Lo admito. A todos en algún momento nos ha ocurrido. Sea en una reunión social con amigos, en la sala de clases o en una escapada nocturna al bar de turno, siempre hay alguien que nos llama la atención. Tiene un encanto difícil de explicar con palabras, pero nos estremece. El calor de la ansiedad recorre el cuerpo. Piensas en una excusa, alguna frase o motivo que viste en alguna película, para acercarse y hacerte notar. Pero una y otra vez, las dudas palpitan en la mente: "¿Cómo reaccionará? ¿qué le digo?". Y así, mientras lo meditas con una piscola, la persona se va, te quedas solo con las ganas. Y encima, el bar cierra y ya no queda dinero para otra cerveza.
Durante años, el periodista musical Neil Strauss se guardó un profundo resquemor. Aunque alcanzó el éxito como redactor para Rolling Stone y como autor de las biografías de los roqueros Mötley Crüe —que inspiró la película de Netflix—, Marilyn Manson y la pornstar Jenna Jameson, sentía que algo en su vida estaba sin resolver: la seducción. Era de aquellos que, al acercarse a las mujeres, quedaba tan en blanco como las páginas que debía llenar. "Ésa era la única faceta en la que me sentía absolutamente fracasado. Cada vez que entraba en un bar, veía mi fracaso reflejado en unos ojos con rímel y en una sonrisa con lápiz de labios. La combinación de deseo y parálisis resultaba mortal", cuenta en su libro El Método, una guía con todos los secretos que aprendió cuando superó sus limitaciones y que lo transformó en una suerte de gurú en la materia.
[caption id="attachment_792041" align="alignnone" width="500"]
El método, de Neil Strauss.[/caption]
Los expertos ensayan diversas explicaciones para entender el problema. Los años de entrenamientos, cursos y charlas le han dado a Lucas Facundo, fundador y coach de la escuela Total Seducción —sí, en Chile hay escuelas para aprender a seducir—, una visión sobre las principales falencias que aquejan a los hombres inseguros en las artes del "ligue". "No trabajar tu autoestima, es la madre de todos los errores", asegura. "Un chico que no se quiere mucho, que tiene traumas de niñez, que le hacían bullying, que no se tiene confianza, con un diálogo interno pésimo, es muy difícil que una chica linda se fije en él".
Facundo sabe de lo que habla. De niño se interesó en las mujeres, y aunque no le iba mal, le costaba dar el siguiente paso. "Me ponía necesitado", reconoce. "Me enganchaba rápido, las llamaba al teléfono o a veces incluso las iba a buscar a la casa. Entonces no entendía que así como era fácil conocerlas, fácil se iban; olían que estaba ansioso, la magia se iba y pasaba a ser un tipo jote, y eso no les gusta".
Por ello comenzó a tomar nota. Al modo de un entrenador deportivo obsesivo que revisa las jugadas una y otra vez, comenzó a probar diversas estrategias. Eso le permitió afinar una batería de técnicas que le llevó a ser conocido como el "Hitch" chileno por algunos medios —así se llama la película en que Will Smith encarna a un especialista en conquistas amorosas—. "Hice un listado con los principales problemas, así fui dándome cuenta de lo que resultaba y lo que no. ya para el 2008, con mucha más experiencia, me valoraba más, me respetaba más. Me dí cuenta que no había mucho de asesorías. Ahí se me ocurrió partir con un coaching". Su experiencia la plasmó en el libro Total Seducción: revelaciones de un seductor, el que se puede adquirir en su sitio web. Allí también se ofrecen cursos de autoestima, espiritualidad, relaciones y uno llamado Hombre integral. La idea es reforzar otros aspectos de la personalidad, como sustento para mejorar la habilidad de seducir.
[caption id="attachment_792044" align="alignnone" width="900"]
Lucas Facundo.[/caption]
Pero hay quienes prefieren adentrarse en las honduras del comportamiento humano. "En esta época los hombres están sometidos a muchas exigencias y pocos espacios para quejarse acerca de estas, o sea, tienes que ser sensible, pero no mamón, pero tienes que ser fuerte, pero no hacer alarde, y así. Reciben muchos mensajes actualmente que son súper contradictorios", detalla la psicóloga Jennifer Vergara San Martín, especializada en trabajar con padres separados.
