Invertir en dólares y ahorrar en UF: consejos para que la inflación no afecte (tanto) tus ingresos

Tarjetas de prepago
Ilustración: César Mejías

En tiempos de inflación, conviene apretarse el cinturón y cerrar más los bolsillos, al menos para aquellas compras compulsivas. Esa es la conclusión de dos especialistas en la materia, que dan sus recomendaciones para que nuestra plata no pierda tanto valor.




Actualizado el 6 de julio de 2022.

Una elevada cuenta de restaurant en Angelmó fue uno de las noticias más comentadas del verano en redes sociales: la fotógrafa Xiamara Santana compartió una desorbitante cuenta de 162 mil pesos por una comida para 8 personas. Y no era un festín, en detalle eran $72 mil por cuatro pailas marinas, $14 mil por un salmón, $12 mil por una merluza. Además, $18 mil por un chupe y $12 mil por un pollo. Por los bebestibles, en tanto, pagaron $12 mil por seis bebidas y $8 mil por dos jugos.

La cuenta causó extrañeza y fue así como se animó a compartir esta situación en Twitter, red en la que llegó a ser trending topic. El diputado de Puerto Montt, Alejandro Bernales, reaccionó y contó que se diseñará una ordenanza para regular precios, certificar origen de productos y mejorar atención. “También el Municipio se hará parte activa, lo que implicará multas para quienes no cumplan estos estándares”, escribió en la red social.

La pandemia —y luego la invasión rusa en Ucrania— ha causado incertidumbre en varias esferas de nuestra vida y una de ellas es precisamente la económica: los precios suben como la espuma de una bebida agitada, algo que no solo se debe al aprovechamiento de los restaurantes en verano, sino que principalmente al proceso inflacionario que se respira a nivel mundial.

Conversamos con dos especialistas en materia económica, quienes nos explicaron en simple de qué se trata este escenario, además de algunas medidas para que el dolor del bolsillo no sea tan desgarrador.

¿Qué es la inflación?

“La inflación debemos entenderla como un fenómeno monetario que está ligado al poder adquisitivo”, dice Ignacio Mieres, ingeniero comercial enfocado en inversiones y creador de contenido en materia económica. Es decir, a medida que la inflación sube, “el poder de compra del dinero se va perdiendo”.

“Si un chocolate que costaba 100 pesos el año 2021 ahora cuesta 110, esos 10 pesos de diferencia son inflación”, explica en simple Fernando Landa, socio de ARTL Auditores Chile. O sea que los 100 pesos que teníamos ahora alcanzan para menos cosas, ya sea chocolate, pan, bencina, fruta, etc”. Por lo mismo, al estar la inflación desacoplada con los salarios, el sueldo ahora alcanza para comprar menos cosas que ayer”, porque mientras éste sigue siendo el mismo, el valor de las cosas es más alto.

¿Cómo se calcula la inflación?

En territorio nacional, el Índice de Precios del Consumidor (IPC) es el indicador clave que debemos entender. Este instrumento, que es elaborado mensualmente por el Instituto Nacional de Estadísticas (INE), “agarra una canasta básica de productos y va viendo cómo varía su precio mensualmente”, detalla Mieres. “Así se analiza cómo afecta a los consumidores”.

En su último informe, el INE informó que el IPC subió un 1,2% en enero, el doble de lo que proyectaban los especialistas y la más alta para este mes en 14 años. En el acumulado de los últimos 12 meses, la inflación anota un 7,7%, que también es su nivel más elevado en 13 años.

Hablemos de precios

Según el INE, esta fuerte alza se explica porque once de las doce divisiones que conforman la canasta aportaron con incidencias positivas en el ajuste mensual del índice, y solo una presentó incidencia negativa.

Entre las divisiones que más subieron su valor destacó la de transportes (2,8%), donde los repuestos y accesorios para el funcionamiento mecánico del automóvil crecieron un 4,3%, y el transporte de pasajeros por vías urbanas y carreteras escaló un 3,8%.

