Guía para el cuidado y limpieza de tus discos de vinilo
Si realmente quieres que tus LPs te acompañen de por vida o incluso más allá, necesitarán de ciertos cuidados. Acá te los enseñan algunos expertos.
The Gaslight Anthem era una banda de rock estadounidense, que durante unos quince años de este milenio mezcló la pureza del punk más amable con el folk gringo, sumando unas letras bañadas de una nostalgia y romanticismo que bordeaban la ingenuidad. Su sonido y representación del “americano”, los antiguos tiempos de la radio y los costos sociales de las guerras les valió, incluso, una especie de padrinazgo por parte de Bruce Springsteen, que los llevó de gira en más de una ocasión.
En el video de la canción “Handwritten” —¿empiezan a oler la nostalgia en ese nombre?—, los Gaslight cuentan las historias entrecruzadas de un músico emergente, que logra publicar su primer disco, el que luego es comprado por una joven adolescente para regalárselo a su novio, un muchacho que al poco tiempo debe partir a una guerra en la cual terminará muerto y su familia, tras enterarse de la trágica noticia, decide regalarle el vinilo al vecino, un niño que rápidamente se transforma en un adulto desempleado y que por necesidad debe vender su colección de música a una tienda, la misma a la que va el músico emergente, ahora viejo, y que luego de unos cincuenta años se reencuentra con su antigua creación. Fin.
Por más ficticia que parezca la historia, su trasfondo es bastante plausible: un disco de vinilo tiene muchas posibilidades de conseguir más historias que Condorito. Es cosa de revisar las colecciones que algunos tienen, en especial las de aquellos con afinidad a los discos de época. De seguro se podrá encontrar alguna carátula firmada con el nombre de alguien desconocido, o con el corte en una de las esquinas de la portada, cosas que dan cuenta de un relato misterioso, uno que va más allá del actual dueño o incluso de la propia música. Ah, si los discos hablaran...
Larga vida al vinilo
A esta altura, es muy común que algunos discos tengan más años que sus propios dueños. Y eso es algo que no sólo se debe a la revalorización que los vinilos puedan estar adquiriendo desde hace unas décadas, sino también a un atributo casi exclusivo en lo que se refiere a formatos físicos: el de la perdurabilidad.
Los discos de vinilo están hechos con cloruro de polivinilo, una especie de plástico que posee una buena resistencia tanto al paso del tiempo como a la manipulación. Sobre todo cuando se le compara al CD, tan frágil y fácil de rayar, o incluso al cassette, que por más dura que sea su cubierta plástica, posee una cinta que se estropea fácilmente.
El vinilo, por esencia, está hecho para perdurar por mucho tiempo. Es posible que hoy se siga disfrutando de un disco fabricado en los años sesentas o setentas, pero el que pueda sobrevivir durante tantos años dependerá de los cuidados que el usuario tenga con él, ya sea al reproducirlo o al mantenerlo guardado.
“Los vinilos sufren un desgaste natural, pero con un buen cuidado puedes llegar a tener tus joyitas por toda la vida, ¡o incluso, más!”, asegura Claudio Parra, cofundador y dueño, junto a su esposa Miriam Barra, de Kali Yuga Distro, tienda en la que se pueden encontrar cassettes, CDs y, sobre todo, vinilos.
“Prefiero el vinilo sobre otros formatos, porque sin duda alguna es superior en sonido”, agrega Parra. Un comentario común entre melómanos como Víctor Vega, dueño de Sonar, otra tienda de música en la que se pueden pillar LPs de todos los géneros, con artistas populares y más rebuscados, y que está cumpliendo dos décadas de existencia.
Así como la calidad sonora, los discos de vinilo cuentan con otros atributos que funcionan como gancho entre los seguidores más avezados de la música. “Como apreciar las carátulas en su tamaño original, ver los insertos o libritos que traen, o tener un disco del año original de lanzamiento”, dice Paulo Dalannanis, quien solía vender discos a través de Rock y Vinilos, su extinta tienda online, y que hoy mantiene el blog para melómanos Sonido Devoción.
No importa si ya llevas años coleccionando vinilos o si recién estás explorando los beneficios de escuchar música en este formato: los consejos que entregan Dalannais, Vega y Parra ayudarán a aprovechar y no malgastar la vida útil de tus discos.
Quítales la estática antes y después de escuchar
Si tus discos están llenos de polvo y pelusas, estamos mal. Es como estar cargando una bomba de tiempo, porque en algún minuto esa mugre provocará problemas a tu tocadiscos y a tus vinilos. “La limpieza regular de discos es un factor importante. Hay que tratar de mantenerlos libres de suciedad, polvo y huellas dactilares, para evitar impactos significativos en la reproducción”, dice Paulo Dalannanis.
