La pandemia ha provocado resignificar espacios, tareas y roles. Uno de ellos, quizá el más prioritario, es la maternidad y paternidad, una tremenda responsabilidad en momentos de caos, y un gran desafío cuando reina la incertidumbre.

¿Alguien se imaginó que casi toda instancia social se transformaría en reuniones de Zoom o Google Meet? Nuestros trabajos, reuniones laborales y sociales, las aulas de clases e incluso el jardín. Son tiempos tremendamente extraños. Quizás en diez años más nos acordemos de estos meses históricos y les transmitamos lo extraños o incómodos que fueron a lo más pequeños.

Gracias a la tecnología, parte de la población puede seguir haciendo sus labores y los niños, junto a los adolescentes, han podido seguir educándose. Sin embargo, hay que tener un especial cuidado con los más pequeños, aquellos que aún están aprendiendo a ver el mundo y que durante la cuarentena no lo han podido conocer bien.

En casas donde son varios, el cuidado se puede ejecutar en comunidad y el niño puede recibir estímulos variados, pero en hogares donde hay figuras monoparentales y que están teletrabajando, muchas veces la “solución” para que el niño no se aburra, o se mantenga concentrado, ha sido el empleo de estas pantallas, algo que podría ser perjudicial para el desarrollo de los pequeños, sobre todo si no existe una supervisión.

Es por esto que Práctico conversó con seis especialistas en educación, seguridad y psicología sobre el manejo de pantallas —específicamente tablets— en niños pequeños, y cuál es el papel de los padres en cuanto a la ejecución y empleo del dispositivo.

Antes de llegar y pasar la pantalla, toma conciencia

La primera vez que se va al jardín o al colegio, los papás o el guardián a cargo te toma de la mano y te lleva a la sala. Con el tiempo, el niño comprende que este entorno es seguro y puede caminar solo hacia la sala. Al tiempo, el niño puede empezar a irse en furgón. Con esta analogía, Daniela Henríquez explica que lo mismo debiese replicarse en el cybermundo. Daniela es licenciada en Comunicación, experta en redes sociales y cofundadora de la ONG Efecto Mariposa, espacio en el que promueven, asesoran y educan sobre convivencia escolar, laboral y digital.

“Esta mismo proceso se aplica con internet: la primera etapa de la vida tiene que ser 100% acompañada y regulada”. En esta misma línea, Daniela considera que “es importante que los papás y las personas sepan sobre el daño que se genera con la exposición a las pantallas, el que en algunos casos puede llegar a ser irreversible”.

“La etapa primaria de la vida tiene que ver con la interacción: con el tocar, con el oler, con el saborear, con el mirar”, dice Henríquez, y agrega que “la pantalla te limita todo eso”.

“Hay universidades que han sacado informes —como la de Calgary— que concluyen que mientras los niños interactúan con las pantallas se reducen ciertas conexiones neuronales y sinápticas”. En este artículo, publicado por la sección pediátrica de la prestigiosa revista médica JAMA, explican que un uso excesivo de pantallas —o dispositivos como tablets, televisores, consolas y teléfonos— en niños de temprana edad pueden provocar problemas de desarrollo. El estudio analizó a niños de 2 a 5 años, y se pudo comprobar que aquellos que estuvieron expuestos de una forma excesiva a estas pantallas, tuvieron “déficit y retrasos en los resultados de desarrollo asociados a lenguaje, comunicación, habilidades motoras y/o salud socioemocional”.

“Hay mucha evidencia científica respecto al daño que provoca el uso de dispositivos digitales en el desarrollo cerebral en los primeros años de vida”, afirma Soledad Garcés, directora ejecutiva de Fundación por la Convivencia Digital, donde promueven el uso responsable de tecnologías. “El cerebro a esa edad está preparado para aprender de las experiencias concretas y reales (o 3D), capaces de experimentarse con los 5 sentidos”, relata la experta. “El mundo virtual, en cambio, le ofrece una actividad en 2D, donde su rol es muy pasivo”.

