Artículo publicado originalmente el 2 de julio de 2020 y actualizado el 10 de marzo de 2021.

Al comienzo fue raro. Incluso le aportaba una vibra de ciencia ficción, como en las películas que veíamos de pandemias como Contagio. Sin embargo, estamos en una situación dramáticamente real, donde es imperativo tomar conciencia que el resguardo es necesario, no solo por ti, sino que por tu familia, tus vecinos y la ciudadanía en general.

Con las indicaciones del Gobierno sobre el uso de mascarillas, y a pesar de la sugerencia que dieron para fabricar una en casa usando una polera, comenzó la inflación de precios de sus versiones desechables, donde se llegó a triplicar el valor normal. Fue ahí cuando se empezó a explotar el ingenio y la creación de las mascarillas reutilizables: una alternativa más barata para el bolsillo que además es ecológica, ya que tiene un ciclo de uso más largo que el de una mascarilla quirúrgica.

Pero no es llegar y comprar o confeccionar una mascarilla reutilizable: necesitamos que la tela pueda ser una barrera de contención efectiva. Otra preocupación, y precisamente la que discutiremos en este artículo, es el lavado que se le debe efectuar. Para eso, Práctico conversó con tres enfermeras que nos entregaron directrices y consejos respecto a su uso.

Lo básico: cómo debiésemos usar una mascarilla

“Siempre lo digo: lo más importante es la forma de utilizar la mascarilla”, afirma Carolina Calderón, enfermera de Clínica Alemana. “La parte externa es la más expuesta y es la que podría estar contaminada, por lo tanto hay que tener precaución en cómo yo me la saco”.

¿Cuál es la forma correcta? “Retirarla de la cara desde los elásticos de la oreja y evitar tocar la parte externa”, asegura la enfermera particular Javiera Dueñas, quien hace énfasis en que “al llegar a la casa, hay que retirarla y hacer un buen lavado de manos”.

“Nunca tomarla desde adelante y, si por algún motivo me pasé a tocar la mascarilla en la parte externa expuesta, siempre higienizarme las manos con agua y jabón, o alcohol”, especifica Calderón.

¿Cómo lavamos una mascarilla de tela?

Aquí no es llegar y enjuagar. Todo va de la mano con ejecutar acciones conscientes. “Es difícil”, comenta Solange Astudillo, enfermera de Clínica Indisa, en cuanto a definir una fórmula a seguir con exactitud. “Está un poco estudiado que los virus, en general, mueren con una temperatura inicial de 60 grados”, asegura la profesional de la salud. Por lo mismo, si vamos a lavar una mascarilla que queremos reutilizar, el lavado debe de ser lo más eficiente posible.

“Ojalá pudiésemos hacerlo a mano, sin restregar rigurosamente, pero sí por algunos minutos con algún jabón o detergente hipoalergénico”, comenta Astudillo. Este último punto es importante, ya que se debe pensar que “es una tela que va a estar en nuestra cara. Soluciones más abrasivas pueden causarnos alguna irritación”, complementa.

La idea es usar “jabón neutro o sumergirla en alcohol, restregar un poco —no tan vigorosamente—, enjuagar y secar”, explica Solange Astudillo. Ella opina similar a Javiera Dueñas, quien también apunta al secado: debe colgarse desde los elásticos al aire libre.

Otro punto a considerar es no restregar fuerte ni escobillar. “Perdería sus atributos de cierta forma, se desgastaría mucho más, por lo que hay que lavarla de forma cuidadosa, para que me pueda durar más tiempo”, recomienda Calderón.

¿Podemos usar cloro?

La enfermera Calderón sugiere dejar reposar algunos minutos la mascarilla con esta solución de jabón y detergente, para que pueda tener una sanitización más efectiva. En cuanto al uso de cloro, este se podría utilizar siempre y cuando sea diluido correctamente.

“Tengo que tener mucho cuidado con los elementos químicos que estamos utilizando ya que esto podría irritar nuestra piel”, asegura la profesional. “Si yo echo más cloro de lo recomendado, la uso y no la enjuago bien, puedo tener alguna reacción alérgica en mi cara. Por eso hay que cuidarse de que la mascarilla quede bien enjuagada, sobre todo con las de género”, reafirma.

¿Cuál es la medida correcta para hacer este tipo de solución? Si bien las profesionales desconocían cuál era la proporción adecuada, encontramos que el Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social en España publicó una guía de desinfección de mascarillas, donde un método era “sumergir las mascarillas en una dilución de lejía 1:50”. Es decir, 20 ml de cloro en 980 ml de agua.

Desinfección en lavadora

Hay quienes prefieren sanitizar la mascarilla reutilizable directamente en la lavadora, una alternativa buena pero que se debe ejecutar bien para que funcione.