Víctor Vega recomienda utilizar una escobilla antiestática, “antes y después de cada reproducción” de un disco. En Sonar, puedes encargar este cepillo antiestática, con fibras sintéticas conductivas, que disipan la estática con la que se suelen cargar los discos, ayudando además a quitarles el polvo y otras impurezas superficiales. De esta manera, no sólo cuidas tus vinilos, sino que además logras tener una escucha sin ruidos y agujas sin pelusas.
Cepillo antiestática Audio-technica AT6011A
¿Cómo se utiliza? Muy simple: colocas el vinilo en la tornamesa, le das play para que éste gire, pero en vez de colocar la aguja para reproducirlo, pones y mantienes el cepillo, cruzando de orilla a centro el disco. Dejas que éste gire unas cuantas vueltas y luego retiras lentamente el cepillo, sin levantarlo, sino que llevándolo hacia el exterior o interior del vinilo. Y ya está. Verás que el cepillo se queda con el polvo y las pelusas, y el disco no.
Ojo con tus dedos y las suciedades
No sólo el polvo y las pelusas ensucian los discos. Hay otras impurezas que, a diferencia de las mencionadas, se impregnan en el vinilo, dejándole manchas. Suele pasar que la gente, al poner el disco en la tornamesa, al darlo vuelta y al guardarlo en su caja, pone sus dedos sobre toda la superficie. No es que el vinilo se raye como los CDs, pero los dedos suelen estar sucios, con aceite u otras cosas que mejor no mencionaremos, que si se traspasa a los discos puede afectar su vida útil.
Para esas manchas, “hay una serie de productos de limpieza de vinilos que han funcionado muy bien, como los pad de terciopelo y el líquido de limpieza”, dice Claudio Parra.
En Kali Yuga Distro puedes encontrar este kit de limpieza, que incluye el pad de terciopelo y un líquido limpiador que quita la suciedad impregnada en los discos.
Kit de limpieza Vinyl Styl
El pad también puede ayudarte a quitar el polvo y la estática, y se utiliza de la misma forma que el cepillo. Colocándolo en la superficie del disco, mientras éste gira, y desplazándolo lentamente hacia el exterior o interior. Ahora, cuando se trata de limpiar manchas, se debe aplicar un poco del líquido y utilizar el pad para frotar delicadamente la mancha, hasta que salga.
Estos productos sirven para irse a la segura. Sin embargo, existen soluciones caseras que hacen el mismo trabajo, aunque puede implicar mayor riesgo para tus discos. “Sirve bastante usar un paño de microfibra, como el que se ocupa para limpiar los lentes, que es muy bueno, porque no deja residuos. Y hay una solución casera de alcohol, desionizada y doble purificada, que sirve como líquido limpiador”, dice Parra.
El líquido, eso sí, debe ser lo más puro posible, porque, “si limpias con agua de la llave, que trae sarro y otros residuos, le harás súper mal a los vinilos”.
En este video, el canal Music Radar Clan explica cómo hacer tu propio líquido, utilizando alcohol densaturalizado, agua destilada y un rociador.
¿Cada cuánto hay que limpiar los discos? En teoría, según Parra, debería ser siempre. Pero casi nadie lo hace. La ley de la selva, en tanto, dicta que “si el disco es usado y presenta ruido, entonces es bueno aplicar líquido de limpieza antes de escuchar”.
Parra cuenta que existen formas “mucho más profesionales” de limpiar los discos, por medio de máquinas de ultrasonido, que se encargan de remover todas las impuras superficiales y adheridas en la superficie y en los surcos de los vinilos. “Hay personas que hacen el servicio como por tres lucas y te dejan los discos impecables. Lo recomiendo mucho. Si alguien tiene la posibilidad de limpiarlos con ultrasonido, que lo haga”, dice el hombre de Kali Yuga.
En el portal especializado Vinilo Garage —que es chileno—, puedes encontrar y cotizar el servicio de lavado de vinilos con ultrasonido, el que se recomienda especialmente para discos antiguos, de manera de conseguir el verdadero sonido prístino que se evocaba en cada época.
Ordenar uno al lado del otro, nunca apilados
Esto es algo que los más avanzados saben hace rato, pero quienes están comenzando a comprar vinilos pueden cometer el error de guardar sus discos apilados uno encima del otro. Como dice Víctor Vega, eso no hay que hacerlo nunca. “Siempre vertical”.
Los discos deben guardarse uno al lado del otro porque al apilarlos se ejerce una presión sobre los vinilos que van quedando más abajo, lo que puede llevar a que se deformen o sufran otros daños, como rayas sobre los surcos.
Lo ideal es tenerlos en estantes, lejos de la humedad y del calor, ya que si los mantienes en el suelo corres más riesgos. Como le ocurrió a Paulo Dalannais hace unos años: “en una oportunidad, dejé un grupo de discos en el piso, apoyados verticalmente en un muro. Esa misma noche, mi compañera de departamento tuvo un problema con el baño y el agua comenzó a filtrarse por debajo del piso flotante y de la alfombra. Cuando nos dimos cuenta, ya era demasiado tarde. Afortunadamente, a los discos no les pasó nada, pero casi todas las carátulas quedaron en muy mal estado”, cuenta. Moraleja: para qué arriesgar, ¿no?