"Las relaciones tienen que ver con lo que tú fantaseas respecto del sexo opuesto, es decir, lo que esperarías que te vas a encontrar al momento de relacionarte con el otro. O sea, tú esperas que la mujer se comporte de tal o cual manera" explica a Práctico el psicólogo y doctor en estudios de género, política y sociedad de la barcelonesa Universitat de Vic, Pablo Salinas. "Sin embargo, hoy estamos viviendo un momento histórico en que esas nociones están puestas en tensión. Lo que se entendía que debía ser y pensar una mujer, no lo está siendo. Eso a mí me parece muy bueno porque habla de una liberación respecto de los cánones que se esperaban antiguamente".
Algo de eso ha visto Jennifer Vergara, quien está habituada a recibir pacientes que le expresan, con rabia, su impotencia ante la imposibilidad de entablar una relación en buenos términos. "La mayoría de ese tipo de pacientes llega tenso. Generalmente, al principio no reconocen que están angustiados y presentan síntomas de eso: están urgidos, sienten frustración, etc. Aunque todos son diferentes. Por ejemplo, me han llegado pacientes que han tenido una relación abusiva, sin reconocer que lo fue. Es súper común ver a mujeres con mucho poder, muy enojonas, con hombres que callan y aceptan, sin contradecirla. Entonces vienen con un historial de ese estilo, tienen miedo de ocupar su agresividad, su rabia, para poner límites".
"Efectivamente, la mayor cantidad de varones que llegan con este tipo de problemas lo evidencian con niveles de angustia importantes", complementa Salinas. "Se esperaría socialmente que los hombres se relacionen con las mujeres sin problemas, pero al encontrarte que ellas no responden a lo que yo esperaría que debiese ser, genera eso. El paso sencillo es justamente movilizar cuotas de malestar hacia la figura de la mujer, antes de pensar cuánto de esto tiene que ver con los tiempos que estamos viviendo. Hoy existe una posibilidad de reconstruirnos, como hombres y mujeres".
Rechazar a Brad Pitt
La entrevista no iba a ningún lado. Durante un rato, Neil Strauss lanzó a su interlocutora las aburridas preguntas que llevó preparadas, pero a ella no parecían interesarles. Las piernas cruzadas y sus respuestas cortas, daban a entender que tomaba la situación como un trámite más. Otra de las fastidiosas responsabilidades asociadas a la fama. En ese momento él decidió llevar las cosas a otro terreno y probar las técnicas de seducción que había aprendido. No tenía mucho que perder. Menos si la entrevistada era nada menos que la cantante y símbolo sexual del momento: Britney Spears.
Partió con llamar su atención. "Te voy a decir algo sobre tí que la mayoría de la gente probablemente no sepa (...) algunas personas dicen que eres tímida y un poco creída cuando no estás en el escenario. Pero yo sé que no es así. ¿A que tengo razón?". Tras la respuesta afirmativa, el periodista prosiguió con una breve charla sobre cómo adivinar si alguien miente y remató con unos trucos mentales que impresionaron a la voz de "Baby one more time". "Aunque no había sido del todo sincero le había proporcionado el empujón que su autoestima necesitaba", detalla en su libro.
[caption id="attachment_792047" align="alignnone" width="1600"]
Neil Strauss.[/caption]
Aunque hacerse notar es importante, para los expertos el primer paso es mejorar la confianza. "Si a alguien le reforzamos su autoestima, su personalidad, que se quiera mucho más, va a proyectar eso. Va a ser alguien con actitud y se va a notar. A las mujeres les gusta el hombre que respira seguridad. Pero lo primero es mejorar la parte interna, erradicar trancas de niñez y luego se pasa a lo externo, lo físico, la ropa el peinado", explica Facundo.
Trabajar la personalidad es un aspecto que también es considerado fundamental por Sebastián Aravena, fundador y dating coach de la Escuela de Seducción Chilena, la que ofrece diferentes cursos en forma presencial u online, además de vender en su sitio web el libro CIGS Seducción Natural, el que resume ocho años de experiencia. "Tiene que sentirse cómodo consigo mismo. Si quiere atraer a una mujer muy atractiva, tiene que ser él atractivo; ir al gimnasio, un buen corte de pelo, ropa, desarrollar nuevas habilidades que le diferencien del hombre común y corriente para ser ese sujeto especial".
