Bose, la marca estadounidense de altavoces y amplificadores HiFi, que en la última década ha conseguido una alta popularidad en el país a partir de una serie de dispositivos que combinan la alta calidad sonora con un formato práctico y de tamaño reducido, presentó recientemente sus lentes de sol deportivos Frames Tempo.

¿Por qué Bose se interesaría por hacer artículos pensados para la protección de los ojos? ¿Qué tiene que ver una cosa con la otra? Bueno, pasa que estos son los primeros lentes con los que se puede reproducir música y otros contenidos de audio.

Y no es que ahora se pueda escuchar por los ojos. Más bien, el modelo integra en sus patas o varillas pequeños parlantes internos, ofreciendo un innovador sistema open ear que no se enfoca en el canal auditivo sino que queda próximo a él, lo que permite al usuario escuchar el contenido y también a su entorno al mismo tiempo. Pero, cuando te los pones, no importa si quieres escuchar a todo volumen -aunque ten cuidado con tus oídos-, la persona que este frente a ti o a tu alrededor escuchará una mínima fracción del volumen. No es como si tuvieras unos parlantes en la cabeza y todos te escuchan. Ideal por ejemplo, para los amantes del ciclismo, un deporte que requiere estar muy alerta frente al entorno; sin embargo, un poco de música es perfecto para elevar el desempeño.

¿Incrédulos aún? Pasemos a revisar los detalles, a ver qué tal.

Especificaciones

Altavoces incorporados para audio personalizado

Armazones de nylon TR90 flexibles y duraderos

Resistentes al agua IPX4

Bloquean hasta el 99% de los rayos UV

Alcance de Bluetooth: 9 mt

Tiempo de carga de la batería: hasta 1 hora

Duración de la batería: hasta 8 horas de reproducción continua

$269.990 enBose

El contenido

Al abrir la caja, nos encontramos con los lentes, un estuche de nylon balístico, cuya dureza y firmeza dan una buena impresión respecto a su tarea: proteger al producto mientras no se utilice. También viene un cable USB-C para la carga y recarga, que requiere de una hora para tener la batería a tope y con ello conseguir 8 horas de autonomía en la reproducción de audio.

Viene además un paño de limpieza y una curiosidad: dos pares de almohadillas nasales de silicona, lo que da en total tres opciones de tamaños para asegurar una mayor comodidad al momento de utilizar los Frames Tempo. El intercambio de ellos es sencillo. En la primera ocasión es natural que se tema romper el puente o marco de los lentes en el intento, pero eso mismo prueba la resistencia del producto, algo sumamente necesario considerando que se trata de un ítem deportivo.

Las almohadillas nasales no son lo único recambiable en los Frames Tempo: si bien vienen con lentes polarizadas espejadas de color negro, estas pueden ser reemplazadas por otras de tonalidades rojizas, azuladas, verdosas y amarillas, entre otras. Eso sí, se venden por separado.

El producto

Parto por decir que el testeo no sólo puso a prueba a los Frames Tempo sino que también a mí: me vi obligado a salir a trotar y no precisamente a la botillería de la esquina, por lo que requirió bastante de mi voluntad. Más allá de ese detalle, el ejercicio probó que los lentes cumplen plenamente en la tarea de mantenerse firmes y cómodos durante el rebote que supone trotar sobre distintas superficies, planas e irregulares.

Uno de los primeros detalles que llaman la atención es el tamaño de las patas, mucho mayor del usual, así como también su grosor. Claro, necesitan serlo para contener los altavoces. Sin embargo, esto no perjudica la usabilidad ni comodidad durante el ejercicio. En ello incide que su peso es sumamente ligero, merced del material con el que están fabricados —en su mayoría, nylon— y que las varillas son bastante flexibles y aún así firmes.

A su vez, ofrecen una buena visibilidad y protección frente a los rayos UV, los que Bose asegura bloquear hasta el 99%. Los Frames Tempo tienen además una certificación IPX4 —referida a artículos electrónicos— en resistencia al agua, por lo que se pueden utilizar bajo la lluvia y también soportar la catarata de sudor que en algunos casos implica hacer ejercicio. Esto no quiere decir que se puedan sumergir en el agua, porque de hacerlo probablemente morirá su sistema eléctrico.

