Guía definitiva de mantas: 16 tipos de cobijas para sobrevivir este invierno

Invierno -> Frío -> Mantitas. Esos conceptos van siempre de la mano, seas un buen o mal invernista. Las cobijas son el textil con el que esquivamos el frío en casa y nos entregan abrigo en esos momentos donde estamos más helados que nariz de perro.

Enterrarse en la cama o el sillón con una buena manta es uno de los grandes placeres —quizá el único para algunos— que se puede disfrutar durante el invierno. Más aún si estás viendo una buena película, serie o programa de TV. Otras veces, solo hace falta estar tapado y en compañía de tu pareja o de tu mascota, quien si bien suele acomodarse cerca tuyo en búsqueda de calor, termina transformándose ella en un guatero peludo. Para quienes teletrabajan, las mantas también juegan un rol importante: hay varias y varios que recurren a ellas para cubrir las piernas o la espalda cuando hace más frío que pata de pingüino.

¿No tienes una? ¿O tu regalona ya está rota y descosida? Comprar una manta puede parecer una decisión sencilla, sin embargo su universo es amplio. Algunas destacan por el textil con la que está fabricada, otras por su gran tamaño o grosos, mientras hay quienes priorizan la estación para ir cambiando. Criterios de elección hay bastantes, y en ellos ahondaremos para conocer los distintos tipos de mantas existentes.

Es una fibra natural y muy popular, que en el caso de las mantas puede ayudar a regular la temperatura tanto en climas cálidos como fríos debido a su porosidad. Es hipoalergénico, no genera estática ni alergias ni tampoco pierde suavidad con los lavados.

De origen animal, esta fibra es tullida, por lo que mantiene muy bien el abrigo. Es ideal para los inviernos, principalmente porque puede absorber la humedad, lo que la hace también útil para usarla en espacios abiertos como patios o terrazas. Eso sí, con el tiempo y si no se lava y cuida correctamente, algunas lanas pueden volverse ásperas y causar picor.

Derivado del petróleo, este material es una de las opciones más asequibles y comunes. Las mantas confeccionadas de esta fibra son más duraderas y resistentes que la mayoría de los otros materiales, aunque pueden causar reacciones alérgicas en algunas personas y también estática, algo que no a todo el mundo le acomoda.

Compuestas por una mezcla de fibras sintéticas como el poliéster y el nailon, las mantas de microfibra son duraderas, resistentes a las arrugas y extrasuaves para la piel. Suelen ser hipoalergénicas y no irritan pieles sensibles. Además abrigan bastante y bien y se secan muy rápido.

Esta es una lana no hilada, más delicada y solamente peinada y lavada, por lo tanto más aireada y voluminosa. Es un material ligero que genera mantas muy esponjosas, suaves y gruesas, capaces de mantener muy bien el abrigo en los fríos días de invierno. Es más frágil ante el roce, pero también más poderosa ante la humedad.

Se trata de una tela híbrida, en la que usualmente se mezclan hebras de lana, algodón y fibra sintética. Se utiliza mucho en la elaboración de ropa abrigada, como las camisas o prendas de tartán, pero también en ropa de cama como frazadas, mantas y edredones de invierno.

Se origina a través de un polímero sintético que se forma a partir del petróleo u otros tipos de combustibles fósiles. A pesar de no tener fibras naturales, tiene una textura y un tacto parecidos a la lana. No son muy transpirables, pero esta es una de las razones por las que son buenos para retener el calor.

El chenille, que significa “oruga” en francés, contiene una textura suave y densa. Es unas de las mantas favoritas para complementar el abrigo externo de una cama. Pueden ser confeccionadas solo de algodón o también de acrílico, rayón o mezclando los materiales entre sí. Se le llama chenille porque la técnica involucra enrollar firmemente el hilo alrededor de un núcleo, tal como el de una oruga. Destacan por ser de una textura suave y densa, que normalmente se levanta para crear un diseño.

Es un tejido 100% poliéster, que a pesar de ser liviano, posee una potente capacidad térmica, por lo que es otro de los favoritos en invierno. Muchos interiores de chaquetas poseen sherpa para esquivar el frío y obtener esa sensación de calidez a través de su “pelaje”. Su versatilidad hace que además de mantas se hagan plumones y cojines de este material.

