Común, pero desconocida. Dolorosa, pero también puede pasar desapercibida durante muchísimo tiempo. Así de ambivalente es la bacteria, Helicobacter pylori, descubierta en 1982, dos científicos australianos quienes la identificaron como una causa común de inflamación estomacal persistente y úlceras estomacales. Precisamente es que tras este descubrimiento se pudo avanzar en el tratamiento de las úlceras.

“El Helicobacter pylori es una bacteria que ha convivido con la humanidad desde hace miles de años”, comenta Jose Ignacio Gran, Gastroenterólogo Red de Salud UC Christus. “Esta es capaz de producir sustancias que neutralizan el ácido, permitiéndole así sobrevivir en nuestros estómagos”, explica y asimismo es que inflama la pared gástrica, “lo que puede desencadenar gastritis, úlceras o incluso cáncer en algunos pacientes”.

En cuanto al contagio es un poco difícil identificar el cuándo e incluso el cómo. “Casi la mitad de la población mundial presenta esta bacteria, el modo de contagio no es completamente conocido”, dice Gran y añade que se sabe que existe exclusivamente en los humanos, “aparentemente nos contagiamos precozmente en nuestras vidas por la vía oral”, señala. Por ende, la vía de transmisión podría ser la saliva, el vómito o la materia fecal, pero también puede transmitirse a través de alimentos y agua contaminados. Otro punto que destacan en sitios como la Clínic de Barcelona o Mayo Clinic es que las personas que viven en países en desarrollo son más vulnerables a infectarse, en parte por el contexto como la convivencia con muchas personas o la falta de suministro de agua limpia. Según el Dr. Juan Ignacio Calderón, cirujano endoscopista, Jefe de Endoscopia y Gastroenterología de Clínica RedSalud Santiago explica que principalmente al consumir alimentos y agua contaminada. ”Se transmite igual que cualquier cuadro gastrointestinal, de diarrea, enterovirus y otras enfermedades gastrointestinales como antiguamente el tifus, etc”, señala.

Una vez que H. Pylori está instalada…¿Qué pasa?

Según plantea Gran un gran porcentaje de las personas infectadas no presentan ni presentarán molestias al respecto. Tal como lo lees: es posible tenerla y no saberlo hasta que se exprese. “Se sabe que entre un 1 y 10% de estas personas pueden desarrollar úlceras en el estómago, otros desarrollar dolor abdominal y un porcentaje muchísimo menor cáncer gástrico”, detalla.

H. pylori tiene una forma espiral única que le permite perforar y anidar en el revestimiento mucoso del estómago, evitando así el ácido gástrico. Su capacidad para sobrevivir en un ambiente tan hostil es atribuible a características como la ureasa, que neutraliza la acidez al convertir la urea en amoníaco y dióxido de carbono. Recientemente fui diagnosticada con H. Pylori y una vez que supe es como que los mil y un dolores de estómago que he tenido durante los últimos años tuvieran de repente este nombre y apellido. En mi caso se está expresando como un dolor punzante debajo de mi estómago, además de esta constante incomodidad. Fue el test de ureasa a través de una endoscopía donde pudo obtenerse la muestra de la presencia de la bacteria en mi estómago.

Los síntomas asociados más habituales son:
  • Acidez
  • Dolor estomacal agudo
  • Náuseas
  • Pérdida del apetito,
  • Eructos frecuentes
  • Hinchazón
  • Pérdida involuntaria de peso

Tratamiento

En las últimas dos décadas, según publican en Clinic Barcelona se ha observado que la bacteria ha incrementado su resistencia a los antibióticos, por lo que ha pasado a formar parte de los 20 patógenos que representan una mayor amenaza en cuanto a la creación de resistencias. Es por esta razón que normalmente se recetan dos o más antibióticos junto con protector gástrico para erradicarlo. “El médico tratante revisará con exámenes si fue eliminado correctamente o no”, dice Gran y en caso que seas una de esas desafortunadas personas, vas a requerir un tratamiento de segunda línea para lograr erradicar al microorganismo. “Una vez eliminado, la probabilidad de un nuevo contagio es bastante bajo”, asegura.

El tratamiento tiene aproximadamente un 80% de efectividad para eliminar la infección, pero la tasa de curación depende de elegir la combinación correcta de medicamentos, tomarlos correctamente y finalizar el tratamiento completo”, aseguran en una publicación de Harvard Medical School. “Recomiendo sin duda a las personas con molestias gástricas o con antecedentes familiares consultar precozmente para prevenir o diagnosticar estas enfermedades y así recibir un tratamiento oportuno”, sugiere el profesional.

¿Por qué está vinculada al cáncer de estómago?

“Es bastante conocido que esta bacteria es uno de los principales factores de riesgo de desarrollar cáncer gástrico, determinado así por la OMS en la década de los ‘90″, comenta el especialista de Red de Salud UC Christus, sin embargo, sólo una minoría de las personas infectadas desarrollará efectivamente cáncer.

Una explicación de esto es la susceptibilidad genética, factor que juega un papel relevante. “De hecho, sujetos con antecedentes familiares de cáncer gástrico tienen más riesgo de padecer la misma enfermedad”, asegura Gran. Por otro lado, también puede ser un factor para crear úlceras gástricas y duodenales, al debilitar la capa protectora del revestimiento gástrico. Los síntomas pueden incluir dolor abdominal, indigestión y pérdida de peso.

“La permanencia del Helicobacter pylori en forma crónica en el estómago puede producir inflamación crónica de la mucosa y en ese terreno aparecer un cáncer gástrico después de los cincuenta años... Por eso es muy importante tratarlo”, enfatiza Calderón.

“El cáncer gástrico es una de las principales causas de muerte por tumor maligno en el mundo y, particularmente, en Chile. Hasta ahora, han sido descritos dos tipos principales, distinguibles histológicamente: el difuso y el intestinal. En el primer caso, las principales responsables son mutaciones génicas; en el segundo, la infección por la bacteria Helicobacter Pylori es considerada el principal factor de riesgo asociado al desarrollo de la enfermedad”, ahondaba el doctor en Bioquímica Andrew Quest, director del Centro de Estudios en Ejercicio, Metabolismo y Cáncer (CEMC) de la Universidad de Chile en un artículo en el que mencionan que el 70% de la población chilena estaría infectada con bacteria.

“Estas enfermedades son potencialmente tratables si el Helicobacter pylori es detectado y eliminado tempranamente”, plantea el Gastroenterólogo Red de Salud UC Christus. Tal como señalamos, la manera más definitoria de un diagnóstico de esta bacteria es a través de un Test de Ureasa vía endoscopía. En el mismo artículo Quest menciona el caso de Japón, país con alta prevalencia de cáncer gástrico. “Simplemente se practica la endoscopía a buena parte de la población y, si a la persona se le detecta la H. pylori, se le somete a tratamiento farmacológico. Pero hablamos de un país rico, que no es el caso de Chile”, analizaba.

Comprender la complejidad de la infección por Helicobacter pylori es esencial para abordar eficazmente las enfermedades gastrointestinales asociadas. Enfrentarse a ella es un compromiso con la salud de nuestro estómago, sobre todo con la constancia de esas dosis de tratamiento. La prevención, el diagnóstico temprano y el tratamiento adecuado son fundamentales para mitigar los riesgos asociados con esta bacteria. “La presencia del Helicobacter pylori conduce a la inflamación crónica de la mucosa estomacal. En este escenario, se crea un terreno propicio para mutaciones genéticas y de regeneración, dando lugar al desarrollo de tumores que pueden evolucionar hacia un cáncer gástrico”, puntualiza Calderón.