Ocupa fundas antiestática
No basta con guardarlos adecuadamente de forma vertical, también es necesario proteger los discos y sus carátulas con fundas externas antiestática. Paulo Dalannais dice que las ocupa “con la apertura hacia la parte de arriba del disco, para que no entre tanto polvo”. Algo que mucha gente no suele hacer, porque parece más práctico dejar dicha apertura en coincidencia con la apertura de la carátula y la de la funda interna, cosa de sacar rápidamente el disco de su interior. Pero aunque suena buena idea, la lógica dice otra cosa: de esa manera, el polvo que se acumula en tus muebles y sobre los propios discos tiene más acceso a los vinilos.
Estas fundas las puedes encontrar en algunas disquerías, como la propia Kali Yuga y Sonar, a un valor que ronda los mil pesos.
Cuidado con el sol y el calor
El calor derrite el plástico. Por ende, qué se puede esperar que le ocurra a un disco de vinilo. “Es fatal, ya que el disco terminará doblándose y no permitirá una buena ejecución”, dice Dalannais.
Por lo general, las consecuencias de exponerlo al calor son que no se pueda tocar, porque el brazo de la tornamesa salta demasiado sobre las curvas del vinilo y la aguja no puede leer la información contenida en los surcos.
Un disco con este nivel de daño tiene posible reparación, pero los datos de personas que prestan estos servicios escasean y, por lo demás, son carísimos. Incluso, conviene más comprar el disco de nuevo, a menos que se trate de un disco reliquia, muy difícil de encontrar en el mercado.
Evita la humedad
La humedad “deteriora las carátulas de los discos y atrae más polvo y suciedad”, dice Paulo Dalannais. Pero además, puede generar la aparición de hongos y microorganismos indeseados, que van a deteriorar el vinilo, además de que harán casi imposible poder reproducirlos.
El líquido limpiador recomendado más arriba o, bien su símil casero, pueden ayudarte a evitar la aparición de estos agentes, también eliminarlos si ya están colonizando tus discos. Pero ojo: no vayas a cometer el error de guardar los discos en sus cajas mientras aún no se hayan secado del todo tras la limpieza. Sería como hacerse un autogol de chilena.
Tu tocadiscos los puede matar
La calidad de tu tocadiscos y de tu aguja importan, al punto de que pueden dañar irremediablemente tus discos. Aún cuando tengas una muy buena tornamesa y una muy buena aguja, si no cambias esta última cuando corresponda, puede ser como pasarle un cuchillo por encima al vinilo.
Sí, porque las agujas se van deteriorando con el uso y se hace necesario cambiarlas con cierta frecuencia. “El principal error de la gente es escuchar discos en equipos de ‘juguete’, como esas famosas maletas”, dice Víctor Vega. Claudio Parra apoya la sentencia: “Las tornamesas de maleta y algunos sucedáneos causan mucho daño a los discos de vinilo, en especial a los discos de alto gramaje, al no tener brazos con peso y ningún sistema de calibración”.
Parra cuenta que en Kali Yuga han tenido que lidiar “muchas veces con este problema”. No son pocos los clientes que “ponen sus discos nuevos, que son caros, en un tocadiscos de estos, que provoca saltos y los hace pelota. Mercado Libre protege a los consumidores, así que nos llega el disco de vuelta, malo, ya sin posibilidades de venderlo, y tenemos que devolverles la plata. No porque estuviera malo, sino porque los ocuparon en una mala tornamesa”.
Es como cantaba Lauren Hill, en el hit noventero de los Fugees: “Killing me softly with his song”. Mientras más se utilice una mala tornamesa, más discos habrán de morir. Y no tan suavemente.
Que sea un ritual
Ok: para algunos limpiar puede ser una actividad latera, pero no tiene por qué ser así. Dalannais, por ejemplo, dice que cada cierto tiempo hace “jornadas de escucha, orden y limpieza”. Más que una recomendación, “parece un panorama”, agrega.
Las personas que prefieren el vinilo a otros formatos, en especial sobre la reproducción digital, lo hacen porque este tipo de escucha es una especie de ritual. Son oyentes activo: eligen un disco, lo retiran de su caja, lo ponen sobre el tocadiscos, lo echan a correr y colocan la aguja con cierta delicadeza. Se acomodan en un espacio para escuchar, quizá con la carátula en las manos, leyendo los créditos u observando los detalles del arte que hay en ella. Una vez que acaba el lado, se paran para poner la otra cara del disco. Así, la música no es un mero acompañamiento de fondo; es la actividad.
Añadir la limpieza de los discos es sólo un paso más en ese ritual. Es lo mínimo que se puede hacer por un objeto invaluable en lo emocional, y tremendamente caro en lo económico. ¿De verdad no lo vas a cuidar?
*Los precios de los productos están actualizados al 5 de agosto de 2021. Los valores y disponibilidad pueden cambiar.
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