Son días especiales para todos. Cuarentena, confinamiento, distancia social y teletrabajo son solo algunos de los nuevos conceptos con los que hemos tenido que relacionarnos en los últimos tres meses. Otro de ellos, pero no menos importante para nuestros hijos, son las clases escolares a distancia. También conocidas como homeschool.
En Práctico contactamos a tres expertos en la materia, quienes nos dieron sus visiones y consejos para apoyar emocionalmente a los alumnos en esta realidad para la cual nadie los preparó.
La salud de los cuidadores
Álvaro Chávez (@achavezpsicologo), psicólogo de la Universidad Diego Portales, especialista en convivencia escolar y promoción del cuidado de la salud mental en escolares, advierte que lo primero es tener en cuenta el contexto actual. “El hecho de pasar forzosamente de la educación presencial a una online no permitió una preparación previa que ayudara a desarrollar de una mejor forma la educación bajo esta nueva modalidad”, explica.
Ante este escenario, agrega Chávez, las personas a cargo de los escolares en casa pueden presentar cuatro actitudes a las que hay que prestar atención:
1. Sobreexigir: se manifiesta una excesiva importancia en el cumplimiento de tareas y objetivos académicos.
2. Rechazar: negación a realizar las actividades escolares en modo colaborativo y compartido.
3. Desorganizarse: es posible que no se establezcan rutinas y no se garantice el acompañamiento, la calma y el espacio necesario para desarrollar una clase ni el entendimiento de ésta.
4. Sobrepasarse: el cuidador, al estar afectado por una situación personal (familiar, laboral, salud, pareja, entre otros), no es capaz de responder a las necesidades de los niños para enseñar y acompañar afectuosamente.
Para enfrentar estas situaciones, Chávez comenta que “es importante ser pacientes y flexibles en el logro de metas. También mantener un canal de comunicación con los docentes, con la finalidad de lograr una coordinación constante en materias de enseñanza, estableciendo una nueva rutina y un espacio de estudio regular”.
Entender y acompañar la situación
La psicóloga clínica Trinidad Silva (@psicologatrinisilva) es especialista en psicoterapia estratégica breve, modelo de intervención focalizado, centrado en el presente y en los recursos de las personas. Para ella, lo primero que necesitamos para apoyar a los niños y niñas es conectarnos, y para eso se vuelve esencial generar espacios para escucharlos y conversar. Instancias que nos permitan saber qué están sintiendo, qué ha sido lo más difícil para ellos de esta pandemia o lo que más han disfrutado. A partir de ahí, se abren espacio a conversaciones en donde tenemos la posibilidad de acoger y contener sus emociones y, a su vez, enseñarles que es parte de nuestro “ser humano” sentir emociones como la rabia, el miedo, la tristeza o la frustración.
Para lograr este reconocimiento de emociones, es fundamental que como adultos mostremos este ejemplo, permitiéndonos decir que estamos cansados, que necesitamos ayuda, que este tiempo es difícil para todos y que todos los cambios que hemos tenido que implementar también a ratos nos cuestan; que hay días que estamos más tristes y a veces también tenemos miedo, ejemplifica Silva.
Otro punto importante, según explica la psicóloga, es que al estar 24 horas al día todos juntos, sin salir, hay que elegir qué peleas dar. “No podemos pasar todo el día peleando o corrigiendo o rogando porque hagan sus tareas o se sienten a trabajar o dejen de pelear con sus hermanos”, comenta.
Algunas reglas del homeschool
Para Jessica Fuentes, directora de Colegio Online —quienes llevan 13 años con una plataforma de homeschool (www.colegionline.com)—, una clave en este periodo es poder mantener rutinas y horarios. “Para los niños y jóvenes la rutina les entrega seguridad en su entorno y en su familia. Es importante, aunque sea en casa, mantener horarios de estudios y de actividades recreativas, así no se altera su equilibrio emocional ni sus hábitos de alimentación y sueño”, argumenta la especialista.
Además de las rutinas, otra recomendación es tener, en la medida de lo posible, un lugar de la casa establecido para estudiar. “Esto, por un lado, los ayuda a mentalizarse con la clase y distraerse menos, ya que asocian ese lugar con su momento de clases y, así mismo, cuidamos su postura física y su salud en general”.
Pero no sólo técnicas nos entrega Fuentes. Para esta educadora experimentada en educación online, este es un momento perfecto para que cada niño descubra su ritmo de estudios. “Intentar no presionarlo para que cumpla todo en cierta cantidad de tiempo le permite estudiar relajado y que la adquisición de conocimiento sea mejor”, plantea. También es la oportunidad ideal para resolver sus dudas e incentivar a los más pequeños a que pregunten lo que no entienden, ya que están en un ambiente contenido y familiar. Hay que convertir el momento de estudios en casa en una instancia agradable y, en lo posible, entretenida, y no en algo que provoque mayor estrés a las familias.