La evolución de los relojes inteligentes ha sido más bien lenta. Los cambios o novedades que han presentado las diversas marcas disponibles en el mercado son más bien menores: se refieren más bien a actualizaciones de software y ciertas especificaciones, además de algún detalle referido al diseño o el tamaño.
A pesar de eso, la demanda por los smartwatches ha ido en sostenido aumento, principalmente después de la pandemia. La idea de contar con un sistema de monitoreo de salud completo en la muñeca es algo que parece ser sumamente atractivo para los usuarios, más allá de la posibilidad de contestar el teléfono a lo Dick Tracy o enterarse de notificaciones (y hasta contestarlas) sin necesidad de sacar el teléfono del bolsillo.
Según un estudio reciente de Bloomberg, el interés por el bienestar corporal, junto con la entrega de información en tiempo real, fue uno de los principales drivers para el aumento en las ventas de wearables —o dispositivos “vestibles” en el cuerpo— en Norteamérica.
En el resto del mundo la tendencia es similar. En términos globales, para actores como Apple, Samsung, Xiaomi, Huawei, Garmin o FitBit (hoy propiedad de Google), entre otros, el crecimiento en relación con el año pasado fue de un 14%, con montos que se proyectan en más de 156 mil millones de dólares para el 2030. Es decir, un nada despreciable crecimiento sostenido de hasta un 20% anual.
Es cosa de estilos, claro. Hay gente que por siempre preferirá las virtudes de un reloj análogo, pero es cierto que más allá de temas de autonomía y batería —todavía el principal problema de estos gadgets—, los smartwatches se han transformado para muchos usuarios en sus nuevos compañeros inseparables, en especial para sus actividades deportivas pero también como prácticos complementos a la experiencia del celular.
Honor, como buena marca de tecnología, ha centrado sus esfuerzos en tener buenos accesorios, que van desde audífonos inalámbricos hasta, claro, relojes inteligentes. Su último modelo es el Honor Watch GS3, un reloj no tan caro con buenas prestaciones, pero que podría dar muchísimo más de sí. Vamos a conocerlo en detalle.
Especificaciones:
- Tamaño: 45.9mm × 45.9 mm × 10,5 mm de grosor.
- Peso: 44 grs (sin correa)
- Diámetro: 46 mm
- Pantalla: AMOLED 1.43″ táctil
- Resolución: 466 x 466 píxeles (326 PPI)
- Memoria RAM: 4 GB
- Talla: 140-210 mm
- Batería: 451 mAh (con carga rápida)
- Resistencia al agua: 5 AMP (50 metros)
- Compatibilidad: Android / iOS (en los próximos meses)
Un reloj elegante y cómodo
No hay mayores sorpresas al sacar al reloj del descanso de su caja color crema. Funciona inmediatamente al momento de encenderlo, algo que se logra de forma muy intuitiva, solo apretando el botón superior del reloj. Junto a él viene un sistema de carga con imanes que, ya veremos, no es el mejor ni mucho menos el más agradable de usar. Pero después de la carga inicial, ponérselo en la muñeca es sumamente cómodo y liviano de llevar.
El modelo que revisamos tiene acabados negros (Midnight Black), aunque también está disponible en azul (Ocean Blue) y dorado (Classic Gold). El tamaño es único, 46 milímetros, que para mí es un tamaño ideal. Sin ser aparatoso, el GS 3 es suficientemente grande como para plasmar muy bien el look & feel de un reloj análogo elegantoso.
El cuerpo del reloj es principalmente de plástico y metal inoxidable, con una correa de fluoroelastómero (una silicona ultrasuave), aunque también se puede intercambiar por una correa de cuero que se vende por separado. El calce, al menos con el primer material, es muy cómodo: durante el día poco se siente en la muñeca y, luego de un par de noches con él, no molesta para nada al dormir, cosa ideal para monitorear los ciclos de sueño.