[caption id="attachment_792045" align="alignnone" width="960"]
Aravena y sus aprendices.[/caption]
Los expertos aseguran que los temores masculinos ante la interacción con mujeres tienen mucho de presión social. "Yo siempre pongo de ejemplo en mis seminarios, en mis clases, que si ponen a Benjamín Vicuña o Brad Pitt en Plaza Italia, delante de 100 mujeres, estoy seguro que hay algunas que dirán 'sí, son lindos, pero son muy perfectos, me gustan más desaliñados'", explica Facundo. "Por tanto, si son capaces de rechazar a Vicuña o Brad Pitt, ¿qué queda para el resto de seres humanos? Entonces es quitarte presión, es algo que le puede pasar a cualquiera. Muchos hombres tienen miedo al rechazo, y deben asumir que no les van a gustar a todas, ¿qué tiene de malo eso? Están en su derecho".
*
Tres segundos. Ese es el tiempo que, afirma Strauss, tiene una persona para abordar a una mujer. "Si tarda más, la chica probablemente pensará que es un pesado que lleva mirándola demasiado tiempo y, además, el hombre empezará a ponerse nervioso, le dará demasiadas vueltas".
¿Qué se debe hablar? para los entendidos es, ante todo, hacerlo con la verdad. "No puedes mentir ni a ellos mismos ni a la mujer", explica Aravena. "Mi método es directo, sin mentiras, sin engaños. Es ser capaz de decirle a una chica: '¿sabes? Me acerqué a tí porque eres muy linda'. La sinceridad funciona a la perfección porque la mujer está harta de los mentirosos. Y ellas saben cuando les están mintiendo, porque tienen mucho entrenamiento. A una chica linda se le acercan muchos hombres al día, entonces sabe a la perfección leer el lenguaje corporal".
[caption id="attachment_792050" align="alignnone" width="1280"]
Sebastián Aravena.[/caption]
Lucas Facundo recuerda la vez que un chico de región le llamó de manera insistente un fin de semana. Quería reunirse con él, urgente, para una suerte de "seducción emergency". "Él estaba desesperado", cuenta. "Por redes sociales se mostraba súper canchero, musculoso, entonces claro, uno piensa que no le debe ir mal. Pero cuando lo vi en directo parecía otra persona, era él mismo pero resultó tímido, bajito, desaliñado, mal look, no se veía bien para nada. Entonces cuando le tocaba conocer a las chicas en directo, se defraudaban. Con razón, si están viendo una mentira. Él me pidió aprender técnicas, pero yo le dije que no lo podía asesorar, porque lo primero es aceptarse como uno es, mejorar la facha, y por sobre todo dejar de mentir".
En su texto, Strauss menciona algunas claves para romper el hielo, cómo usar frases circunstanciales, inocentes pero intrigantes, que motiven una reacción en la otra persona ("Parece que la fiesta se acabó" o "¿Crees en la magia?" son algunas de las que menciona). Lo importante, es que la comunicación debe conmover. "Por programación somos tan racionales y aburridos que no despertamos emociones en la gente", comenta Aravena.
"Todos usan el mismo cuestionario de preguntas: ¿cómo te llamas? ¿cuántos años tienes? ¿a qué te dedicas? o ¿siempre vienes a este lugar? y eso a ellas les harta. Entonces un tip fácil sería preguntar cosas de impacto emocional: ¿qué es lo que más te apasiona? ¿Cuál fue el momento más feliz de tu vida? Para vincular su recuerdo con una emoción positiva, ¿para qué le sirve saber donde vive? ¿O donde trabaja? ¿Para que lo mantenga?", agrega.
[caption id="attachment_792055" align="alignnone" width="980"]
Neil Strauss.[/caption]
Mejor aún es ignorar a quien nos interesa, al menos en un primer momento. "Si en una reunión social está la chica que le gusta, se puede acercar al grupo hablarle a unas tres en forma muy sociable y preguntarles, por ejemplo, de donde conocen al dueño de casa. O hablarle a otras para que la que le gusta piense 'hey, este tipo no me está tomando en cuenta'. Entonces es importante provocar algo", explica Facundo.