Pero aparte de la materialidad, las mantas también se pueden clasificar por sus formas y manufacturas. Aunque el formato clásico es solo una suave tela rectangular cocida en todo su borde externo, hay otros tipos de mantas que pueden ser muy útiles dependiendo de las distintas circunstancias de frío que enfrentemos. Mientras unas funcionan bien para sentarse frente a la tele, otras son mejores para dormir una siesta, para estar en el exterior o incluso para agregar otra capa a la cama durante la noche.

A pesar de no ser una manta propiamente tal, decidimos incluirla por ser una de los textiles más usados en invierno. Su diseño es de origen nórdico y posee un forro con relleno y cubierta removible, virtudes que la han masificado por el mundo y que la han hecho reemplazar de a poco a los edredones y colchas comunes.

Generalmente, el duvet es de tela blanca, lisa o estampada. Está diseñado para cubrirse con una funda, mientras que el relleno puede ser de fibra natural (plumas de pato o ganso, oca, lana, seda o algodón) o sintética (microfibra u otros). La vida útil que tienen son de 20 y 10 años, respectivamente.

Este duvet relleno de microfibra Cannon proporciona calor ante las bajas temperaturas pero también permite “respirar” durante las noches de verano. Al ser acolchado, entrega una sensación muy confortable.

Las mantas confeccionadas de este material a base de este polímero sintético son ligeras pero cálidas. Muy similares a las de lana, son resistentes a las polillas y se pueden almacenar durante largos períodos de tiempo. También se pueden lavar y secar muchas veces sin mucho desgaste. Sin embargo, no son muy transpirables ni tampoco muy amigables con el medio ambiente.

Son unas de las mantas más suaves del mercado. Sin embargo, para conservar esa suavidad, la mayoría deben ser lavadas en seco. Hay que fijarte en la sugerencia de lavado en la etiqueta de casa manta, ya que pueden variar según su composición. Además de ser muy decorativas, son increíblemente cálidas.

Rellenas de materiales pesados, como gránulos de plástico o perlas de vidrio, la sensación que entregan estas mantas puede ser relajante. No apta para claustrofóbicos o acalorados, sí es una excelente opción para quienes disfrutan de estar bien tapados y sentir el peso de las mantas. De hecho, muchos terapeutas ocupacionales las utilizan para algunas sesiones con sus pacientes, como el manejo de ansiedad, la depresión o trastornos del procesamiento sensorial. La que puedes ver a continuación está rellena de bolitas de vidrio y pesa 5 kilos.

Esta manta es un híbrido de varias fibras, como el poliéster, el rayón y el nailon. Usualmente, el tejido es muy tullido, por lo que al ser hilados finos ninguna partícula de polvo puede entrar en ella. Eso la hace más higiénica y segura de usar que otros materiales. Son suaves y no irritan la piel, por lo que son una buena alternativa para los alérgicos.

Muchas mantas contienen algún porcentaje de poliéster en sus tejidos, pero hay otras que son 100% confeccionadas con este material. Uno de sus beneficios, además de su bajo costo económico, es que se puede lavar y secar muchas veces y aun así conservar su forma y color. Mientras que entre sus desventajas figura que tiende a adherirse a la piel cuando está mojada, que no es tan transpirable como el algodón y que puede generar reacciones alérgicas.

Estas mantas son fáciles de transportar, livianas e hipoalergénicas, lo que las hace una buena opción para personas con pieles muy sensibles. Tampoco requieren tanto mantenimiento, ya que no son tan frágiles como la lana. Si bien puedes encontrar mantas 100% algodón, también puedes encontrar algunas que combinan sus fibras con otros materiales.

La lana, al ser de origen natural, es biodegradable, lo que significa que no genera mayor impacto para el medio ambiente. También tiene propiedades antibacterianas, por lo que es segura ante la reproducción de gérmenes. Asimismo, no necesita lavarse muy a menudo. En cuanto al calor, es uno de los mejores materiales que existe para mantener la temperatura corporal. La siguiente es una manta con lana de cachemira, una de las más finas y eficientes del mundo.

