Siempre han existido mitos en relación al lavado de pelo. Puede que en alguna oportunidad alguien te dijera “oye, no te laves tanto el pelo que se te va a poner graso”, mientras que otra persona te debe haber dicho “lávatelo todos los días, sino te queda muy hedionda la cabeza”. ¿Quién tiene la razón?
Aunque cada persona se va haciendo su rutina de lavado según su estilo de vida, la duda respecto a qué es lo mejor y más conveniente para el cabello es transversal. ¿Lavárselo siempre? ¿Día por medio? ¿Una vez a la semana? Dermatólogos y especialistas responden estos dilemas.
Cuero cabelludo no es lo mismo que cabello
Antes de sacar conclusiones, hay que dejar en claro algunos conceptos básicos: lo primero es establecer que hablar de cuero cabelludo no es lo mismo que hablar de cabello.
“El cuero cabelludo es parte de la piel, y está compuesto por estructuras pilosas o pelos”, explica Carla Muñoz, dermatóloga infantojuvenil de Clínica Santa María. Por eso es que “los cuidados que debemos tener con el cuero cabelludo se asemejan más a los que tenemos con la piel del resto del cuerpo. Es decir: debemos evitar elementos o productos que lo irriten, humectar en caso de que notemos resequedad, y tratar de que no sufra de exposición solar en las zonas que no quedan cubiertas por el cabello”, como la partiduras o las partes donde el pelo se haya caído.
El pelo, por su parte, es una estructura diferente. “Está cubierta por keratina y también requiere de humectación, pero con productos que puedan penetrar esta estructura más dura que lo cubre”, puntualiza Muñoz, quien además es miembro de la Sociedad Chilena de Dermatología.
“Cuero cabelludo y cabello son diferentes, poseen distintas estructuras”, complementa Andrés Figueroa, dermatólogo de Clínica Universidad de los Andes. ¿Por qué hacemos esta distinción? Porque cuando nos lavamos el pelo, también intervenimos el cuero cabelludo, y son las características de este último las que debemos priorizar al momento de limpiarlo.
Conoce tu cuero cabelludo
Hay cueros cabelludos más sensibles, otros más resecos, y algunos más grasos. “Cada persona tiene distintos niveles de producción de sebo”, asegura Juanita Benedetto, jefa del servicio de dermatología de Clínica Alemana. “Los cueros cabelludos muy grasos requieren de un lavado diario, para así mantener el folículo y la fibra capilar con el sebo más controlado”, analiza.
Porque cuando se habla de pelo graso, en realidad lo que sucede es que “el cuero cabelludo produce mucho sebo, el cual luego se impregna en el folículo piloso y se manifiesta en un cabello graso”, explica Figueroa.
En sí mismo, el sebo capilar cumple una función clave en el pelo. Es su acondicionador natural, le da suavidad y lo protege de la sequedad. Pero cuando el cuerpo lo produce en exceso, puede transformarse en algo más complejo, como causar una dermatitis seborreica.
La manera más eficaz de regular este superávit graso es con el lavado. Lo ideal, como explicamos en este otro artículo, es hacerlo con productos que no tengan silicona, las que “por defecto atraen la suciedad; por ende, el pelo se ensucia rápidamente”, explicaba la peluquera Carola Andrews.
Los cueros cabelludos más resecos, que producen menos sebo del normal para proteger el pelo —y que por lo tanto se irritan con facilidad o tienen más caspa—, necesitan menor frecuencia de lavado, y con productos más suaves e hidratantes. “El lavado diario hace que se seque más”, nos explicaba la dermatóloga Francisca Daza en otra publicación sobre pelos secos.
¿Qué pasa cuando nos lavamos el pelo?
Al lavar el cabello, no solo removemos la suciedad que pueda haberse acumulado en él durante la jornada —como la contaminación ambiental, el humo de un asado o el cloro de una piscina— sino también “se saca la grasa natural que cubre y protege la superficie del cuero cabelludo”, dice Muñoz.
Si hacemos esto con demasiada frecuencia —todos los días o incluso más de una vez al día—, “le estamos mandando un mensaje al cuerpo de que nos falta sebo, por lo tanto las glándulas no solo lo seguirán produciendo, sino que incluso lo harán en mayor cantidad, por lo tanto puede que éste quede más grasoso aún”.