El papel de los padres en el aula cibernética de pequeños

La periodista que está redactando este artículo no tiene hijos. Sin embargo, dentro de su entorno sí ha podido observar que muchos de los hijos de sus amigos y conocidos se encuentran con telejardín o telecolegio, es decir, con clases a través de aplicaciones como Zoom y Google Meet. “Es como fatal y contraproducente, porque el niño no tiene esa capacidad de atención”, afirma Daniela Henríquez, de Efecto Mariposa. “Una clase por Zoom lo que puede hacer es guiar y promover una mentoría para el adulto a cargo, pero un menor de 3 a 5 años no tiene la capacidad de mantener su atención al frente de una pantalla”.

Crédito: Julia M. Cameron/Creative Commons

“El niño necesita que un adulto esté entregándole una experiencia de aprendizaje, porque los niños menores a 6 o 7 años aprenden de acuerdo a la experiencia”, cuenta Henríquez. Los niños, sigue, necesitan una experiencia en 360º, ya que “desde ahí el proceso cognitivo genera un conocimiento”.

El telejardín es algo que está pasando. No sólo en Chile, sino en distintas partes del mundo y si los niños tienen que estar frente a las pantallas, porque el modelo educativo en el que están lo exige, es necesario acompañar esta etapa y no refugiarse en que ellos estén pegados a la tablet mientras los padres teletrabajan.

“Puede ser que como profesionales tengamos una postura muchas veces de no-pantallas”, comienza relatando la psicóloga infantil Valeska Woldarsky. “Pero hoy en día, una de las áreas importantes de la vida de los niños es el área escolar, entonces su vida social se ha limitado mucho”. Entonces, todo lo relacionado a pantallas —televisión, uso de tablet e incluso el telejardín— deben ser “una herramienta de complemento y no el ente principal a la hora del aprendizaje de los niños”. La tecnología, según ella, es más importante para los papás, ya que “es una herramienta para adquirir ideas y conocimientos de cómo llevar de mejor manera el trabajo con los niños en casa”.

Ya que estamos en esto, las reglas para usar pantallas son…

No es fácil ser papá en tiempos de cuarentena y confinamiento, pero lo importante es tener en cuenta que no estás solo en este proceso. Valeska Woldarsky apunta a que los padres deben “flexibilizar un poco las expectativas que tenemos con respecto a la crianza”.

Por lo mismo, antes de que el niño use una pantalla, “es importante que tenga claro que va a tener un fin”, comenta Woldarsky. Por ejemplo, las mismas clases de telejardín o una película en familia, algo que Soledad Garcés recomienda como actividad “dado el contexto afectivo que puede implicar el estar con personas que tú quieres”.

Un punto importante es el tiempo. “Un niño no debería de estar más de 40 minutos frente a una pantalla”, explica Daniela Henríquez, siendo el ideal cero pantalla. “Las tecnologías, está comprobado científicamente, son adictivas. Ciertos contenidos o estímulos empiezan a abordar la zona del núcleo accumbens del cerebro”, detalla la experta de Efecto Mariposa, “y en este sector es donde se secreta la dopamina y la serotonina, que es la hormona del placer”.

La especialista en ciberacoso y convivencia digital explica que un estudio de la Universidad de California determinó que cuando ves videos de tu gusto —los que suelen recomendar los algoritmos— “se activa esta zona de placer y se da esto que los niños se quedan como hipnotizados en las pantallas”. Agrega que “se ha comprobado que el consumo de pantallas en menores de 17 años tiene el mismo efecto y se activan las mismas partes del cerebro que cuando consumes heroína”. Por lo mismo, los niños pequeños no deben ser expuestos a más de 40 minutos diarios al contacto con pantallas.

Hay veces que hasta tú como adulto pierdes la noción del tiempo que pasas frente a una viendo Instagram o Twitter, y en los más adolescentes —y los no tanto— está pasando con Tik Tok. “La luz azul es para tenerte ahí con la melatonina bloqueada, para que no te dé sueño y estés ahí horas eternas frente a la pantalla”, comenta Henríquez.