Este es un tipo de lana que está de moda en la confeccionan de mantas. Es un material que suele ser muy cálido, liviano y lavable en casa. Es transpirable, reciclable, biodegradable y un termorregulador natural gracias a sus propiedades higroscópicas. Esto quiere decir que cuando hace calor, las fibras se calientan, liberan humedad y luego se enfrían, ayudando a mantener fresco a quien la usa. Mientras que cuando hace frío, las fibras hacen lo contrario: reciben el frío, absorben humedad y luego se calientan.

En cuanto a las desventajas, si bien esta lana suele extraerse de ovejas, es necesario verificar de antemano si esta materia prima fue extraída con buenas prácticas de esquila. Además, este material no debe de estar en contacto con agua en ningún momento del proceso, ni durante el transporte y el almacenaje ni durante su vida útil, porque se deteriora y así pierde eficiencia en el abrigo.

En cuanto a tendencias, las mantas de vellón XL hechas a mano están muy de moda en estas temporadas invernales.

Estas son las típicas mantas metálicas que se usan en los rescates o en expediciones de montaña. Son livianas y tienen una superficie exterior reflectante. Se usan para reducir la pérdida de calor en el cuerpo de una persona, necesarias para cuando alguien ha pasado mucho tiempo bajo la intemperie o sufre de hipotermia. El modelo a continuación está hecho de poliéster de absorción de aluminio y tiene la capacidad de conservar el 90% del calor de una persona en su interior.

Entre los inconvenientes de estas mantas está el que se pueden rasgar de forma fácil y lamentablemente pueden “vencerse”, es decir, si se mantienen en un botiquín de emergencia durante varios años, pueden comenzar a deteriorarse.

Las toallas de algodón turco, más conocidas como peshtemal, son versátiles y frescas, ideales para temporadas más calurosas. Pero de este tipo de algodón también se confeccionan suaves mantas que, además de ligeras, son de secado rápido, hipoalergénicas, antibacteriales y amigables con el medio ambiente, capaces también de entregar un agradable abrigo.

Ligeras pero cálidas: así se les podría describir a las mantas de sherpa, que son 100% de poliéster o fibras sintéticas. Si bien en un inicio son suaves, debes tener cuidado con los lavados, porque el producto puede desgastarse —y que aparezcan las desagradables motas— después de un uso y lavado muy prolongados o intensos.

Son otras de las opciones más tradicionales del mercado. Están confeccionadas en base a la combinación de hebras como lana, algodón y otros materiales sintéticos, lo que las hace fáciles de limpiar, con un secado más rápido y menos susceptibles a las arrugas, sin perder capacidad de abrigo.

Esta es otra de las opciones que abundan en las tiendas de retail. Por lo general, sus hebras están hechas en base a poliéster o una mezcla de telas 100% sintéticas. Construidas a partir de una sola capa, son livianas y al mismo tiempo abrigadoras, y aunque su costo es harto más bajo en comparación a otras alternativas, también puede provocar reacciones alérgicas en algunas pieles sensibles.

Aquellas que son confeccionadas en su totalidad con este tipo de algodón resultan ser muy suaves al tacto. Son hipoalergénicas y antimicóticas, o sea sin mayores inconvenientes para la piel. Otro atributo a favor es que gracias a sus propiedades de absorción se adaptan a la temperatura corporal, por lo que la cama puede mantenerse fresca en verano y cálida en invierno. Son una excelente alternativa para asmáticos, alérgicos y bebés.

Estas populares mantas, además de ser suaves, generar calor propio mediante la electricidad, de manera que pueden precalentar y aumentar la temperatura de tu cama en pocos segundos. Ocupan la misma tecnología que los calientacamas, solo que estas se usan sobre nosotros y no bajo las sábanas. Es un sistema rápido y que se adapta a tus necesidades en momentos de frío.

*Los precios de los productos en este artículo están actualizados al 29 de junio de 2022. Los valores y disponibilidad pueden cambiar.