Por el contrario, si uno lo lava con muy poca frecuencia, “el cuero cabelludo irá acumulando grasa, lo que puede generar otras molestias”, agrega Muñoz, como picazón o malos olores.
Otros factores que deben tomarse en consideración, además de la frecuencia del lavado y de nuestro tipo de cuero cabelludo, son la calidad del agua o el tipo de productos que usamos. No es lo mismo lavarse con un champú suave e hidratante que con otro muy intenso.
¿Existe la frecuencia ideal de lavado de pelo?
Como hemos visto, cada tipo de cuero cabelludo requiere de diferentes cuidados. Lo mismo pasa con los estilos de vida: si una persona trabaja en un restaurante, una fábrica o en obras de construcción, probablemente necesitará lavarse más seguido el pelo que alguien que hace teletrabajo desde su casa.
Y también está la comodidad de cada quien. Lavarse el pelo no solo hace que la ducha sea más larga, sino que también exige secárselo adecuadamente, algo que no todo el mundo tiene tiempo de hacer diariamente. “Lavarse el cabello es un acto más cultural que biológico”, piensa Figueroa, “por lo tanto la frecuencia ideal depende de lo que le parezca cómodo a cada persona. Hay gente que se siente bien lavándose una vez a la semana, mientras que hay gente que se lo tiene que lavar una vez al día. Si no les trae consecuencias, está perfecto”.
Pero como recomendación general, Muñoz sugiere que ojalá el lavado fuese día por medio, esto si no hay factores naturales o externos que lo ensucien demasiado. Por eso Benedetto aconseja que quienes tengan cabellos muy grasos “apliquen un lavado diario para mantener el folículo y la fibra capilar libre de sebo. El resto puede hacerlo cada dos días o incluso dos veces por semana”.
Ahora bien, estas sugerencias no son para nada una imposición. “Si alguien prefiere lavarse el pelo cada tres o cuatro días, y esto no le genera mal olor ni picazón, no hay ningún problema. Por el contrario, si alguien prefiere lavarse el pelo todos los días, y no siente irritación o un aumento en su gratitud, también está correcto”, señala. “No hay una regla rígida”.
¿Qué pasa si se padece de dermatitis seborreica o psoriasis? “Estos pacientes suelen tener que lavarse todos los días, ya que deben aplicarse productos específicos y otros medicamentos para tratar su afección”, dice.
Por deporte o gimnasio
El estilo de vida, como decíamos, también hace que las rutinas de limpieza cambien. Ya sea por el tipo de trabajo u ocupación que tengan las personas, o bien por sus pasatiempos o actividades deportivas. “Quienes se ejercitan intensamente y hacen transpirar su cuero cabelludo, pueden requerir un lavado más frecuente, ya sea diario o día por medio”, comenta Benedetto.
“Quienes mojen su pelo en la piscina a diario, o quienes se bañen en la playa con la misma frecuencia, probablemente tendrán el pelo y el cuero cabelludo más irritado. Por lo tanto, sí deberían usar productos que ayuden a evitar este daño, como ciertas cremas humectantes específicas para el cuero cabelludo”, opina Muñoz.
Entre las recomendaciones de productos, Benedetto sugiere usar champú hidratante suave, de uso diario, con componentes como la proteína de trigo, que tiene propiedades hidratantes, o el aloe vera, que tiene propiedades calmantes.
Es bueno humectar el cabello con productos especiales, “para así mantener adecuadamente esta vaina que recubre el tallo piloso, y que por estos factores externos se verá dañada, ya sea por el cloro, la sal o la radiación solar”, recomienda Muñoz. Eso sí, es un proceso que no hay que hacer diariamente. “Quizás una vez cada diez días”, puntualiza.
¿Se puede caer el pelo por lavárselo muy seguido?
Esta pregunta es muy común, y muchas personas creen que la respuesta es afirmativa: que el cabello se cae si lo lavamos todos los días. Con esa duda, de hecho, llegan bastantes pacientes a la consulta de Andrés Figueroa en la Clínica Universidad de los Andes. Pero él siempre responde lo mismo: es un mito. “Te lo puedes lavar todos los días, o una vez a la semana, y se te va a caer la misma cantidad de pelo: ni más ni menos”, afirma. La caída del cabello responde a condiciones genéticas o patológicas, pero “no a la cantidad de lavados en la semana”. Así que si sientes que vas perdiendo pelo con rapidez, no culpes a la ducha ni al champú.