Probablemente lo has experimentado tú mismo. La luz azul provoca el efecto casino, que es básicamente estar ahí pegado, entretenido, pero perdiendo la noción del tiempo, algo que puede implicar negativamente en nuestro ciclo de sueño. Esto a su vez calza con la información publicada con el Programa Medicina del Sueño, de la Clínica Universidad de Los Andes, en el que aseguran que entre un 60 y 70% de la población sufre trastornos de insomnio debido a la emergencia sanitaria.

Ningún papá quiere que su hijo esté con problemas de vista, y por lo mismo otro punto importante a considerar es la distancia de al menos “40 centímetros entre los ojos y la tablet, y evitar que exista luz directa a la carita del niño”, asegura Soledad Garcés, la timonel de Fundación por la Convivencia Digital, quien también recalca que ojalá los tiempos a los que estén expuestos los niños “sean muy acotados y no todos los días”.

“Los padres omiten a la televisión como tiempo en exposición frente a las pantallas”, explica Valeska Woldarasky. Entonces un buen ejercicio para determinar y administrar tiempos es “hacer un screening de cuánto tiempos sus hijos pasan frente a la pantalla y desde ahí poder gestionar el tiempo frente a los aparatos tecnológicos”.

Hablemos del control parental

“El mejor control parental es el papá, mamá o los adultos que viven en la casa con los niños”, asegura Soledad Garcés. “La primera barrera de seguridad somos los padres, siempre debemos estar pendientes en qué sitios están navegando las y los niños o qué aplicaciones utilizan”, afirma Felipe Mancini, CEO de Asimov Consultores, empresa que desarrolla software, apps e inteligencia artificial. “No debemos darles acceso libre a las tiendas de aplicaciones, los niños pueden instalar juegos o aplicaciones de suscripción de pago que pueden ser muy costosas e inseguras”, apunta el experto.

(Photo by Bénédicte Desrus/Sipa USA)

César Poblete, docente de la carrera de Informática de la sede Antonio Varas del Duoc UC, explica que antes de darle el dispositivo a un menor hay tres ítems que deben estar configurados:

1. Restricciones de contenido y privacidad.

2. Evitar compras en App Store o Google Play.

3. Evitar contenido explícito y con ciertas clasificaciones.

Otra medida adicional que sugiere Mancini es “revisar los consejos de control parental que ya tienen incorporados los sistemas operativos de los dispositivos”, es decir en Apple Family, Android Family y Windows Family.

“Por defecto, todas las aplicaciones, redes sociales y programas que descargues a un dispositivo viene con todas las normas de seguridad abiertas”, comenta Daniela Henríquez. Antes de descargar cualquiera de estos ítems es importante leer. “Hay que tomar conciencia de a quién les estoy dando acceso yo a esa plataforma y a qué compañía de tecnología, qué es lo que van a hacer con mi información, por cuánto tiempo la van a almacenar y qué accesos de información privada yo les estoy dando”, especifica. “Lo ideal es que nuestros hijos no utilicen los dispositivos de forma desatendida”, agrega Felipe Mancini.

En cuanto a recomendaciones específicas, Poblete, docente de informática, habla que en el caso de iOS (iPads y iPhone) existen varias aplicaciones, tales como:

OurPact: “que corresponde a una aplicación de control parental de tiempo de pantalla, un bloqueador de aplicaciones, un localizador GPS familiar y un rastreador de niños y localizador familiar, que permite administrar el tiempo de pantalla de familiares y localizarlos”, comenta.

Kidslox: “también es una app de control parental que permite gestionar y administrar el tiempo en las pantallas y aplicaciones. A su vez, es multi plataforma”, afirma.

En el caso de Android, sugiere “Google Family Link, Qustodio Control Parental y FamilyTime Parental Control”.

¿Qué aplicaciones usar?

