Probamos 6 marcas de hamburguesas congeladas y ninguna nos gustó mucho
Cocinamos a la plancha las 6 variedades más comunes en supermercados y almacenes: todas pesan alrededor de 100 gramos y casi todas dicen ser de vacuno. ¿Cómo nos fue al degustarlas? No muy bien.
Las hamburguesas congeladas aparecen como una alternativa asequible para el menú familiar, y no solo para montar apetitosos sándwiches en casa. En muchos hogares chilenos se utilizan con frecuencia como una forma de consumir proteína animal de forma fácil y por no tantos pesos.
Un par de estas hamburguesas con puré, arroz o fideos, más algún vegetal o ensalada, es un plato habitual en muchas casas, sobre todo a la hora de alimentar a los más pequeños.
Con solo leer su etiquetado, eso sí, nos damos cuenta de que además de carne de vacuno y chancho, prácticamente todas las hamburguesas congeladas contienen también insumos como proteína de soya, glutamato monosódico, polifosfato de potasio, carmín de cochinilla, dextrosa, saborizante idéntico al humo y varias cosas más. O sea que de pura carne no son.
Por todo lo anterior, probamos exhaustivamente seis de las hamburguesas de cien gramos más vendidas en almacenes y supermercados de todo país: las cocinamos todas en una plancha caliente y las degustamos sin agregado alguno. Es decir, aquí no hubo kétchup, queso fundido, tocino crocante, mostaza ni nada que nos tapara su verdadero sabor. ¿El objetivo? Revisar cuáles son las que mejor se comportan y así hacernos una idea del nivel existente de este producto en Chile. Acá van los resultados.
Hamburguesa de vacuno La Preferida 100 gr
Se trata de una hamburguesa estándar: pesa cien gramos y curiosamente no presenta ningún sello de advertencia. Además, según específica en su envase, está hecha solamente de carne de vacuno. Aunque claro, tiene varias otras cosas también, pero nada proveniente de otros animales. Tal vez eso hace que, según dice el etiquetado, solo tenga 169 calorías.
Una vez cocinada, se puede apreciar un buen aroma y aspecto. Es decir, huele y se ve como carne de vacuno. Al momento de probarla se siente blanda y suave en la boca. ¿El sabor? Se percibe la carne, aunque en una dimensión bastante suavizada. Aún así, podríamos decir que es agradable al paladar. Obviamente, dentro de un pan y con más ingredientes encima, mejora bastante. Al final, resultó ser una hamburguesa congelada bien pasable.
Hamburguesa de vacuno Super Beef
Esta hamburguesa, también en formato de cien gramos se presenta como una mezcla de carne de vacuno más los otros varios ingredientes químicos de rigor. Tiene además indicado en su envase los sellos correspondientes a alto en sodio y alto en grasas saturadas. En cuanto a calorías, supera las 200.
Pero vamos a cocinar. Mientras se hace en la plancha, desprende un olor intenso, básicamente a grasa. Una vez lista, puedo decir que su aspecto es algo artificial, ya que toma unas notas rosadas bien poco naturales. En cuanto a su textura y resistencia, diría que es más bien blanda, lo cual no es muy agradable en boca. Y respecto al sabor, más que a carne el gusto es a grasa. Al final, es pesada en boca y nada de agradable. No la comería ni con cien gramos de queso fundido encima.
Hamburguesa de vacuno San Jorge 90 gr
El formato de esta hamburguesa es de noventa gramos de carne de chancho y vacuno, sin especificar porcentajes de cada una en su etiquetado. Sí detalla que es libre de gluten y luce los sellos de alto en grasas saturadas y en sodio. En calorías supera también largamente las doscientas.
Mientras se cocina, despide un potente olor; más que a carne, a los aliños. Una vez lista, persiste ese aroma y en boca vaya que se sienten. Es algo así como pimentón dulce y alguna otra cosa más. Miro la lista de ingredientes y me encuentro con más o menos lo mismo que el resto, así que este sabor tan particular termina siendo un misterio.
En cuanto a textura, es bastante blanda y se siente suave en boca. Pero claro, con tanto aliño tampoco dan ganas de seguir comiendo y menos de recomendarla para preparación alguna.
Hamburguesa de vacuno PF 100 gr
Como “parrilleras” y “excelente fuente de proteínas” se autodescriben estas hamburguesas de cien gramos, mezcla indeterminada de vacuno, chancho y —como es costumbre en este tipo de productos— varias cosas más, algunas difíciles de pronunciar. Además, ostenta el sello de alto en grasas saturadas y también marca más de doscientas calorías por unidad.
Afortunadamente, a la hora de irse a la plancha esta hamburguesa no desprende demasiados aromas indeterminados, y a medida que se va cocinando se torna bastante pálida, tal vez por un mayor porcentaje de carne de chancho en su contenido.
Una vez lista, se observa y siente bastante firme, con un sabor agradable aunque bastante neutro. Obviamente, pide a gritos meterla dentro de un pan y ponerle encima cuanto haya. Así, seguro que más o menos cumple.
Hamburguesa de vacuno Receta del Abuelo 100 gr
Esta línea pertenece también a la marca PF y viene en el típico formato de cien gramos. Especifica que es solamente de vacuno y se autocalifica como una “excelente fuente de proteínas”. Supera largamente las doscientas calorías.
En la plancha no pierde mucho volumen y posee un color bastante pálido. Tampoco despliega aromas muy lejanos a lo que uno esperaría de la carne. Firme al tacto y con buena resistencia en boca, no es desagradable masticarla. Sin embargo, luego de unos segundos queda en el paladar un sabor más bien “ajamonado”, que más evoca a fiambres de baja calidad que a carne de vacuno. Mejor pasar de esta hamburguesa.
Hamburguesa de vacuno La Crianza 100 gr
Otra solamente de carne de vacuno (además de todo lo otro, ya sabemos), en formato de cien gramos y con el sello de alto en grasas saturadas. Además, pasa de las doscientas calorías.
En la plancha debe ser una de las que más se encogen durante la cocción. Aún así, una vez lista conserva un aspecto y aroma donde se le nota bien la carne. En boca es lo mismo: se siente una textura agradable y el sabor es bastante cárnico. No me atrevería a comérmela solita al plato, sin embargo debe ser una de las mejores para armar un buen sándwich con queso fundido, verduras y alguna salsa. Me recuerda al viejo dicho: “en el país de los ciegos el tuerto es rey”.
Palabras al cierre
Viendo el discreto nivel de estas hamburguesas congeladas —que son las principales marcas disponibles en el mercado local—, vale la pena aconsejar a los consumidores que, cuando se pueda, traten de ir por el método tradicional. Es decir, armar nuestras propias hamburguesas en casa.
¿Cómo? Muy fácil: primero, se compra carne molida. Aunque las bandejas de supermercados y carnicerías funcionarán bien —siempre con al menos un diez por ciento de grasa—, lo ideal es mezclar cortes magros (como la posta negra) con otros grasos (como la sobrecostilla), para así tener más sabor y consistencia.
Con ella, obviamente descongelada, se arman bolitas de unos cien gramos cada una. Luego, se guardan en el refrigerador por algunas horas y, cuando llegue el momento de cocinarlas, se ponen sobre una plancha caliente (o sartén) y se aplastan con un peso para darles el grosor deseado. Vuelta y vuelta, algo de sal y pimienta, y ya tenemos unas hamburguesas que realmente se pueden llamar de carne.
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