La esfera, a diferencia de modelos de otras marcas —como el Galaxy Watch4 de Samsung— no posee corona. Es decir, es pura pantalla y sólo destacan dos protuberantes botones al costado derecho, arriba y abajo. El primero es el power button, que enciende el reloj, lo despierta y activa las distintas funcionalidades que posee; el segundo, abajo, es un botón personalizable para activar las funciones que el usuario desee, que por defecto son las rutinas de actividad física.
Maravillosa (y delicada) pantalla y buen monitoreo de salud
Gracias a su diseño y look, la visualización del GS 3 es impecable. Su pantalla de cristal con bordes redondeados se aprecia excelente, dando la sensación de estar frente a un modelo que exuda estilo y hasta elegancia en su apariencia.
Curiosamente (quizás por su diseño), la mayoría de las caras que se incluyen para intercambiar el look del reloj están orientadas a simuladores análogos, con los clásicos punteros de la hora, los minutos y los segundos, aunque por supuesto hay para todos los gustos. De todos modos, me gustaría haber visto aún más variedad en este departamento.
El motor de inteligencia artificial con el que cuenta el software del reloj —que se esconde bajo sus sensores— permite tener hasta ocho canales de medición de ritmo cardíaco, lo que se traduce en notificaciones en tiempo real al momento de, por ejemplo, un súbita cambio en la presión arterial. Eso funciona como un muy buen recordatorio de que, quizá, sea la ocasión para respirar hondo y descansar un instante.
Por cierto, el sistema también cuenta con un medidor de la saturación de oxigeno en la sangre —ya no tan popular como durante el inicio de la pandemia—, de estrés —que se basa también en la presión sanguínea—, y de rutinas básicas de respiración que se pueden utilizar para entrar a un estado de mayor calma. Hay que decirlo: funciona, y con detalles como esos es cuando uno comienza a encariñarse con el reloj.
Como decíamos, el botón superior despierta al reloj y también permite acceder al cajón de aplicaciones y servicios que ofrece el sistema. Yo personalicé el botón inferior o secundario para tener acceso y control a la música, que puede ser transmitida sin problemas desde el celular o incluso almacenarla en el mismo dispositivo.
Las lecturas de información al instante (fecha, temperatura, pasos, nivel de estrés, ritmo cardíaco, batería, etc.) se logran con un fácil acceso desde las múltiples caras, o tan sólo con deslizar un par de veces las pantallas del reloj. De la misma manera, contestar el teléfono desde el GS 3 nunca fue un problema, con una comunicación clara y limpia. Punto a favor.
La pantalla AMOLED es un caso curioso. Su estilizado diseño liso y redondeado es muy bonito, pero al no contar con protecciones resulta más susceptible a enfrentar golpes y rayaduras que otros modelos. En efecto, lamentablemente me tocó enfrentar una sorpresiva rayita en su cara tras algunas semanas de un uso ni siquiera tan intensivo. No es nada del otro mundo, de hecho apenas se nota, pero ahí está.
A propósito, lo que sí resiste muy bien es el agua. Recordemos que aguanta hasta 5 ATM —unos 50 metros de profundidad—, lo que significa que podemos llevarlo puesto en la piscina, en la playa y en actividades en aguas poco profundas, sin temor a ninguna consecuencia. Pero ojo: no conviene usarlo para bucear (donde esas distancias podrían superarse), ni tampoco en un baño caliente, en saunas, spas o actividades con humedad y temperaturas muy elevadas. Todo lo otro lo aguanta muy bien. En mi caso, tras un chaparrón intenso, el reloj se mojó por completo pero no tuvo ningún contratiempo.
El botón de no molestar (que también puede ser programable) es particularmente útil para apagar o “silenciar” notificaciones o vistas accidentales de la hora.