A estas alturas, sabemos que no es lo ideal que niños estén interactuando con tablets a tan temprana edad, pero en el caso de que las llegues a necesitar, Felipe Mancini especifica que deben ser aplicaciones que “permitan reforzar el descubrimiento”.

Para estimular la concentración, él recomienda “Respira, piensa, actúa”, y para el abecedario está “abecedario en cajas”. También existe un buen “Silabario” y “leo con grin”.

Por otro lado, Claudia Valencia, jefe de programa de Lenguaje de la sede de Duoc UC, menciona este listado de aplicaciones en el mercado que “permiten reforzar sus conocimientos”, siempre y cuando “sea con la supervisión o compañía de un adulto” y durante un tiempo acotado.

Writing Wizard: Para los niños que están aprendiendo a escribir.

Tangram: Rompecabezas muy simple, pensado para los más pequeños.

Kids Numbers and Math: Con esta aplicación los niños en edad preescolar podrán desarrollar algunas habilidades matemáticas.

Smile and Learn: 70 cuentos ilustrados y juegos infantiles, con los que podrán entrenar sus capacidades cognitivas y desarrollar su inteligencia mientras se divierten.

Lingokids o Duolingo: para el aprendizaje de idiomas.

En cuanto a YouTube Kids, no se recomienda “ya que igualmente deja pasar contenido inapropiado”, aseguran desde Duoc Uc.

Recomendaciones finales

Todo lo que has leído al respecto puede ser un poco abrumador, al menos eso me pareció a mí al recibir toda esta información —y eso que no tengo hijos. Pero es necesario desenredar esta culebra de información para que, antes de que tu hijo tenga uso de una pantalla, sea de la forma más consiente, racional y eficiente.

1- El límite de tiempo en la pantalla no debe exceder los 40 minutos hasta los 7 años.

2- Emplear un control parental en el dispositivo antes de que el menor lo use. Nadie quiere que vea contenido inapropiado.

3- Mantener una distancia adecuada con la pantalla entre 30 y 40 cm respecto de los ojos. Tratar de evitar pantallas muy pequeñas.

4- Usar apps que filtren la luz azul. En el caso de iPhone, el filtro lo puedes activar en Display & Brightness y apretar Night Shift, donde puedes asignar un tiempo. Para Android, puedes descargar apps como Twilight, la que filtra esta luz.

5- Los niños no pueden usar las pantallas más allá de las 18.00–19.00 horas, para que no les afecte su ciclo de sueño.

6- Usar apps de bloqueos de pantallas y cronómetros: de esta forma se puede configurar el dispositivo para que cumpla el tiempo determinado y cumplido este queda inhabilitado, aunque el niño patalee.

7- Involucrarse en las clases de Zoom o Google Meets con el niño: él está aprendiendo y necesita a un mayor para que lo guíe en la experiencia.

8- Las apps que descargues deben potenciar la experiencia y descubrimiento del niño. Evalúa bien antes de descargar.

9- Hacer actividades, títeres, cuentacuentos, cocinar, experimentos y cualquier tipo de actividad que fomente una experiencia con sus 5 sentidos.

10- Manejar el brillo excesivo de las pantallas. No queremos que los niños tengan problemas visuales.

11- Flexibilizar las expectativas del padre en cuanto a la crianza: no sobre exigirse y disfrutar al hijo.

12- Hacer una rutina en conjunto: tu universo laboral y su universo están colindando más que nunca y es importante no dejarlo de lado sino que complementarlo. Piensa que es una sinfonía compleja que debes adaptar a tu ritmo pero que es importante que jamás dejes de lado al menor.

13- Si estás agotado o colapsado recuerda: no eres el único papá o mamá pasando por esto. Compatibilizar la vida laboral y la de tu hijo pequeño en pandemia es complejo pero no imposible.

¿Necesitas más orientación? Puedes seguir a las cuentas de @ongefectomariposa y @convivencia_digital para más consejos sobre vida escolar en pandemia.