuestra película de skincare, ya que evita que la radiación ultravioleta, uno de los principales causantes del envejecimiento, afecte la piel. “Basta con que esté de día y uno figure en la ventana para recibir este tipo de radiación. Incluso estando nublado también afecta a la piel, por lo que es fundamental aplicarlo todos los días”, expresa Fuenzalida.
“Adicionalmente, hay protectores de pantalla mineral que generan un ‘efecto mimo’, lo mismo aquellos que tienen color. Actúan reflejando y dispersando la luz visible, y al impedir que cualquier tipo de radiación solar llegue a la piel lo que disminuye los riesgos de manchas”, agrega Peñaloza.
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