"Nunca hay que usar piropos, es completamente estúpido", afirma Aravena. "Lo correcto es acercarse de frente, con una buena sonrisa, ojalá con un cambio de miradas anterior, hacerle una pregunta, saber cómo está para ser empático con ella. Lo segundo es dejar de ser un desconocido, presentarte, y después decirle de forma muy sincera por qué nos acercamos a ella, para que ella no haga suposiciones, porque si lo hace es muy probable que sean negativas. Va a poner excusas para no invertir en la interacción".
*
Algo clave es diferenciarse del resto. Convertirse en un producto estrella en el mercado del amor. Tal como lo hace el tímido y atormentado Albert en la película Hitch, cuando consigue la atención de su enamorada, la —aparentemente— inalcanzable y exitosa Allegra Cole, al decirle, en plena reunión con sus serios asesores, aquello que ella no esperaba escuchar. La deja atónita. Superó sus miedos, su indecisión y se mostró con carácter en una instancia muy tensa. Aunque claro, eso pasa en las películas:
https://www.youtube.com/watch?v=hNFXQ5JICEg
Precisamente, la influencia de los medios y los productos audiovisuales son —opina la psicóloga Jennifer Vergara — un factor que incide en la construcción de una expectativa distorsionada sobre las relaciones con ellas. "Los medios muestran a mujeres muy bonitas, inalcanzables y eso nos hace a nosotras perseguir ideales que no son reales. Siento que con los hombres pasa lo mismo. El cine, el porno, muestra a hombres que siempre se la pueden, que siempre tienen ganas, con el miembro muy grande, como que son muy winners. Y eso hace que ellos también estén sometidos a expectativas super poco realistas sobre sí mismos por lo que están exigiéndose mucho. Hoy siento que esas imposiciones sobre los hombres están super invisibilizadas, y se habla menos de eso".
"Por ejemplo, uno de mis pacientes me decía que encontraba súper bien que las mujeres no tengan que someterse a tener sexo con hombres, que no tengan que estar siempre dispuestas al deseo masculino, que nos atrevamos a hablar de nuestros cuerpos -continúa Vergara-. Pero él sentía que no se visibiliza el hecho de que un hombre también trata de satisfacer a una mujer, por ejemplo, tratando de demorar el orgasmo, es más si lo hace muy rápido se le dice que es un tonto, y no se le da espacio a que los hombres digan 'yo también te entrego cosas, también sacrifico partes mías para darte placer".
[caption id="attachment_792061" align="alignnone" width="900"]
Jennifer Vergara.[/caption]
Desde su vereda, Pablo Salinas coincide con su colega. "Lo puedes revisar desde las series y películas donde aparece la mujer como objeto, lo que ha sido ampliamente denunciado por el movimiento feminista; la cosificación de la mujer como bien de intercambio, lo que está muy mal. Por tanto cuando se contrasta con la realidad, sumado al empoderamiento de las mujeres, tanto en los espacios privados como en los públicos, esto genera una distorsión importante. Un gran problema es que ellos siguen pensando que ellas responden a cánones que ven en la televisión, en el matinal, en las películas, en el porno. Eso es un problema".
El psicólogo recuerda el día en que un muchacho de 19 años entró a su consulta. Lucía los ojos hinchados por el llanto y le dijo, de entrada: "Doctor, tengo depresión". ¿El motivo? había terminado una relación de cinco años. "Estás hablando de alguien que está saliendo de la adolescencia. Tras un amorío así, lo normal es que estés triste y abatido, lo que no construye un cuadro de depresión. Claro, él se lo vive con esos registros porque son los parámetros que se miden hoy. Prendes la televisión y no te demoras mucho en ver gente que sale hablando de la depresión como si fuera cualquiera cosa. Entonces terminamos desnaturalizando sentimientos profundos, y enfermedades, como si fueran algo cotidiano. Y no lo son".
