Desde su introducción hace algunos años, principalmente como complemento del teléfono celular para evitar sacarlo del bolsillo o la cartera, los smartwatches han expandido considerablemente sus funcionalidades para transformarse en lo que son hoy: aparatos realmente útiles para el usuario, con los que es posible acceder a información de salud, notificaciones e incluso hasta responder llamados telefónicos, tal como alguna vez lo hizo el gran Dick Tracy.
Dentro del peleado mercado global de accesorios vestibles o wearables, donde Apple domina el escenario, Fitbit está dentro de los cinco fabricantes más importantes del mundo, con más de 100 millones de accesorios vendidos para cerca de 30 millones de usuarios. Fundada el 2007 y basada en la ciudad de San Francisco, California, quizás esté más asociada al mundo deportivo y de la salud. Efectivamente, la especialidad de la compañía son los accesorios medidores de actividad física, en sus múltiples formas de uso.
Pero dentro de su nutrido catálogo de wearables destaca el Fitbit Sense, un cómodo reloj inteligente lanzado por la marca a fines del 2020. Se presenta como su modelo más avanzado, un smartwatch que, además de monitorear la actividad física del usuario, es capaz de documentar niveles de estrés y de consumo de oxígeno, entre muchas otras funciones, lo que lo transforma en un gadget premium. Destaca la gran duración de su batería y sus variadas métricas respecto a salud y estrés, aunque igual presenta algunos detalles menores en su uso que podrían mejorar en futuras versiones.
Especificaciones
- Tamaño: 40.4 x 40.4 x 12.4 mm.
- Pantalla: Táctil, AMOLED de 1.58″, con protección Corning Gorilla Glass 3.
- Resolución: 300 x 300 píxeles.
- Cuerpo: aluminio y acero inoxidable. Correa intercambiable de silicona.
- Memoria: 4 GB ROM.
- Media: micrófono y altavoz.
- Resistente al agua: Sí (hasta 5 ATM).
- Batería: Hasta seis días (según el fabricante).
- Conectividad: Bluetooth y wi-fi.
- Compatibilidad: Para Android y iOS.
Elegante pero muy pequeño
Lo primero fue ponerse el reloj —de tamaño único— y sentirlo en la muñeca. La correa con la que venía el Sense me quedó algo pequeña, pero afortunadamente la caja incluía una segunda más larga. El proceso para sacarlas y conectarlas fue sumamente sencillo —más que en otros smartwatches—, gracias a un pequeño botoncito que permite desprenderla y adosarla fácilmente. En cuanto a comodidad, el reloj se percibe muy liviano en el brazo y prácticamente no se siente al llevarlo en la muñeca. Al momento de “mirar” la hora, el Sense se activa de manera automática, y perfectamente bien, para desplegar la fecha y el horario, entre otras informaciones.
El diseño del reloj es bastante sencillo, elegante y funcional. La cara cuadrada, de casi 1.6 pulgadas, es algo pequeña en comparación a otras marcas, lo que hace que la información desplegada a veces se vea muy concentrada. La funcionalidad táctil funciona correctamente, con sencillos movimientos del dedo hacia los costados para desplegar notificaciones, ajustes, apps o información. Además, cuenta con un botón físico multifunción al costado izquierdo. Y es impermeable. Puede ser usado en la ducha e incluso puede ser sumergido, aunque brevemente.
Como buen smartwatch, cuenta con múltiples caras análogas y digitales, las que se pueden descargar desde la tienda de la marca para personalizar el look del reloj. Tras descargar la app de Fitbit y crear una cuenta de usuario, la sincronización entre el aparato y mi celular fue rápida y sin mayores problemas, salvo algunas funciones.
Fácil y liviano; gran novedad: el medidor de estrés
La app, en sí, es bastante clara en entregar la información general relacionada con la actividad física del usuario: minutos activos, pasos, distancia, pisos y calorías consumidas. Todo en una interfaz muy práctica. Lo mismo sucede con el apartado de ciclos de sueño, donde se entrega una métrica muy detallada respecto a la calidad del dormir, junto a consejos para optimizarlo. Y un detalle: no molesta para nada dormir con el Sense. Ni se siente, a decir verdad.
Como decíamos, más que ser un complemento comunicacional con el celular, el Sense se enfoca principalmente en monitorear el movimiento y las actividades diarias del usuario, sus comidas y momentos de relajación, junto a sus sensores de estrés, temperatura (ideal para alertas por una posible fiebre), ciclos menstruales en mujeres, consumo de oxígeno y frecuencia cardíaca entre otras variables, además de 20 modos deportivos distintos.
Uno de los detalles dentro de su funcionalidad es el administrador de estrés. Gracias a un novedoso sensor de actividad electrodermal, el primero de su tipo en un reloj inteligente, es capaz de registrar los niveles de estrés en el usuario a partir de la sudoración de su palma. Sólo basta poner la mano sobre la pantalla por un par de minutos, y ya está. Además, el sistema no sólo avisa cuando es necesario tomar una pausa dentro de nuestra rutina, sino que también cuenta con guías de audio que ayudan mucho a contar con opciones de descompresión anímica.
También ofrece el acceso a rutinas de relajación, guías que permiten realizar mini sesiones de meditación orientada y así descubrir nuevas tendencias de uso a medida que se acrecenta la práctica.
De todos modos, además de recibir notificaciones, el reloj permite, por ejemplo, manejar Spotify y otros servicios de streaming, hacer y recibir llamadas telefónicas, además de contar con controles de voz para el asistente de Google o para Alexa, y una billetera electrónica vía NFC (FitBit Pay) si es que la ocasión lo pudiera requerir, entre otras útiles funcionalidades.
Hay que decir que el sistema, además, cuenta con una versión premium —con seis meses de prueba gratis— donde se puede contar con aún más posibilidades de monitoreo y guías de actividad y relajación.
Enorme autonomía
Sin duda, la duración de su batería es uno de los elementos más destacables del reloj. Tras una carga total relativamente rápida (directo a la corriente), la vida útil de la batería del Sense puede llegar a durar, según el fabricante, hasta seis días en su modo optimizado.
En mi caso personal, lo ocupé ininterrumpidamente por más de 48 horas, incluyendo ciclos de sueño y con modo “alwyas on” para que siempre estuviera mostrando la hora. Al momento de volver a cargarlo, todavía contaba con poco menos del 50% de su carga original.
Considerando que tras varios meses de uso la duración de ciertos smartwatches con suerte puede llegar a durar la jornada, que la batería del Sense se sostenga hasta por seis días es realmente un agrado y hasta una tranquilidad.
Veredicto
El Fitbit Sense es un gran reloj inteligente. Es cómodo, práctico y realiza todas las funciones que uno espera de un gadget con estas características. Hay detalles a mejorar, como el diseño del reloj y ciertas funcionalidades del software. Su batería es claramente algo que destaca fuertemente, superando por un amplio margen a la competencia de gigantes como Apple o Samsung.
Pero quizás lo mejor de todo es que, más allá de monitorear actividad física, el reloj es capaz de sugerir, avisar y acompañar al usuario con rutinas que, especialmente en estos tiempos, pueden llegar a ser sumamente útiles para tener un estado físico más o menos aceptable, pero también, acaso lo más importante: salud mental.
*Los precios de los productos en este artículo están actualizados al 7 de junio de 2021. Los valores y disponibilidad pueden cambiar.