Interfaz: notificaciones y poco más
Acá definitivamente tenemos sentimientos encontrados. Por un lado, la información que se visualiza al deslizar el dedo se ve y lee muy bien. Mejor, incluso, que en otras marcas. Pero la información desplegada es algo estática y no se puede interactuar mucho con ella, lo que obliga muchas veces a sacar de todas formas el celular para, desde la aplicación nativa, ver con mayores detalles lo que se quiere profundizar.
Aquí es donde Honor tiene una tarea pendiente importante: mejorar su software e interfaz de usuario. De todas las que hemos probado en los últimos meses, ésta es la que más adolece de funcionalidades y mejoras de visionado informativo.
También me ocurrió que cuando traté de emparejar el reloj con ciertos celulares, alguna información no era correctamente desplegada o simplemente no aparecía en el GS 3. Por supuesto, en un celular Honor todo funcionó a la perfección. Se entiende la compatibilidad, pero no es la idea.
Ahora, la app Honor Health, disponible de manera gratuita en Google Play, sí hace la pega. En la pestaña principal (“Salud”) entrega la información básica referida a monitoreo cardíaco y actividad corporal, dividida en cuadros que se especializan en ciclos y calidad de sueño, niveles de estrés, niveles de movilidad, consumo de oxígeno y más.
Cada cuadro entrega información detallada al respecto pero poco más, muy similar al estilo de la app de Huawei. Incluso, todo el sistema se parece mucho a LiteOS (era que no), el antiguo sistema operativo de la otra marca china. No está mal, pero queda la sensación de que todo el sistema podría aprovecharse muchísimo más, tanto visualmente como en la entrega de información. Ni hablar de poder instalar aplicaciones de terceras partes.
El resto de las pestañas se refieren al monitoreo de actividades específicas —como las deportivas—, otra al emparejamiento con el reloj, y una a gestión de contactos y elementos multimedia, como alertas, notificaciones y otros temas. Un formato algo engorroso, que en pos de la simpleza y la experiencia de uso tiene mucho margen de mejora.
En el aparatado de las notificaciones, nada especial: sólo se pueden leer mensajes de aplicaciones seleccionadas y eso sería todo. Interactuar con ellas es imposible, por lo que necesariamente hay que sacar el celular si es que, por ejemplo, es necesario responder a un mensaje de WhatsApp. Acá definitivamente se requiere algo más.
Lo mejor: la batería
Donde el Honor GS 3 sí sale victorioso es en la autonomía: su batería es muy rendidora y, con ciertas configuraciones de uso, puede llegar a durar más de una semana. Con todas las funciones “encendidas” —como el monitoreo permanente de la frecuencia cardíaca o del sueño—, la batería igual puede alcanzar fácilmente los cinco días.
Todo ello se complementa con un sistema de carga rápida muy efectivo, a pesar de su cargador, que resulta bastante incómodo. No soporta carga inalámbrica y el conector (que tiene entrada USB-A) hay que disponerlo de una manera muy específica para que el reloj se ensamble correctamente. No es demasiado complicado, pero muy lejos de los sencillos sistemas de otras marcas.
Veredicto Práctico
El Honor GS 3 presenta una buena mezcla de distinguido diseño con un precio accesible. Para públicos no tan demandantes de información detallada, que sólo necesitan lo básico en sus muñecas, este es un modelo elegante y llamativo, principalmente gracias a su pantalla AMOLED curva sin bordes. Un look fantástico que se potencia con su batería, bastante generosa.
Pero si consideramos que este es el modelo premium de Honor, aún quedan muchos detalles por mejorar y espacio para integrar acaso nuevas funcionalidades (como Google Pay, por ejemplo, o la posibilidad de usar apps de terceros). Su valor, al menos, es razonable, lo que vuelve al Honor GS 3 una alternativa de smartwatch para quienes buscan lucirlo más que usarlo.
Nota: ⭐⭐⭐★★
*Los precios de los productos en este artículo están actualizados al 11 de octubre de 2022. Los valores y su disponibilidad pueden cambiar.