El audio

Para dar uso completo a los Frames Tempo, se recomienda descargar la app Bose Music, a través de la cual se enlazará vía Bluetooth a un dispositivo fuente de reproducción de contenido, que puede ser un celular, una tablet, un laptop, entre otros. Considerando la utilidad de los lentes, lo adecuado sería hacerlo en un smartphone o dispositivo móvil.

Una vez activados, se puede utilizar la plataforma de audio preferida desde el dispositivo fuente, como Spotify, Tidal, YouTube, Deezer u otras. La varilla derecha de los lentes posee un punto de control táctil, consistente en un botón que sirve tanto para el encendido y apagado del sistema eléctrico como para comandar la reproducción, pausa, adelantado o retroceso del contenido. También para responder o cortar una llamada.

El sistema sigue la lógica de otros artículos inalámbricos, como los auriculares: para comandar basta con apretar una o dos veces el botón indicado, según sea lo que se requiera. En la práctica, esta modalidad requiere de cierta destreza o quizá costumbre para realizarla de forma natural en medio del ejercicio, sin que signifique interrumpirlo para, por ejemplo, cambiar la canción o adelantarla.

Respecto al audio, cabe recordar que se trata de un sistema open-ear, muy diferente a las alternativas que se ofrecen en los audífonos, el dispositivo rey para efectos de realizar ejercicio acompañado de música u otros contenidos de audio. En esos casos, las opciones son on-ear, aquel auricular que se posa sobre las orejas; in-ear, el que va inserto en el canal auditivo; y over-ear, cuando es un casco que cubre por completo las orejas. Los Frames Tempo, entonces, no tocan la oreja ni están directamente dirigidos hacia el canal auditivo. Más bien, el altavoz se encuentra próximo a los oídos —a la altura de las patillas, aproximadamente—, y emite las ondas sonoras en dirección hacia el suelo, pasando en paralelo a las orejas. Si eres de lo que camina, corre, anda en scooter o bici, enchufado a unos audífonos, esta es una excelente alternativa, porque su gran cualidad open-ear es permitirte estar escuchando lo que quieras pero a la vez pendiente de lo que pasa en tu entorno, sin siquiera molestar al resto.

Parece curioso, pero tiene sentido en cuanto a que lo recomendado, durante el ejercicio, es no perder la noción del entorno de manera de evitar riesgos de accidentes, que suelen ser bastante comunes en ciclistas o runners que no advierten el paso de un auto o, peor, una micro. Los Frames Tempo, en cambio, permiten escuchar el contenido que se desea para acompañar la actividad y, al mismo tiempo, mantener activo el sentido arácnido de alerta respecto a lo que ocurre en el entorno. Desde el punto de vista del audio, es todo lo contrario a la tendencia de escucha inmersiva que se busca tanto en audífonos como parlantes y otros equipos.

Veredicto

Si bien la calidad del audio que emiten los Frames Tempo, en general, es agradable, estos pecan de la incapacidad de profundizar en las frecuencias graves, las que están casi ausentes. Como era de esperar, por el tamaño de los altavoces y el hardware electrónico contenido al interior de las patas de los lentes, el resultado sonoro está cargado hacia los medios y agudos, aunque como punto a favor no caen en la estridencia insoportable de los audífonos de baja gama. Era de esperarse de Bose.

Por otro lado, el diseño de los Frames Tempo es bastante robusto y poco sobrio, con grandes patas y lentes espejados. Algo común en lentes de sol deportivos pero menos en este tipo de productos pensados para el lifestyle. Eso sin duda reduce el alcance de público al que pueden apostar. Runners, ciclistas y gente que hace actividades outdoor —aunque en este último caso, muchos prefieren acompañar sus actividades en la naturaleza con el sonido que ella ofrece— parecen ser el perfil más adecuado para este modelo. En ese sentido, a favor tienen la resistencia y flexibilidad de su materialidad, la posibilidad de personalizarlos en cuanto al tamaño de sus almohadillas nasales y los colores de las lentes, y que su alcance de Bluetooth sea de nueve metros.

Lo que se tiene, en definitiva, es un producto que innova pero desde un área inesperada. Las ideas futuristas transmitidas en la cultura popular respecto a los lentes —como los hombres-máquina de Terminator y Robocop— siempre apuntaban a funciones vinculadas con la vista: agregar a la visión datos de lugares, de personas, o de cosas; quizá mapas, planos o información. Por eso se hace difícil entender el match entre una marca como Bose y un artículo tan ajeno al mundo audio como los lentes.