Por ello, el también cientista social expresa sus reparos frente al trabajo de los entrenadores de seducción, y recomienda como solución a quienes tienen problemas en sus interacciones, seguir un tratamiento psicológico. "Yo en general sospecho de estos movimientos mesiánicos, en que viene una persona a escucharte y a contarte un par de cosas y con eso solucionaste la vida. No dudo de su eficacia, pero me parece que es peligroso. Es como tratar un tumor cerebral con paracetamol, ¿sabes? Te va a quitar el dolor, pero no es el problema de fondo. Yo soy partidario de los procesos de terapia, pero también entiendo que hay momentos que son tremendamente terapéuticos que no guardan relación con un proceso de terapia, como las fiestas. Pero eso no te hace un proceso de terapia. Y en esto hay que ser claro: para eso existe la psicología y los profesionales competentes".
"Yo creo que la respuesta no es tan simple como estos gurús de la seducción lo quieren mostrar", opina Jennifer Vergara. "Muchas veces hay un tema de venir de relaciones en que fueron víctimas de abuso, lo que hace que haya un resentimiento súper grande hacia las mujeres. Entonces, si uno de estos coach, al final te las muestra como objeto, puedes caer tú mismo en conductas abusivas y eso ya es otra área que es mucho peor. Además me parece que ofrecen soluciones tipo que no van a ser adecuadas para todas las personas. Creo que tiene que ser algo más personalizado. También, por lo que sé, dan respuestas super simplistas sobre cómo reaccionan las mujeres y la forma en que los hombres se deben conducir. Quizás le pueda servir a un porcentaje de personas, pero la mayoría creo que no. Por eso, estos casos yo recomiendo la terapia. En general un coach de seducción no creo que sea una respuesta adecuada para un hombre que tenga ese problema".
[caption id="attachment_792035" align="alignnone" width="1920"]
Ilustración: Milo Hachim.[/caption]
Los coach recogen la esquela de desafío. "He tenido bastantes clientes que cuando empezaron a tomar clases conmigo dejaron al psiquiatra, dejaron las pastillas, otros dejaron al psicólogo. Porque esto no se trata de una serie de herramientas para memorizar y decir, sino que es un estilo de vida por completo", se defiende Aravena. Por ello sostiene que no se trata solo de salir a conocer chicas. "La seducción está en todo: en una entrevista de trabajo tienes que seducir, si eres vendedor tienes que seducir al cliente. Si no sabemos seducir y vendernos vamos a ser unos fracasados en la vida".
Por su lado, Facundo prefiere subrayar sus características. "Yo entiendo el resquemor de los psicólogos, pueden entender que el coach tiene respuestas muy estándar, una fórmula mágica, o un cierto temor. Ahora bien, yo conozco varios de ellos que son muy buenos en su materia, tienen mucho conocimiento, pero en términos reales de experiencia en pareja, casi nula, y lo digo con conocimiento de causa. Además yo voy mucho más allá de la seducción; hago un curso nivel 1 que es vencer miedos, eliminar creencias, eliminar trancas de niñez, decreto, espiritualidad, afirmación. Un montón de cosas más que son la etapa previa a la seducción".
Pero Salinas insiste que junto al proceso terapéutico debe considerarse el cómo el sujeto ha construido su idea de la interacción. "Desde pequeños somos educados para socializar entre hombres y mujeres pero, al crecer, las expectativas van cambiando. Por eso, desde la psicología lo que tenemos que hacer es empezar a desmitificar cuales son estos roles tradicionales, demostrando que no es necesario que la mujer se comporte de tal o cual manera, de entrada. Y que los roles actuales se pueden ir dialogando, se pueden ir conversando, construyendo y co-construyendo, y esto implica aumentar los grados de libertad que puedes tener dentro de la relación. Se trata de botar los mitos sobre lo que hombres y mujeres deberían ser".
Ese deber ser es, para Lucas Facundo, la barrera a superar. Una prueba relevante para quien desea vencer sus limitantes y superar las noches de frustración ahogadas en alcohol y en las culpas ajenas. "Yo creo que hay que sacarse el estigma de que el hombre tiene que responder siempre. Al contrario. El hombre puede fallar mil veces, y eso lo hace más honesto, incluso hasta más atractivo".
Sobre el autor:
Periodista de Culto y creador de Yakaranda Magazine.