Son desagradables, arden y te hacen perder la noción del tiempo después de las veces que visitas muchas veces el baño… Sí estamos hablando de las infecciones urinarias, esas que impiden –al menos en los primeros días– que hagas tu vida normal por estas inminentes visitas al baño con la necesidad de orinar constantemente.
“La infección urinaria es una enfermedad infecciosa, habitualmente por bacterias, del tracto urinario”, comenta Cristóbal Mülchi, urólogo de Clínica Ciudad del Mar. Esta infección puede abarcar riñones (infección urinaria alta o pielonefritis), vejiga (también conocida como infección urinaria baja o cistitis), próstata (exclusivamente en hombres) y uretra (uretritis).
La que resulta más habitual de este ramillete es la infección de la vejiga urinaria, por lo mismo, la siguiente información está ligada a la cistitis.
Causas y factores
La cistitis se da principalmente en pacientes de género femenino, comenta Mülchi, y la razón tiene que ver con “la cercanía de la vía urinaria con el sistema genital y anorectal”. Lamentablemente, por un tema de disposición de la anatomía femenina, facilita que “bacterias que habitan el periné migren hacia la vejiga urinaria, colonizándola”; lo que a su vez se traduce en que las bacterias se multipliquen de forma exagerada en esta zona. La forma de combatir esta situación es una “una respuesta infamatoria, generándose así un fenómeno inflamatorio de la vejiga, que determina la aparición de síntomas de infección urinaria”.
Si bien se pueden identificar por los síntomas clásicos, “el tratamiento adecuado incluye la identificación del germen y el tratamiento con el antibiótico adecuado”, agrega Ximena Manzur, ginecóloga de Vidaintegra.
En tanto si hablamos de factores, encontramos: antecedentes familiares de infección urinaria recurrente, enfermedades que disminuyan la eficacia del sistema inmune (diabetes, obesidad, déficit inmunitarios adquiridos o congénitos, etc), cálculos urinarios, alteraciones anatómicas de la vía urinaria y vejiga hipoactiva.
Hablemos de síntomas
Cuando una persona tiene una infección urinaria baja o cistitis, lo que suele sentir o suceder en el cuerpo es lo siguiente.
- Dolor o ardor al orinar
- Aumento de la frecuencia miccional (puede ser de día, de noche o ambas)
- Sensación de pujo o esfuerzo a la hora de orinar
- Urgencia miccional: dificultad para posponer el deseo
- Urge-incontinencia: en ciertos casos puede ocurrir que la dificultad para posponer el deseo sea tan intensa, que la paciente presente pérdida de orina involuntaria
- Tenesmo: Sensación de no vaciar completamente la vejiga al orinar.
- Hematuria: Orina con sangre
En caso de experimentar alguna de estas molestias, se debe consultar a su médico de cabecera o servicio de urgencias, donde se solicitará exámenes de orina y orientará el tratamiento.
La infección urinaria baja o cistitis no recurrente puede manejarse sin problemas con tu clásico médico de cabecera, sin embargo, cuando la frecuencia de las infecciones sobrepasa las 2 al semestre o 3 al año, se denomina entonces infección urinaria recurrente (ITUR). En este caso, el doctor Mülchi explica que se debe acudir a evaluación con urología. “Es importante descartar la presencia de causas secundarias de infección, tal como cálculos urinarios, alteraciones de la anatomía de la vía urinaria y evaluar dirigidamente el funcionamiento de la vejiga”, asegura.
Tratamientos
El pilar de un tratamiento contra una infección urinaria es la antibióticoterapia, la que se debe ajustar a cada paciente según su examen de orina. “Hoy en día la resistencia antibiótica es un problema a gran escala, es fundamental tomar conciencia de esta situación y solicitar siempre un examen de orina con cultivo urinario (urocultivo) para conocer específicamente qué bacteria es la responsable, para así utilizar los antibióticos de manera adecuada y no hacer mal uso de estos tratamientos”, expresa el urólogo.
La infección como tal, siempre debe ser tratada, pero distinto es el escenario de la colonización. “Para que exista infección, debe haber multiplicación activa de bacterias y además una respuesta inflamatoria del organismo, por lo tanto, siempre que hay infección existe también síntomas urinarios”, informa. En cambio, en pacientes que tienen examen de orina alterado en que se encuentra bacterias en orina, pero no tienen síntomas, “no se debe indicar tratamiento, pues es una condición llamada Bacteriuria asintomática, y el organismo es capaz de resolverla sin utilizar tratamiento antibiótico”, especifica.
Si el paciente “presenta síntomas urinarios y un examen de orina alterado, entonces es una infección urinaria y requiere siempre tratamiento”, detalla. En caso de no recibir el tratamiento, “las molestias persistirán y además puede existir una complicación de la infección, como por ejemplo, el ascenso de las bacterias desde la vejiga a los riñones, necesitando en ocasiones tratamiento antibiótico endovenoso e incluso hospitalización”. Tampoco aconsejan remedios caseros por su prácticamente nula eficacia.
Algunos mitos y realidades en relación a las infecciones urinarias
¿Se producen más infecciones urinarias en verano? Mito
Según explica el urólogo, no hay clara relación estacional con la presencia de infección urinaria, es decir, “no hay evidencia suficiente para afirmar que alguna época del año o clima en particular genere más o menos infecciones urinarias”.
¿Infecciones urinarias y actividad sexual? Realidad
La actividad sexual después de un periodo prolongado de abstinencia también puede ser un factor que contribuya al desarrollo de una infección apunta Manzur porque “producen un cuadro inflamatorio vulvar que compromete la uretra”.
¿Colales y diarrea inciden en la infección urinaria? Realidad
El estreñimiento, la diarrea y el uso de colales o ropa interior muy ajustada en la zona vulvar, “pueden determinar el mayor roce y contaminación de los gérmenes de la zona perianal hacia la zona periuretral”, dice Manzur.
¿La ropa mojada influye? Realidad
La ropa mojada es un factor de riesgo, porque “la humedad prolongada asociada a elevadas temperaturas favorecen la multiplicación de gérmenes en la zona genital”.
¿Tienen relación el uso indiscriminado de antibióticos con las infecciones urinarias? Realidad
El uso de antibióticos en forma indiscriminada no favorece la infección urinaria, “pero sí el desarrollo de gérmenes resistentes a múltiples antibióticos y por tanto disminuyendo el arsenal teapeútico”, añade Manzur. He ahí la importancia de evitar la automedicación.
¿Funciona el jugo de cranberries? Impreciso
“Los cranberry tienen un efecto protector, estos contienen proantocianidinas que tienen efecto antiséptico, antiinflamatorio y antibacteriano, por ejemplo, evitan la adherencia de E. Coli a las paredes de la vejiga y favorecen su eliminación”, explica la ginecóloga. Sin embargo, Mülchi explica que la ingesta de arándanos en cápsulas (cranberry) “no tiene evidencia en estudios poblacionales que apoye su uso, sin embargo, hay pacientes que notan cierto beneficio”.