La división de alimentos y bebidas no alcohólicas fue la otra que más aumentó, empujada por el precio del limón, que registró un incremento de 35,2%, seguido por la naranja (9,2%), la lechuga (6,2%), la carne de pavo (5,8%), las bebidas gaseosas (4,9%), las bebidas de fantasía (4,7%), el manjar con dulces untables (4,5%) y el pan (1,9%).

Estamos todos en las mismas

Si piensas que en Chile “está mala la cosa”, no es algo exclusivamente de nuestra nación. “Gran parte del mundo está viviendo procesos inflacionarios, siendo el principal responsable de ellos la pandemia de covid”, analiza Mieres, a la que se suman una serie de eventos desafortunados.

“Por temas de restricciones, se han visto interferidas las cadenas de suministro. Esto trajo un alza en las materias primas y que los Bancos Centrales tuvieran que subsidiar a los ciudadanos por no poder trabajar, con bonos y otro tipo de ayudas en dinero”, afirma. A esto se le llama política monetaria expansiva, la que consiste en crear mayor flujo de dinero, desembolsar mayor cantidad de deuda y llevarla a la economía para que esta no se frene.

“Lo que pasó con estas políticas expansivas es que se creó una falsa prosperidad económica”, asegura el ingeniero, por lo que “mucha gente empezó a ver que le llegaba dinero sin producirlo. Se empezó a gastar, lo que incrementó el consumo y se produjo un desequilibrio entre oferta y demanda”. Lo que está en el mercado no es suficiente para cubrir la demanda, por lo que “para encontrar el equilibrio, el precio tiende a subir”.

En Chile, parte importante de la inflación es causada por factores internos, pero hay un tema externo importante, “principalmente por el hecho de que la pandemia dificultó la producción y distribución de muchas cosas”, complementa Landa. Y vuelve a ejemplificar con el que parece ser su dulce favorito: “digamos que hay menos chocolate porque gracias a las cuarentenas hubo menos producción. Entonces, si 10 personas quieren chocolate y solo tengo 5, se lo vendo al que pague más, generando así inflación en su precio”. En el caso de alimentos, “el cambio climático también tiene un efecto considerable en la menor producción”, agrega.

No es momento para gastar de más

En simples palabras: debemos evitar que el consumo nos consuma. Para eso, buenas medidas en el corto plazo son “modificar los hábitos de consumo es un buen inicio. No todos los alimentos han subido en la misma proporción, por lo tanto es mejor buscar aquellos que han mantenido su precio. No endeudarse si no es necesario y preferir bienes locales, los que no traen acoplado completamente el efecto dólar”, sugiere Landa.

“En este último IPC subió el alcohol, el turismo, los pasajes de avión y los restaurantes —como se evidenció en el caso de Angelmó—, pero también podemos ver otros productos que se depreciaron”, analiza Mieres. “Hay que ver cómo sigue la balanza y consumir otros productos que sustituyan a aquellos que están más caros”.

Otra acción que propone Ignacio Mieres tiene que ver con el ahorro. En tiempos inflacionarios como este, no es tan recomendable dejar la plata “dormida” en el banco, ya que se terminará depreciando. “Mejor alternativa es tener una inversión que te pueda proteger de estas alzas. No es malo refugiarla en monedas más establecida y hegemónica, cómo el dólar o el euro, que son divisas más robustas, que no sufren tantas variaciones en el precio”.

Frente a las opciones que ofrece el mercado, también menciona productos como las cuenta de ahorro en UF, ya que si consideramos que esta siempre está en ascenso, puede ser una buena forma de administrar tus ahorros en este contexto.

“A quienes más afecta la inflación es a las personas de menos recursos, la clase media y la más baja, ya que ellas destinan gran parte de su renta al consumo”. Por lo tanto, “y si se puede, siempre es bueno en estas circunstancias protegerse con algún activo financiero”, añade Mieres.

“La economía de un hogar es igual a cualquier empresa”, comenta Landa, por eso es fundamental “no gastar más de lo que ingresa y tratar de asignar algo, por muy pequeño que sea, al ahorro”.

Comenta

Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.