Garmin es una marca que el público general quizás asocie de inmediato con sistemas de GPS para distintos tipos de vehículos. Y estarían en lo correcto, ya que desde la fundación de la compañía en 1989, ese justamente ha sido el foco de la marca. Por lo mismo, y ante la evolución de la industria tecnológica y los hábitos de consumo del público, Garmin ha tenido que ampliar su portafolio de productos hacia los cada vez más populares “vestibles inteligentes” o wearables, como los relojes y monitores de actividad física, donde la marca se ha sentido muy cómoda.
Tanto así, que hoy pelea su participación de mercado al lado de gigantes tecnológicos como Apple, Samsung, Huawei o Fitbit, en una cancha en donde sólo durante el primer cuarto de este año las ventas globales de smartwatches aumentaron en un 35%, según datos de la consultora Counterpoint. Ahí, la manzana es la que lidera la competencia, aunque Garmin se defiende: durante la segunda mitad del año pasado, estuvieron detrás de Apple con casi un 10% de participación. Nada mal.
Así, Garmin tiene una variada gama de relojes inteligentes disponibles para todos los gustos, necesidades y bolsillos. El modelo que probamos, el Garmin Instinct Solar, es la actualización mejorada del original de 2018, que se distancia un poco de los aparatos más tradicionales que hemos probado últimamente gracias a su diseño, que se enfoca en un público muy específico y busca la optimización de recursos a través de una batería que deja a toda la competencia pidiendo agua.
Especificaciones
- Peso: 53 gr
- Dimensiones: 45 x 45 x 15.3 mm
- Pantalla: monocromática de 1.27″
- Resolución: 128 x 128 pixeles
- Conectividad: Bluetooth y ANT+
- Memoria: 16 MB
- Sensores: altímetro barométrico de 3 ejes, GPS, Galileo, GLONASS, brújula y acelerómetro
Vigoroso pero cómodo
Fuera de la caja, a primera vista y durante los primeros días de uso, el diseño del Garmin Instinct Solar envuelve un aire más bien retro y nostálgico, muy parecido a los clásicos relojes digitales de diseño deportivo de los años ochenta. De un llamativo color azul marino, fabricado esencialmente con silicona y polímeros de fibra reforzada, el cuerpo del reloj es de un sólido redondeado clásico, pero acá se cuentan cinco botones: dos a la izquierda y tres al costado derecho. Solo con tenerlo en la muñeca uno se da cuenta de que es un reloj claramente enfocado hacia la resistencia y la alta demanda dentro de las rutinas de actividad física. De hecho, el llamado del fabricante es que está “listo para la aventura”, algo que se comprueba en su extrema resistencia al agua, capaz de soportar hasta 100 metros de profundidad, y su inexpugnable pantalla, fabricada con estándar militar para defenderse de golpes y rayaduras.
En general, casi todos sus ingredientes están enfocados a su carácter deportivo y de durabilidad, tanto material como de batería. A pesar de lo anterior, se siente cómodo, es liviano e incluso dormir con él —en mi experiencia— no fue mayormente un problema.
Sin touch
Al utilizarlo, lo primero que llama la atención es su pantalla monocromática no táctil —inusual para un smartwatch—, la que despliega en su home una buena cantidad de datos e información, todo ordenado armónicamente en blanco y negro y con la posibilidad de cambiar las métricas e incluso la cara del reloj con sus botones análogos. Para mirar la hora está bien, —especialmente contra el sol no presenta contratiempo alguno—, aunque confesaré que por (mala) costumbre me encontré tocando la pantalla en más de una ocasión con el fin de hacer “andar” alguna app o de mirar información más en profundidad. Pero no: hay que ocupar sí o sí los botones para poder navegar en el reloj, algo que para mi gusto es el gran punto en contra del modelo.
Puede ser por lo acostumbrados que estamos a lo touch, pero navegar ni siquiera con una corona que se deslice, como la tienen otros smartwatches, sino que con fijos botones, puede llegar a ser bien frustrante. Si bien cada uno de los cinco tiene su funcionalidad específica, acostumbrarse a las pulsaciones para subir o bajar la información desplegada en pantalla, o para ejecutar una rutina u otra app, toma su tiempo. ¿Cuál es el beneficio? Probablemente la optimización de recursos y así sacarle el máximo de jugo a la batería. De seguro que hay usuarios que estarán dispuestos a este sacrificio, pero no fue nuestro caso.
App sencilla y batería insuperable
En términos de conectividad, sorprende que el reloj y su sistema operativo sean capaces de realizar prácticamente las mismas tareas que un smartwatch tradicional, aunque su funcionamiento y lectura resulten distintas. Por ejemplo, es capaz de entregar notificaciones instantáneas de todas las aplicaciones instaladas en el celular con el cuál se ha pareado, incluyendo WhatsApp. En ese sentido, la interconexión entre el celular —un Android, en nuestro caso— fue perfecta.
La app de Garmin en el celular también destaca. En general, funciona como la mayoría de estas aplicaciones, un espacio donde se puede leer en detalle y profundidad todos los datos relacionados con nuestro cuerpo, bienestar y actividad física: monitoreo cardíaco y de estrés, batería corporal (una novedad), cuentapasos, consumo de oxígeno, quema de calorías, calidad de sueño y un sinfín de metadata relacionada, la que a ratos puede llegar a ser algo abrumadora. Junto a ello, la app incluye desafíos personales y noticias de otros usuarios conectados.
La app de monitoreo físico dentro del mismo reloj incluye múltiples rutinas, desde actividades de gimnasio a natación, yoga o ski. Es un reloj claramente fabricado para los gustosos de la actividad física más que para el público general o para quienes busquen reemplazar el celular por el reloj.
Donde el modelo destaca con amplitud es en su batería, que es su principal atractivo. La duración que tiene el reloj es excepcional y está a años luz de la competencia, gracias a la posibilidad de carga solar que posee el aparato, a través de celdas que atrapan energía al estar expuestas al sol.
Así, más allá de la carga base que se hace mediante la electricidad, el reloj es capaz de aguantar, eventualmente, un uso ininterrumpido de más de un mes. Esto también debido a su diseño y la interfaz monocromática y ultra sencilla de su pantalla, que al no tener los fuegos artificiales que sí poseen otros smartwatches, permite que efectivamente la autonomía de la batería sea inigualable. En modo GPS su duración se reduce —llega a 145 horas—, pero en modo smartwacth no tuve absoluta necesidad de carga y, actualmente, me dice que le quedan 22 días más de uso continuo. Fabuloso.
Veredicto Práctico
Dadas sus características, el Garmin Instinct Solar está presentado —y tienen un precio— de accesorio premium. Si bien carece de la elegancia, el estilo y el look de otros modelos de alta gama, éste es un reloj para hacer deporte y actividad física antes que otra cosa.
Para cierto público, puede que hayan algunos problemas de operatividad y costumbre al no contar con una interfaz táctil, pero es un detalle al lado de su principal y más importante característica: su impresionante batería y la posibilidad de carga solar, que es algo que otras marcas sin duda debieran empezar a emular.
Ideal para gustosos del monitoreo en detalle de las actividades físicas y de la vida outdoor, este es probablemente uno de los más prácticos, robustos y duraderos relojes inteligentes disponibles hoy en el mercado de los wearables.
*Los precios de los productos en este artículo están actualizados al 24 de agosto de 2021. Los valores y disponibilidad pueden cambiar.