En primera instancia, asegura Carolina Calderón, se debe utilizar “agua caliente, entre 60º o 90º, con detergente”. El problema aquí es la sustentabilidad y el gasto de recursos de forma innecesaria. “Si solo voy a utilizar una mascarilla, voy a gastar mucha agua, entonces no vale la pena lavarlas en lavadora”, apunta la enfermera. Sin embargo, esta es una buena opción para familias numerosas. “En mi casa por ejemplo, cómo vive mucha gente, es mejor lavarlas todas juntas, y ahí sería recomendable usar la lavadora. Pero sino es así, mejor lavar a mano”, especifica.

¿Cómo identificar que la mascarilla cumplió su ciclo?

Si bien la idea del uso de estas mascarillas es que tengan más de un uso, nada es para siempre. Con los lavados y el uso, las capas se van desgastando, por lo que paulatinamente se va perdiendo protección, algo que no queremos.

“Depende del material que sea”, asegura Javiera Dueñas y pone un ejemplo: “si yo compro una en la calle, tengo que tomar en cuenta que me va a durar menos que una que trae nanopartículas de cobre”.

Una buena forma de saber que la mascarilla está pasando a mejor vida es “cuando, si es de tela, a la mascarilla le empiezan a salir pelusas, o esos pelitos de tela hacia fuera”, explica dueñas, lo que se traduce en que “terminó su ciclo y esa mascarilla ya no está ayudándonos mucho”.

Otra forma de darnos cuenta que la mascarilla ya está en sus últimos minutos de vida es “cuando vemos la tela menos elástica o quizás aparezcan como esos poritos o motas”, asegura Astudillo. Esto se puede interpretar como que este insumo “ya cumplió su vida útil y está perdiendo la capacidad de inhibir el traspaso de partículas hacia el interior y el exterior”.

La importancia de no usar mascarillas húmedas

“Una mascarilla húmeda, ya sea porque te enfermas, porque llevas mucho rato usándola o hablando con ella —porque la saliva va impactando la tela—, es una mascarilla que se vuelve insegura”, relata Solange Astudillo.

Es por esto que si una mascarilla quirúrgica se humedece, lo primero que se debe hacer es desecharla porque pierde su efectividad como barrera. En el caso de las mascarillas reutilizables de tela que se humedecen, “lo que tendría que hacer al llegar a la casa, es lavarla”, expresa la profesional y agrega que en el caso que “este húmeda, en cualquier circunstancia, se considera fuera de uso”.

Las otras claves: el distanciamiento social y el lavado de manos

“Hay que dejarlo claro, porque la gente piensa que es una falsa ayuda y en realidad este virus se transmite por gotitas que caen y se precipita hacia el suelo y a las superficies que están cerca”, enfatiza Javiera Dueñas. Por lo tanto, además del uso adecuado de la mascarilla y su cuidado, también hay que adquirir conciencia sobre el distanciamiento social y el frecuente lavado de manos.

Carolina Calderón dice que si alguien se pasa a llevar la mascarilla con las manos es siempre imperativo “higienizarme las manos con agua y jabón, o alcohol gel, porque esa es la parte más expuesta”. Según ella, este es uno de los errores más comunes de los ciudadanos de este país e incluso hace la reflexión de lo que se puede apreciar en la televisión: “están con la mascarilla puesta pero comúnmente se están tocando la mascarilla en la parte externa y no se lavan las manos posteriormente”.

Por lo mismo hace un llamado a “tomar conciencia del uso correcto de la mascarilla, no solo usarla sino que saber cómo utilizarla, el lavado de manos y lo más importante es el distanciamiento social. Se puede tener la mejor mascarilla, pero si no me lavo bien las manos y no tengo un distanciamiento social, no sirve de nada”.

En cuanto al uso del alcohol gel, Javiera Dueñas comenta que debemos “utilizarlo solo en situaciones de emergencia, cuando no tengamos agua disponible ni jabón”. Al aplicarlo, debe ser igual “como si fuese un lavado de manos corrientes , solo que con alcohol gel y sin agua”.

Otra reflexión que hace Solange Astudillo es que debemos acostumbrarnos al uso de mascarillas en los inviernos. “Independientemente de cuánto dure o hasta cuándo estemos en cuarentena, es algo que tenemos que aprender”, comenta. “Las enfermedades respiratorias van a seguir estando: la influenza o la H1N1 son enfermedades que han estado los inviernos anteriores o todos los ciclos y la idea es aprender usarla”.

También enfatiza que es importante llevar las mascarillas “cuando estemos resfriados, cuando vemos que otra gente pueda contagiarme, cuando hay cientos de personas inmunodeprimidos o en edades de riesgo. Es algo que tenemos que aprender”.